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El enigma de otro mundo

Ciencia ficción. Fantástico. Intriga. Terror Un visitante hostil de otro planeta es detectado por una estación de radar situada en el ártico. Película de culto dentro del género, todo un clásico con excelentes interpretaciones y un insoportable suspense. Famosa cinta de ciencia-ficción en la que el productor Howard Hawks planificó y supervisó todo el rodaje. En 1982 John Carpenter dirigió un conocido remake, titulado "La cosa". (FILMAFFINITY)
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
14 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
263/23(13/08/20) Desequilibrado film de ciencia ficción mezclado con el terror, muestra evidente de como una cinta puede envejecer hasta quedarse en muchos aspectos en algo ingenuo, ejemplo notorio de como la versión posterior de la historia de John Carpenter mejora en mucha a la primigenia. Dirigida por el artesano de la serie b Christian Nyby, aunque siempre ha existido la polémica sobre si realmente fue comandada por su productor Howard Hawks, ello además por declaraciones de los actores, por el tono de camaradería ‘testosteronil’ propia del director de “La fiera de mi niña”, y por las relaciones románticas adustas (Hawks siempre negó haberla dirigido), y por el humor siempre presente. La película aprovechó los sentimientos nacionales en Estados Unidos en ese momento para ayudar a mejorar los elementos de terror de la historia de la película, ello enmarcado en la naciente Guerra Fría y en medio de la Guerra de Korea, por lo que la paranoia a los comunistas era latente, por lo que el Alienígena puede ser visto como una alegoría de la infiltración de ‘rojos’ en suelo estadounidense, donde además deja un substrato chirriante en contra de la ciencia en favor de la individualidad, quizás remanente de la era nuclear tan temida entonces. Adaptación libre por Charles Lederer (“Luna Nueva” o “El beso de la muerte”), con reescrituras no acreditadas de Howard Hawks y Ben Hecht, de la novela de John W. Campbell Jr. (escrita bajo el seudónimo de Don A. Stuart). de 1938 “Who Goes There?”, el guión de la película cambia la naturaleza fundamental del extraterrestre como se presenta en el libro es una forma de vida humanoide cuya estructura celular está más cerca de la vegetación, aunque debe alimentarse (cual vampiro) de sangre para sobrevivir, el personaje del reportero Scott incluso se refiere a ella en la película como una "súper zanahoria". La estructura interna similar a una planta de la criatura la hace impermeable a las balas (pero no a otras fuerzas destructivas). El Alien de Campbell es una forma de vida capaz de asumir las características físicas y mentales de cualquier ser vivo que encuentre; esta característica se realizó más tarde en la adaptación de John Carpenter de la novela, la película de 1982 The Thing.

