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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.254
Críticas ordenadas por utilidad
9
24 de marzo de 2009
92 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algún tiempo, tuve en terapia holística a una muchacha que me trajeron con un alto grado de depresión, bajo el supuesto de haber sido "victima de reiteradas violaciones por su propio padre".

En un ejercicio de anamnesis, la joven describió lo que ocurría en cada acercamiento de su progenitor… y al final, procurando no revictimizarla, pudimos "concluir" que nunca hubo violación y tan solo fueron "leves actos de irrespeto" a los que se veía impulsado su padre por la soledad y el rechazo que recibía de su dura esposa. Hubo entonces catarsis y la joven se quitó pronto ese gran peso moral que la impedía aceptar a otro hombre.

Hago referencia a esta experiencia, para dejar constancia de que, lo que se expone en, <<LA CALUMNIA>>, es perfectamente viable. Algunas personas pueden autoengañarse cuando, por falta de discernimiento, malinterpretan o exageran lo ocurrido, y así como es bien cierto que hay tantas y tan dolorosas víctimas de los más atroces abusos y violaciones, también hay que admitir que hay unos cuantos menores mitómanos, manipuladores y con capacidad de sostener una mentira hasta las peores consecuencias. ¿Qué pretenden con ésto? Defender intereses muy particulares; evitar un presunto castigo... o quedar bien con alguien que representa mucho para ellos.

La obra de Lillian Hellman, “The Children’s Hour” (1934), escritora de relevante aporte en películas como, “The Little Foxes”, “The Chase" o “Julia”, entre otras, ha sido llevada al cine, en segunda ocasión, por el calificado director, William Wyler, quien readapta una historia que, el oprobioso código Hays, había transformado en otra cosa cuando la hizo con el título, “These Three”, en 1936.

La historia nos habla de dos emprendedoras y agradables mujeres: Karen Wright y Martha Dobie, quienes han fundado una exitosa escuela para niñas. Se graduaron juntas y ahora sostienen una gran amistad que les permite trabajar con armonía... y sobrellevar las incomodidades que alguna empleada asiduamente les produce. Karen es la novia del médico Joe Cardin, y están próximos a casarse cuando una de sus alumnas, Mary Tilford, queriendo escapar de la escuela donde se han descubierto sus continuas mentiras, y para quedar bien con su rígida abuela, decide contar con morbosos añadidos, algunas cosas que escuchó y que, sabe, comprometen la dignidad de las dos damas que dirigen el colegio.

Lo que, Wyler, recrea con gran eficacia, es el efecto que la intolerancia genera cuando se obstaculiza el libre desarrollo de la personalidad y cuando una sociedad hipócrita se ensaña con aquellos que, por alguna diferencia, se salen del marco de lo convencional.

<<LA CALUMNIA>>, es una valiente apología sobre el derecho a la autodeterminación, la cual fue mal acogida en su momento por el conservadurismo de la época... y ahora, quizás resulte un poco rezagada por las libertades, supuestamente, alcanzadas en nuestra cultura.

Un brillante reparto que incluye a, Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, Fay Bainter y Miriam Hopkins, recrea un drama que impacta y que sacude con fuerza nuestros más rezagados prejuicios frente a los sentimientos y derechos de los demás.

Titulo para Latinoamérica: LA MENTIRA INFAME
Luis Guillermo Cardona
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7
22 de octubre de 2009
58 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El hombre sabio sube a la montaña y desde allí contempla a la gente… Luego desciende y convive con la gente”. (Anthony de Mello)

Resulta “casi milagroso” que, en una película que no pudo acabarse, a la que le faltaron numerosas escenas para que Buñuel desembuchara y aclarara todo lo que quería decir, y que concluye con un final forzado y decididamente abrupto, uno pueda encontrar tanta riqueza narrativa y un alegato, en definitiva, coherente.

Los estilitas eran famosos anacoretas que, asumiendo una “total renuncia del mundo”, vivían en lo alto de una columna. Se alimentaban con lechuga y agua que les traían algunos de sus devotos, y llevaban una vida de extraño aislamiento de un mundo al que consideraban pecador. Hubo muchos de ellos, sobre todo en oriente, a lo largo de varios siglos, y uno de los más conocidos fue San Simón, en cuya historia se ha basado Luis Buñuel para demostrar la vana experiencia de un aislamiento al que llaman santidad.

Y así, lo que vemos en este agudo filme, es a un hombre barbudo y sucio, subido a una columna (falo), y rodeado por un simulacro de ring protector, desde el cual lucha, solo, contra las tentaciones del mundo. Tiene un grupo de adeptos que lo proveen de su escaso alimento, y a ellos predica, y con ellos ora cada tanto, para cumplir con su “sagrada misión”. Entre tanto, el diablo, metido en el precioso cuerpo de Silvia Pinal, decide tentarlo, de las más diversas formas, para convencerlo de que no renuncie al mundo.

