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Deuda de honor

Western. Drama Nebraska, 1855. Mary Bee Cuddy (Hilary Swank), una mujer solitaria que vive en un remoto pueblo del Medio Oeste, es elegida por la Iglesia para hacer regresar al mundo civilizado a tres mujeres que han perdido la razón. Para ello, cuenta con Briggs (Tommy Lee Jones), un delincuente al que salva de la horca con la condición de que la ayude a ejecutar su misión. Juntos emprenden un largo y peligroso viaje a través del desierto, desde ... [+]
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Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2016
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabemos bien lo que la mujer ha debido sufrir en esos tiempos pasados de escasez y soledad. Es terrible. Hay que ver esta película. Antes había mucho loco, desquiciados por la violencia de los tiempos, por la incomprensión de lo que era la vida. Este paseo, esta carreta movie, te lo cuenta de forma pausada y completa. No se ahorra nada. Te dejará pensativo hasta el último instante con el viejo Tommy. Qué papelones señores. Yo me dirijo siempre en masculino porque estoy chapado a la antigua, soy como Tommy, no me van las nuevas formas, pero cuando digo señores, digo también Señoras. Así hablaría Tommy.

Ella es fea como un cubo de hojalata. A mí me parece hermosa y siento profundamente que no pueda escuchar música. Bueno, contaría la película entera, pero lo haré para mí, para saborear la historia, para reconstruirla. Como todo en la vida, tiene sus lados oscuros pero ya, sólo por el momento Hotel, llegando al Este, merece la pena seguirla. Cómo se ha metido Tommy en su propio papel. Él es un poco así. En la vida real es un cachondo, dicen sus colegas, pero siempre va dando esa apariencia extraña de huraño, y de irritable. Bastante irritable.

Ella ofrece un porvenir que parece agradable. Él no; nunca ha hecho planes. Desertó del Ejército y de una viuda que le hizo trabajar. Son completamente diferentes, polos opuestos. Te encontrarás para ti lo que Tommy se encuentra para él, conocer por el camino a una persona distinta que ve las cosas diferentes. Una persona como la que Tommy, tan viejo como es, nunca ha conocido. Deuda de honor, ojo, es triste: te habla de deseos de los que uno siempre tiene presente. Los mismos bonitos deseos que nunca se olvidan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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27 de septiembre de 2014
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mirada dura, melancólica, alocada a veces pero llena de un un extraño lirismo, sobre el viejo oeste norteamericano, que prueba que el western sigue vigente, mientras directores como Jones o Eastwood nos propongan esta nueva visión del tema.
El aliento narrativo de Jhon Ford o Howard Hawks, los paisajes desiertos donde la mirada se pierde, ese contrapunto constante entre la grandeza del entorno (también la soledad) y las historias mínimas (y desoladas) de los personajes (pocos, indefensos casi) no solo se mantiene sino que yo diría que se multiplica a través de un lenguaje cinematográfico mucho más directo, sin tapujos ni preconceptos, casi siempre brutal, y sin embargo no exento de un lirismo por momentos impactante.
Grandes actuaciones de los protagonistas, Hilary Swank y el propio Tommy Lee Jones entregan una composición contenida, interior, de sus personajes, a pesar de que la historia se vuelva alocada en algunos pasajes.
Es una película que, entre tanta soledad, entre tanta muerte, entre tanta locura, en la desolación de un paisaje bellisimo (que realza una fotografía excelente), en la indefensión de sus personajes, sin embargo deja un sabor de boca agridulce (que no amargo) y se transforma en un canto a la libertad, aun a costa del fracaso, del desencanto, de la degradación que conlleva la honestidad brutal con que se presenta el personaje de Jones, e incluso el de Swank (aunque aquí es más discutible). Un canto a la libertad en esa canción que canta y baila Jones en dos escenas cruciales para entender el espíritu de la película. La libertad, el espíritu sin ataduras, a pesar de las condicion desprovista de los personajes, a pesar del entorno árido y hostíl... la libertad, un valor que muchos colocan (y esto también es discutible) por encima de la vida.
En suma: una gran película, una buena historia, grandes actuaciones, y por sobre todo una visión honesta, brutal pero manteniendo la grandeza del viejo oeste, con antihéroes y perdedores que se transforman casi en una alegoría de la libertad (y sé que muy pocos van a estar de acuerdo con esto) más allá de las limitaciones de la humana condición y más alla de la etiqueta de perdedores que llevan los personajes escrito en la frente.
Muy, pero muy recomendable. Gran película.
Leandro969
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10 de octubre de 2014
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se ambienta en 1855 en Nebraska y Iowa, Mary Bee Cuddy (Hilary Swank) es una mujer de treinta años, soltera y que vive en soledad, la iglesia la designa en una misión para llevar a tres mujeres que han perdido la cordura a Iowa en un peligroso viaje de varias semanas.

Antes de emprender el camino, salva de morir ahorcado a un viejo llamado George Briggs (Tommy Lee Jones), a quien obliga a acompañarlo en el viaje como pago por haberlo salvado. De esta forma ambos tendrán que lidiar con la locura de esas mujeres, sus problemas internos y todo lo que conlleva el viaje.