Teniendo de premisa unos alicientes sugerentes, como es un espacio en medio de la nada en una base aislada por el mal tiempo en Alaska (rodándose en el Parque Nacional Glacier de Montana, y en interiores en una planta de almacenamiento de hielo de Los Ángeles), la aparición de un platillo volante bajo el hielo, ello en un tramo excelentemente planificado, como los expedicionarios hacen la forma del aparato hundido y es redondo, el rescate de un extraterrestre en el hielo, derivando esto en un desencadenado de violencia por acabar con el Alien en un lugar donde no se puede huir. Pero paradójicamente, una vez el “The Thing” toma vida y se convierte en una amenaza mortal la película se desinfla en situaciones poco estimulantes, donde nunca se aprovecha la tensión de la potencial claustrofobia, no hay sensación de angustia, donde nunca hay intensidad dramática, no hay sensación de terror por un Alien por el que siempre los humanos van delante de lo que va hacer, donde siempre este va de cara, siempre lo ves venir, nunca asusta, cercenando cualquier capacidad de suspense. Por no hablar de la ridiculez de su aspecto, propio de un plagio de Frankenstein, donde la inteligencia en alguien que se supone ha cruzado el Universo resulta propia de un neandertal, comportándose cual antecedente de Bud Spencer, ello derivando en que no da miedo y si comporta más patetismo que otra cosa, no ayudando a aportar temor que es definido el ‘monstruo’ como una zanahoria vampírica. Se suman unos personajes planos (por cierto, demasiados, defecto que subsanó Carpenter en su revisión), intercambiables de personalidades, se comportan como meros clichés, que cuando caen (poquitos por cierto) te importa bien poco lo que les pase, con un romance sosísimo, metido con calzador e innecesario (pero que pintan dos mujeres con un destacamento de hombres en medio del Ártico?), todo aderezado por un montón de diálogos que discurren entre lo intrascendente, lo ridículo (ejemplo es algunos chascarrillos en momentos previos a la aparición del Alien, que anulan cualquier posibilidad de terror), y lo pretencioso en el debate ciencia vs individualidad (por cierto, en ningún momento en sus planes aparece el querer atrapar al ‘bicho’, por el intelecto primario no creo hubiera sido difícil), estando el director bastante más por comportarse como exterminadores (para ello se le dan buenos argumentos al científico para a continuación verlo comportarse como un demente), todo esto coronado por un clímax que casi 70 años después resulta idiotesco en su resolución, aunque loables en sus efectos especiales (siempre con el filtro del tiempo de por medio). Añádase un epílogo en modo discurso final más chirriante (y a la vez famoso) que el tren del Rio Kwai descarrillando, un pasteloso hasta hacerse bola la propaganda pro-USA. Con todo lo dicho la película fue un gran éxito y tuvo una gran influencia en el cine de ciencia ficción durante décadas.

Un platillo volante ha caído en el Ártico. Un equipo de personal militar y científico recupera un extraterrestre congelado en hielo del interior de la nave. Los oficiales están dirigidos por el ecuánime Capitán Hendry (Kenneth Tobey), está enamorado de la secretaria Nikki (Margaret Sheridan). Un veterano periodista de relevo (alivio cómico Douglas Spencer), junto con un científico (estereotipo Robert Cornthwaite). El monstruo en sí es interpretado por James Arness.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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29 de julio de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy escritor y un amante del fantástico, en especial del cine de Ciencia Ficción. Nací el año que estrenaron la primera "Guerra de los mundos", así que no me dejo llevar por los juicios rápidos e insensatos; y al igual que Harryhausen o Bradbury sigo siendo un joven lleno de sueños y con mucha imaginación; aunque algo más listo. Me he decidido a realizar una revisión de todos los títulos del género, y comprobar a fecha de hoy su frescura. Ésta merece el calificativo de: BUENA.
Sigue estando bien. Se merece su puesto en el rancking de películas del género. No tiene apenas efectos especiales, y sin ermbargo nos atrapa con su trama. Una historia que aquí deja todo su peso en el celuloide, puesto que las condiciones técnicas de la época no daban para mucho. Y no importa en absoluto. El relato de John W. Campbell cobra intensidad en su adaptación a gran pantalla. Todo un clásico que nos ha regalado algunos remakes de muy buenba factura. Eso sí, debe verse en su idioma original, subtitulado al español, porque las traducciones de la época eran muy liberales, y se permitiían todo tipo de añadidos y cambios con el fin de adaptarlo al temperamento español. Y en esta cinta en concreto se pasaron lo suyo.
Jose Ramon Sales
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21 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christian Nyby, montador habitual de varias de las películas de Howard Hawks, aparece acreditado como director de esta historia de ciencia-ficción producida por el propio Hawks y basada en un relato de John W. Campbell.

La película expone uno de los asuntos recurrentes en el cine de corte dramático de Hawks, es decir, la introducción de un grupo de personajes (preferentemente masculino) sumido en problemas, lo que ocasiona tensiones psicológicas y actitudes que anteponen el deber, la responsabilidad y la profesionalidad a cualquier otra circunstancia.

Estamos ante un auténtico clásico en su género narrado con gran dinamismo, un film que exhibe simbólicamente la paranoia invasiva de la Guerra Fría, conteniendo excelentes escenas de ambientación gélida con apariencia de documental de Robert Flaherty, sin olvidarnos de sus diálogos rápidos y superpuestos, típicamente hawksianos.

