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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama. Intriga Un intrigante y manipulador mayordomo consigue, gradualmente, dominar la vida del señor al que sirve, aprovechándose de sus debilidades sexuales. Un tenso y adulto drama psicológico que obtuvo excelentes críticas. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún no habría cumplido los quince años cuando ya me gustaba mucho la Psicología. Pero no la Psicología abastracta al uso, sino la Psicología concreta, la que es capaz de dar forma y describir la vida dramática del ser humano, su deambular por el mundo. Pues bien, esta cinta de Joseph Losey acabó de encauzar mis preferencias intelectuales, pues hay pocas películas más psicológicas que esta.

Efectivamente, basado en la novela "The Servant" (1948) de Robin Maugham, Losey dirige genialmente y comprometidamente este magnífico guión escrito por Harold Pinter (luego escribió el libreto de “El mensajero”, 1970). La trama es compleja y esconde el afán de dominio que realmente existe en gente en apariencia servicial que con arteras mañas acaban sometiendo al amo. Aquí se da el deseo de resarcimiento, pulsiones sadomasoquistas, decadencia, etc. Para ello el sirviente debe efectuar modificaciones en la casa, introducir a una mujer seductora para que embobe al señor, separar a éste de su novia, etc. Pero lo más llamativo es todo un goteo de sugerencias e insinuaciones muy inquietantes que van atrapando al espectador hasta ponerlo al borde del colapso; o al menos eso sentí yo, pues hasta la música jazzística de Cleo Laine, los espacios y la fotografía estupenda de Douglas Slocombre en un blanco y negro más que apropiado, hacen a este efecto perturbador.

Ni que decir tiene de los trabajos de excelencia del gran Dirk Bogarde en el rol magníficamente interpretado de sirviente, una siempre fiable y atractiva Sarah Miles y un estupendo James Fox –el señorito-, amén de una fiable Wendy Craig.

Película para psicoanalistas (y público en general), espeluznante a la vez que elegante, fascinante siempre. Imperdible.

PD: Por si acaso sirve: Ni mandes a quien mandó, ni sirvas a quien sirvió.
Kikivall
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