El secreto de vivir

Otra de Capra y una nueva decepción. Al menos en esta sale el muy guapo Gary Cooper, así que eso que te llevas.

«El secreto de vivir» sigue la tónica buenrollista y buenista tan ñoña en la que los ricos vuelven a ser unos malvados sin corazón y los menos ricos o pobres están llenos de bondad. Que no digo que no ocurra, pero es que es tan maniqueo, tan obvio, tan exagerado y tan aburrido que lo único que te provoca es risa. Podríamos pasarlo por alto si la película tuviera más alicientes, pero es que tampoco los tiene, porque ni es divertida ni es romántica, y eso que consta como comedia romántica.

El romance es de esos falsos y precipitados en el que uno se enamora de alguien que no existe, alguien que finge ser quien no es, pero al parecer esto no te impide seguir totalmente enamorado; como si la quisieras por su cara bonita y la fantasía que te has montado de esa persona. Esto es lo que le pasa al protagonista Deeds, un hombre que va de inocente y bueno pero que es un caradura tremendo y un bobo que se tira toda la película mandando, ordenando, dándose a la buena vida y pegando a la gente mientras pone cara de cordero degollado y se queja de que eso de ser rico no está hecho para él. Pues, hijo, lo estás disimulando muy bien, porque yo es que te veo la mar de adaptado a tu posición.

Ojo al giro de guion con las hordas de desempleados y ese discursito combativo, de nuevo, hacia los ricos; muy bien, pero ni una crítica al sistema en sí, al gobierno, al estado que permite y alienta tan pronunciadas diferencias económicas y sociales. Eso no, claro. De hecho, el propio Deeds hará un discurso patriota norteamericano para que se note que los Estados Unidos es un país maravilloso y que la culpa de los males que hay es del puñado de millonarios sin corazón, y seguro que tampoco verdaderos patriotas, que se dedican a ganar dinero y no reparten sus millones entre los necesitados...

Cuánta cobardía, cuánta demagogia. Mala.

El solo aspecto en que coincido completamente con los críticos que me preceden es que ésta es la historia de un hombre increíble, irreal, de fantasía. Dicho con otras palabras, que esta es una historia inverosímil; y no creo que Capra pretendiera limitarse a solo eso, fantasear.

Creo que Capra intenta una y otra vez mostrarnos una alternativa de vida, una forma de vida más humana que la que estamos llevando; y supo, -por el éxito que obtuvo-, que todos lo deseamos igualmente; pero, a mi entender, unas veces lo consigue y otras veces no.

Esta verosimilitud lo consigue, a mi entender, en “Vive como quieras” o en “Que bello es vivir”, pero no lo consigue en absoluto en “Juan Nadie” y en la película que comento, solo en parte.

Si, como digo, lo que Capra pretende es sugerirnos una alternativa de valores de vida, por muy “ideal” que sea el personaje que nos presenta, si bien no veo inconveniente en que solo fuera fruto de la imaginación, imaginario, sin embargo nunca puede ser irreal.

Bueno, esta si que es una de esas virtuosas películas que ya no se hacen. Una historia con ciertos tintes de humor y muy bien realizada, con guión muy inteligente, resaltando los valores del buen vivir con uno mismo y con la sociedad en general. Esa desprolijidad mágica que tanta falta nos hace y el ver y sentir el dolor de los demás. También una critica a los pseudo intelectuales que se creen mejor que cualquier personas, los abogados, el amarillismo cruel de la prensa y la sociedad en general. Gran y muy versátil actuación de Gary Cooper.
Puede que desde los animales primitivos que poblaron los mares, el engaño, las batallas y el devorarse al mas débil halla sido una constante hasta nuestros días y así se ha construido nuestra sociedad, pero nadie nos puede quitar los sueños, el sueño que en un futuro hallan muchos Mr.Deeds.

"Recorrí la Tierra
con los pies desesperados,
buscando en vano un fulgor
que viniera de ti.
Y fue el cielo el que puso a mis pies
un adorable ángel, demasiado adorable
como para cortejarlo.
Mi anhelo ha sido escuchado,
pero mi vida sigue siendo sombría.
Esposado y sin poder articular palabra
ante tu divina presencia.
Mi corazón desea gritar,
si es que pudiera hacerlo.
Te quiero, ángel mío. Sé mía. Sé mía".

Un joven inocentón venido de provincias (Cooper) va a Nueva York, pues debe hacerse cargo de una enorme herencia millonaria: más de veinte millones de dólares.

En esa historia se enamora de una chica guapa y resuelta (Arthur) que, sin él saberlo, es periodista de un famoso rotativo y se las arregla para salir con él para escribir de sus aventuras, aficiones y correrías y así, reírse de él y obtener beneficios de su periódico.

Un genial Frank Capra con un maravilloso guion de Robert Riskin, alumbran una comedia ingeniosa y divertida. Una cinta romántica, con toques de sátira social, que cuenta la historia de un hombre natural y generoso, que hereda una fortuna y que se enfrenta a la codicia y la hipocresía de la sociedad neoyorquina.

Un reparto maravilloso con un Gary Cooper jovencísimo y sembrado como héroe sencillo y noble; una Jean Arthur bonita, inteligente y maravillosa como periodista y mujer primero interesada y luego enamorada; y un elenco de actores de reparto como George Bancroft, Lionel Stander, Raymon Walburn, H.B. Warner o Douglas Dumbrille, todos en sintonía y con actuaciones muy buenas.

Interesante la música de Howard Jackson y estupenda fotografía de Joseph Walker (B&N), amén de una puesta en escena sensacional. Las escenas del juicio son geniales y desopilantes.

La película fue un éxito de crítica y público, y tuvo cinco nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película y mejor director. Ganó el premio al mejor director para Capra, que era su segundo Oscar consecutivo después de “Sucedió una noche” (1934).

El secreto de vivir es considerada una de las mejores obras de Capra y una de las más representativas de su estilo entrañable, optimista y humanista.

Un filme cordial, simpático, con un humor dulce e ingenuamente risueño, ello, en medio de una América deprimida y en crisis.

Frank Capra dirigió esta buenista comedia dramática en la que reprueba el comportamiento de algunos aprovechados de las altas esferas para intentar sacar beneficio de la inocencia y honestidad de otros ciudadanos aparentemente menos espabilados.

También, con la introducción del personaje de Jean Arthur, se critica la falta de ética en el periodismo que utiliza procedimientos ilícitos para conseguir fines interesados, ensalzando al mismo tiempo la conducta estrafalaria como distinción positiva.

Gary Cooper está maravilloso en el papel del clásico ciudadano corriente convertido en héroe por su talante bondadoso y honrado dentro de un sistema claramente perfectible.

Entrañable e idealista comedia que le valió a Capra su segundo Oscar como mejor director.

Nota: 8,5