Nuestro “santo” comete, entonces, varios errores de procedimiento que pueden leerse en su proceso: 1. Al subirse a la columna (quizás para sentirse más cerca del cielo) expuesta al aire libre y a la vista de todos, se muestra superior y con esto denota arrogancia en su pretendida humildad. 2. La columna se convierte en símbolo de un gran falo porque, al negar la sexualidad y reprimirla, ésta se convierte en un poderoso y urgente reclamo difícil de vencer. De ahí las agradables y provocativas visiones que constantemente tiene. San Agustín decía algo así: “Si Dios no juzgara nuestras acciones sino nuestros pensamientos, yo mismo estaría ya condenado”. 3. No se lucha contra el mundo huyendo de él, sino aprendiendo a verlo y a asumirlo de otra manera. La fortaleza se demuestra al tener de frente la ocasión de pecar y conseguir resistirla. En la huida hay, casi siempre, más debilidad que fuerza moral.

Creo que hubiera preferido a Manuel “Loco” Valdez en el rol que hizo Claudio Brook. Pero, Silvia Pinal, me resulta bastante convincente jugando, como la Dietrich, a demostrar que el diablo es una mujer.

La vida se hace plena cuando te mezclas entre la gente. El hombre es un ser sociable, porque es con el otro que se salva o es con el otro que se condena.
Luis Guillermo Cardona
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8
3 de enero de 2009
42 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es, éste, uno de esos viajes hacia el pasado que algunos hombres logran con autohipnosis y con el imperativo afán de consumar la entrega afectiva con ese ser maravilloso que, alguna vez, hemos soñado; es un retorno a lo que nunca se ha encontrado, a la esperanza divina de amar y ser amado; y con sumo esfuerzo, es un franquear la barrera tortuosa que imponente nos niega el derecho a nuestra dicha.

La historia, escrita por el famoso guionista Richard Matheson, quién se basó en su novela de ciencia ficción, "Bid Time Return" (1975), comienza en el Colegio Millfield, año 1972. Se está celebrando una obra de teatro y una anciana se acerca al joven dramaturgo, Richard Collier, le entrega un reloj de bolsillo y le dice: “Vuelve a mí”. Ocho años después, en el gran hotel de la isla Mackinac, en el Estado de Michigan -lugar en el que se han forjado grandes historias-, el joven dramaturgo descubre un retrato que lo deja obsesionado.

Matheson contaba que se inspiró en ésta historia viendo un retrato de la actriz, Maude Adams en la Opera de Piper en Nevada, del cual quedó sorprendentemente prendado. Como su personaje, Mathison investigó, desde entonces, sobre la vida de la actriz; pasó largo tiempo en el hotel del Coronado (donde se desarrolla la novela); y el título original, “Bid time return” (Pide al tiempo que vuelva), lo tomó del “Ricardo III” de William Shakespeare que, en la escena 2 del acto III dice: “Oh, llama de regreso al ayer, pide al tiempo que vuelva”

Para quienes crean en la reencarnación, en que se tienen otras vidas y otros tiempos, esta película reafirmará todas sus expectativas. Richard Collier y Elise Mckenna, pasarán el túnel del tiempo y una maravillosa historia de amor vivirán en 1912, sesenta años antes de aquel último encuentro.

El sueño idealizado se hace realidad. Se transparenta aquel afecto magnánimo arrinconado y obstaculizado por incomprensibles circunstancias. ¡Qué importa si todo no es más que un sueño! ¡Qué importa que el reencuentro apabullante con el mundo de la materia niegue a ultranza lo que nosotros sentimos y lo que nuestra mente imagina! Contra todo lo inexequible, la consumación - como haya sido- es todo un hecho llevado a cabo en el más allá, en la dimensión desconocida del pensamiento, los sentimientos y las emociones.

Unos impecables decorados; una pictórica y ensoñada fotografía; una banda sonora que nos acaricia las fibras más recónditas (memorable, John Barry) y un ambiente general de singular romanticismo, resultan sobrecogedores para cualquier espectador que desinhiba su sentir y se entregue complacido a este viaje de ensueño.

Protagonizada por Christopher Reeve, Jane Seymour y Christopher Plummer, <<EN ALGÚN LUGAR DEL TIEMPO>>, obtuvo, merecidamente, la Licorne d’Or en el festival internacional de cine fantástico de París. Un filme que te hará salir caminando por las nubes, y esto de vez en cuando es bueno, ¡porque no es solamente tierra lo que existe en el universo!

Título para Latinoamérica: PIDE AL TIEMPO QUE VUELVA
Luis Guillermo Cardona
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10
23 de enero de 2009
36 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años 20' del pasado siglo, le concedieron la gloria a ese gran director, actor y creador de gags, nacido como Joseph Francis Keaton, pero, quien se hiciera conocer como, Buster Keaton, porque desde niño fue una Maravilla. Desde su corto, “Out West” (1918), hasta “The Cameraman” (1928), su obra cinematográfica está colmada de los más grandes y significativos logros que haya podido alcanzar un comediante de la Edad de Oro.

