Asesinato en el Orient Express

Con una trama fascinante surgida de la ingeniosa mente de Aghata Christie, Asesinato en el Orient Express es una película ante todo entretenida que desmadeja con soltura y sin un ápice de aburrimiento para el espectador la compleja coyuntura que enmarca un extraño asesinato. Dicho esto, la película está desaprovechada en un muchos aspectos y a un argumento así se le podría haber sacado mucho más partido. Para empezar, el reparto de superlujo que mantiene el filme (pocas veces en la historia del cine han coincidido tantas estrellas en una misma cinta) está simplemente correcto, tal vez enfrascados en unos personajes demasiado acorralados por su diseño pret a porter, todos ellos encasillados en aires aristocráticos demasiado simples, marcados por un mismo perfil, aunque tal vez labrar una personalidad distinta para cada uno de los 16 personajes hubiera resultado más que complejo. Aunque no decepciona los elementos tensores del relato no son demasiado prolijos y la historia parece correr sobre si misma sin mucha ayuda. Aún así con tanta naturalidad, la película mantiene la intriga tal vez con algún proceso tramposo en la ingeniería guionística, pero al fin y al cabo, lo consigue, jugando con el espectador hasta casi el final para explotar en el último suspiro de la película afilando la gran verdad.

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La gran obra de la autora inglesa Angela Christie es adaptada al cine de manera muy brillante y precisa por el director Sidney Lumet, regalándonos una de las mejores películas de los años 70.
Un gran elenco de actores seleccionados entre lo mejor de esa época, dan vida a los personajes que viajan es ese mítico tren llamado Orient Express. Y como tan bien nos tiene acostumbrados en su obra, un asesinato revolucionará todo el entorno de los personajes, entre los que se encuentra el gran detective Hercules Poirot.
La película resulta ser una gran adaptación del libro (el cual leí hace años y me encantó). Recrea de manera perfecta toda la atmósfera que se narra en cada una de sus páginas, y expone muy bien a cada personaje con sus particularidades y sus diferentes posturas frente el asesinato.
Lo más efectivo de todo es ese halo de misterio en el que existen varios sospechosos de asesinato, pero uno no sabe hasta el final quien es el que lo cometió. Esas numerosas pistas que van haciendo que uno se balance entre un posible asesino u otro, crean una expectación en la trama que resulta imposible de desconectar.
Todos los actores realizan un trabajo magnífico; un punto que es de esperar debido a la trayectoria que tienen. Un trabajo coral en el que ninguno destaca más que otro. Un grupo de personajes que tal vez no digan toda la verdad que uno cree, y tal vez tegan más miedo del que aparentan.
Estéticamente la película esta muy bien recreada. Ese mundo de principios del siglo XX está cuidado hasta el más mínimo detalle en el vestuario y los peinados. Además los objetos trasladan en el tiempo a esos años de la belle epoque, donde se vivía un periodo de extraña calma de entreguerras.
En fin, sin lugar a dudas "Asesinato en el Orient Express" es un clásico del misterio que ha dejado huella en el mundo del cine. Un film del que directores posteriores han bebido de él para poder crear sus obras. Una película imprescindible de ver para quien le guste el cine de misterio y policiaco.

Un tren que parte de Estambul con dieciséis pasajeros ha quedado detenido por una tormenta de nieve en Yugoslavia. Sin embargo, el suceso más inquietante es que uno de los viajeros ha sido brutalmente asesinado, y el culpable puede estar aún dentro...
Como alega el muy perspicaz Poirot, "durante tres días, todas estas personas, absolutamente desconocidas entre sí, viajarán en un tren en el que la máquina controla sus destinos".

Una de las novelas de misterio más conocidas e influyentes de la Historia es y será siempre el "Asesinato en el Orient Express" que la experta en el género Agatha Christie publicó allá por mediados de los '30. A lo largo de los años, muchas de las historias de la escritora han sido trasladadas al panorama cinematográfico, destacando "Testigo de Cargo", de Billy Wilder, "El Tren de las 4:50", de George Pollock (cineasta que adaptó otros tantos títulos), o "Muerte en el Nilo", dirigida por John Guillermin.
El mismo año en que Peter Collinson realizó la tercera versión de "Diez Negritos", los productores John Brabourne y Richard B. Goodwin intentaron convencer a Christie de que les cediera los derechos del "Orient Express", desgraciadamente, la mujer no estaba por la labor de aceptar tales peticiones dado el fastidio que le produjeron algunas de las adaptaciones de sus obras que habían sido llevadas al cine durante la década de los '60. EMI Films consiguió que el proyecto despegase, con Christie aceptando a regañadientes, disponiendo a un Sidney Lumet en el mejor momento de su carrera para que ocupara el puesto tras las cámaras.

El famoso, sagaz y muy sarcástico detective belga Hercule Poirot se encuentra retornando a su Inglaterra en el Orient Express acompañado de su querido amigo Bianchi, directivo de la línea Wagons-Lits. En dicho tren acabarán subiendo, entre otros pintorescos personajes, un conde húngaro y su esposa, un coronel de la armada británica, una distinguida y anciana princesa rusa, una misionera tímida muy devota a la religión y un misterioso hombre de negocios llamado Samuel Ratchett junto a su secretario y su sirviente.
En mitad de la fría noche, el Orient Express es asaltado por el mal tiempo, y la nieve impide el paso al ferrocarril. A la mañana siguiente, el sr. Ratchett, quien había revelado al detective la existencia de unas cartas de amenaza hacia su persona, yace muerto en la cama, apuñalado y envenenado; las pistas llevarán a Poirot a relacionar el caso con el turbio secuestro y asesinato de una niña americana ocurrido cinco años antes, en el cual Ratchett estuvo implicado. Uno de los pasajeros está detrás de esa repulsiva y, sin embargo, bien merecida muerte...¿pero quién de todos los sospechosos?

