Ellas hablan

Buena película, adaptación de la novela de Miriam Toews, quien también guioniza el film junto a la realizadora Sarah Polley.

No es un film perfecto por cuanto a veces da vueltas sobre lo mismo, realizando un discurso en determinados momentos algo subrayado y repetitivo.
Sin embargo los elementos positivos prevalecen sobre los negativos, dando lugar a una cinta valiente, comprometedora, donde las mujeres deben afrontar ellas solas una situación gravísima en su comunidad ultrarreligiosa, donde son maltratadas y violadas tras drogarlas, una y otra vez.

Polley dirige con mano firme, obteniendo como resultado una película muy entretenida y enormemente interesante, no exenta de intriga pero poniendo énfasis sobre un tema social: el maltrato a las mujeres, todavía de malsana actualidad.

Una fotografía ocre simbolizando un tiempo que se desvanece en el pasado, una banda sonora potente en determinados momentos, sobresalientes diálogos y, sobre todo, un elenco interpretativo majestuoso, donde cada actriz nos muestra su personaje con todas las características y contradicciones que, según sean las atroces circunstancias que hayan sufrido, se nos aparecerán decididas o con enormes dudas ante la futura decisión que tomarán y cambiarán sus vidas para siempre.

Merece la pena por su arrojo, valor y esfuerzo creativo, amén de por su positivo mensaje feminista.

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Sarah Polley decide darnos un curso sobre lo bueno y sobre lo malo, qué es aquello que está bien y aquello que no lo está. Cargando las tintas con un feminismo de esos canónicos que parecen inundarlo todo hoy en día, sobre todo en Hoollywood, nos conduce a unas conversaciones casi asamblearias entre mujeres de una comunidad que, nos cuentan, sufren acosos constantes, agresiones sexuales y maltrato por parte de los hombres.

El único hombre del reparto es un ser encantador, sensible, sensato, un joven profesor que será el que levante acta de las disquisiciones, muy aburridas, por cierto, de este grupo de mujeres. Albricias, me dije, al parecer el género masculino tiene aún salvación.

Lo mejor, de lejos, es un reparto espectacular, con una magnífica Jessie Buckley (qué grandísima actriz) y unas sobresalientes Rooney Mara, Claire Foy, Frances McDormand (pequeño papel pero se come la pantalla cada vez que aparece) y resto de actrices.

Lo peor, ese intento escenográfico de imitar el cine Dogma de Lars von Trier, muy impostado, algo que no consigue Polley, además de que tanta sentencia en cada frase, tanto sentar cátedra con las reflexiones de los personajes no solo harta sino que acaba por aburrir.

Una película muy menor que conceptualmente podría haber funcionado.

El arte de la sutileza. Imágenes cargadas de significado: las trenzas que una y otra vez se hacen entre ellas, como el trenzado de las palabras que en cada una de sus vueltas aporta una nueva visión: la idea de perdón, la expresión de la rabia, la aceptación, la tristeza, la inseguridad, el miedo, el trauma conjunto pero individual en el fondo, las relaciones, la necesidad de respuestas... Añadiendo a todo ello una fotografía impresionante que, en línea con la película, revela la importancia de la textura para entender el contexto. Música y guión fabulosos, Interpretaciones más que sobresalientes. Una maravilla para quien sepa apreciarlo.

Lo primero que hay que decir, es que la película para durar una hora cuarenta, es bastante entretenida y tiene una estructura bastante clara. Esto es un punto muy positivo del film, siendo que la mayor parte vamos a ver a un grupo de mujeres hablando entre ellas (como el nombre del film lo dice).

La película es coherente en definir quien es el mal y quien es el bien, eso lo veo como un punto positivo, sumándole el hecho de que el foco del problema está bien definido "que hacemos con todo esto que ahora sabemos?".

El problema que veo, es que el guion está escrito con los codos, los personajes hablan como si fueran personas de Los Ángeles que viven en 2020 (siendo que la historia sucede en una comunidad cerrada ultra religiosa en donde las mujeres no pueden aprender a LEER) o sea, en que cabeza cabe de que mujeres que viven en esas condiciones, se rebelen contra el sistema machista opresor.

Prácticamente en la película tenemos mujeres ultra religiosas diciendo "Los hombres fueron corrompidos por el sistema machista que los protege" (falto que una de ellas levante la mano con un pañuelo verde y diga "vivas nos queremos").

En otras palabras, la película plantea un mundo (diégesis) al empezar el film: "una comunidad ultra religiosa en 2010 en estados unidos" y luego rompe completamente ese acuerdo con nosotros, para "responder" a su alegoría (que es de lo que todos entendemos que habla).

Muy fuerte apuesta de Sarah Polley que por momentos se sustenta más en interpretaciones (para destacar a Rooney Mara, Ben Whishaw, Claire Foy y Frances McDormand), vestuario y fotografía, que en la trama en sí, la cual gira eternamente sobre si misma.
Una poderosa historia de empoderamiento femenino con un móvil mas que suficiente, revelación, y fortaleza.-