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Rebelión en las aulas

Drama Mark Thackeray, un ingeniero negro sin trabajo, acepta un empleo como profesor de un grupo de estudiantes bastante conflictivos en una escuela de la periferia de Londres. Sus alumnos son insolentes y groseros pero, en el fondo, no tienen malos sentimientos. Al principio intenta ganarse su confianza utilizando los métodos tradicionales, pero fracasa tan estrepitosamente que no tendrá más remedio que recurrir a otras fórmulas. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
3 de febrero de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno sólo se acuerda en la vida de tres tipos de profesores: Los que lo sensibilizaron con unas clases brillantes y lo ayudaron a ser mejor persona. Los que lo hicieron reír con edificantes anécdotas y cuentos… y los que le amargaron la vida con sus salidas en falso. Del resto, hasta sus nombres los olvidamos, fueron fantasmas que pasaron sin dejar ninguna huella.

Mark Thachary, hace parte de los primeros. Es un ingeniero electrónico que va a desempeñarse por primera vez como docente. Su piel es negra y llega a un colegio de blancos en una época donde el racismo está en todo su auge (aunque este absurdo no parece, hoy día, que vaya a cambiar).

Estamos en North Quay, un suburbio de Londres. Thachary es sereno, ecuánime y poseedor de una gran dignidad. Las cosas para él no han sido, ni son fáciles. Sus alumnos son muchachos carentes de afecto y acompañamiento, y se les ha tratado siempre como a niños malcriados.

Cuando, el nuevo profesor, conoce esta penosa realidad decide aplicar su propia técnica y entonces acudimos a una guerra de emociones y sentimientos encontrados; también de tolerancia y férrea resistencia, mediante lo cual quizás sea posible triunfar en cualquier tarea difícil.

James Clavell, un australiano que pasó la mitad de la II Guerra Mundial en un campo de concentración japonés, y quien nacionalizado, años más tarde, en los Estados Unidos de Norteamérica, donde se convertiría en un acreditado dramaturgo, novelista, guionista, productor y director, es el responsable de esta notable película, que da cuenta de un tema candente que no ha perdido ni un ápice de actualidad.

Las escuelas continúan plagadas por el vandalismo y la presión psicológica desde ambos bandos (docentes y alumnos). Se sigue exterminando sueños y transmitiendo bazofia. Se enseña sin ejemplo y se es maestro sin vocación. Se sigue creyendo que es en el colegio donde se forman los niños, mientras que la educación en el hogar se abandona por completo. Se asume como método la memorización, pero, no se enseña a pensar ni a investigar. El tedio y el hastío son las emociones de cada día y el día se hace largo, cada vez más largo, ¡hasta que por fin suena la gloriosa campanada que autoriza la salida!

Sidney Poitier, se comporta como un ser lúcido y preciso, en el difícil rol del maestro que pareciera tenerlo todo en su contra. Antes, en “The Blackboard Jungle” (Richard Brooks, 1955), otra historia sobre las escuelas difíciles, él era uno de los alumnos conflictivos; y esta vez, asume la tarea de ser sendero, fiel a su objetivo de dignificar con su hacer a los hombres de su raza. Mark Thachary, se convierte, así, en un profesor ejemplar que debería ser considerado como una pequeña luz para el cambio que aún espera la educación de hoy.

Como decía muy sabiamente alguien: “La educación es la habilidad para extraer la grandeza que posee cada ser humano”.

<<REBELIÓN EN LAS AULAS>>, es una película necesaria. Su historia es preciso recordarla.

