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Muerde la bala

Western Una carrera de caballos de 700 millas, a través de varios estados americanos, concentra un gran interés y muchas apuestas en toda la nación. Participan en la competición nueve personas muy diferentes que se enfrentarán a una de las más duras y apasionantes experiencias de su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
26 de noviembre de 2010
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más interesado por los personajes que por la aventura, esta especie de versión en falso western de La carrera del siglo, fue una de las últimas películas del siempre interesante Richard Brooks y aún no tratándose de su mejor película (algunos pasajes de aventura son un poco pesados y previsibles; la espectacularidad con que en su día estuvo planteada pinta poco en la era digital). Brooks, que antes de director fue guionista y periodista (aunque esto último no garantice mucho) era un estupendo dialogista, y se nota. Hay réplicas geniales. Hay una bonita loa de la amistad. Hay una reparto estupendo. Por otro lado, los personajes no serán personas, pero estoy convencido de que la actitud de un autor por sus personajes, y su forma de retratarlos, dice mucho de su actitud hacia las personas "reales"; al menos en algunos géneros es crucial. En Muerde la bala hay mucho de esa "mirada humanista" del director, una forma implícita de poner cierta actitud hacia "sus criaturas" por encima de los vaivenes de la peripecia argumental. Igual no parece lo más apropidado en una película de aventuras, pero yo creo que es lo apropiado siempre. Esas cosas también cuentan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MrRipley
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5 de septiembre de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de comenzar la crítica de esta película, me he tomado un tiempo para repasar la filmografía completa de su director, Richard Brooks. ¡Caray, menuda filmografía ¡ Casi había olvidado de que estamos hablando del responsable de “La gata sobre el tejado del cinc” o “Los profesionales” por no citar “El fuego y la palabra”, “El cuarto poder” o esa prodigiosa – y dificilísima- adaptación de la novela de Truman Capote “A sangre fría”. Si este hombre no merece un hueco entre las vacas sagradas del cine americano, entre la Champions League del Hollywood más clásico junto a los Ford, Wilder y compañía que venga Dios y lo vea.

Hay una tendencia a despreciar títulos como “Muerde la bala” por el simple hecho de estar rodadas en una época en la que el western, el género con el que mejor puede asociarse, estaba ya de capa caída, con derivas difíciles de entender a veces. Desde luego, Brooks era de esos que no daba puntada sin hilo y eso se nota en una película como la que nos ocupa. El bueno de Richard regresa a los escenarios que ya había recorrido unos años antes en la magistral y ya citada “Los profesionales”; también retoma el espíritu de ésta. “Muerde la bala” es otra historia que apela a la amistad y a la camaradería entre compañeros que por así decirlo están condenados a entenderse. Es por ello que la película desarrolla un sentido épico muy especial. Aquí, Brooks apuesta por la aventura, el entretenimiento y el espectáculo con un formato que no puede ser más acertado. No obstante también hay espacio para el intimismo, con diálogos brillantísimos y actores que saben muy bien cómo declamarlos. También hay sitio para la ironía y el humor, no tan chabacano como el de los “spaguetti western” o del que se estilaba en los westerns paródicos de la época. Con Hackman y Coburn mano a mano, casi nada. Poco más se le puede pedir a un western de mitad de los 70, desde luego.
Juan Solo
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31 de julio de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western plagado de buenas intenciones que radica su fuerza en la amistad. Poco realista si se la ve como film del lejano oeste ya que en general en estas cintas destaca la violencia, sin embargo Brooks opta por un relato más optimista que apunta a rescatar el lado más humano del género.

Una decena de personas se encamina en una carrera de resistencia a caballo, en el camino tendrán lugar para todo tipo de desventuras pero sólo sobrevivirán aquellos que sepan como congeniar con sus competidores.

Se ve con buenos ojos por lo que evoca su mensaje inspirador, no sólo de compañerismo hasta en momentos de competencia, sino también el claro mensaje en defensa de los animales a cargo del personaje de Hackman. Y los diálogos poseen más de un consejo con moralina, de esos que siempre vale la pena escuchar.

