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El americano impasible

Intriga. Drama Versión del film homónimo de Mankiewicz (1958), que se basa en una novela de Graham Greene. En 1952, Vietnam se levanta contra Francia para conseguir la independencia. En este escenario, un veterano periodista inglés (Michael Caine), un joven americano (Brendan Fraser) y una bella mujer vietnamita forman un exótico triángulo amoroso. (FILMAFFINITY)
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
13 de junio de 2020
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Las narraciones de sus viajes son, indiscutiblemente, lo que más me gusta de Graham Greene. Más que las novelas, sí. Pues con los relatos de sus viajes he sentido hambre, frío, miedo y el rigor de las enfermedades; sus novelas, a excepción de El factor humano, me dejaron poco más o menos que... impasible.
Quizá no sea Brendan Fraser un buen bailarín a causa de ese corpachón de pastor de Arkansas, pero, por entonces, durante el rodaje de esta película, no había caído todavía en el abismo de la decrepitud precipitada: se sostenía. Michael Caine, por su parte, estuvo formidable, como siempre.
A buen seguro que en los viajes de la vida de Graham Greene, como en los viajes del personaje de Brendan Fraser en EL AMERICANO IMPASIBLE, había una razón oculta, y es difícil que se tratara de un amor desaforado. En cambio, sí es el amor lo que mueve a la cinta de Philip Noyce, una adaptación solvente de una historia, como otra historia de otro australiano eficiente, de espías, desencuentros, traiciones y guerra. Una historia que revela, entre otras cosas, una verdad palmaria: los hombres partimos de una promiscuidad absoluta y acabamos siendo fieles hasta el extremo a una sola mujer.
PROT
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11 de febrero de 2023
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Basada en la novela del aclamado escritor británico Graham Greene, esta adaptación a la gran pantalla realizada por Phillip Noyce se destaca por varios factores y que con todo respeto a la primera versión de 1958 dirigida por Joseph L. Mankiewicz, incluso llega a superarla.

Primero porque el relato original se sigue con mayor fidelidad, ya que en el primer film se tendía a "inclinarlo" hacia cierta posición política, que de forma muy evidente distorsionaba el mensaje final. Aquí en cambio los guionistas Christopher Hampton y Robert Schenkkan dotan a la historia de la (necesaria) ambiguedad para que sus personajes se desarrollen tal y como lo proponía al autor, pero sin que eso signifique que sus posturas sean evidentes, porque más que caracterizaciones, son casi como "fantasmas" que se mueven dentro de un pasado y un presente, que buscan su propia liberación en un ambiente hostil.

Segundo, porque contamos con un correcto reparto si, todos ellos lo hacen muy bien, pero están apoyados en un pilar base del cual se sostiene todo lo demás, y ese pilar se llama MICHAEL CAINE. El reconocido intérprete realiza algo al alcance de muy pocos, y eso es conseguir una actuación PERFECTA.

Consigue plasmar casi que con una ferviente devoción al veterano periodista "Thomas Fowler" un hombre que ansía seguir adelante ante un destino que lo persigue, lucha ante el tiempo mismo que parece devorarlo a cada minuto, mientras intenta aferrarse a su trabajo y a una ilusión (reconvertida en amor) que se ve amenazada por la presencia de un joven que también anhela lo mismo, o tal vez incluso más que él.

Sobre el reparto, repito están correctos todos, empezando por Brendan Fraser, Do Thi Hai Yen, Rade Serbedzija, Quang Hai, Holmes Osborne, Tzi Ma y Robert Stanton entre los más conocidos.

Para terminar se deja sentir la confortable música de Craig Armstrong y por supuesto la correcta cinematografía a cuatro manos de dos excelentes profesionales en su área como el experimentado Christopher Doyle y el reconocido Huu Tuan Nguyen.
darkman
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1 de marzo de 2024
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"Đôi mắt vợ bé Việt Nam của tôi". Los ojos de mi amante vietnamita, cuyo brillo refleja la luz de la Luna igual que las aguas del arroyo Thi Nghè...
Hay una poesía evocadora en los recuerdos de Thomas Fowler, de un tiempo turbulento, tanto social y político como íntimo, de pasiones y tragedias, de amistad y muerte.

