Escape Room

Con evidentes similitudes con la semidesconocida "Jugadores" (2015) y emparentada con el subgénero de adolescentes y gente joven que deben superar pruebas para sobrevivir, ya visto en las series de "Pesadilla en Elm Street" "Viernes 13", "Destino final" o "Saw", la película no tiene demasiada capacidad de sorpresa, residiendo su interés en como van a ir cayendo los pobrecillos protagonistas tras cada sala que superan. Poco "Escape room" se ve en el filme, ya que en muchas ocasiones hay pruebas atléticas y demás. A mi me suena que los "escape room" son desafíos a la inteligencia y a la deducción y el filme transita por otros derroteros más espectaculares.

Realmente apenas hay diferencia entre el film "Jugadores" y éste. En el mencionado, un grupo de gamers son citados a un edificio para jugar con realidad virtual. Deben superar las habitaciones y cumplir la misión y por el camino van muriendo uno a uno. Nada original. Las personalidades, como en este tipo de películas, también se repiten: el escéptico, el egoísta, la sufridora, el tontito... Incluso el final de ambas es similar.

El filme entretiene y se augura una serie de filmes, cuya longitud dependerá de la bondad del público. Poco más tiene. Guión no le busques.

No es una gran innovación del género del terror, ya que se nota bastante en que saga de películas ha tomado inspiración, además de que se basan en la nueva actividad, que incluso da nombre a la película, que son las "Escape Room" que están tan de moda y lo único que le han añadido es el factor muerte si no resuelven a tiempo los rompecabezas. Es cierto que no he visto todas las películas de Saw y no me considero un experto en la saga, pero creo que Saw se basaba más en el gore que en los acertijos, incluso a veces decía Billy (el muñeco que iba en el triciclo) que había que hacer si querías sobrevivir a la prueba. Por lo que cada uno elija según sus gustos, si te gusta el gore elige Saw, pero si te gusta más los acertijos elige esta. Yo soy más de este último grupo. Es cierto que me hubiera gustado que de alguna forma el espectador pudiera haber resuelto cual era la solución de los puzzles por ejemplo dándole tiempo para pensar o que te dieran unas pistas al principio, y después con esos datos resolver el puzzle.
Hay que destacar que tampoco es que la película se centre mucho en los acertijos, se preocupa más en mostrar como sufren los participantes en cada habitación en lugar de centrarse en resolver los enigmas, porque descubren el acertijo y a los pocos segundos ya esta resuelto. A veces ni resolver el enigma garantiza que sobrevivan.
El giro final me gusta ya que le da un poco de sentido a la trama y justifica porque tienen tantos medios, y porque pueden hacer todo este tipo de pruebas.
En conclusión, no es una innovación, ni destacará tanto como lo fue Saw en su momento, pero es entretenida, y por lo menos pasas el rato. Y te deja con las ganas de saber que pasará en la secuela. Tampoco es que la tensión te vaya a quitar el sueño, pero un poco de curiosidad de que va a pasar en la segunda parte si que tienes.

Escape Room es una tontada, apta únicamente para adolescentes con pocos muebles en la azotea y contumaces de los videojuegos. Porque de eso se trata, un videojuego. Seis desconocidos, elegidos en teoría al azar, son citados en un misterioso lugar para jugar al escape room. Irán cascando de uno en uno, y deberán utilizar sus (escasas) células grises para sobrevivir. A partir de ahí, todo son sustos, trampas mortíferas, música estridente, gritos a porrillo, carrerillas y movimientos de cámara temblorosos. Los actores son malos a rabiar y recitan sus diálogos sin la menor convicción, de manera que el espectador, resignado a su suerte, espera hasta el final y descubre que... habrá secuela, como no podía ser menos (ya la están rodando). Claro, costó nueve millones y ya ha recaudado ciento cincuenta y seis en todo el mundo. Adam Robitel, de quien recuerdo con pavor el cuarto Insidious, le da a la manivela con una mano, y con la otra a la caja registradora. Todo es absurdo e imbécil en una cinta en la que no vale la pena invertir más palabras.

