Haz click aquí para copiar la URL

El mundo está loco, loco, loco, loco

Aventuras. Comedia Varios automovilistas conducen por un agreste paisaje del sur de California. De pronto, un coche les adelanta a gran velocidad y, al tomar una curva, se precipita por un barranco. Los automovilistas intentan ayudar al conductor del vehículo siniestrado, el cual, antes de morir, les confiesa que tiene escondido un botín de trescientos mil dólares en el parque de Santa Rosita. (FILMAFFINITY)
<< 1 4 5 6 7 9 >>
Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
18 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda e intensa comedia musical dirigida con pulso y ritmo nada menos que por Stanley Kramer con la guía de un libreto de mérito de William Rose y Tania Rose cuya trama resulta vibrante, muy divertida y que define más que mejor la naturaleza ambiciosa y egoísta del ser humano. Este aspecto de la avaricia es abordado con enorme crítica y sarcasmo por Kramer.

En la cinta un grupo de conductores van por el sur californiano cuando con motivo de un accidente y por un narizota moribundo, se enteran de que hay por algún lugar, oculto, el botín de un robo antiguo, con una importante suma de dinero. Ese botín está en el Parque de Santa Rosita y de ello se enteran: un marido, Sra. y suegra en singular trío; una pareja de cachazudos maduritos; unos melosos recién casados en viaje de novios; y un transportista de muebles. Y a partir de ahí: ¡¡A navegaaar a todo gas!! Loca carrera en pos de la pasta, iconoclasta galopada a por el tesoro.

La película, además de la diestra batuta de S. Kramer y el estupendo guión cuenta con una estupenda Banda Sonora de Ernest Gold y una fotografía de gran nivel de Ernest Laszlo, amén de gran puesta en escena.

Pero no se queda corto un reparto plagado de estrellas donde destaco nada más y nada menos que a artistas de la talla de Spencer Tracy (actor entrañable que se hace más entrañable en esta impetuosa carrera), Milton Berle, Jonathan Winters (nominado Globo de Oro), Etehel Meman (la manipuladora suegra), Sid Caesar (el marido ecuánime que no da pie con bola), Phil Silvers (oportunista y tramposo), Mickey Rooney, Terry-Thomas, Peter Falk, Paul Ford, (¡ojo!) Buster Keaton, (¡ojo!) Jerry Lewis, Smiler Grogan (el delincuente Narizotas), Sazu Pitts (espléndida), los geniales Three Stooges y otros grandes de la comedia de la época. Todos sobresalientes en una interpretación coral realizada al milímetro.

Es una comedia desternillante, chistes brillantes y situaciones jocosas que hacen reír a gusto. Película que repasa la tradición cómica del cine norteamericano, incidiendo sobre todo en lo puramente visual, pareciendo en ocasiones una cinta de animación; muy presentes el ‘slapstick’, o sea la payasada o bufonada y una sucesión de escenas cómicas clásicas de gran efectividad, tan presentes en el cine mudo, y que aquí tiene momentos cumbres que van in crescendo hasta los últimos minutos, donde uno puede reír a gusto por la inteligencia cómica sin par de que hace gala la obra.