<<SHERLOCK JR.>>, es otra de sus obras maestras. Escrita por, Jean C. Havez, Clyde Bruckman y Joseph A. Mitchell, lo que se nos cuenta es la historia de un joven proyeccionista, aspirante a detective, quien es víctima de las trapacerías y acechanzas de un rival que quiere sacarlo del camino de la chica que ambos pretenden. Cuando sus intrigas logran que, el inocente enamorado sea visto como un delincuente por la familia de su novia, éste se marcha a cumplir con sus obligaciones laborales y mientras proyecta una película, curiosamente titulada, “Corazones y Perlas”, su cuerpo somnoliento se desdobla... y su espíritu entra en el filme para asumir el rol de ese detective que añora ser y que, ahora, tendrá como antagonistas a los causantes de su tristeza. Lo que sigue, tuvo que haber inspirado a Ian Fleming -el creador de James Bond-, pues, da cuenta de unos gags sorprendentes y elaborados de manera milimétrica hasta lograr la perfección. Hasta, Woody Allen, se sintió inspirado por Keaton, pues, bien se sabe de las evidentes semejanzas que, “La Rosa Púrpura del Cairo”, sostiene con “Sherlock Jr.”

Onírica y fascinante, poética y enormemente divertida, esta película de Keaton sería una de las favoritas del movimiento surrealista, el cual encontró en ella una vena condescendiente con el camino que ellos seguirían para promover la libertad de pensamiento.

Éste es uno de los cuatro largometrajes que Keaton dirigiera solo (en los restantes trabaja en codirección) y en él se muestra con toda la propiedad de un gran maestro: ingenioso, original, preciso... y dueño de una vena humorística que, por desgracia, no sería debidamente reconocida hasta cuando su carrera se hallaba ya en el más completo declive.

Pero, eso no le quita mérito alguno, como tampoco se lo restó a, Vincent van Gogh, el no haber vendido ni un solo cuadro mientras estuvo vivo.

Buster Keaton, es uno de los inmortales y, <<SHERLOCK JR.>>, es una joya de 100 quilates.
Luis Guillermo Cardona
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6
8 de diciembre de 2009
39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es un western trágico… y hubiese sido muy eficaz como una tragedia-western. Se convirtió en un filme impersonal porque, sin el beneplácito de su director John Huston, los productores –Lancaster como principal sugerente– decidieron cortar un buen trecho de su metraje y sacrificaron escenas que preservaban el sentido de alegato contra la discriminación, el fanatismo y la segregación racial, dando lugar a una historia ambigua que podría interpretarse como "un llamado al extermino de los indios para que la paz pueda llegar al fin" (¿?)
Tan sólo resulta esperanzador el hecho de que se anuncie boda de integración racial, pero, el tijeretazo que se le da al interesante personaje de Portugal, tira por la borda las intenciones del director de dejar sembrado un firme propósito unificador con respeto por la diferencia.

Contra todo -sumado el crítico accidente que padeció, Audrey Hepburn, el cual le costó la pérdida del hijo que llevaba en su vientre-, el filme se mantiene como una obra de alto interés porque tiene personajes muy bien orientados en su estructura psicológica, dándole al espectador la argumentación necesaria que explica el comportamiento extraño o “malvado” de cada uno.

Los hechos y emociones que carga en su psique cada personaje resultan accesibles a nuestra capacidad de razonamiento, y así es como entendemos el afán de venganza de ese onírico e intrigante personaje que resulta Abe Kelsey; comprendemos el miedo que induce al acto extremo a Mathilda Zachary; podemos explicarnos el exacerbado odio que Cash siente hacia los indios; validamos el afán de rescate que tiene el jefe Kiowa… y entendemos el intenso y profundo sentimiento que, Ben y Rachel, se cuidan –sin lograrlo- de mantener en reserva.

“UNFORGIVEN” (los títulos para España y Latinoamérica no atinan a su verdadero sentido), alude a aquellos seres que no encuentran el perdón, pero, que bien lo merecen cuando se llega comprender sus más hondas motivaciones y su humano comportamiento.

El reparto, nos deja también plenamente satisfechos, pues, se trata de estrellas del más alto profesionalismo. Particularmente: Joseph Wiseman, interpretando a Kelsey, el fanático religioso; Lilian Gish, la abnegada y valerosa madre; y Charles Bickford como el patriarca Zeb Rawlins, dispuesto a la verdad contra todas las consecuencias, resultan dignos de los mayores aplausos… y por supuesto, Audrey Hepburn, una vez más, resulta fascinante.

Como obra cinematográfica, “UNFORGIVEN”, tenía madera para alcanzar la cima artística... ¡lástima que, la injerencia de los productores, con tanta frecuencia resulte en detrimento de grandes realizaciones.

Título para Latinoamérica: “LO QUE NO SE PERDONA”.
Luis Guillermo Cardona
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