Lo mejor: el acierto del responsable de olvidar el confuso e incierto sendero seguido en su último trabajo (la cuarta entrega de Insidious) retomando el del anterior (la curiosa e irregular The taking of Deborah Logan), más oscuro e inusual, mostrando convicción e ingenio (algunas pruebas son realmente memorables e imaginativas aunque, valga añadir, la primera es sumamente desagradable al evocar al fatídico incidente que se cobró la vida de cinco jóvenes polonesas mientras practicaban dicha actividad de ocio) en aras de (tratar de) reinventarse a sí mismo y ofrecer una oferta festiva a la par que, a la postre (el devenir de los minutos dicta sentencia en este sentido al desilusionar paulatinamente), errática; la dedicación que se observa detrás de las muertes (anunciar que se suceden no es ningún misterio), albergando la cinta algunas secuencias neurálgicas e impactantes que recuerdan a varios capítulos de la quintología Destino final (las aeronaves también cobran mucha relevancia aquí) y, ya en otro nivel, de la mítica saga Saw (no por su filosofía salvadora sino por su trasfondo justiciero), concibiéndose la ocasión como un intento parcialmente logrado de patentar una especie de elegante híbrido entre ambas con pinceladas del clásico de culto Cube (de forma mucho más sangrienta y menos estilizada conceptualmente, por supuesto); la diversión (apenas escapista al contrario que en la homónimas incursiones de Peter Dukes y Will Wernick, siendo un auténtico delito que una de las premisas básicas del entretenimiento que ocupa como es la cuenta regresiva del tiempo disponible para cumplir las misiones se obvie por completo) es notable (sobre todo en el acto inaugural), absorbiendo la atención del espectador con suspense e intensidad sin recurrir a excesivos tópicos.

Lo peor: la construcción argumental peca de entusiasmo (el momento psicodélico es digno de debatirse seriamente en una mesa redonda estando los participantes ebrios) y, en lugar de trascender, lo que consigue es provocar rechazo al darse giros de guión poco asombrosos y menos justificados (el poder del dinero no lo explica todo como se hace creer, pues en el plano opuesto al beneficiario multitud de incógnitas como la casual aparición de una máscara de oxígeno en pleno declive existencial o la mayoría de averiguaciones sin datos indicadores restan sin resolver), aunque poco más se puede exigir atendiendo a las limitaciones de la premisa; la dimensión de la que se dota a los personajes es directamente proporcional a la de sus encantos (cada uno brilla por sí mismo por sus peculiaridades conductuales hasta que se incide en su pasado para exponer el nexo común por el que han sido seleccionados para conseguir diez mil dólares de completar la retahíla de desafíos en los márgenes permitidos), es decir, burocrática e inocua, no haciendo al público partícipe de una trama sino requiriendo solo una presencia pasiva de la prometedora cautividad que implica acudir a una sala de cine para visionar el metraje; el desenlace, después de una serie de acertijos numéricos y de otra índole mucho más exigente físicamente (de hecho la agilidad mental es relativamente importante para sobrevivir al juego propuesto atentado así contra la esencia del esparcimiento), es demasiado formal (confundir inteligencia con perspicacia es un graso error del que muchos directores pecan y ésta, por desgracia, no es una excepción), siendo tan prominente como el humor, eficaz e involuntario.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl

Lo que intenta esta película es utilizar la fórmula de las películas de extraños atrapados en una habitación y añadirle algo que está de moda para atraer a la mayor cantidad de público posible, en este caso, los Escape Rooms.

Prácticamente nada de lo que se ve en esta película es novedoso, lo hemos visto anteriormente en films como Saw, Cube, Exam, La Habitación de Fermat, The Belko Experiment y muchos otros. Da la impresión de que simplemente se han visto estas películas y han cogido un poco de cada una y lo han juntado con el juego de Escape Room. Aunque los casos de las otras películas quizás también podrían considerarse Escape Rooms.

Imaginamos que si alguien se encuentra con esta película y no ha visto ninguna de estas que hemos mencionado pasará un buen rato, pero en nuestro caso el visionado ha consistido en ver estímulos que ya habíamos sentido y no nos ha aportado prácticamente nada.

Lo único positivo que aporta son ciertas pruebas originales y una variedad de escenarios muy elaborados de los que escapar. No vamos a decir que es una mala película porque no es así, pero la formula ya se ha usado en demasiadas ocasiones y está muy quemada, para utilizarla se debería crear una historia muy original, y este no es el caso. También es reseñable la manera en la que se presenta a los personajes. Normalmente, la presentación de varias personas individualmente se hace pesada, pero en este caso se hace amena y no cansa porque utiliza varios recursos como dejar dudas sin cerrar e ir resolviéndolas durante el desarrollo o reservar la aparición de ciertos personajes para más adelante. En ese aspecto está bien ejecutada.
En cuanto a aspectos técnicos, el montaje y la dirección están bastante bien, la verdad. Tienen ciertas escenas muy curiosas y elaboradas. La banda sonora no es gran cosa, olvidable.

Nos ha parecido entretenida, pero la formula está gastada y no aporta anda nuevo.
Nuestra nota es un 5.