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Escape de Absolom

Acción. Ciencia ficción. Thriller En el año 2022 el capitán John Robbins es conducido a Absolom, una isla selvática donde los presos más conflictivos son abandonados a su suerte. Robbins se enfrenta a una situación límite: la lucha contra una sociedad salvaje y primitiva, los presos más terribles y los demonios de su pasado. Para Robbins sólo existe una salida: escapar a toda costa de Absolom. (FILMAFFINITY)
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
18 de agosto de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El recientemente desaparecido Ray Liotta, emergió en los 90s como joven promesa del cine de acción y drama. Y “Escape de Absolom”, (No Escape, 1994 Martin Cambell) era el producto definitivo para auparlo al nivel de Bruce Willis, Van Damme, etc… Ni que decir tiene que Liotta está muy por encima de estos dos últimos en términos estrictamente interpretativos, sin embargo, la cinta fracasó en taquilla por diversas razones: la principal, lo predecible de la trama, (a medio camino entre Fortaleza Infernal, Mad Max, El Señor de las Moscas y Escape From New York)

Por otro lado, el plantel de caras conocidas, son eso, caras conocidas: actores secundarios típicos de los 90s, (Lance Henriksen, Ernie Hudson, Kevin Dillon…) puestos ahí en modo body count para justificar un discreto Blockbuster al que pronto se le ven las costuras.

Sin obviar que, aunque la labor del villano principal, encarnado por Stuart Wilson, (el villano de La Máscara del Zorro, 1998) resulta por momentos inquietante, en el fondo acaba siendo un villano fallido, cuyas líneas de diálogo son predecibles, infantiles y hasta irritantes. Sabemos que no tiene trascendencia alguna y que el director es incapaz de ofrecer el cliffhanger de rigor para salvar todo el tinglado montado para mayor goce y gloria de un Ray Liotta que, si bien es un maravilloso secundario, el papel de protagonista se le viene grande.

Tampoco hay que dejar de lado la estrepitosa realización de Martin Campbell, director curtido en servir productos televisivos y filmes directamente estrenados en el circuito doméstico, (antaño video-clubs ahora plataformas de streaming): la cinta tiene un tufo a cine de bajísimo presupuesto, casi formato televisivo y trasfondo serie z.

Con todo, Escape de Absolom reúne todas las filias y fobias típicas del cine de acción de los 90s, (Water World, StarGate, Contact) es decir, son productos relativamente inofensivos, (no obviamos la pátina racista/supremacista de la cinta que nos acontece) con plenitud de clichés, estereotipos y fuegos de artificio. Sirve como mero producto de entretenimiento cuando no sabes exactamente qué deglutir un domingo por la tarde.
Buscapé
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28 de junio de 2017
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Sin muros, sin barrotes. Pero también sin reglas, sin libertad.
Así fue la prisión del futuro imaginada por la mente lúcida del autor británico Richard Herley, y trasladada a esta aventura que ha quedado enterrada en el olvido como los personajes que la ocuparon...

Aunque no sería correcto hablar de adaptación en el sentido más estricto, pues la encargada de producción de "Escape de Absolom", esa hacedora de éxitos que es todo coraje llamada Gale Anne Hurd, no dudó en tomar la historia original, hacerla pedazos y reorganizarlos a su gusto, hasta que el producto fuese lo suficientemente comercial para encajar en el marco del cine de acción norteamericano de los '90, poniendo tras la cámara, ignoro la razón (ni me importa), a un Martin Campbell nada acostumbrado al género. La diferencia está en que "The Penal Colony", publicada en 1.987, pese a su estereotipada idea central, posee un desarrollo interesante; el guión de Joel Gross y Michael Gaylin fracasa en ambos campos.
Iniciada con un prólogo genial que homenajea al "cyberpunk" ochentero, el film es el vehículo perfecto para un Ray Liotta deseoso de dejar a sus chicos malos y transformarse en todo un héroe; Robbins es de todas formas una mezcla y reconversión de varios individuos: un Plissken con una carga emocional más profunda, un Brannick (protagonista de "Fortaleza Infernal", gran inspiración para la que nos ocupa) sin una mujer a la que recordar. Pero sufre la misma suerte que su homólogo literario Anthony Routledge: acabar en la isla-prisión donde todos los desechos sociales son enviados, un territorio salvaje de hombres fieros donde la supervivencia hay que ganársela.

Originalmente la Isla de Sert, pues la historia se situaba en una Gran Bretaña cuyo Gobierno, al parecer inspirado por la obra de Carpenter, ha hecho de ciertos territorios cárceles perdidas de máxima seguridad. Hurd quiso filmar con mejores condiciones en Australia (y sucedió todo lo contrario), así que en el guión pasó a ser Absolom. Pero la mayor distancia entre éste y la novela se da por lo que sucede dentro. Herley es particularmente desagradable, y sus descripciones, donde se incluye la esclavitud, el racismo y la violación, resultan muy crudas.
Así, la peripecia de su protagonista, un tipo condenado por un asalto sexual que no cometió, asfixia al lector por la crueldad a la que es sometido, porque debe lograr un puesto entre las dos sociedades de la isla, la de Old Town y la de Village, debe pasar por experiencias brutales y amoldarse a la violencia por supervivencia. Robbins, al ser ahora un soldado de alto rango, no tiene problemas para enfrentarse a la manada del peor Stuart Wilson que jamás verás (destacando una secuencia robada de "Rescate en New York") y salir vivo, todo para ser recogido por otra tribu; pero aquí está la nueva vuelta de tuerca de los señores Gross y Gaylin.