Cualquier lector de la joya literaria de Graham Greene, fan o no fan suyo, seguro que, de saber que iba a ser llevada al cine, estaba deseando encontrarse una adaptación fiel de ésta, y más aún tras encarar aquella retorcida versión firmada por Joseph Mankiewicz, de la que el autor renegó todo lo que pudo y más. No era el momento adecuado, planeando sobre EE.UU. la política anticomunista, para plasmar la furiosa opinión que el autor tenía del país; 44 años después, Phillip Noyce no iba a seguir por el mismo camino, aun contando con dos visiones distintas sobre cómo respetar el material original.
Una es la de Robert Schenkkan, la otra de Chris Hampton, ferviente admirador de Greene; uno americano, otro británico, lo que influye en el modo de enfocar la historia y a los personajes. El australiano encuentra un equilibrio digno. Lo primero que sobresale en esta nueva versión de "Quiet American" es el poder sutil de las imágenes; la voz de Michael Caine imprime una sensación evocadora sobre este Saigón pre-Guerra de Vietnam, hallando un punto de convergencia místico gracias a la bellísima fotografía de Christopher Doyle, quien tantas veces nos ha sorprendido a las órdenes de Kar-Wai Wong...

El clásico de 1.958 tenía algo a su favor: fue rodado en Vietnam en una época específica de la Historia. Su blanco y negro también era poderoso, pero de una manera más directa; caminábamos por lugares reales como Bùng Binh Sài Gòn o Pont des Trois Arches, y todo exhalaba sudoroso realismo. Noyce, que a menudo recurre a los efectos digitales, casi se deja llevar por la recreación fantasiosa (tan al estilo Doyle); por su parte la pareja Caine-Brendan Fraser resulta más creíble que la formada por Michael Redgrave y Audie Murphy, y ahora una actriz nativa de verdad (no una puñetera italiana) encarna a Phuong (la hermosa Do-Thi Hai-Yen).
La trama empieza en el presente con un asesinato y viaja al pasado, una sola vez, para volver de nuevo al presente, y en este marco de insurrección contra el dominio francés se desarrolla el triángulo amoroso (no distinto del de la otra adaptación de Greene, "The Honorary Consul" (curiosamente también interpretada por Caine y escrita por Hampton): sólo hay que cambiar a Fortnum, Plarr y la argentina Clara por Fowler, Pyle y la chica vietnamita). Pero el guión falla en lo mismo que la novela: Phuong no presenta una introspección auténtica y queda en segundo plano para dejar sitio a los conflictos sociopolíticos e intrigas en los que se ven atrapados los dos hombres.

Pero ella debería ser siempre la protagonista; esta decisión de Greene no deja de reflejar la carga metafórica de esos personajes, que Noyce también respeta mejor que Mankiewicz: Fowler simbolizando el cansado y cínico imperio británico, deseoso de seguir poseyendo, al tener el colonialismo en la sangre, la tierra joven del Tercer Mundo, pero sin oponer demasiada resistencia si una nueva y fuerte nación se impone en el territorio. Pyle representa a esa nación, de grandes ideas, defensora de sus propios procederes, porque son los más adecuados; difícil era el personaje en las manos de Murphy.
Éste, que había sido el soldado más joven y más condecorado de la 2.ª Guerra Mundial, no siguió el modelo crítico de Greene. Convertido en el “bueno” de la historia por Mankiewicz, ahora Noyce le devuelve su carácter misterioso, impasible como reza el título, y evidentemente equivocado al conspirar con una fuerza política alternativa para enseñar a todo el Mundo la realidad de la amenaza comunista, creyendo que a largo plazo salvará la situación en Vietnam. Propio de EE.UU.: planear con buenas intenciones derrocar a un gobierno y llevarlo a la práctica por la vía más errónea; el responsable de las muertes y la participación norteamericana, que nada satisfactorio iba a traer, como demostró la Historia, es ahora Pyle, no Fowler.

