Caravanas

Entretenida, interesante a ratos...y bastante más larga de lo necesario.
Tiene el encanto del cine de aventuras de la década de los setenta, con estimables intérpretes, localizaciones preciosas, en este caso Irán, cuando se podía ir allí a visitarlo o a trabajar sin problemas.
La presencia de la bellísima Jennifer O´Neil se agradece de veras, así como el ritmo empleado en su primera mitad. Luego se hace algo repetitiva y salvo su tramo final no tiene gran fuerza.
Pero en líneas generales, viéndola ahora, en en el siglo XXI tiene su aquél y no sólo no molesta su visión si no que otorga añoranza a un cine que casi ha desaparecido.

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Querido lector: Tú que has llegado hasta aquí buscando información sobre esta película perdida en el tiempo y en el espacio, he de decirte que ésta exactamente no te entusiasmará especialmente.
Hay muchas películas de esta década de gran calidad, pero debes seguir buscando.

No obstante podrás ver a Joseph Cotten en el papel de embajador, que siempre es un placer verle, aunque apenas aparece, y a Christopher Lee, y también puedes admirar el trabajo de ese extraordinario actor que fue Anthony Quinn, en el papel de jefe de una tribu nómada. Respecto a lo demás, nada.

Un rollo. Ella, Jennifer, que me suena de haberla visto en la tele, por aquel entonces fue popular, es la rebelde, parece que se fue de al lado de su padre sin despedirse, un senador muy importante en EEUU. Dejó su vida de lujo para irse a vivir al desierto en el harén de un ricachón. Eso no me lo creo yo ni harto de vino. El caso es que luego abandona a su marido para irse a vivir de nómada junto al bueno de Anthony. Y así estamos, andando por el desierto entre las costumbres bereberes, algo para mi, sin el más mínimo interés.

Respecto a Michael Sarrazin, el encargado de buscar a la muchacha rebelde, decir que su actuación es mediocre como lo es él, porque él nunca fue un gran actor. En su haber tiene una famosa película que protagonizó junto a Jane Fonda: "Danzad, danzad, malditos" y nada más. Esa película es también una gran castaña, aunque creo recordar que goza de buena prensa, no sé por qué, tal vez porque alguien importante dijo en su momento que era maravillosa, con una visión particular del sufrimiento… Ya ves, menuda visión... Para sufrimientos está uno.
Una película tiene que divertir, entretener, interesar… Lo demás son sandeces y estas películas que digo aburren a las ovejas.
Desde luego, Sarrazin tuvo demasiada suerte al encontrarse trabajando al lado de Jane Fonda, bailando con ella, pero bueno… Todo el mundo tiene derecho a una oportunidad.
Pues aquí, en Caravanas, le verás haciendo el tonto, inexpresivo, aunque esté asustado de la justicia sanguinaria que gasta esa gente. Una musiquita muy bonita, muy solemne, y ya está. Si ves la película, comprobarás que tengo razón en lo que digo.

Adaptación de una novela de James Michener que proponía una variación sobre el esquema de "Centauros del desierto, trama de aventuras, muy alejada de la grandeza y el clasicismo fordianos ambientada en Irán durante los 40. La búsqueda de una mujer, secuestrada por una banda kurda, daba pie a una apañada pero plana.

La actuación del todoterreno Anthony Quinn llena un poco más la pantalla donde, por otro lado, es la fotografía, con esas imágenes del desierto, alguna de ellas muy destacadas, lo más llamativa de esta película y un vestuario que optó a la estatuilla de Hollywood. Un 5,5.

Esta película no deja en buen lugar a los afganos. Todo lo malo que hemos oído del mundo musulmán, lo tienen estos personajes. Es llamativo que los retratasen así en el 78, cuando no estábamos rodeados de policorrectismo, ni existía la globalización.

Choca mucho p.e. una escena donde un afgano se encara con el protagonista por haber mirado a su esposa, que va con un burka de pies a cabeza.

La historia no me ha parecido muy convincente, y no tiene demasiado argumento, de ahí la nota tan baja. Me ha llamado más la atención con qué ojos se veía desde occidente esa cultura ciertamente bárbara. No es de extrañar que allí hayan cuajado los talibanes.

Afganistán, lugar de encuentro de imperios y de civilizaciones de lo más variado, cruce de caminos comerciales como la ruta de la Seda, con poderosos vecinos, su historia ha estado condicionada por su situación geográfica y por su estructura tribal.
Estamos en 1948 y algo de todo esto se aprecia en esta cinta de aventuras, de "Caravanas", basada a su vez en una novela de James Michener.
La historia está bien explicada en la sinopsis y nos permite recorrer bellos paisajes, contemplar alguna buena fotografía de caravanas, camellos y rebaños recorriendo a lo lejos aquellos parajes, así como apreciar alguna de las costumbres de esos pueblos tan lejanos.
Y nada más. El guion es muy poco imaginativo y la realización está más preocupada por el exotismo y el folclore que por construir personajes con un mínimo de solidez.
Fuera de Zulffikar (Quinn), el jefe de la tribu y de la caravana que con su presencia y su interpretación llena la pantalla, el resto no pasan de comparsas. Ni siquiera la joven Ellen Jasper (O'Neill), que abandona la comodidad de una vida muelle para elegir el riesgo y la aventura en aquellos territorios, merece un poco de atención para tratar de comprender esa elección. Y menos aun el encargado de ir a buscarla, el diplomático Miller (Sarrazin), inexpresivo y parado, que no está dispuesto a volverse de la misión sin una prueba escrita que demuestre el cumplimiento de la misma. No sin la chica, o por lo menos no sin una carta, debe pensar.
Ambientación bastante pobretona, actores excesivamente maquillados para parecer del terreno, vestuario tan colorista y brillante que parece adquirido en una tienda de "todo a cien". Muchos bailes típicos, paloteados y otras danzas, hasta una especie de Kazachok se marcan unos cosacos que andan por allí.
Pero todo sin ritmo, sin un mínimo de tensión dramática.
Una de aventuras que no pasa de regular. Ideal para una sobremesa de domingo.