La aconsejo, es como para no perdérsela. Aviso para quienes no la hayan visto.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues la verdad es que no está nada mal esta comedia de Stanley Kramer, incluso vista hoy en día.
De buenas a primeras no parece que a este director le pegue soltarse la melena y hacer una película de humor ya que sus inquietudes como director siempre han ido en la linea de enfocar problemas éticos o morales ya sea para denunciar los prejuicios raciales ( Fugitivos, Adivina quién viene esta noche ), el genocidio ( Vencedores o vencidos), el fanatismo religioso ( La herencia del viento), la ética médica ( No serás un extraño), etc...
Pero resulta que sí. Que lo hace bastante bien. Naturalmente en esta película también enjuicia moralmente a los personajes y muestra el lado más ridículo y salvaje de sus defectos, en este caso, la codicia. Pero aplica un lenguaje narrativo al más puro cine mudo, el slapstick, que por momentos, crees estar viendo alguna serie de dibujos animados clásicos, con sus carreras, tropezones, accidentes aparatosos y demás, que no por muy visto dejan de robarte la sonrisa en más de una ocasión.
Un hombre circula con su vehículo por una carretera del desierto a más de 200 por hora. Logra esquivar a varios coches pero finalmente sale volando por un precipicio. Los conductores de los demás coches van corriendo a auxiliarle pero éste muere no sin antes haberles revelado el paradero de un botín de 350.000 dólares enterrado en el parque de Sta Rosita debajo de una gran W.
¿ Qué harán nuestros conductores con esa información?. La comedia está servida.
Sí que tiene un defecto bastante grande que la lastra. Es su duración. 152 minutos de este tipo de humor es excesivo. En algunas cosas un poco, es excelente y mucho, es cansino.
No obstante, resulta muy entretenida con muchos buenos gags.
Mencionar también los múltiples cameos de muchos grandes del cine. Hoy son frecuentes en muchas películas y series de televisión, pero entonces, era una gratísima novedad encontrarte con conocidos rostros en pequeños papeles. Muy disfrutable.
Izeta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente, es una de las comedias más divertidas de todos los tiempos.
Esta loca carrera en pos de la "gran W" supone un ejemplo del que tendrían muchísimo que aprender las películas de humor (malo) del siglo XXI.
El film es muy gracioso, y en los momentos en los que no lo es, sigue siendo divertidísimo. Su espíritu es clásico a más no poder, uniendo en su reparto a muchas caras conocidas de la época y utilizando un humor totalmente blanco pero que funciona a la perfección, incluso viéndola varias décadas después.
Durando dos horas y media, no le sobra nada porque no paran de pasar cosas, con muchos personajes distintos que solo quieren llegar los primeros cueste lo que cuesta y que tienen que sufrir la ley de Murphy.
Stanley Kramer demuestra ser un genio del ritmo, cuando por regla general este tipo de películas pierde chispa cuando la duración se extiende. Pero eso aquí no pasa ni de lejos.
Además, es una prueba clara de lo que muchas personas son capaces de hacer por dinero.
Mis escenas favoritas son la persecución final, toda una locura, y la descacharrante aparición fugaz de Jerry Lewis, uno de esos actores que me hacen reír solo con verle.
Esto es una comedia en condiciones, y no las chorradas que se hacen ahora.
i42poloj
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La oportunidad de tener una gran fortuna entre las manos hace disparar a cualquiera algunas de las emociones más antiguas que atan al ser humano: la codicia, la ambición, la violencia...
Y la respuesta corresponde exactamente al título con que se la bautizó: la razón es que el Mundo está loco, loco, loco.

El encargado de mostrárnoslo como es debido fue nada menos que el nativo de Manhattan Stanley Kramer, productor, guionista y uno de esos cineastas clave para comprender el compromiso social en el cine de hace sesenta años; suyas fueron verdaderas joyas como "La Hora Final", "Fugitivos" o "El Juicio de Nuremberg", grandes producciones con repartos estelares y un importante mensaje que atravesara las entrañas del espectador, no así trabajos muy oscuros, amargos y con una pronunciada vena pesimista. Entonces un crítico le impuso un desafío afirmando que jamás sería capaz de manejarse en otro género que no fuera el drama.
El guión del matrimonio William y Tanya Rose cambiaría esto cuando Kramer se hizo cargo, desplazando su argumento imaginado en Escocia a tierras americanas y con la intención de filmar, en sus palabras, "la comedia definitiva". Podría desde luego alzarse con este honor en cuanto a esfuerzo se refiere; su obra tomó más de ocho meses en rodarse con un presupuesto de casi 10 millones de dólares (muy holgado entonces) y un elenco plagado de celebérrimos rostros. Pero la trama de esta épica producción filmada en UltraPanavision cuyo montaje original pasaba de las 3 horas y media (luego recortado por United Artists para su mejor exposición en cines) no podía ser en realidad más sencillo.

