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Sicarivs: La noche y el silencio

Thriller Un sicario recibe el encargo de matar a una mujer. Debería ser un encargo más, sin embargo, cuando está a punto de ejecutarla, no lo hace. A partir de entonces inicia una carrera a contrarreloj para acabar con quienes le han contratado. Sabe que, en su profesión, quien no termina el trabajo, está muerto. La cuestión es: ¿por qué decidió no matar a la mujer? (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
14 de enero de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante historia la que nos presenta el director Javier Muñoz. Desde el comienzo de la película, Victor Clavijo nos introduce en el mundo del crímen. A modo de narración, vamos descubriendo la rutina de este particular asesino a sueldo. Lo mejor de esta película es cuando nos dice según sus palabras, que nadie repararía en él, pues es un tipo delgado, tímido, anónimo y distante. Muy alejado del típico asesino mujeriego, musculoso y experto en artes marciales que nos tratan de vender siempre en Hollywood. En esta película el asesino es más realista, más creible, más cercano al espectador. Realmente pienso que transmite la sensación de estar acompañándolo cada noche a realizar su trabajo. Sin embargo, un día todo se tuerce. Algo sale mal. La culpa le corroe dejando con vida a su victima. A una victima inocente que no se merece morir. De esta forma, utilizando sus hablilidades asesinas buscará a los que le contrataron para cobrarse su venganza.

Lo mejor: el guión de la película, así como la interpretación y narración de Victor Clavijo.
Lo peor: que no haya una segunda parte. El final quedó abierto para una continuación.
Jason
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17 de abril de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
72/12(15/04/17) Refrescante ópera prima del madrileño Javier Muñoz, un ejercicio de estilo formato cine negro que huele al cine de Melville (“El samurái”) o Michael Mann (“Collateral”, esta incluso la menciona el sicarivs), un thriller con un caustico y estoico protagonista, algo propio de los mencionados cineastas, radiografiando de modo punzante la vida de un anónimo (nunca sabremos su nombre) asesino a sueldo, el sicarivs del título, ello a través de una noche en la que deberá acometer una carrera contrarreloj por salvar su vida tras arrepentirse de hacer un encargo, y es que en su profesión “... quién no acaba su trabajo, está muerto”, lo que le lleva a una espiral de asesinatos entre polis corruptos, burdeles, timbas de póker, etc. Esto que sobre el papel no es original, sobre los fotogramas el realizador compone una hábil propuesta, cargada de atractivo y magnetismo, gracias a un trepidante desarrollo que no da respiro, thriller cargado de acción y tensión, macerando con intensidad cada escena de violencia, con una puesta en escena rebosante de expresionismo noir, con un manejo e la cámara notable, y ello coronado por unos actores fenomenales, destacando un magistral Pedro Casablanc en el rol de gurú-mentor, y sobre todo un protagonista Victor Clavijo cumbre, todo en un increscendo que te atrapa y no te deja.

Un retrato aséptico, sin posicionamiento moral tomando al espectador de adulto (se agradece), todo narrado en tres niveles, por un lado el relato de supervivencia en la nocturnidad del protagonista, por otro está la voz en off del propio mercenario de la muerte, destripando sus pensamientos que nos ayudan a comprender su ascético modus operando, reflexionado sobre como le gusta su “trabajo”, y está otro nivel en un flash-back que se va intercalando de vez en cuando, en que vemos a un tipo que fuma frente al sicarivs que de modo sereno le deconstruye como debe actuar un asesino a sueldo en cada momento, en cada situación, las reglas que no debería romper para pasar desapercibido y mantenerse con vida, todo esto entrelazado con gran sentido del ritmo, retroalimentándose uno del otro, aportando dinamismo al alternarse con fluidez,

El sugerente guión del propio realizador compone un entramado donde la acción acontece en un margen de tiempo cerrado (una noche cualquiera) se percibe sensación de peligro constante, apoyándose en el parapeto escénico que da la nocturnidad, mostrando el realizador un mundo oscuro y deprimente donde reina la corrupción moral, la podredumbre del alma, donde no hay buenos o malos, todos somos grises, un microcosmos sombrío poblado de personajes codiciosos, libertinos, delincuentes, la noche deja al descubierto la trastienda donde afloran las miserias humanas, muy bien reflejadas por Muñoz. Sabiendo el director gotear su narración de un ingenioso humor negro que hace más digerible la acción.