La novela, tomando la escritora inspiración del rapto y asesinato del hijo del aviador Charles Lindbergh en 1.932, es un clásico del género que ella popularizó, el "whodunit", cuya intriga se mantiene intacta en el film. Sidney Lumet, eficiente cineasta que había demostrado un talento especial para los "thrillers" de suspense, es el indicado para afrontar la difícil responsabilidad de llevar "Asesinato en el Orient Express" a la gran pantalla, con guión de Paul Dehn, donde resulta muy fácil de apreciar la cantidad de modificaciones en la trama y en los nombres y carácter de los personajes (Masterman y Bouc son ahora Beddoes y Bianchi, y la solterona Greta es transformada en misionera), así como en el desarrollo de las entrevistas a los pasajeros.
Cambios aparte, la habilidad de Lumet es decisiva para que la adaptación sea lo más digna posible al texto de Christie, y yo creo que eso se cumple con creces; influenciándose de los cánones del cine negro clásico, especialmente el de Hitchcock o Preminger, y con un curioso guiño a sus "Doce Hombres sin Piedad", el director elabora una perfecta intriga repleta de cinismo, violencia, humor negro y un importante dilema moral (Poirot, defensor de la ley, conoce la identidad de los autores del crimen...pero también es consciente de la atrocidad cometida por Ratchett), aspectos que se mantienen como algunas de las máximas de su cine.

Una de las grandes bazas de la película es el inmenso reparto coral que acaba reuniéndose y que tenemos el privilegio de ver. Desde Martin Balsam a Jacqueline Bisset pasando por Vanessa Redgrave, Michael York y míticos astros de la industria como Lauren Bacall, Ingrid Bergman, John Gielgud, Richard Widmark, Sean Connery o Anthony Perkins (en un papel que sin duda escribieron para él), algunos de ellos ya habiendo colaborado con Lumet previamente; todos a la sombra de un maravilloso Albert Finney que, con disculpas a Peter Ustinov, consigue dar vida al mejor Poirot.
El buen hacer del diseño de producción, la fotografía de Geoffrey Unsworth y el dominio para el misterio y el suspense de Lumet, aseguran una de las mejores adaptaciones, sino la mejor, de una novela de Agatha Christie al cine, la cual acabó nominada a seis Oscar en su momento.

Nada tiene que ver la nueva e innecesaria versión de Kenneth Branagh, que tuvimos la desgracia de ver hace poco en cartelera, donde los iluminados productores, por la gilipollez esa de la diversidad cultural, nos han cambiado a Ingrid Bergman por Penélope Cruz y a Denis Quilley por Manuel García Rulfo...olé sus cojones.

Salvando pequeños detalles, el guión de Paul Dehn adapta perfectamente una de las novelas más célebres de Agatha Christie. De todas formas si no has leído el libro las dos horas que dura la película se hacen aburridas con tanta cantidad de personajes, coartadas y pequeños detalles que terminan despistando al más pintado.

No es tan entretenida como Muerte en el Nilo, en la que la investigación deductiva era más intrigante y desembocaba en un asesino claro, pero no se puede negar que es una buena película. Aunque su conocido reparto ayude a recordar mejor los personajes, la trama transcurre lentamente y puede resultar cargante.

Técnicamente no se le puede reprochar nada a la película. Hermosa fotografía, elegante vestuario, aceptable banda sonora y elaborado guión. El reparto es de lujo y aunque Albert Fienney es un convincente Hércules Poirot, yo habría preferido al gran Peter Ustinov cuyo sarcasmo se asemeja más al que su creadora transmite en sus novelas.

En resumen, buena adaptación pero escasa en intriga y entretenimiento.

“Asesinato en el Orient Express” es considerada una de las mejores adaptaciones al cine de las novelas de Agatha Christie. En Istambul, el detective Hércules Poirot recibe un telegrama que le pide que cancele todos sus compromisos para volver de inmediato a Inglaterra, por lo que decide viajar en el Orient Express que parte esa misma noche. Durante el largo viaje, el tren quedará detenido en Yugoslavia a causa de una tormenta de nieve y se cometerá el asesinato de uno de los pasajeros. Poirot será el encargado de resolver el misterioso asesinato. La novela fue publicada en el año 1932, y cosechó gran éxito de crítica y público, ofreciendo todo lo que cualquier fan de las novelas detectivescas y de misterio pueda esperar: un asesinato irresoluble, personajes internacionales con una coartada perfecta y finalmente, una resolución imposible que resulta convincente. Sidney Lumet realizó una adaptación perfecta de la novela, partiendo de la premisa de ser fiel al material original, incorporando un elenco de actores que era una gran representación del mejor Hollywood de la época (Albert Finney, Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Sean Connery, Anthony Perkins, Vanessa Redgrave y un largo etcétera) y mostrando elegancia y glamour tanto en los planos como en los decorados y vestimentas. La película obtuvo seis nominaciones a los Óscar de los cuales consiguió una estatuilla, la de mejor actriz secundaria para Ingrid Bergman. Cuando el tren inicia su recorrido, la película te arrastra en su espiral de misterio, a manos de su casting coral y un gran y extravagante Hércules Poirot.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com