Octopussy

Y me refiero a Roger Moore.
A pesar del disparatado guión y de las inverosímiles secuencias de acción, este hombre lo hizo todo creíble, gracias a su carisma y presencia en pantalla.
Que los puristas no le den más vueltas.
Moore es el único James Bond posible. Los demás... sucedáneos.

En contra de la eterna sensatez de su colega, el general Gogol (que no por nada lleva el apellido del notable autor de “El capote” y “El inspector”, entre otras grandes obras), su colega, el también general Orlov, está dispuesto a pasarse por la faja sus ideas pacifistas al igual que las del presidente Leonid Brezhnev, pues, en su delirio de grandeza siente que puede apoderarse de casi toda Europa, colocando una "bombita" allí, que servirá de engaño y motivará el desarme… y entonces, él entrará con sus divisiones -que supone 10 a 1 con respecto a sus pensados blancos- y en un santiamén, Europa hará parte del poderoso imperio soviético.

Orlov, cuenta con la ayuda de un obstinado ladrón de joyas, llamado Kamal Khan, que, mientras trabaja para una bella empresaria, dueña entre otras cosas de un circo y conocida como Octopussy (como de niña la llamaba su padre por el amor que le tenía a los pulpos), se aprovecha de los traslados para hacer de las suyas… pero no cuentan ellos con que, Bond, James Bond, el agente 007, está pisándoles los talones.

“OCTOPUSSY”, toma como base inicial y muy libre, los cuentos, “Propiedad de una dama” (en el que Bond investiga el interés que tiene un agente soviético por un huevo Fabergé que perteneció a la familia Románov) y el cuento “Octopussy” (donde Bond tiene la tarea de arrestar al comandante Dexter Smythe, a quien se acusa de asesinato y de robar un tesoro, pero el hombre se habrá suicidado antes de que Bond le atrape, para evitar la vergüenza de un Consejo de Guerra). Estos cuentos, los incluiría, Ian Fleming, en su catorceava y ¡por fin! última compilación, que saliera a la luz en 1966. Así terminaba la obra literaria de uno de los más negados y exitosos escritores que –gracias al cine- consiguió vender libros por montones.

Como historia,”OCTOPUSSY” es ¡¡¡más de lo mismo!!! Cuba, La Unión Soviética, India y Alemania oriental -países que, por aquellos años, eran algunos de los mayores opositores al poder que Inglaterra y EEUU ejercen en el mundo-, vuelven a jugar como blanco de los "defensivos" ataques de Bond... y de nuevo, el MI6 será el salvador de un mundo plagado de megalómanos.

MacDonald, Maibaum y Wilson, aportan una historia ¡tan, pero tan plana!, y con resoluciones argumentales tan ligeras y absurdas, que toca cerrar los ojos para no ver como la lógica y la física se pisotean sin pudor alguno… o en el mejor de los casos y a falta del más mínimo suspenso, queda reírse, como en ese momento (cito escena clave) donde un montón de gente espera impasible a que, ¡faltando 8 segundos!, Bond comience a desinstalar una poderosa bomba que podría hacerlos trizas… y la desinstala ¡cuando ya el reloj está en ceros! Nadie se mosquea, todo el mundo "sabía que Bond lo haría”.

Conocedores del interés que, tantísimos hombres de todo el orbe mantienen por las chicas suecas, los productores decidieron hacerse con otros dos ejemplares como en “The man with the golden gun”, y como a Maud Adams, el tiempo le venía como a los mangos, repitieron con ella, logrando incluso que luciera mucho más simpática… y a su lado (aunque más al de Roger Moore), pusieron a Kristina Wayborn, una chica que besa como para que nadie la olvide.

Con todo, “OCTOPUSSY” es otro James Bond bastante fácil de olvidar.

La penúltima aventura de Roger Moore como 007 tuvo que enfrentarse al Bond original (Connery), que ese mismo año estrenó "Nunca digas nunca jamás". La victoria en las taquillas fue para el primero, aunque, muchos fans y críticos opinan que el film de Connery es superior.
En Octopussy, Bond regresa a lugares exóticos, en una aventura basada en algunos cuentos cortos de Fleming. El guión es bueno y une intriga, acción y humor perfectamente (por ejemplo en la secuencia del circo).

