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El sirviente

Drama. Intriga Un intrigante y manipulador mayordomo consigue, gradualmente, dominar la vida del señor al que sirve, aprovechándose de sus debilidades sexuales. Un tenso y adulto drama psicológico que obtuvo excelentes críticas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
3 de noviembre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace muchos años siempre he escuchado el dicho de…la confianza da asco. Normalmente esto ocurre a ciencia cierta cuando es entre familiares y amigos, pero cuando ocurre entre personas de distinto rango laboral, se acentúa mucho más.

El sirviente nos mostrará un lado oscuro del ser humano, la manipulación. La cual se puede llevar a cabo de muchas maneras. Solo hace falta ser paciente, observar, aprender, memorizar y aprovechar las debilidades del otro. Aquí es donde aparece Barrett, un sirviente con una gran experiencia en el servicio, con una gran variedad de prestaciones y muy eficaz. Pero donde su personalidad esconde algo que te choca desde el primer momento que lo ves aparecer en pantalla. Josheph Losey acertadamente te va creando esa animadversión hacia el personaje, a pesar de la forma de ser tan impertinente de su señor. Un solterón maniático, con una novia que tampoco está por la labor de aceptar al nuevo inquilino, a pesar de su aportación en la casa.

En una trama del perro y el gato, el cazador o cazado, el blanco y el negro. Poco a poco se van intercambiando los papeles de forma sutil y silenciosa. Donde descubriendo las debilidades del otro, se va comiendo su personalidad y anulándola por completo. Sus miedos, sus vicios, sus dudas, todas son debidamente aprovechadas para el fin del mayordomo.

Muy gran historia acerca de las relaciones humanas llevadas al límite.
THE CROW
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31 de enero de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún no habría cumplido los quince años cuando ya me gustaba mucho la Psicología. Pero no la Psicología abastracta al uso, sino la Psicología concreta, la que es capaz de dar forma y describir la vida dramática del ser humano, su deambular por el mundo. Pues bien, esta cinta de Joseph Losey acabó de encauzar mis preferencias intelectuales, pues hay pocas películas más psicológicas que esta.

Efectivamente, basado en la novela "The Servant" (1948) de Robin Maugham, Losey dirige genialmente y comprometidamente este magnífico guión escrito por Harold Pinter (luego escribió el libreto de “El mensajero”, 1970). La trama es compleja y esconde el afán de dominio que realmente existe en gente en apariencia servicial que con arteras mañas acaban sometiendo al amo. Aquí se da el deseo de resarcimiento, pulsiones sadomasoquistas, decadencia, etc. Para ello el sirviente debe efectuar modificaciones en la casa, introducir a una mujer seductora para que embobe al señor, separar a éste de su novia, etc. Pero lo más llamativo es todo un goteo de sugerencias e insinuaciones muy inquietantes que van atrapando al espectador hasta ponerlo al borde del colapso; o al menos eso sentí yo, pues hasta la música jazzística de Cleo Laine, los espacios y la fotografía estupenda de Douglas Slocombre en un blanco y negro más que apropiado, hacen a este efecto perturbador.

Ni que decir tiene de los trabajos de excelencia del gran Dirk Bogarde en el rol magníficamente interpretado de sirviente, una siempre fiable y atractiva Sarah Miles y un estupendo James Fox –el señorito-, amén de una fiable Wendy Craig.

Película para psicoanalistas (y público en general), espeluznante a la vez que elegante, fascinante siempre. Imperdible.

PD: Por si acaso sirve: Ni mandes a quien mandó, ni sirvas a quien sirvió.
Kikivall
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20 de febrero de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
# SECUENCIA INICIAL # Un tipo trajeado avanza por una calle en un nublado día londinense. Con paso lento pero determinación total. Sabe perfectamente a donde tiene que dirigirse.

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El prota es un snob sosaina un poco gilipollas. Ni director ni guionista pretenden ocultarlo.

Que el personaje de Bogarde es malo se presupone aún sin haber leído la sinopsis solo con ver las miraditas que se gasta (con ese rostro tan impenetrable y que podría decir tantas cosas al mismo tiempo, es casi imposible que genere confianza). Tampoco se empeñan en ocultarlo. Ni pretenden sorprender cuando se destapa el pastel al poco rato de metraje. Esto no va por esos derroteros, no es un thriller... Las sorpresas vienen por otro camino, y es otro mucho más retorcido y perverso.

Las miradas alucinadas e inquietantes de Sarah Miles. Un rostro que refleja un vacío profundo, un personaje que rebosa anarquía y maldad, pero también misterio y sensualidad. ¿De verdad en algún momento te atreverías a fiarte de ella?

<< Escenas incómodas, tanto que en tu interior deseas que se acaben >>
Otras parecen prácticamente inacabadas, como si el director deseara que no tuviéramos más información de la que se nos precisa. Los momentos entre la novia del prota y el bueno de Barrett, insoportables. Las risas y los gritos de Bogarde y los estallidos de violencia emocional, nunca física. La escena de la cocina, con el goteo del grifo de fondo. Magistral. Losey dispone a la perfección todos sus recursos para crear una atmósfera opresiva y dotada de una falsa apacibilidad. La tensión parece que va a estallar en cualquier momento y que esto va a acabar como 'Parásitos' (la comparación me parece bastante adecuada en muchos aspectos). Y es que estos "parásitos" encuentran una forma de rebelarse mucho más visceral y prosaica contra aquellos que además de oprimirles, se empeñan en faltarles el respeto una y otra vez mientras disfrazan sus palabras de falsa condescendencia. Y no hay más peligro que una seña de amabilidad de alguien que te odia.