Preparada para ganarse el corazón del público (Hurd se ha declarado una capitalista orgullosa de sí misma), "Escape de Absolom" opta por una humanización de los de Village, aquí Insiders, cuyo líder es un benévolo Lance Henriksen, de tal manera que éstos y el grupo de Marek se asemejan más a los de Pappagallo y "Humungus" de "Mad Max II". En las antípodas Routledge era torturado y despreciado por unos y otros, forzado a valerse por sí mismo; no había "nueva sociedad", ni una comunidad humanitaria, ni un "Padre", ni un Casey (¿versión juvenil del niño del que Max se hacía protector?), ni fiestas de Navidad.
No había nada, sólo violencia, soledad y pura y dura supervivencia. Robbins las tiene todas consigo, y a pesar de lo mucho que se entrega emocional y físicamente Liotta, el personaje atraviesa una previsible evolución: el cinismo del principio, el nacimiento de una esperanza y el acto de sacrificio para subrayar su deseo de redención; al revés de Plissken o Max, él no desea sólo escapar o venganza contra el villano (con sus frases, sus gestos y sus artimañas típicas de villano; no le falta ni una a Wilson), sino apoyar el esfuerzo de esos hombres que luchan por algo parecido a una utopía pacífica.

En realidad no hay un sólo personaje, aun esforzándose el guión por profundizar en sus personalidades y pasados, que no salga de los arquetipos: los líderes perfectamente definidos como buenos y malos, el brazo derecho del líder bueno, tan desconfiado (Ernie Hudson); el pobre chico que sigue al protagonista a todas partes y que te preguntas por qué demonios está donde está (jovencísimo Kevin Dillon), el ingeniero que sabe cómo salir del lugar, el tipo gracioso que recoge víveres, el amanerado que cuida y reza por todos. También hay espías, cómo no, ausentes en la novela.
Estos recursos tan conocidos y las maniobras tan predecibles del guión pretenden ser compensadas con eficaces escenas de acción y efectos especiales, la única razón para quedarse hasta el final. Y el director neozelandés no falla, ya que, sin experiencia en ello, sabe desplegar el espectáculo, 100% palomitero, de manera dosificada y hábil; explosiones, carreras por la jungla, grandes batallas con cientos de extras en movimiento en grandes localizaciones y no poca presencia de esa violencia tan de la época: brutal y artificiosa (sin embargo rebajada en comparación con la novela).

"Escape de Absolom" queda tal como es: un bienintencionado, incluso entrañable, festival de aventuras y ficción de pura serie "B" ochentera rodado en los '90 con todo lo que debe y lo que no debe llevar el género, con su épica, su heroismo y su moralina de andar por casa, y ese súpervillano que, como manda la tradición norteamericana, no le basta una vez para morir y regresa a repetir la experiencia.
Ni la taquilla ni la crítica respondieron en consecuencia y hoy día nadie parece acordarse del film, salvo los que lo tengan en VHS en alguna estantería llena de polvo. A Campbell, por su parte, le sirvió para ser elegido responsable de traer de vuelta al perdido agente 007 en "GoldenEye", con la que se hizo rico.
Chris Jiménez
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4 de agosto de 2015
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala, sin remedio, a mucha conciencia.
El problema de este tipo de películas tan entretenidas, tan de evasión, tan emocionantes y de aventuras, tan..., es que no entretienen ni interesan ni evaden ni emocionan ni... nada; al contrario, te obligan a pensar en cosas tan apasionantes como el camión de la basura, los ladridos del perro del vecino, la inflación por las nubes en la República de Weimar, Marbella como unidad de destino en lo universal, y, en el peor de los casos, en el (sin)sentido del (cierto) cine, ya que para narrar algo con gracia importa mucho menos el qué se cuenta (es bien sabido que está casi todo dicho y visto) que el cómo se cuenta (habilidad, ingenio, humor..., estas cosas tan raras, poco conocidas y practicadas, suelen ayudar); y aquí hay tal acumulación de tópicos, plagios de montones de pelis (trozos, remedos y abortos mal cosidos), diálogos absurdos, personajes sin sentido, situaciones grotescas, actores malos... que no se puede ver o tomar más que como un suave narcótico o una tortuosa música de tanatorio.
Pero si hasta el bueno de Liotta, con su mirada azul cortando el viento, está todo el santo rato venga a poner caras frías, sin pestañear, pétreas, filosóficas, por lo menos, como si creyera que es Bergman y no Campbell el jefe de todo esto tan malo, causa incredulidad y, sí, un poco también de risa.
Prólogo futurista cutre, supuestamente muy avanzado (nunca aciertan, ya hemos echado la mano al cuello del futuro y nada que ver), que abandonan con prisas para llevarnos a otro asunto habitual también en estos desgraciados casos, el retro futuro o apocalipsis medieval (si tal cosa existe), con señores de la guerra, clanes y siervos, y con dos bandos enfrentados, los muy buenos contra los muy malos (así, a lo bruto); y un héroe total frente a un malvado abisal.
Y nada. Dos horas estiradas sin motivo, una trama detenida por conversaciones imposibles, una pesadez obtusa y cansina, una tortura china, cómo cae la lluvia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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14 de diciembre de 2007
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película propone una idea interesante y un buen reparto, pero da la sensación de haberse realizado sin ganas y rápido. Al final nos encontramos con un intento de cruce entre cadena perpetua y Mad Max que se queda a medias en ambos aspectos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
naimaD
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11 de noviembre de 2005
7 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto muchas películas pero pocas me han producido tanto sueño como esta. Es mala de solemnidad. Manténganse alejados de ella o se arrepentirán. El que avisa no es traidor.
Fargo
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