Título para Latinoamérica: <<AL MAESTRO, CON CARIÑO>>
Luis Guillermo Cardona
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4 de abril de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo del cine han aparecido numerosas películas que han tratado el problema en las aulas entre los alumnos y los profesores; pero la pionera fue este film de James Clavell.
"Rebelión en las aulas" nos enseña una juventud londinense que no difiere tanto de cualquier juventud en cualquier época diferente. Las diferencias están en el exterior (música, moda, peinados, asignaturas, las mujeres, los hombres...), pero en el fondo la rebeldía es la misma: los jóvenes contra los adultos; jóvenes que ven un mundo antiguo y que quieren cambiarlo.
Esos jóvenes se enfretarán a un profesor negro (aquí añadimos el tema del racismo que por desgracia no ha cambiado tanto hoy en día), el cual descubrirá que los libros no sirven da nada con estos chicos. Les enseñará los valores de la vida y que es correcto que deben rebelarse y cambiar el mundo, ya que es algo que deben hacer los jóvenes; pero la rebeldía debe ser siempre pacífica y pausada. Nada de brusquedad y agresividad.
La película cuenta con ciertos detalles que hoy en día han quedado un poco obsoletos. Por ejemplo el papel de la mujer está tratado de un modo totalmente obsoleto. Nadie educaría hoy en día a una mujer para que sea únicamente esposa y madre, y tuviera que cuidar al marido. Por otro lado, se expone como de muy mala educación que los chicos fumen (cosa que no es sana, pero claro las drogas brillan por su ausencia). Los tacos que dicen hoy en día suenan totalmente antiguos, e incluso actualmente no sabría si considerarlos tacos.
Estas pequeños detalles hacen que la película quede un poco antigua. Pero esto es inevitable, ya que la sociedad por fortuna cambia continuamente, y lógicamente lo que en su día se consideraba rebeldía, actualmente no se ve como tal. Pero así pasará en un futuro con la visión que tenemos hoy en día de este tema.
En fin, película que marcó una época y un camino para un tipo de cine que la ha imitado en muchas ocasiones. Y salvo alguna excepción, ninguna ha conseguido esta frescura y esta pasión que derrochan sus personajes. Por cierto, maravillosa la canción principal de la película.
icaro_81
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6 de octubre de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay recuerdos efímeros y los hay que duran toda la vida.
Hace unos 40 años cerraron el cine de un pequeño pueblo vizcaino, la última película, o una de las últimas que pusieron fué rebelión en las aulas, a pesar del cierre, el cartel de la película se mantuvo durante varios años en la pared de un viejo edificio por el que pasaba a menudo. Desapareció el cartel y mas tarde derribaron el viejo edificio, hace un par de dias volví a ver rebelión en las aulas ( puntuación 8 ) y de nuevo volví a ver de nuevo aquel viejo cartel en forma de recuerdo.
Preciosa película con final un tanto predecible, pero que ha aguantado bien el paso del tiempo, la interpretación de Sidney Poiter raya lo soberbio y la canción que canta Lulu al final (to sir, whit love) emociona al mas insensible. Recomendable de ver una y varias veces.
El cine Gurea lo volvieron a abrir ( con gran éxito por cierto ) hace 6 o 7 años pero eso ya es otra historia que tal vez les cuente........ dentro de unos 40 años.
narizrota
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24 de junio de 2012
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y no, no lo digo por su revolucionario sistema de enseñaza, no; lo digo por su impecable atractivo físico y encanto personal, verdadero filón para una clase de niñas que empiezan a ser mujeres y niños que quieren ser verdaderos hombres. Poitier y su Mark Thackeray son, lo que diríamos si le conociésemos, perfecto. Si hasta bailando es un genio.

El profesor Thackeray, objeto de deseo para ellas y ejemplo a seguir para ellos, disfruta de una auténtica libertad de cátedra para encauzar a unos chiquillos problemáticos que poco se diferencian de los actuales: malhablados, irrespetuosos, vagos, chulos, narcisistas, maleducados y con una empanada mental sobre la vida que les tiene a la deriva. Así, creo que esta película debería ser de obligada visión para todos los profesores y para todos los adolescentes, incluso para los legisladores, a ver si se dejan de tanta morralla educativa. Además, en absoluto me parece anticuada ni fuera de lugar, ya que todas y cada una de las ideas que se lanzan guardan una profunda verdad, aunque moleste.

Los jóvenes actores hacen un más que aceptable papel, junto al resto del reparto en el que destaca, obviamente, un Sidney Poitier que lleva sobre sus hombros todo el peso de la película. El argumento es en extremo sencillo, pero eficaz en el planteamiento: entretiene, gusta de ver y crea reflexión. El enamoramiento de la alumna no aporta mucho, pero, sinceramente, más realista no puede ser.

Muy interesante.
Kaori
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10 de junio de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora que me dispongo a escribir unos comentarios sobre esta película, no tengo por menos que recordar otro film de 1955, “Semilla de maldad”, dirigida por un gran Richard Brooks que relata las condiciones de dureza en que se han criado jóvenes de barrios bajos en Norteamérica, a apenas diez años de finalizada la II Guerra Mundial. Este aspecto es muy importante en la película, pues esa generación de muchachos apenas eran unos bebés cuando sus padres acudieron a la llamada del ejército para luchar en Europa contra los alemanes, y además sus madres trabajaron mucho en las fábricas para colaborar en la contienda; o sea, que se criaron prácticamente sin padres ni madres prácticamente. Trabaja Glen Ford magistralmente, un excombatiente que solicita el empleo de profesor en un colegio público de chicos conflictivos. Esta película, rodada en blanco y negro con una excelente fotografía de Russell Harlan y gran puesta en escena, mantiene la atención, pues no sólo es un drama educativo, sino que tiene también buenas dosis de acción, tensión y violencia (https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/934343.html).

