Muerde la bala

Realmente uno no sabe cómo abordar la crítica a esta película, ya que:

... por un lado, asistimos a uno de los filmes peor montados que, literalmente, he visto en mi vida; el abruptísimo final es realmente desconcertante; la música es un desvarío total, una mezcolanza que demasiadas veces se pasa de rosca; hay secuencias rayanas en la vergüenza ajena (la del oso, por ejemplo); la aparición de las huellas de los neumáticos de los vehículos que portan las cámaras es constante; lo que se dice de cómo fue la batalla de las Lomas de San Juan, en la Guerra de Cuba entre EEUU y España, es directamente mentira…

... pero por otro Gene Hackman está que se sale, las reflexiones sobre el buen trato a los animales llegan a ser incluso entrañables; la cinta mantiene el interés (aunque quizá más en un plan de “¿cómo diantres va a acabar esto?”); Candice Bergen está guapísima; las caídas de los especialistas son francamente arriesgadas (sin ser un ejemplo de esto, cabe mencionar aquí el tortazo superlativo que se dan, en la moto con sidecar, los personajes de James Coburn y Gene Hackman… ¡Dios mío, qué batacazo); las reflexiones sobre lo que supone la cultura de la competición, ser el número uno y la victoria en EEUU son muy interesantes; Ben Johnson lo hace francamente bien…

…y luego consideraciones mediopensionistas: curioso comprobar como la plana mayor del doblaje español de los años 70 y 80 está en esta peli: desde Felipe Puig (Hackman) a Dionisio Macías (Coburn), pasando por María Luisa Solá (Bergen), Pepe Mediavilla (Johnson); Arsenio Corsellas (la voz por excelencia de Sean Connery, aquí doblando al actor Dabney Coleman)… e incluso los archiconocidos Constantino Romero (Bannen), Rogelio Hernández (la voz de Marlon Brando y Paul Newman, aquí encarnando al actor que hace de novio de la Bergen) y un Salvador Vidal (voz de Luke Skywalker, por mencionar uno de sus más conocidos trabajos, de nuevo aquí asignado a doblar a un chico joven rubio aventurero y un tanto temerario, en este caso el protagonizado por Jan-Michel Vicent).

Ante todo esto, ¿qué hacer? Un 5 sería, con todo, una puntuación injusta; un 6, quizá se quede corto. Pongámosle un 7, venga, que actuaciones como las de Gene Hackman, actualmente en el cine de hoy en día, brillan, pero por su ausencia, y eclipsan mucho los defectos (que ya lo creo que los tiene) de este filme.

Richard Brooks escribe y dirige este muy estimable western crepuscular de tono melancólico y desmitificador que presenta un Oeste en declive protagonizado por personajes perdedores, antihéroes cansados, resignados y desencantados, tipos de moral y código etico inquebrantables que se ven arrinconados y marginados por el ímpetu carente de valores de una presunta modernidad de la que no se sienten partícipes.

Brooks otorga mucha poética y belleza emocional a esta historia clásica en esencia aunque osada en su concepto narrativo y de realización (con utilización de slow motion, cámara al hombro, planos subjetivos...), brindando también un emotivo tributo a la figura del caballo, elemento clave y fundamental en la conquista del Oeste.

El retrato de personajes es sobresaliente, y la deslumbrante belleza de los escenarios naturales está magistralmente captada por Brooks y el fotógrafo Harry Stradling Jr.

El guión es prodigioso, con memorables e incisivos diálogos que explican sabiamente el final de una manera de entender y afrontar la existencia en la que valores como la amistad, la honestidad, la lealtad, la dignidad o la superación personal son absolutamente innegociables y están por encima de todo.

A pesar de no alcanzar la categoría de su obra maestra "Los Profesionales", este épico western se erige como un título más que apreciable dentro de la filmografía de Richard Brooks.

Con una excesiva duración, Richard Brooks nos ofrece este Western rodado íntegramente en exteriores con una buena fotografía en auténtico Cinemascope. La película está bien dirigida y hay secuencias y planos excelentes muy bien rodados de cabalgadas por todo tipo de terrenos.
El reparto está bien elegido, donde la atractiva Candice Bergen, por exigencias del guión, no luce sus atractivos femeninos y cumple con su papel como actriz rutinariamente por los inmensos paisajes áridos del film. Lástima que el argumento no tenga mayores atractivos que el contemplar las vicisitudes que atraviesan los caballos, a los cuales se les rinde un buen homenaje, pues son los principales intérpretes de esta producción, y creo que por encima de los actores que también sufren lo suyo, con un Gene Hackman que siempre cumple adecuadamente con su labor.
Para amantes del Western donde pasarán un rato agradable, y que como buen aficionado al género que soy contrasta no recordar haber visto esta película por esas causas extrañas de la vida.

El casi siempre interesante Richard Brooks, escribe y dirige este original western sobre una carrera a caballo de 700 millas por el territorio del oeste americano organizada por un periódico en la que participan nueve jinetes.

Gran parte de la historia no deja de ser un amable pasatiempo sin más, con situaciones divertidas, pero a medida que se acerca el final la cosa cambia abruptamente y se vuelve interesante por momentos. A lo largo de la dura carrera los protagonistas viven infinidad de peligros y varios de ellos cambian de forma de ser a medida que se van conociendo.

No llega a la calidad de otras obras de su autor pero merece la pena, aunque solo sea para disfrutar con las actuaciones de poderoso reparto.

De las últimas películas del excelente Richard Brooks, es un western muy bien realizado y entretenido que cuenta sobre una carrera de caballos de 700 millas a través de Norteamérica que suscita un gran interés nacional con apuestas e importante premio al ganador.

Participan en la carrera nueve personas diferentes que competirán en una extenuante y apasionante experiencia en sus vidas. Hombres rudos y aguerridos dispuestos a culminar la hazaña con éxito.

Importante reparto con un estupendo Gene Hackman, una bellísima Candice Bergen muy bien (química con Hackman), un James Coburn que llena pantalla y a destacar la actuación del joven Jan-Michael Vincent, un actor muy olvidado.

Extraordinaria y excitante filme que gusta al corazón y a la mente con mensajes muy positivos y humanos en favor de la amistad, los amores errados (la Bergen comete notable error) el amor a los animales (los caballos), y la mutua ayuda ante los problemas y las dificultades, sobre todo en el personaje de Hackman que es un ejemplo de humanidad y camaradería.

Además, está rodada la película en una época en la que el western era el género en decadencia, pero que Brooks acierta a salvar con su magisterio y bien hacer con este curioso y enérgico filme que toma las principales constantes de los grandes del género, película que califico de buena y que aconsejo.