La puesta en escena resulta bastante buena en su frugalidad (teniendo en cuenta su bajo presupuesto) afrontando sus correncias con buenas ideas, rodándose toda en la comunidad de Madrid, haciendo de la cámara y fotografía de Javier Cerdá, co-protagonista con tomas opresivas, planos subjetivos excelsos, expresivos primeros planos, jugando con la iluminación, los travellings, el humo, lo nebuloso, el blanco y negro, aunque a veces en su afán de experimentar con la semioscuridad se nubla demasiado la imagen, un grano de arena entre los muchos aciertos, recreando con buen tino el estilo cine negro. Destaca asimismo la buena labor de edición de Paco Díaz, variando de escenarios de modo comprensible, con ritmo sereno y pétreo. La música de Mariano Marín (“Abre los ojos”) aporta dosis de inquietud y tensión, sin ser intrusiva.

Espléndido Victor Clavijo con su rol de frío y flemático asesino a sueldo, mesurado, contenido, mecánico, de mirada vacía, de gestualidad discreta, con esa voz y dicción de alta escuela, impregnando de un nihilismo penetrante al personaje, moviéndose con veracidad entre la amabilidad de algunos momentos y su insensibilidad al dolor que causa, perdón a las muertes, el aborrece provocar dolor (¿?). El único secundario con peso, aunque todos cumplen bien, es un excelente Pedro Casablanc, moviéndose en las sombras, en los claroscuros, entre el humo, bañando a su rol en cuasi-misticismo, sublime su aportación cuasi-telúrica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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15 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, ¿por qué no? ¿Acaso hacer una historia noire un poco inverosímil debe ser patrimonio de una nacionalidad? Si hay ciertas cositas que perdonar para disfrutar de una buena cinta como "Collateral" (2004), se hace con agrada. Sin embargo, pareciera que la denominación de origen de "Sicarius" obligase a enterrar a la cinta de Javier Muñoz con el apelativo de demasiado castiza.

Y no lo es. Observamos una trama que ya se ha contado antes, si bien notablemente narrada y con un actor de tremendo talento, un Víctor Clavijo que lleva las escenas por donde quiere y termina convenciéndonos incluso de los puntos más improbables del argumento. Toda una noche escuchando los soliloquios de un desalmado sicario que toma una decisión inesperada.

Su metraje es perfecto, puesto que un poquito más se habría hecho demasiado cansino. Toda la responsabilidad está sobre los hombros del protagonista, quien no tiene un momento de respiro. Nosotros como audiencia tampoco, dejando un reguero de asesinato, corrupción y reflexiones cínicas.

Me deja duda acerca de cómo viviré los futuros revisionados. Lo que no puedo negar a "Sicarius" es que ha sabido engancharme, llevarse por derroteros atípicos en nuestro cine y, en el mejor de los vicios, que lo ha hecho con el pecado de una gran osadía.

La alianza de Javier Muñoz y Víctor Clavijo se hace digna de una ovatio sincera en el marcado de la Subura, ese barrio donde los poderosos senadores reclutaban a los mejores sicarios de la urbe para cumplir las tareas al margen de la ley.
El Libanés
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3 de diciembre de 2016
16 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que he visto una película diferente al resto. La considero una película para pasar el rato, pero bastante floja. Teniendo en cuenta que es una opera prima, se queda en la típica película para felicitar al director y animarlo, partiendo de que el producto sería muy pero que muy diferente si lo rodase dentro de veinte años, porque esto está más verde que las manzanas granny.

El problema de la película, a mi parecer, es que su guión resulta pretencioso y cargante. Una voz en off continua que te va narrando lo que pasa por la cabeza del personaje y que consiste en una retahíla de frases metafísicas.

Perdonad que lo diga: es la obra de un pedante. Se nota que el guionista/director se recrea en su creatividad pensando a cada instante: "Joder, qué frase más brillante", y así ha trufado todo el guión como si fuera un libro de reflexiones pretendidamente ingeniosas.