Las conversaciones sugestivas, inquietantes, además de los comportamientos alejados de cualquier atisbo de afectación histriónica por parte de los personajes, transmiten con absoluta efectividad una turbadora sensación de intriga y expectación terrorífica que convierten a esta joya de culto del cine de terror y ciencia-ficción de los años 50 en un clásico imperecedero.

John Carpenter dirigiría más de treinta años después un estimable aunque inferior remake bajo el título de "La Cosa" (1982).
BartonKeyes
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6 de noviembre de 2022
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Basada en un relato publicado en 1938 titulado Who goes there? de John W. Campbell, escritor inagotable de ciencia ficción, se filmó El Enigma de otro Mundo en la década de los 50 a los mandos de Christian Nyby, con la producción de Edward Lasker y Howard Hawks. El ensayo de Nyby se ha convertido con el tiempo en una perfecta ejecución de buen cine, llegando a ser un gran clásico de la ciencia ficción, una joya de culto del género fantástico y del cine comercial de bajos fondos económicos. En la década de los 50, esta película fue un fenómeno de masas visto por el público que le supuso terrorífica en su día y un filme de magnos negativos en cada trazo y rasgo desde su concepción. Sin recurrir a grandes artificios debido al presupuesto, se compuso una película que con su ilusión del movimiento fue algo digno para la cinematografía. La máquina se puso en marcha en los 50 con clásicos de todo talle, los que más de serie B como en el caso de La Guerra de los Mundos de 1953, sobre una historia de H. G. Wells dirigida por Byron Haskin. El filme que nos ocupa está cargado de una tensión que conforma toda la trama, mucho más que de enseñarnos al ser que les acecha, pues este es el contexto que nos pone en situación, radicando ahí la espectacularidad del film. Las interpretaciones son de chapó, con unos diálogos muy currados y un suspense que se incrementa sosteniendo el trabajo de Nyby a cada paso. Es una sobresaliente película de ciencia ficción, que forma parte de la historia del cine y de la tradicional iconografia.
Heladoscuro
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10 de febrero de 2023
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Película agradable. La ambientación está conseguida y todo engancha. Pero esta película tiene un gran fallo: el extraterrestre peligroso. Para ser una forma de vida inteligente desarrollada a partir de la rama de los vegetales, como bien se explica, no deberían haber puesto a un actor humano disfrazado para hacer de monstruo. Sus movimientos, la articulación de sus brazos y piernas... estás viendo a un actor disfrazado. Claro que esto también ocurre con otros films de ciencia ficción, sobre todo antiguos. Solían ser series B (o Z) y no había dinero para hacer efectos especiales decentes, y al monstruo hay que mostrarlo aunque sea un mínimo, porque, si no, provoca decepción en el espectador.

Los efectos especiales no estaban tan desarrollados como después (imposible no recordar, por ejemplo, al gran Ray Harryhausen) pero ya los había muy decentes, como en la primera "King Kong", e incluso en el cine mudo: véase, por ejemplo, "El hombre mosca" de Harold Lloyd, pero debía ser caro. "La guerra de los mundos", de sólo dos años más tarde, ya tiene unos efectos especiales mucho mejores, pero se ve que había más presupuesto. Lo del actor humano haciendo de monstruo funcionaba bien, por ejemplo, en "Frankenstein", porque era un hombre recompuesto y resucitado, pero un hombre. Pero aquí hablan de una forma de vida vegetal de otro planeta. Los responsables pensarían que el film iba dirigido a un público poco exigente al que bastaría para asustar un hombre alto, un poco disfrazado y haciendo algo el bruto. Hubiera sido una excelente película de verdad si hubieran contratado a un experto en efectos especiales para crear un monstruo original y bien hecho. Pero eso lo hizo John Carpenter en su excelente remake de 1982.

Dicen también que detrás de esta película estuvo mucho la mano de Howard Hawks, y, en efecto, parece de Hawks. Es todo su estilo, sus personajes, la familiaridad y amistad entre ellos, incluso entre oficiales y subordinados. Todo esto sin quitar mérito a Nyby, que figura oficialmente como director de la película.
Daniel
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