Pero Phuong no es más que una propiedad, una propiedad entre dos facciones: la que ataca con fuerza y la que sigue resistiendo. Hai-Yen aporta su bella presencia pero por culpa del mal escrito personaje no puede ir más allá; incluso se expresa a través de su autoritaria y desagradable hermana (¿otra metáfora, del antiguo señor que originalmente poseía el territorio y se debate entre los dos nuevos países conquistadores?). Fraser, limitado actor, para qué vamos a engañarnos, resulta mil veces más carismático que Murphy, sobre todo porque su Pyle ahora está sujeto a la violenta ambigüedad, al contrario que el bonachón y humanitario reverso de 1.958.
Y el director, con su buen hacer de artesano veterano, sabe cómo atrapar al espectador en el melodrama, bien intenso o intimista, que se sirve del poder visual del diseño artístico y la fotografía; la prosa de Greene se convierte en poesía gracias a esta puesta en escena evocadora de ricos detalles que quedan en la memoria...pero por lo que desgraciadamente se debe pagar un precio: el de un guión que acumula varias subtramas, situaciones y personajes sin detenerse a profundizar en cada uno de ellos, o sin darles la importancia que merecen (el compañero de Pyle, Tunney, el inspector Vigot, que es un mero cameo, o la hermana de Phuong).

También Noyce y los muchos productores pagaron otro precio aún mayor: el casi total ostracismo al haber realizado una película con un peligroso punto de vista anti-americano en un instante muy delicado para EE.UU., poco después de los atentados del 11-S.
Aunque gracias a la insistencia de Caine se estrenó en Cannes y él fuera nominado a un Oscar (la fotografía y la banda sonora de Craig Armstrong también merecían el mismo honor), no deja de ser una obra tristemente infravalorada...
Chris Jiménez
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15 de agosto de 2013
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la original de 1958 y ésta del 2002 un par de veces pero no he leído la novela de Graham Greene, cosa que no sé si apuntarme como deberes. Lo que está claro es que la Phillip Noyce si respeta el texto original cosa que no hace la otra que en tiempos de Guerra Fría pretender barrer para casa. No digo más porque "El americano impasible" es oficialmente Intriga y no conviene irse de la lengua sobre lo que esconden o no los personajes principales. Lo malo es que el drama romántico, aunque es aceptable, ocupa demasiados minutos hasta el punto de opacar la parte política y los entresijos que se cuecen en plena Guerra de Indochina (1945-1954) esa gran olvidada después de que la Guerra de Vietnam (1964-1975) le quitara el protagonismo. El resultado final queda un poco en el aire porque la trama es previsible y endeble, si bien la ambientación de la Indochina colonial es notable y la intensa actuación de Michael Caine y la belleza de Do Thi Hai Yen ponen el resto.

Aunque lo peor de "El americano impasible" es que da por buena la visión de la historia más izquierdista, o sea propagandística. No en vano, el hecho de que se pudiera rodar en Vietnam como se hizo en su mayor parte, delata que cuenta con la aprobación del gobierno comunista que para desgracia del pueblo manda allí. Daros cuenta que a Oliver Stone no se le permitió esto para ninguna de sus películas. La clave de la historia está en que ante la lucha de dos fuerzas, los franceses y los comunistas, la aparición de una tercera vía, independentista pero anticomunista, y demócrata, si es posible, desestabilizará la región durante décadas, siendo el antecedente de la futura Guerra de Vietnam, motivo por el que se condena. En parte es cierto pero lo es más que casi cualquier cosa es preferible a caer bajo el domino rojo. De todos modos, no apoyar al bien (la mítica, amada y colonial Indochina Francesa) frente al mal (los comunistas independentistas) es ya un crimen.
Reaccionario
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11 de febrero de 2018
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena película con actores notables como Michael Caine y Brendan Fraser (médico para un general), mientras hay una historia de amor, entre la chica del periodista que cambia de opinión y se va con Brendan. Se suceden conflictos en Vietnam, y este médico, va a tener problemas.

Una película dramática de la situación del país, y gente que sin tener que ver nada, se puede ver metida en estos asuntos.
Para todos los públicos.
beadac231
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