Lo mejor: El teaser de la película, la interpretación de Steven Berkoff y la belleza de Maud Adams y Kristina Wayborn.

Lo peor: Los años se le empiezan a notar a Moore que no está muy creíble en las secuencias de acción.

- Sean Connery genera una veneración unánime en los fans del 007 cuando éstos hablan de su intepretación del 007. Quizás esa veneración sea una impostura, pero ése es otro cantar...
- Lazenby despierta en los fans una sensación que se halla en un punto intermedio entre la ternura y la lástima. Una suerte de "percibimos que hizo lo mejor que pudo, pero..."
- Dalton fomenta un respeto sobrio, sin grandilocuencias aunque tampoco sin críticas.
- Brosnan despierta, en términos generales, buenas críticas por haber sabido lidiar con el personaje y con el legado de sus predecesores en eclécticos 90's.

- Y aquí llegamos al Bond de Roger Moore, el único amado y odiado por igual. El único que no entiende de términos medios en la valoración de los fans.

Al gran Roger (con esto dejo en claro en qué bando me encuentro) los puristas lo acusan de frivolizar el personaje, de impregnarlo con un toque "pop" que no condice con la concepción de Fleming y, por último, de seguir lidiando con el papel estando ya demasiado viejo, y por ende resultando inverosímil en las proezas físicas que requiere el personaje. Mi respuesta a esto es: ¡y a mí qué me importa! La apostura de Roger, su flema y su histrionismo que transmite incontables emociones hacen de sus películas Bond un entretenimiento único en sí mismo, sin importar el guión de turno.

Octopussy es una de las más salientes películas de Roger como 007. Aquí los excesos de Moonraker se moderan y Roger encuentra un balance, siempre dentro de su estilo burlón, claro. Los villanos, las chicas Bond y la fotografía están a la altura, como siempre. Y el guión cumple su cometido.

Octopussy es una de las aventuras más estúpidas de James Bond de toda la saga. En los Simpsons, Homer la consideraba su película inglesa favorita. Sin embargo, es tan disparatada y suceden tantas cosas, que si uno no se la toma demasiado en serio puede llegar a resultar simpática. Yo la última vez que la vi, hasta me gustó y todo. No es buena pero sí muy entretenida. Los primeros cuarenta minutos son muy dignos, aunque la escena del comienzo en Cuba es un tanto risible. Sin embargo, una vez de que Bond llega a la India la película decae por completo. Entonces parece que estemos viendo una película de Mr. Bean, porque las payasadas se suceden sin descanso. Como aquella en la que Bond salta de liana en liana en la jungla gritando como Tarzán, o aquella en la que se encuentra con un tigre más falso que Judas y le manda echarse. Por no hablar de la persecución en las calles de Nueva Delhi en la que te puedes partir el culo con la cantidad de paridas que se ven. Parece que vaya aparecer el mismímisimo Benny Hill de un momento a otro.

Los gadgets también son disparatados, pero el que se lleva la palma es el de un minisubmarino con forma de cocodrilo. Y digo yo, para cuando un tanque con forma de hipopótamo? La película también quiso hacerse eco del éxito de cintas como En busca del arca perdida, mostrando a un Bond menos sofisticado sin sus elegantes trajes y más aventurero, aunque el resultado fue grotesco, como cuando se disfraza de payaso para huir de los malos. Roger Moore se iba haciendo mayor para el papel y se le nota más cascado aunque todavía da el pego como 007.

Octopussy se estrenó antes que Nunca digas nunca jamás, que supuso la vuelta de Connery al personaje que le dio la fama. Sin embargo el Bond producido por Brocoli se llevó el gato al agua en la taquilla superando en recaudación a su competidora. Maud Adams repite como chica Bond después de su participación en El hombre de la pistola de oro, aunque ya no se la ve tan guapa. La que está como un pan es Kristina Wayborn. Los malvados de turno no lo hacen mal aunque se echa en falta una mayor presencia en la historia. El guardaespaldas del principal villano, Louis Jordan, está interpretado por el mítico Sandokan, Kabir Bedi. Steven Berkoff encarna a un pérfido general comunista que desea instalar el socialismo en el mundo a la fuerza. En su misión por tierras indias 007 contará con la ayuda de un simpático agente hindú interpretado por el ex-tenista indio Vijay Amritraj.