Soldado de fortuna

Creo que no se merece la nota general que tiene, si bien es cierto que la película puede llegar a ser un poco tópica en mi opinión se deja ver perfectamente, tiene buenos personajes, acción, alguna que otra frase cojonuda, tensión y grandes dosis de crueldad.

Quizás al principio la sensación que puedes tener al verla es que estás ante la típica película noventera de Van Damme pero todo eso cambia una vez que su personaje se alista en la legión, a partir de ahí adquiere un ritmo diferente, aquí Van Damme no es un experto en artes marciales, es un soldado normal y corriente que se ha metido por obligación en un estercolero en forma de ejercito, sin medios y equipo suficientes los soldados que militan allí han huido de su pasado, la mayoría de ellos sin preparación militar, sin estar listos para una guerra, sin luchar por un ideal o por lealtad a una bandera, simplemente quieren una segunda oportunidad en la vida, ante ellos un enemigo con una determinación increíble, conocedor del terreno y dispuesto a morir por su tierra.

A pesar de ser una película un tanto típica uno logra meterse en ella y acabas por cogerle respeto a los personajes, el final me pareció perfecto, de esos finales que dices: El mundo está jodido, es un estercolero pero hoy es como si me hubiera tocado la lotería.

Pues sí, polvo diario era el que tragan en esta película cuando envían a la compañía de Van Damme hacia un fuerte (el último bastión de Francia, que ya ha perdido nueve) en pleno desierto. La película no da para mucho (y las críticas de los que se la cargan tampoco), está llena de tópicos, etc. Pero, uno, Van Damme está mucho mejor que en la media de sus películas; dos, la música es excelente; tres, la ambientación está muy cuidada y la fotografía es muy buena; y cuatro, claro que no se le puede pedir demasiado, pero me da la sensación que muchos la han visto para poder decir que es una mierda. Y si tienes tan claro que algo va a ser una mierda y aún así la ves, el problema no es de la película, es tuyo (que eres un gili...).

Qué pensará el soldado Alain en medio del desierto solitario y ensangrentado. Qué puede pensarse y sentirse cuando se ha vivido lo que él vive, y mirado a la muerte con esa hombría y ese coraje excepcional y único. Ahora a nadie le interesa el valor. Por cierto, que no hay que confundir el valor con la temeridad o la estupidez, que es lo que, en mi opinión, hoy en día impera. El valor es una virtud difícil, esforzada, a veces innata, y como es una virtud que no está al alcance de la masa informe y complaciente, la desprecia. Nadie quiere reconocer que le encantaría ser como Alain, o como Luther o Mackintosh. Os encantaría, pero no podéis.

Yo la primera, que conste. Y como no me mueve la envidia ni la mezquindad, lloro de emoción cuando presencio la verdadera valentía y ese saber morir tan elegante de quien es consciente de que ha llegado su hora y de que la vida es así. «Soldado de fortuna» nos cuenta las peripecias de un grupo de soldados que recaen en la Legión Extranjera y son destinados al Marruecos colonial, sitio donde aprenderán que tu hogar está en el corazón, los amigos son para siempre, la lealtad implica sacrificio, las naciones son una sola, o ninguna en realidad; que el mayor acto de amor puede ser el mayor crimen, que la guerra es un infierno y que no se puede huir del pasado, ni de sus errores, ni de sus recuerdos.

Un argumento sencillo y bien contado. Unos actores que lo harán mejor o peor, pero que emocionan hasta el último aliento; Van Damme y ese tiro desde la distancia, ese tiro que tiene que dar, es inolvidable. Unos personajes con los que simpatizas al instante, con todos. Un drama de aventuras con el sabor de lo clásico, lo sincero, lo honesto.

Van Damme no da patadas y calla demasiado, pero su Alain levanta la barbilla, se abrocha la chaqueta chamuscada y ofrece su pecho con el valor de los héroes. Espero, Alain, que la fortuna te sonría.

Porque va de eso, de un hombre que tiene que ocultarse del mundo entero y que no encuentra mejor lugar que la Legión francesa. Para ser de Van Damme, un actor malo donde los haya que debería haberse centrado su "carrera" sólo en el culto al cuerpo, no está mal si quieres pasar un rato. Desde luego no es la peor de su mediocre filmografía y, aunque la ambientación del comienzo no se asemeja demasiado a la Marsella de 1925 con una fotografía tan moderna, entretiene un poco. Eso sí, no se sale de los típicos estereotipos de los compañeros de servicio militar ni aporta nada nuevo al género bélico, sino que es bastante previsible en el argumento

Seguramente el mejor trabajo de Van Damme, que en esta ocasión renuncia a cualquier veleidad en el terreno de las artes marciales. Está claro, es atípica en su filmografía pero nos da igual porque es una hermosa película que si tuviera como protagonista a un actor no tan atacado como el belga obtendría críticas muchos más positivas. ¿En serio no merece llegar ni siquiera al cuatro? No me lo puedo creer o sí. O sea, no me extraña que si censuramos este tipo de cine, a continuación tengamos que alabar las mediocridades con las que nos aburren en los últimos años. Así, se explica la deriva cinematográfica.

Volviendo a "Soldado de Fortuna", aquí hay aventura pero también drama, romance y épica. Hay momentos en los que me recordó a "Lawrence de Arabia" (1962) o a "Espartaco" (1960), lo cual son palabras mayores. Desde luego, tiene algunos tópicos y errores, quizá el mayor, que no hay diferencias de idiomas, pero dentro de la sencillez del guión hay una trama que se crece, mucho ritmo, unos personajes bien dibujados, sensibilidad y por supuesto, acción. A lo que se añade un fondo colonial sobre 1925: años de guerra, miles de muertos, todo inútil al perder el Marruecos Francés. Qué triste.