En una larga carretera en pleno desierto con destino a California un coche sale despedido hacia la montaña. Esta espectacular secuencia sólo es el preámbulo de lo que vamos a ver; el anciano gángster de dicho vehículo comparte en su lecho de muerte el sueño que perseguía con las personas que lo socorren: coger los 350.000 dólares que hay enterrados en un parque de la costa. Si la carretera se convertía en escenario de tragedia ahora se convertirá en el escenario de un estallido de locura cuando los conductores, en lugar de dejar sus diferencias y pensar en repartir el botín, se lancen a una frenética carrera para llegar antes que ningún otro hasta él.
Puede que Kramer se entregue a los principios del humor más absurdo y delirante que pueda existir, pero su discurso sigue siendo tan serio como en sus dramas; aquí se dedica a retratar la férrea avaricia del hombre, pues absolutamente todos los protagonistas serán capaces de cualquier cosa para conseguir el dinero, haciendo imposible la equidad entre ellos (bien presentada en ese brillante diálogo donde nadie está de acuerdo con el reparto de beneficios). Si el film no comete el fallo de meterse en terrenos farragosos es por la manera tan acertada que tienen los Rose de describir a cada personaje.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Sid Caesar, Phil Silvers, Mickey Rooney, Milton Berle, Buddy Hackett, Dick Shawn, Edie Adams, Jonathan Winters, Spencer Tracy o Thomas Terry Stevens entre otros...distintas generaciones de actores que brindan no sólo un soberbio dominio del humor físico, sino de la comedia verbal gracias a unos diálogos frescos, ingeniosos y desprovistos de cualquier clase de barrera debido a su sana pretensión de hacer reír sin más (el mejor se lo lleva Stevens en ese mítico discurso sobre el peligro de la debilidad de los hombres y el poder de las mujeres en la sociedad americana que a más de uno pondría los pelos de punta hoy día...pero a mí me encanta).
Cómo no el experimento de Kramer se saldó con unas increíbles cifras en taquilla, la buena respuesta de los críticos (el que le acusó de no poder hacer un film de humor tuvo su merecido) y el honor de ocupar las páginas de la Historia como una de aquellas influyentes comedias que cambiaron el género en la década de los '60. De hecho formó un buen equipo en aquel 1.963 con otros títulos que también merecen figurar en esa lista, como "Irma, "la Dulce" ", "La Pantera Rosa", "I Mostri", "El Profesor Chiflado" o la joya de Fellini "8½".

Honor con el que jamás se hizo ni se hará el horrible "remake" de Jerry Zucker realizado en 2.001...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
52/14(16/02/22) Afamada comedia en formato road-movie alocada, aunque desequilibrada, producida y dirigida por Stanley Kramer con una historia y guión del matrimonio William y Tania Rose (habían colaborado en varias comedias de Ealing en Gran Bretaña; de hecho el libreto original se desarrollaba en Escocia), en lo que el megalómano Kramer pretendía fuera la comedia Total, la comedia de las comedias, siendo el rodaje de 170 días de filmación, con 636,000 pies de película, y hasta 114 personajes con diálogo frase, un espectáculo que rebasa a los resultados, pero que aun así tiene enorme atractivo. Para ello utilizó sobre todo recursos humorísticos del cine mudo (sobre todo de Mack Sennett), del slapstick en modo persecuciones, peleas, golpes, caídas en claro signo cartoon.

Versa sobre una idea más simple que el mecanismo de un martillo, una desatada carrera por encontrar $350,000 escondidos en un parque bajo una gran W, se deriva clásico tema de la intrínseca avaricia humana, el darwinismo social (maravilloso tramo que uno de ellos intenta poner de acuerdo a todos para el reparto, pero siempre hay alguien que dice NO! Incluso discuten por querer pagar impuestos!) e incluso con una sub lectura ácida sobre el Sueño Americano (aunque en niveles primario de hondura dramática, nada que ver con otras dos cintas con tema de fondo similar como son las grandes "El tesoro de Sierra Madre" de John Huston o "A Nous la Liberté" de René Clair) desatándose frenética carrera contrarreloj por tierra, aire y ríos, con coches, camiones, bici, o aviones, aconteciendo todo en un día. La magnitud de los estropicios es infinita, de ahí la influencia que tuvo en comedias posteriores como “The Blues Brothers” (con su orgía de autos destruidos) y la spielbergiana “1941” (donde el caos destructivo resulta épico), por la destrucción catastrófica de todo lo habido y por haber.

