La novedad es que él muere, algo es algo, pero bueno, tampoco tanto, ya que al final es la chica, cómo no, el gineceo, para variar, manda, la que salva la papeleta o mantiene en todo lo alto la de la justicia y la verdad y el bien y la belleza bandera, la antorcha encendida, pebetera.
La tecnología tiró el avión abajo, la tecnología tiró el coche abajo, yo te hackeo, hermano, tanta tumba, habrá que volver a las señales de humo, no seamos Terminator/s.
Los actores son estupendos, el gran Dussollier de mi querido Sautet, la atractivísma, boquita de piñón, fresas con chocolate, Lou de Lagge, y el perfecto nerd o friki, Rain Man, El aura, con superpoderes caninos, lo tuyo es pura obsesión, majo.
La película está muy bien urdida y contada, pero ya decimos que finalmente descarrila del todo, lo del bote y el chapuzón y el buceo apnea doble tirabuzón carpado copado mediante en medio de la nada ya es pasarse, el pelo tomar al personal o la gente, entrada en pérdida, y acaba siendo más La isla de Michael Bay que algo mínimamente serio.
También podría ser una nueva versión o remake de Dardevil, será por dar ideas.

Justo el cáncer le cae o toca, de las manos se lo quitan, al más joven y al que en mejor forma física está, bingo, dan en la diana, ojo clínico, se chotean de todos nosotros a viento en popa a toda vela, de toda la platea, ni títere con cabeza, en la luna de Valencia se pierde o queda, se sacrifica, cazando moscas, para los restos, polvo selenita será, seguro que se junta con las mujeres gato que por allí pacen o andan todo el rato, asolando, dios los cría y ellos se juntan, no hay otra, y montan la de dios es cristo, la trece rue del percebe, fiesta.
No me quiero imaginar, los mejores cerebros de nuestra generación, lo que debió ser la creación, recorrido, lectura y parabién o aprobación, palante, de acuerdo, damos el visto bueno, presupuesto, de este guion, a dolor, prieto cojón, para cuándo un documental a todo este apasionante respecto y no tanto crimen y tontada a espuertas, con películas como esta la fe/esperanza/caridad de la humanidad es un fuego que sigue vivo, llama que calienta más si cabe, titila en la noche más oscura, guarida, refugio, salida.
En la segunda parte contratante espero, los dedos huéspedes, me como las uñas, con ansia viva, ver cómo ganan la medalla de oro de baloncesto de los Juegos Olímpicos, de Madrid, al cielo, por fin, en una final contra la CCCP rediviva, vértigo, de entre los muertos, a machamartillo, con el triángulo mágico de Phil Jackson convertido en cuarteto apocalíptico, y con mate en el último segundo suspiro supino del tito Clint Eastwood el día de su (Papá cumple cien) cumpleaños tras treinta y tres prórrogas y tras haber roto todas las estadísticas expectativas que les daban un pi, con el pipiripipipi, de posibilidades.
Vuela, vuela, voyage, voyage, y el mundo en una caracola.
Espero una versión española con Máximo Valverde y... el sursum (Petr o Sebastian que nos da igual) Korda y...

- La primera escena entera y verdadera.
- Luca Brasi preparando su discurso o el arte de la oratoria.
- Sonny follándose a su amante mientras escucha Hagen y la esposa que lo sabe todo y pena en la sombra de la alegría de la fiesta.
- Sinatra llegando.
- Brando imitando diciendo que no llore, que es ridículo y patético, que no sea por una vez tan mierda mientras Hagen ríe de a medias.
- Lo que dice o cuenta sobre el motivo por el que odia a Sinatra el director productor o lo que mierdas sea o fuera ese Harry Cohn cabrón.
- La mamma cantando con ese puto viejo pellejo cachondo.
- Michael protegiendo a su padre, de hecho y de palabra, y la reacción de este.
- Michael tan tranquilo, héroe de guerra, no lo olvidemos, no es un mindundi como vosotros, da fuego a un tembloroso y fiel Enzo, de bien nacido es ser agradecido.
- Michael tan tranquilo decide su suerte para siempre, y la de McCluskey y Solozzo, qué buenos actores Hayden y Lettieri, de paso, y los demás ríen, joder con el novato, es el que más vale, Espartero.
- Todos reunidos después del atentado contra Corleone y Clemenza, el mejor de todos, inmenso, cocinando.
- Cómo se miran y sonríen los enamorados en Sicilia, cómo les siguen las viejas, el cortejo, El hombre tranquilo, carabinas.
- La paliza de Sonny al miserable mierdas ese, cómo mira la chavalería en la calle.
- La patada a Sonny ya muerto.
- La muerte de Brando entre las flores.
- La llegada de Michael a Las Vegas y todo lo que hace o dice, ejemplo de conducta, manual del perfecto ciudadano, miren y aprendan, y la reacción de los demás, de Moe Greene Bugsy Siegel tan similar a la de Jack Woltz Harry Cohn en especial.
- Las miradas de Tessio a Hagen, memento mori, lo que le dice, el último intento.
- Fundido en negro.
Tan elevada o exquisita como popular o cercana, tan de línea clara como llena de perturbadoras turbulencias, nada de grasa, tres horas que son un segundo concentrado y estirado hasta el límite o máximo.
Es, también, la crónica de un fracaso, de un destino aciago, su vocación era otra, ni él ni su padre querían eso, él, como Bela Lugosi, debía manejar los hilos, vampiro, y, paradójicamente, o no, es el más indicado para su nuevo puesto, o la tragedia de una familia americana que no puede evitar repetirse, dar otra vuelta de tuerca al noveno círculo del infierno.
Es tan buena que ni siquiera importa (que lo sea).
Es tan buena que hasta se pude decir que no es tan buena.
Es tan buena que hasta se permite o soporta sin despeinarse, no mueve un músculo de la cara, que toda la pobre gente repita lo de la oferta.
Es tan buena que hasta decirlo en alto o escribirlo es de mal gusto.
Es tan buena que hasta para decir que no es tan buena hay que pedir perdón o piedad o justificarse eterna peregrinamente sin que a nadie le importe (una mierda).
Es tan buena que solo dura tres horas y, además, qué desfachatez, se acaba.