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Una trama en la que no importa lo predecible del asunto para que valga la pena disfrutar de este ejercicio de tensión psicológica cocido a fuego muy lento pero paso firme, y en donde importa mucho más el cómo que el qué (si muchos thrillers contemporáneos hubieran aprendido esta valiosa lección otro gallo cantaría). Sin alardes narrativos de ningún tipo, Losey se vale de los espacios vacíos de un caserón y del inquietante juego de miradas de Bogarde y Miles para componer un aterrador retrato de personajes crueles y malvados carentes de empatía que vuelvan sus frustraciones y su vacío personal en el ¿arte? de causar daño ajeno.

Los últimos 30 minutos rozan el disparate y se codean con el ridículo en varios momentos, dotando a la obra de un carácter alucinado, casi pesadillesco, que se incrementa con el paso de los minutos y que finaliza con unos últimos minutos que seguro que hubiera disfrutado un tal David Lynch. La elipsis que se produce entre los primeros 90 minutos y la última media hora parece un abismo insalvable que arrastra parte del resultado final (soy fiel partidario de que los cambios tan radicales a nivel psicológico en el cine hay que irlos desgranando más poquito a poco, no tan de golpe y sopetón), pero lo hipnótico y oscuro de sus últimos momentos eleva el nivel de la función. El último plano, absolutamente magistral.

A veces no es necesario la etiqueta de cine de terror para que una peli pueda llegar a dar miedo. Si además el villano cuenta con la jeta de Dirk Bogarde es casi seguro que la receta va a funcionar. Y si no les parece suficiente, revisen 'Portero de noche'. Difícil encarnar a un psicópata de manera más contenida a la par que efectiva.

· LO MEJOR: Los juegos de miradas de Bogarde y Miles.

· LO PEOR: El cambio tan radical que sufren casi de golpe los personajes a los 90 minutos.
Dirover
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31 de mayo de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra extraña, solapada, audaz, oscura y perversa. La trama de «El sirviente» es tan sencilla como compleja: un joven e ingenuo gentleman contrata para su nueva casa a un sirviente que es en apariencia todo lo que un buen amo querría tener pero que esconde en realidad un carácter ambicioso y retorcido. Ellos son James Fox y Dirk Bogarde.

Inmensos actores para una historia que consiste básicamente en saber interpretar la amalgama de sentimientos, deseos, miedos, repugnancias y decadencias de todo tipo que va soltando la historia. Los últimos quince minutos de Fox son deslumbrantes, genio puro. Bogarde construye con toda credibilidad y elegancia un personaje que aúna la hipocresía de dos personalidades cuidadas al detalle; su expresión se transforma de un segundo a otro, y por el brillo de su mirada, el ademán de sus labios y los movimientos de su cuerpo sabemos qué está pensando. Otro genio. Como siempre digo, estos son actores de otra materia, de otra escuela, de... yo qué sé de qué, pero desde luego que viendo «El sirviente» una se da cuenta con toda nitidez de que el talento es algo cada vez más escaso.

Una película de implicaciones psicológicas que horrorizan por las consecuencias pero donde apenas se conocen las verdaderas e íntimas causas. Porque me pregunto yo qué se necesita para que un hombre como Tony entre en un juego como el del sirviente Barrett y establezca con él esa relación mitad de dominio, mitad de sumisión; mitad de amigos, mitad de amantes. ¿No es un poco radical, teniendo en cuenta los acontecimientos? Y además ese amor que se apodera de él... si es que es amor... En fin, todo planteado con un aura de rareza, de ensueño, de ferocidad, e incluyendo un desenlace totalmente demoledor.

Interesante y perturbadora. Y muy british, como debe ser.
Kaori
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27 de septiembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joseph Losey huyó de Estados Unidos e hizo sus mejores películas en Inglaterra. Fue uno de los máximos exponentes del cine inglés en aquellos años en los que en Europa, mandaban la "nouvelle vague" francesa y las derivaciones del neorrealismo italiano.
En un extraordinario blanco y negro (submundo de sombras, contraluces y siluetas), Losey cuenta una historia cuando menos ambigua. ¿Es la clase baja la que humilla a la clase alta o es simplemente un hombre maquiavélico y seductor (independientemente de su extracción social) el que humilla a un hombre alcohólico, vago, ocioso y sin voluntad?. Sin duda una personalidad fuerte destroza a una personalidad débil.
La película transmite, en todo su metraje, misterio, morbo, perversión, un horror latente. Dick Bogarde está perfecto en su papel de sirviente (* spoiler). La interpretación de Sarah Miles también es excelente. Sensual y perturbadora.
(** spoiler)
La película se ofrece casi como una obra de teatro; fue acusada de excesívamente "artística". Quizá lo fuese. La influencia del genial cine italiano del momento, es evidente. La orgia del final podriá ser de Fellini, Antonioni..
Se trata de una novela previa que Losey y Pinter (el guionista) adaptan (reconstruyen) para el cine. Parece ser que la película es mucho mas fuerte que la novela.
Por último. ¿Es posible también ver una subliminal relación homosexual entre los dos hombres?. Obviamente las relaciones humanas son complejas y nunca sabremos todas las motivaciones del control "demoniaco" y maligno del sirviente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rober
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