Me gusta el cine y me gusta la literatura. La diferencia entre Borges y cualquier pedante que ordena palabras barrocas es precisamente la genialidad. En la película brilla por su ausencia, las reflexiones son cargantes y lo peor es que se nota que el guionista se gusta a sí mismo, cuando roza la vulgaridad más absoluta. El mismo título lo dice todo: "Sicarivs: la noche y el silencio". El guionista ha querido hacer de Shakespeare en el cine, una obra trascendente y trascendental sobre la mente del asesino.

En fin, el desarrollo de la película está bien llevado. Las actuaciones, dejémoslas en aceptables, destacando el personaje principal sin brillar en ningún momento en su inexpresividad.

Me da mucha pena ver cosas así. La voz en off está mal elegida, hacía falta algo más grave, más a lo Constantino Romero. Con ese tono, lo escuchas y te da todo igual. El personaje principal, el sicario, el asesino, se esfuerza, pero no es Jean Renó. Por tanto, lo ves, con esa voz, con esos gestos, y con las reflexiones pedantes de unos y otros y piensas: ofú. Lo que pudo ser y no fue.

Sí, lo que pudo ser y no fue. Todo lo que pasa te resbala. La historia te suena a mil veces vista. Y lo que no te suena, que son las frases hechas constantes, incomodan.

Le doy un aprobado porque hay que agradecer el esfuerzo de un director novel. Pero esto lo verá dentro de treinta años y se echará las manos a la cabeza escuchando sus "genialidades" metafísicas.

Y lo malo es que no cuaja más por cosas que le sobran que por cosas que le faltan. El personaje principal está pensado copiando a un Jason Statham/Jean Reno a la española, pero con filosofía new age a la catalana, con lo cual, de comienzo ya se hace repelente. Pero es que el resto de personajes tampoco acaban de calar, y no porque sean malos actores, sino porque no tienen carisma. Está claro que ningún secundario es Joe Cabot (Lawrence Tierney) de Reservoir Dogs, pero con algunas interpretaciones menos desganadas, menos filosofías y más gancho en los diálogos (intentando que cada frase no se convierta en una reflexión espiritual ni en una "agudeza" para chocarse las manos) hubiera quedado una obra memorable. En fin, una auténtica pena, pero es lo que hay. Un cinco y porque las escenas están por lo general bien rodadas. La típica película que puede verse con un ojo en ella y con otro en el teléfono chateando para no sentir que pierdes el tiempo.
euroconsultor
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17 de agosto de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recomendable film de Javier Muñoz, realizador que acabará por convertirse con el tiempo en una de las figuras claves de ese neo cine negro. Sicarivs, con un subtítulo excelente, "la noche y el silencio", recrea las andanzas de un sicario que cuenta en primera persona sus últimas vivencias. La película tiene buen ritmo, con excelentes interpretaciones. Está ambientada en lugares habituales para este tipo de películas, con la corrupción como telón de fondo (partida ilegal de cartas, prostitutas y montañas de farlopa en pleno ayuntamiento). Es un gran acierto la introducción en el montaje de las recomendaciones de un antiguo sicario que apoya, con sus enseñanzas de maestro asesino, las acciones del protagonista, y el modus operandi que debe realizar para salir ileso de cada acción. Sobre el texto, podríamos decir que es bueno, pero peca en alguna ocasión de enaltecimiento de frases pluscuamperfectas, alguna poco creíble por ser forzada, pero no por eso aparecen destellos sublimes. Lo peor de la película, si hay que poner un pero, es la sobreactuación y el papel que se le da al alcalde corrupto. Es la única pega a una película que gana mucho en los pequeños detalles de la historia. No es una obra maestra, pero sí una dignísima película de cine negro hecho a nuestra manera, con particularidad ibérica. Es más que recomendable su visionado, incluida la escucha de la buena banda sonora de Mariano Marín. Sicarivs es mucho mejor que la mayoría de las actuales presentaciones retro que Hollywood nos vende como cine negro. Deseando otra entrega de Javier Muñoz, y por qué no, una continuación de Sicarivs con un Víctor Clavijo excelente.
PierrotLeFou
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