Y al final muere, paga el precio ineludible inevitable, como Cristo, después de haber sido matado o asesinado, como Dios, una vez tras otra hasta el fin de los tiempos, el hombre duplicado, el eterno retorno.
La verdad no nos hará libres de ninguna de las maneras porque amamos las cadenas, ea.

* Hubiera sido mucho mejor si hubiera acabado justo antes de que entrasen a degüello, a sangre y fuego, a troche y moche, a machete, con el cuhillo entre los dientes, las fuerzas del mal en el poblacho de los muertos de hambre, justo cuando Tom Waits estaba cantando, perfecto, sobran esos epílogos consecutivos que no aportan nada y redundan en lo ya explicado de antemano, que recurren a dos muertes que insisten o remarcan lo obvio y conocido, innecesarias, lo mismo que la última alucinada ensoñada aparición de la mujer en el tren para qué.
En otra película, en todas o la inmensa mayoría, él hubiera vuelto y se hubiera quedado a vivir con la familia que tanto le echaba de menos y le quería, aquí no, y eso está bien, imposible, es un borracho, un tarambana, un bala perdida, un alcohólico que es incapaz de mantenerse sobrio o trabajando dos días seguidos, obvio.
Otro problema que tiene la película es que se queda en la superficie de las causas de la debacle de los protagonistas, en el caso de Jack lo ciñen exclusivamente a la muerte del hijo y no exploran los orígenes, seguro que múltiples y variados, de ese tamaño desastre, en el caso de Meryl todavía menos, apunta/n a una pianista concertista cantante de cierto éxito que quedó en nada por posibles horrores familiares intrincados hermanos y maternos hereditarios, lo mismo que pasa con Waits y su locura o enfermedad, se queda todo en apuntes, en agua de borrajas, en un realismo impresionista sucio tierno y desolador, bonito y patético que solo roza la carcasa o armadura o alma de los personajes y que nunca los miserabiliza del todo ni mucho menos, eso es bueno, los dignifica e intenta comprender de hecho, tanto es así que siempre mantienen una brizna de bondad o solidaridad camaradería y hasta optimismo, al mal tiempo, buena cara, ante y frente a todo, la mirada es compasiva y cariñosa a pesar de ser tan triste y terrible lo que (se) cuenta.
Alguien voló sobre el nido del cuco a la intemperie, sin paraguas ni enfermeras, a pelo y tentetieso, humillados y ofendidos, abandonados a su suerte, los estragos del crack del veintinueve con un deje del Pedro Páramo mexicano en su afán de mezclar/difuminar o confundir las fronteras entre las dos orillas de la existencia, el más allá y el más acá o los distintos estados de la materia, de la carne y su podredumbre, hoy es un ayer cansado y un mañana muerte, las flores del mal.
Muerte de un viajante de Miller por ahí anda también cerca estirando la pata, la parte teatral también es evidente, o hasta Beckett en la existencia como absurdo frío y desangelado con un punto cómico, o Las uvas de la ira o incluso aquellas de Sally Field, En un lugar del corazón o Norma Rae, las toca de refilón, o la otra de Gibson y Spacek, Cuando el río crece, ese cine social de denuncia que aquí se esboza en la reminiscencia huelguista esquirola y que, también, se deja de lado, ese cine que ya no existe en Norteamérica y casi en ninguna parte, han ganado, los otros.
Gran escritor, floja película.