The Homesman es un Western que se centra más en el humanismo de sus personajes que en la acción o duelos entre pistoleros. Es un film bien realizado, Jones consigue apropiarse en gran forma del contexto en que se da, esas enormes llanuras del centro del territorio estadounidense y sus contrastes de calor y frío.

Así mismo, la dirección de arte es bastante acertada, imitando en gran forma tanto la arquitectura como la ropa e incluso las costumbres. Fotografía esplendida a cargo del mexicano Rodrigo Prieto, si he de mencionar que la música de Marco Beltrami no me llamó tanto la atención.

Sin embargo, donde la película flaquea es en el guion, realizado por el mismo director en conjunto con Kieran Fitzgerald y Wesley Oliver. Mientras la veía pensaba que nos iban a involucrar más en esas mujeres que habían perdido la razón, que se iba a explorar algo sobre sus tumultuosas vidas, se muestra algo al inicio pero nada más.

El viaje que realizan es bien manejado y esa vuelta de tuerca sobre los 90 minutos de metraje es brutal, pero cuando termina el film quedamos con esa sensación de vacío de que no ha pasado mayor cosa, o al menos no se explota del todo el potencial que podría tener.

En síntesis, en cuanto a producción muy correcta, buenas actuaciones (aunque también no se explota del todo a las tres mujeres) y en general un buen film, pero nada más.
10P24H
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16 de octubre de 2015
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tommy Lee Jones ha quedado en el cine de Hollywood como uno de los raros exponentes de un cine de otro tiempo. Sus interpretaciones y la temática de sus films (aunque en la adaptación de The Sunset Limited de Cormac McCarthy explorara aparentemente otros géneros y otros temas), siempre están tamizadas de su propia personalidad y no es una personalidad decididamente simpática. El viejo parco en palabras al que ha encarnado en diferentes versiones en los últimos años (Space Cowboys, En el Valle de Elah, No es país para viejos, Si de verdad quieres, Lincoln… por poner algunos ejemplos), puede llegar a cargar cuando se busca algo más que la composición de siempre en esas interpretaciones, pero es cierto que en alguna de las ocasiones, ese algo diferente aparece, como por ejemplo, en The Homesman.

Siendo co-guionista, director y protagonista de The Homesman, es evidente que hay mucho de sí mismo en esta película. Y la sorpresa se encuentra en la delicada sensibilidad, y en especial en la mirada femenina tan certera como la que cuenta en este drama fronterizo, que habla en realidad sobre el difícil papel de la mujer en la historia, y especialmente en un contexto tan áspero y masculino como el de los páramos desérticos del oeste americano en mitad del siglo XIX.

La mirada femenina de The Homesman es la mirada de su protagonista verdadera, Mary Bee Cudy (Hilary Swank, una actriz capaz de lo mejor y también de lo peor, y que con este personaje, rígido y encorsetado pero sutil y emotivo, hace pesar la balanza de sus muy buenos trabajos), una mujer soltera que sobrevive gracias a una humilde granja de su propiedad en un pueblo perdido en medio de ninguna parte en el estado de Nebraska. A pesar de las miradas reprobadoras, se empeña en llevar hasta Iowa a tres mujeres diagnosticadas como histéricas (lo que hoy serían graves enfermedades mentales) para tratar de ayudarlas, con la ayuda de Briggs (Tommy Lee Jones), un delincuente al que salva la vida a cambio de protección en el expuesto viaje que le queda por delante (que por cierto, es retratado con una sobrenatural belleza gracias a la fotografía de Rodrigo Prieto).

