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El ojo del diablo

Comedia. Drama. Fantástico La castidad de Britt-Marie, hija de un pastor protestante, le provoca a Satán una verruga en un párpado. Para deshacerse de ella, manda a la Tierra a don Juan para que seduzca a Britt-Marie. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
1 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
359/29(29/10/20) Film menor del aclamado director y guionista sueco Ingmar Bergman, una estimable comedia romántica fantástica con buenos m omentos y un desarrollo ágil muy interesante en su alegoría filosófica sobre (temas muy bergmaniano) la infidelidad frente al amor, el puritanismo de la virtud frente al pecado, la corrupción del amor frente a la pasión carnal desaforada, la tentación frente a la virtud. La historia se inspiró en la obra de radio danesa “El regreso de Don Juan de Oluf Bang”, Bergman estaba intrigado por la renaciente popularidad del personaje. El "proverbio irlandés" citado en la película es ficticio y fue inventado por Bergman. Fue un trabajo por encargo que formaba parte de un trato que le permitió hacer la película anterior “El manantial de la doncella”, quizás por ello he leído Bergman dijo despreciar esta película. La narrativa se divide en actos y un narrador (Gunnar Bjornstrand) presenta cada acto, en lo que es un relato con claro sentido teatral, un divertimento solaz que a medida que avanza se torna más oscuro en sus planteamientos, hasta desembocar en un final cargado de ambigüedad que deja un buen sabor de boca. Fue la última película que hizo Bergman con el director de fotografía Gunnar Fischer, con quien filmó doce de los largometrajes de Bergman entre 1948 y 1960.

De acuerdo con el (ficticio) proverbio irlandés dice que "La castidad de una mujer es un orzuelo en el ojo del diablo", Satanás (gran Stig Järrel) cree el dolor que siente en el ojo es un orzuelo y lo causa una virgen en la Tierra. En particular, el dolor está relacionado con Britt-Marie (encantadoramente dulce Bibi Andersson), la hija de un vicario. Britt-Marie todavía es virgen a los 20 años y está comprometida con un hombre llamado Jonas (correctito Axel Düberg). Satanás teme que Britt-Marie pueda servir de ejemplo a sus amigos para que permanezcan vírgenes y opta por enviar a Don Juan para seducir a Britt-Marie, “Si se casa como está, las consecuencias serán desastrosas. El cielo se exaltará, los arcángeles tocarán sus trompetas y harán un estruendo infernal” (El Diablo). Don Juan está soportando lo que él considera un castigo aburrido: repetidamente, una mujer se le acerca amenazando con matarlo, y él la seduce y la lleva a la cama. Sin embargo, antes de que ocurra cualquier sexo, un demonio emerge para decir "el espectáculo ha terminado", y la mujer desaparece. Satanás viene a Don Juan, diciéndole que puede ir a la Tierra durante 24 horas y que si seduce a Britt-Marie, Satanás permitirá que Don Juan tenga sexo. Don Juan acepta el desafío, acompañado de su criado Pablo (ladino Sture Lagerwall). El demonio también los sigue, decidido a que Pablo no disfrutará de ningún sexo mientras esté en la Tierra. Don Juan y Pablo conocen al vicario (buen Nils Poppe), un hombre alegre y crédulo que los invita a su casa. En la casa, Pablo se enamora de la esposa del vicario, Renata (convulsa Gertrud Fridh). Don Juan conoce a Britt-Marie e intenta seducirla, cuestionando su relación con Jonas.

Dentro de su aparente ligereza la cinta encierra preguntas universales sobre el cainismo humano, sobre las debilidades, sobre los instintos básicos, donde el enfrentamiento clásico entre el Bien vs Mal queda difuso en su contienda de personajes que evolucionan de modo sugestivo, donde su comportamiento deriva en un humor caustico, con dobles sentidos, donde reinan las falsas apariencias y la velada lujuria, donde se analiza si tiene sentido el sexo sin amor, provocando en su devenir algunas situaciones divertidas. Esto ya desde ese el inicio en un particular infierno con ese original Diablo, con esos subalternos aconsejando nada menos que a Don Juan como seducir a una mujer, ello viniendo de este mujeriego teniendo el castigo durante tres siglos de tras conquistar a una ‘donna’, desaparecer esta de la cama antes del acto. Otro de los castigos suigeneris (políticamente incorrecto, sobre todo para un film de 1960) es que debe oír de un demonio ‘una pormenorizada narración de los sonidos que hace la mujer que le importa mientras tiene relaciones sexuales, comenzando con sus jadeos y terminando en un orgasmo violento que llora lágrimas de alegría’.