La fotografía destaca por su blancura, momentos donde la arena se parece a la nieve, y por sus altos contrastes entre fondo y figura dados por el protagonismo que cobra la luz del sol. La BSO también destaca. Cabe remarcar que pese al metraje no se denota larga. Y en el reparto tenemos un trío de primera encabezado por un bondadoso Hackman, un pícaro Coburn y una belleza enigmática como Bergen, además los secundarios no desentonan, el mejor de ellos es el mexicano.

El final es bastante ñoño pero no podría ser otro si tenemos en cuenta la forma en que viene encaminada la película.

Lo mejor: su espíritu optimista mas no empalagoso.
Lo peor: no pasa de tener buenas intenciones, no destaca dentro del género ni le aporta nada.
Ketty Analfer D
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12 de enero de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una frase escrita en una valla, podemos leerla varias veces al comienzo de esta película. Dice: “Lo mejor del oeste es lo mejor del mundo”. Desde entonces, lo comprenderemos luego, queda planteada la profunda temática de “MUERDE LA BALA”, un filme hecho por un veterano que ya había hecho westerns (“La última cacería”, “Los profesionales”), quien se propuso aquí romper convencionalismos y salirse de los clichés de un género venido a menos, para darnos una preciosa metáfora de los significativos senderos que recorremos en la vida, cada cual a su manera y cada quien cosechando lo que siembra.

La motivación para recorrer este trayecto, es una carrera de caballos que ha propuesto un periódico ofreciendo dos mil dólares al ganador. Son 700 millas de camino hasta la meta y los jinetes deberán atravesar montañas, valles, desierto, páramos… al tiempo que deberán superar los peligros que acechan y los rigores de la naturaleza.

Entre los que participan están, Luke Mathews (James Coburn), un veterano pistolero que sabe ya bastante sobre el autocontrol y los retos; una atractiva rubia (Candice Bergen) de quien, en principio, solo sabemos que se hace llamar Miss Jones y que parece dispuesta a competir con los hombres de tú a tú, en este difícil reto; Carbo (Jan-Michael Vincent), un joven osado y jactancioso, convencido de que el dinero de la apuesta será únicamente suyo; el hombre “sin nombre”, deseoso de un nombre y de un digno reconocimiento; el mexicano del terrible dolor de muela, quien sabrá por fin que también una bala puede servir para recuperar la salud… y en el último momento, se inscribirá Sam Clayton (Gene Hackman), un pistolero de inmenso corazón, que odia ver como los hombres sacrifican a los caballos para salirse con sus caprichos.

Son ellos quienes recorrerán este sendero de la vida, y en el trayecto, habrá ocasión para prestar un servicio… para ser solidario o egoísta… para servir a los demás o para defender solo los propios intereses… para cuidar del caballo que te sirve o para abusar de él… para ser amigo o para convertirse en enemigo… para matar a un hombre o para salvarle la vida… y por supuesto, para ganarle a los demás o compartir el triunfo.

El director, Richard Brooks, también autor del guión, va trazando este recorrido con cálidas anécdotas, con situaciones donde emana casi siempre lo mejor de los hombres, y dejando que sea la ley de causa y efecto la que vaya determinando las consecuencias de cada acto y el aprendizaje que cada quien necesita para su propia vida.

Para quien sepa ver, este filme le acariciará el espíritu, pues con un profundo conocimiento de la vida, Brooks ha aflorado un halo de luz que podría iluminar algunos corazones. Entonces es cuando entendemos que el mensaje de la valla es una verdad rotunda: “Lo mejor del oeste es lo mejor del mundo”.
Luis Guillermo Cardona
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7 de enero de 2010
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
007/05(05/01/10) Insulso y pasable western del que esperaba mucho más con la dirección de un gran guionista y realizador como Richard Brooks. Parte de una original premisa, una carrera de 700 millas a principios del Siglo XX por el Oeste americano, pero a la historia no han sabido rellenarla de chicha, resulta hueca de contenido, con situaciones para darle ritmo que no son más que artificios forzados que aportan nada, un final previsible, unos personajes arquetipos sin fuste alguno. Lo que se me queda del relato es el homenaje que se le dedica al caballo, un noble animal que ha ayudado a la humanidad a progresar. Por lo demás queda un entretenido film, sin más, donde el excesivo metraje lastra el producto. El carisma y el enganche lo aportan dos grandes actores como James Coburn y Gene Hackman. Recomendable a los amantes del género. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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