Comedia gran éxito comercial (con más de 70 millones $ recaudados, fue la tercera más taquillera en USA) y crítica en 1963 y fue nominado a seis Oscar, ganando por Mejor Edición de Sonido, y dos Premios Globo de Oro. La película siguió una tendencia de Hollywood en la década de 1960 de producir películas "épicas" como una forma de alejar al público de la televisión y regresarlo a las salas de cine.

Para retratar a múltiples protagonistas, Kramer reclutó principalmente a cómicos conocidos más por sus actos de stand-up o programas de tv que por sus películas (como Milton Berle, Sid Caesar y Phil Silvers), sazonado los papeles más pequeños con personajes como Peter Falk, Buster Keaton y Don Knotts, e incluyó cameos de Los tres chiflados y Jerry Lewis no acreditado, el protagonista acreditado es Spencer Tracy (único no está en créditos de modo alfabético). Problema es que los tropecientos intérpretes no dejan en su mayoría especial huella, clichés sin personalidad, eslabones de esta cadena de desmadres, propicios para ir encadenando gags, unos mejores que otros, algunos ingeniosos y otros muchos infantiloides, mezclando el surrealismo con el humor absurdo. Aunque hay alguno a resaltar, se puede nombrar a Lennie Pike como el muy camionero Jonathan Winters, donde era su debut en cine, con este rol de caricaturesco de cuasi-Hulk, también Ethel Merman como la insoportable suegra (genial comentario sobre ella del camionero (“Todo lo que usted me diga de su suegra lo creo por horrible que sea”), gritona muy chistosa (por cierto, como por mor de la censura le ponen calzones para no se le vean las bragas cuando en multitud de ocasiones se le ve bajo la falda), o la bella Edie Adams, por las bonitas piernas que luce cuando se le rompe la falda y deja a la vista su sensual extremidad. El siempre grande Spencer Tracy se adapta a aquí aun papel bastante tópico, destacando en sus trifulcas con su hija y esposa telefónicas, teniendo giro inesperado en el rush final su carácter. Ah, y Phil Silvers como el rastrero Otto Meyer, por convertirse en una caricatura toon de la Warner.

Comedia que tiene buenos momentos, buenas escenas de acción, tramos en los que disfrutas, en los que sonríes, en los que te ríes, pero termina siendo un ejercicio agotador y extenuante en cómo al polarizar los hechos en demasiados personajes, se estira hasta provocar abarcar mucho y apretar no mucho, sintiéndose elementos de humor que se reiteran. Kramer en sus aspiraciones grandilocuentes atropella una de las máximas del género ‘comedia’, y es que la duración no debe exceder de la hora y media, y aquí en la versión que he visto, que era el montaje del director se más que dobla (incluso hay un Intermedio!).

En contra de los deseos de Kramer, la película sufrió severos recortes por parte de su distribuidora United Artists para darle a la película un tiempo de ejecución más corto para su estreno general. En 2013 el experto en restauración de películas Robert A. Harris reconstruyó It's a Mad, Mad, Mad, Mad World para ser lo más cerca posible de la versión original de 202 minutos prevista por Kramer. Es la que yo he visto. “It's a Mad, Mad, Mad, Mad World” aparece en el número 40 en la lista 100 Years...100 Laughs del American Film Institute.

Tiene imaginativos y divertidos créditos iniciales en dibujos animados por el maestro gráfico Saul Bass, con muñecos de papel y un Globo terráqueo de juguete de cuerda girando con varios hombres agarrados a él y terminando con uno que abre una puerta del globo y es pisoteado por una multitud enloquecida, ello con el bonito tema de fondo escrito por Ernest Gold con letra de Mack David. Toda una declaración de intenciones en el modo de exponerse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 7 9 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow