- Señora, prepárese, eh, que viene el susto.
- Sí, sí.
- ¿Se da cuenta como el protagonista acerca la mano tan lentamente? ¿Se fija como hemos quitado la música de fondo que había?
- Ay, qué miedo, hijo.
- Prepárese, eh, que ahora subimos la música.
*Una mano agarra el brazo del protagonista y suena música muy fuerte*
- Ayyyy, gracias, zagal, así da gusto ver películas de miedo.

Esta película es un verdadero despropósito. Transforma una obra literaria fantástica que contiene unos trasfondos morales y una potencia dramática increíble en la típica película básica de terror con sus clichés y sustos fáciles.

Hay hasta una escena con un jump scare provocado por un camión dentro de un armario. Es que no nos podemos tomar en serio esta película, lo sentimos.

También se podría decir que el mejor actor es el gato.

Lo que intenta esta película es utilizar la fórmula de las películas de extraños atrapados en una habitación y añadirle algo que está de moda para atraer a la mayor cantidad de público posible, en este caso, los Escape Rooms.

Prácticamente nada de lo que se ve en esta película es novedoso, lo hemos visto anteriormente en films como Saw, Cube, Exam, La Habitación de Fermat, The Belko Experiment y muchos otros. Da la impresión de que simplemente se han visto estas películas y han cogido un poco de cada una y lo han juntado con el juego de Escape Room. Aunque los casos de las otras películas quizás también podrían considerarse Escape Rooms.

Imaginamos que si alguien se encuentra con esta película y no ha visto ninguna de estas que hemos mencionado pasará un buen rato, pero en nuestro caso el visionado ha consistido en ver estímulos que ya habíamos sentido y no nos ha aportado prácticamente nada.

Lo único positivo que aporta son ciertas pruebas originales y una variedad de escenarios muy elaborados de los que escapar. No vamos a decir que es una mala película porque no es así, pero la formula ya se ha usado en demasiadas ocasiones y está muy quemada, para utilizarla se debería crear una historia muy original, y este no es el caso. También es reseñable la manera en la que se presenta a los personajes. Normalmente, la presentación de varias personas individualmente se hace pesada, pero en este caso se hace amena y no cansa porque utiliza varios recursos como dejar dudas sin cerrar e ir resolviéndolas durante el desarrollo o reservar la aparición de ciertos personajes para más adelante. En ese aspecto está bien ejecutada.
En cuanto a aspectos técnicos, el montaje y la dirección están bastante bien, la verdad. Tienen ciertas escenas muy curiosas y elaboradas. La banda sonora no es gran cosa, olvidable.

Nos ha parecido entretenida, pero la formula está gastada y no aporta anda nuevo.
Nuestra nota es un 5.

Pensábamos que Toy Story 4 no era necesaria, pero ahora si nos proponen ver la 5 decimos que sí.

Pasan cosas todo el rato, sin parar. Los personajes nuevos son fantásticos y acompañan bien a los que ya conocíamos.

Seguramente sea la memos buena de las cuatro, pero aun así está genial. La recomendamos. ¡Viva Canadá!

Menuda sorpresa nos hemos llevado al enterarnos que el director de este filme es el bueno de Stephen Merchant (coguionista, codirector y actor junto a Ricky Gervais en The Office UK y Extras).

El reparto es genial, aparecen actores contrastados como Lena Headey, Nick Frost o Dwayne Johnson, pero también aparecen futuras estrellas como la protagonista, Florence Pugh, que también protagoniza la nueva película de Ari Aster, Midsommar. La actriz hace un verdadero papelón en ambas películas y se puede apreciar la variedad de registros que tiene por lo diferentes que son sus personajes que interpreta.

Se tratan temáticas interesantes, como son los padres que fuerzan a sus hijos a cumplir los sueños frustrados que ellos no pudieron realizar en su vida, así como los prejuicios, los problemas de las clases sociales más bajas y la marginalidad de los barrios pobres.

La banda sonora es una maravilla. Como buenos ingleses en su coche no pueden faltar grupos como Iron Maiden o Motorhead. Prácticamente todas las canciones escogidas se relacionan con el género rock, cosa que dota de rudeza y potencia al film y te introduce en la lucha física y psicológica de los personajes.

Hay bastantes partes verdaderamente graciosas, funciona igual de bien como drama que como comedia, se nota la mano de Merchant en el guión. En ciertas ocasiones recuerda a The Wrestler de Aronofsky, ya que no muestra únicamente la adrenalina de las luchas, sino también los momentos posteriores: la curación de las heridas y las reflexiones silenciosas sobre si ese dolor vale la pena si puede que al final no sirva para tener éxito.

Debido a nuestro escaso conocimiento en wrestling y la WWE quizás las referencias y bromas internas del mundillo se nos escapen, pero seguramente para un fan acérrimo de la lucha libre esta sea una de sus películas preferidas. Aparecen en la película varias estrellas de la WWE como The Rock, Big Show o Sheamus interpretándose a ellos mismos.

En resumen, los personajes tienen arcos de desarrollo coherentes, la dirección es correcta, el drama y la comedia encajan perfectamente, el reparto es la leche y escucharás temazos. Vedla. Nuestra nota es un 8 (★★★★).

La película se toma su tiempo para contar las cosas, nunca de manera explícita, el director deja que el film respire con planos duraderos. Normalmente esto puede llegar a cansar, pero la fotografía está tan cuidada que la delicadeza de los planos te atrapan. Las localizaciones escogidas permiten jugar con los paisajes y así optar en varias ocasiones por grandes planos generales de gran belleza.

El guión es muy correcto, genera muchas dudas conforme avanza y hace que tu cabeza comience a generar teorías. Cada mínimo detalle tiene una resonancia concreta y todo termina justificando un propósito general. La religión, las tentaciones y los sentimientos reprimidos tienen un papel importante.

El idioma noruego, el reparto, la fotografía, los paisajes... Esta película tiene algo que te atrapa. Vedla.