En la tierra tras conseguir Don Juan ser invitado junto a su criado a la casa del vicario asistiremos a tres subtramas. Por un lado la central de Don Juan intentando seducir a la virginal Britt-Marie; El criado Pablo intentando tener sexo con la otoñal esposa del vicario; Y tercero, la batalla de manipulaciones entre el vicario y un demonio (enviado este a la tierra, intentan sabotear a Don Juan), donde el vicario desea no creer en el demonio y tener fe en su mujer, desarrollando un enfrentamiento dialéctico entre ambos con efluvios existenciales.

Bergman nos presenta a un Don Juan complejo, un ser amoral que por un lado esgrime "la falta de principios es mi principio, el vicio mi virtud, libertinaje mi ascetismo, impiedad mi religión", pero en el fondo hastiado y cansado de obtener deseo sin amor, apostillando con melancolía, "Los capaces de amar son muy pocos. Su sufrimiento no tiene límite. Me han dicho que son espejos que reflejan a Dios y nos hacen la vida más fácil a nosotros, los miserables en la oscuridad"; Aunque en él debe del film quedan unos secundarios arquetípicos, lineales y previsibles, ello en un tono de fábula manufacturada (ejemplo la forma en que Don Juan es invitado a pasar la noche en casa del vicario, o la forma flash en que Britt-Marie se siente atraída por Don Juan) por Bergman y su idea del amor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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27 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosísima e inesperada película cómica de Bergman, y también muy fantástica, donde se nos presenta una historia de lo más loca donde el propio diablo decide mandar a Don Juan al mundo de los vivos para que seduzca a una mujer y le arrebate su virginidad, ya que su castidad le ha provocado un orzuelo en el ojo. Así, como suena.

Con unos diálogos de lo más ácidos y escenas tan locas como delirantes, y con un tipo de humor inteligente y elegante, el espectador no puede más que mantenerse pendiente de lo que está pasando en tan inusual película.

Una maravilla no es, ni tampoco es que produzca carcajadas, pero es tan distinta a cualquier cosa, que se hace digna de ver.
TANOMUERTO
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14 de febrero de 2022
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Endemoniadamente indecisa si comedia o drama, pero con un inusual sentido del humor para ser Bergman
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Aqueronte
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14 de marzo de 2022
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Onírica, barroca, estéticamente decadente, superficial en su planteamiento, edonista pero profunda en sus pretensiones morales. El bine, el mal, los sueños, la realidad. El pecado y la religión, tan comunes en Bergman tienen una interesante derivación con esta cinta. El mito del Don Juan elevado a la enésima potencia como redentor del mismísimo diablo, que necesita que se pierda la 'virtud' de una muchacha para que le sane un orzuelo.
La fábula arranca del proverbio que dice "la castidad de una mujer es un orzuelo en el ojo del diablo". Sobre ella construye su película, con pretensiones de sueño vivido y relato fantástico.
Muy reconocibles la fantástica actriz Bibi Andersson, y el característico Gunnar Björnstrand. Los demás actores no me son conocidos.
Me ha gustado mucho, tiene ese punto cínico sobre la realidad, esas distancia que se toma para establecer su crítica a las costumbres, a la sociedad, a los `bienpensantes'.
ÁAD
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6 de enero de 2024
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El Diablo (Stig Järrel) tiene un ojo inflamado y todo parece indicar que es un orzuelo provocado por la castidad de la joven Britt-Marie (Bibi Andersson), ante esto e impulsado por sus dos mejores asesores, opta por enviar a la Tierra a Don Juan (Jarl Kulle), un galante joven de mirada seductora que se encuentra pagando penitencia en el infierno.

El plan es que este logre seducir a Britt-Marie y hacer que caiga en pecado, Don Juan pide lo acompañe su asistente Pablo (Sture Lagerwall), alivio cómico con el que emprende la misión, así mismo, Satanás desconfiado envía a la tierra a su mejor demonio (Allan Edwall) para que les de seguimiento y no se desvíen del trabajo.

Djävulens öga fue escrita por Ingmar Bergman, un filme de corte cómico que aun hoy en día tiene una comedia incisiva muy acertada, a pesar de que no fue una obra bien apreciada por su realizador, además ofrece al espectador algunas ideas respecto a la religión así como la concepción de Dios, el diablo, el cielo y el infierno siempre tan latentes en la filmografía del maestro sueco.

Además de lo divertida, la contextualización que se hace del infierno y sus personajes deslumbra en inventiva, es sencilla pero efectiva y nada terrorífica, presentando a sus personajes con una moda victoriana despampanante, así mismo, la naturalidad como se presenta la penitencia y por ende sufrimiento de don Juan, todo de forma muy fluida y orgánica.

Película sencilla y atractiva donde como es de esperarse, todo sale mal o al revés en la misión de este par en la Tierra.
10P24H
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