Esta trama, sirve a Jones para establecer un potente retrato de la mujer en aquel tiempo. Y sirve a Swank para realizar una interpretación de fino hilo emocional y potente poder físico. Nada está tratado como evidente, desde la sexualidad hasta la fuerza, desde el machismo, hasta el feminismo como concepto aún no conocido. Es la dinámica de los dos personajes protagonistas y de las relaciones que establecen con todos los secundarios (hasta la sorpresa final de encontrarse con una breve Meryl Streep), lo más interesante de una película que consigue conclusiones casi antropológicas sobre las costumbres, la vida rural, la enfermedad mental, y el papel de la mujer en una sociedad y un contexto tosco y adusto completamente desprovisto del carácter heroico del western del Hollywood clásico, y por eso mismo, mucho más real, más melancólico y más emocionante.
jaly
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21 de agosto de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
134/11(16/08/15) Extraño y desolador western realizado y producido por Tommy Lee Jones, él lo definió como no-western, relato iconoclasta, desmenuza con causticidad tópicos del género, siendo el centro un viaje no al oeste, es al este, en vez de transportar bellas mujeres casaderas como “Caravana de mujeres” (1951) al oeste, llevan mujeres casadas y trastornadas mentalmente al este, en vez de hablarnos con esperanza de los pioneros que construyeron América, nos habla con desesperanza de un golpe al “Sueño Americano”, nos habla de algo no tocado en el western, de las mujeres que había tras los emprendedores, de cómo el duro entorno geosocial marcaba a fuego a estas mujeres, destinadas en principio a ser meras amas de casa que debían dar hijos: Jones lo hace con una historia que va de más a menos, con algún desequilibrio en los diferentes tonos que aborda, pero dejando calado emocional en el espectador. Un argumento guionizado por el propio realizador junto a Kieran Fitzgerald (“Snowden”), Wesley A. Oliver (“En el valle de Elah”), basándose en la novela homónima de 1988 de Glendon Swarthout (“El último pistolero” 1976), el título hace referencia a los inmigrantes que vuelven a casa, en un narración que recuerda por momentos a “La Reina de África” (1951), por la unión de una mujer y un hombre de caracteres muy desiguales en un viaje peligroso.
Pretende ser una mirada feminista al Viejo Oeste, tan manoseado machistamente en el cine, un enfoque seco, feista, crudo, en el que las duras condiciones del terreno marca a fuego a los personajes, algunos no pueden soportar el aire enrarecido y revientan mentalmente, una visión pesimista de los primeros colonos, los que poblaron el medio oeste americano, se hace desde una vertiente con aura humanista. Es una equino-movie, travesía inquietante por la carga que se transporta, especie de descenso por diferentes niveles del Infierno (de Dante), camino despojado de optimismo, de vida, sin agua, solo una tenue ilusión de la luz al final del trayecto. Se nos muestra un oeste feo, árido, desértico, lejos de la belleza del exhibido por Ford y su icónico Monument Valley, en este viaje monótono que por momentos parece a ninguna parte, solo encontramos polvo, viento, nieve, frío, muertos desenterrados, muy alejado de una óptica glamurosa, aquí no hay ápice de nostalgia, todo huele a sordidez ambiental, la melancolía lo cubre casi todo. Aún con toda esta tristeza flotante el director consigue incrustar notas de humor que se mueven entre lo toons (presentación de Briggs) y lo sutil (cuando le quita la piel al indio muerto), y todo esto envuelto en un lirismo visual fascinante. Nos habla sobre todo de la libertad personal, de escoger en la vida el camino que deseemos, del individualismo que mueve a los valientes, nos habla de la frustración vital, del desencanto, lo hace con un desarrollo fluido, sin caer en el tedio, con diálogos cortantes, intensos, componiendo en algunos momentos escenas conmovedoras, de sensibilidad trémula. La cinta puede sentirse como una especie de cruce entre la susodicha “Reina de Africa” y “Valor de Ley”, incluso con respecto a la segunda hay una actriz que comparten con la versión 2010 de los Coen, Hailee Steinfeld, asimismo hay una escena similar en las dos cuando Briggs borracho se pone a disparar a su albedrio mientras baila compulsivamente, algo que también hace el Rooster Cogburn de Jeff Bridges en el mencionado film.

Hilary Swank borda su rol de mujer curtida, dura, fuerte, emitiendo entereza, ilusión, esperanza, dignidad o frustración, muy humana, con aristas, lo hace con contención, sin sobreactuación, sus ojos hablan de ella, de su mundo interior efervescente, estremeciendo en algunos instantes, recordándome a su personaje en “Million Dollar Baby”, me falla que no me creo nadie quiera acostarse- casarse con ella, como también me falla que una mujer con cultura (es maestra) viaje de Nueva York a miles de millas a un lugar perdido de Nebraska a trabajar de agricultora, sin más información me resulta inverosímil, estamos en pleno SXIX, orgánicamente es increíble. Tommy Lee Jones está sensacional en su rol de tipo hosco, que comienza como elemento humorístico y tiene un arco evolutivo formidable, del egoísmo a sentirse en deuda con Mary Bee por su bondad, al igual que Mary es un inadaptado, no encaja, cínico, mordaz, borrachín, vengativo, y con una magna química con Hilary Swank, los dos son el motor de este denso film. El resto de personajes tienen , muy poco peso, ni siquiera las que hacen de dementes aportan más allá de una presencia ida sin calado alguno.

Tiene algunas taras que le impiden volar más alto, alguna ya mencionada, como lo improbable de que Mary esté sola en una granja en Nebraska, o que nadie quiera casarse con ella, no se le ve tan marujona, se la ve amable, no es verosímil la dejen a ella sola que lleve el cargamento de las dementes miles de millas por terreno hostil, no es coherente con el tiempo, no es de recibo nos creamos que Mary Bee, que se supone algo inteligente, vea a un tipo sobre un caballo, con soga al cuello y lo salve sin más, sin saber su delito, un desconocido al que pide le acompañe en su peligroso viaje, sin pies ni cabeza, los guionistas deberían haberse lo currado un poco para hacer algo creíble esto. Se le puede alabar su valentía con la catarsis que se produce en el último tercio, cuando Mary Bee se ahorca, pero no se aprovecha, la historia se queda huérfana, sientes estamos ante un epílogo demasiado largo, está bien veamos como Briggs ha cambiado, acabando su misión, pero la cinta pierde fuerza dramática. Se le suma que su análisis del papel de la mujer en el oeste queda un poco confuso, prácticamente se acaba casi antes de empezar, pues vemos que estas tres mujeres se han vuelto locas, pero se quedan tal cual durante el viaje, entonces?... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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