Comparados con los de esta película, los jóvenes del film “Rebelión en las aulas” son poco menos que inocentes muchachos y muchachas para los cuales en el final de los años sesenta, las circunstancias históricas y sociales eran muy distintas y más amables a las mostradas en la obra de Brooks, y además se desarrolla en la en la Gran Bretaña, una cultura distinta.

La película fue dirigida con gran maestría por James Clavell, quien en el guión de su propia autoría adaptó la novela del escritor de color nacido en la Guyana, E.R. Braithwaithe; me refiero a su novela “To Sir, With Love” (1959), que es como se titula originalmente le película y que dio lugar a la preciosa canción de una de sus protagonistas, la cantante LuLu, que cantó el tema de igual título en una emotiva escena; podéis escuchar este tema aquí: https://www.youtube.com/watch?v=yTapoA5RQyo.

En la historia Mark Thackeray (Sidney Poitier) es un ingeniero negro que acepta un empleo como profesor de un grupo de estudiantes adolescentes beligerantes en una escuela marginal londinense; un alumnado difícil, inculto pero de buen fondo. Para conseguir hacerse con el grupo Thackeray tendrá que recurrir a fórmulas educativas originales e improvisadas en gran medida.

Era yo también un adolescente cuando vi este gran éxito en su estreno, uno de los trabajos más logrados del actor Sidney Poitier que, sin lugar a dudas, es un valor principal del film. En esta bonita película se nos enseña cómo el respeto y la razón pueden hacer más educativamente hablando que la severidad o los castigos, sobre todo cuando de educar a jóvenes rebeldes y extraviados se trata, muchachos de los bajos fondos en una escuela de un suburbio en el Londres de los '60, época de la revolución pop pre-hippie, con una juventud insubordinada y unos padres desorientados. En la trama, el profesor hace un trato justo, sin concesiones, pero amable y que motiva a su auditorio a labrarse un futuro digno. Tengamos en cuenta que sus alumnos son un grupo de ‘descarte social’ de la época, a quienes nadie quiere y a quienes el profesor coloca en un plano de autoestima, seriedad y provecho.

Esta cinta entrañable, a mí particularmente me marcó, pero creo que dejó huella en mucha gente de aquella generación española (y fuera también, obvio). Lo que ocurre es que nuestros profesores de entonces estaban formados en una pedagogía muy dura donde incluso se abusaba del castigo físico. O sea, Poitier era un enorme profe para los tiempos que corrían con el Caudillo al frente. A veces, cuando uno cuenta lo que padeció en centros e internados de Bachillerato de los años sesenta españoles, los jóvenes actuales no lo pueden creer, y aunque no soy de no guardar rencor, sin embargo pienso y pensaré que esos años fueron años de plomo para la educación en España en los que sólo los más capaces o versátiles en todo sentido, estábamos capacitados para aguantar aquel aluvión de exigencias, gritos o golpes que se nos vino encima sin esperarlo y con la anuencia general de los padres.

Clavell, australiano nacionalizado estadounidense tras la II Guerra, ha construido un film con un tema candente que no ha perdido actualidad, al contrario. Vivimos una época en la que se ha trasladado a escuelas e Institutos la violencia de la calle y hay alumnos vándalos que ejercen gran presión en la díada docentes-alumnos. Además, hay poca formación en muchos profesores que siguen laminando sueños y transmitiendo porquería, carentes de valores e incapaces de ofrecer un ejemplo aleccionador, maestros sin vocación, familias perdidas en el consumo y la inanidad. Demasiada memorieta pero no se muestran maneras más interesantes para investigar o, lo que es más importante, para pensar. Tedio, aburrimiento, disgusto o fastidio es lo que siente mucha juventud cada día que pasan en esta enseñanza obligatoria hasta los 16 añitos en unas aulas casi idénticas a las del siglo XIX. Hasta que finalmente y para regocijo de todos, suena campana gloriosa que da licencia para salir cuanto antes mejor del potro de tortura. Y no hablo en chiste, la realidad educativa actual está en gran medida trasnochada y ni atiende las necesidades diferentes del alumnado ni sabe fórmulas para ‘motivar’ en ese difícil pero apasionante mundo de la educación. Por eso, esta cinta es muy aleccionadora para alumnos y profesores.

Esta película muestra lo contrario por eso es una película para recomendar. Adolescentes rebeldes, malos estudiantes pero con una singular inteligencia que Thackeray-Poitier supo conducir y guiar para que florecieran sus potencialidades. El profesor negro con un pasado arduo, un hombre de gran fortaleza que comprende y conoce a sus alumnos, tal vez porque él fue igual en su momento. Personajes que generan situaciones diversas e interesantes en la película que hacen de esta cinta única y muy entrañable.
Kikivall
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