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España España · valencia
Críticas de esteve
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Críticas 80
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
2
16 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
1979:

Ese año, un servidor tuvo la inmensa suerte de que el maestro de mi 4º curso de la minusvalorada EGB nos hiciera leer a todos algunas obras de Julio Verne, y luego leerlas en voz alta en clase para perfeccionar nuestra dicción.

Recuerdo perfectamente algunos de los títulos: “Los hijos del capitán Grant”, “Viaje al centro de la tierra”, “Dueño del mundo”… y “Cinco semanas en globo”.

Las ediciones que manejábamos eran de la editorial Bruguera, de Barcelona, de la colección “Historias - Selección”, de tamaño cuartilla (por así decirlo), con tapas de color dorado, con texto, al que le acompañaba cada veinte páginas (pongamos por caso) una sola de viñetas en blanco y negro, que narraban la historia… y que eran las que leíamos cuando nos entraba esa extraña mezcla de vagancia y pereza a la hora de leer la novela.

A las características anteriores había que añadir una lámina en color, en la portada, de autor (y en ocasiones contenido) completamente diferente al de las viñetas presentes dentro del libro.

En el caso de la novela “Cinco semanas en globo” siempre me llamó la atención lo particularmente diferente que era la imagen del globo contenida en las páginas interiores (con tres tripulantes, más tipo de Hermanos Montgolfier, etc.) de la que aparecía en la portada: uno con una barquilla morada en forma de unicornio (¿¿??¡¡!!), al que le rodeaban una serie de águilas amenazadoras.


2024:

En la plataforma Filmin observo que hay una película del teórico especialista en producciones de acción Irwin Allen llamada “Cinco semanas en globo”. Por los motivos antes descritos, me dispongo a verla… y ¡oh sorpresa! observo que la barquilla es la misma que la que vi en aquella edición de Bruguera hace 45 años.

Cierto es que me planteo cómo narices una imagen de un globo aerostático de una película de 1962 acaba en una edición de un libro español del mismo título de 1979. Pero bueno, aun reconociendo que me intriga, me dedico a ver el filme esperando asistir, al menos, a una película decente. Y…

…al final me topo con un producto que no vale nada. O casi nada.

Y es que a pesar de que dicen que está basado en la obra de Julio Verne, hay cambios tremendos.

Así, de ser en el libro 3 aventureros (Ferguson, su amigo escocés y el criado del primero —Pepe—) pasan a ser 7 (!). Pero ¡atención al grupo!

• Un Ferguson encarnado por un actor notoriamente más adulto que el que retrata la novela. (bueno, realmente esto no es para tanto).
• Un militar (¿?) inglés, con poca gracia, más estirado que un chotis.
• Un ayudante de Ferguson, con tupé de Elvis Presley y sonrisa de dentífrico, que no para de cantar/tararear la canción, peor que bobalicona, que tiene el mismo título que el libro.
• Una bailarina morena ceñida que festea con el anterior, que en ocasiones ni actúa (la escena en que puja por ella el sosias de Elvis es de lo peor que he visto en mucho tiempo), encasillada en un papel de chica estúpida hasta decir basta.
• Una rubia con un cuerpazo (Susan George), que va de aquí para ahí, también completamente encasillada en el papel de tonta y torpe.
• Un periodista pelirrojo, cuyos diálogos se supone que tienen que hacer gracia, que pasa el tiempo metiendo la pata una y otra vez, soltando sus chorradas, y seduciendo a la rubia.
• Un Peter Lorre total, completa, entera y absolutamente perdido; en un papel de esclavista al que no le gusta trabajar.
• Un mico.

En torno, pues, a estos siete y el mono gravita una trama que muy poco tiene que ver con el texto de D. Julio Verne, mal interpretada por todos (uff, con esos ¿”marinos”? que persiguen cimitarra en mano al periodista y a la bailarina), y para la que dispusieron, sin duda, de cuatro duros: los paisajes de África son de documental, insertando imágenes de safaris y las cataratas Victoria; la escena de la presa/azud está muy mal hecha; y de los decorados, mejor, no hablar. Y todo esto sazonado con teóricas bromas, que se acercan más a puras tonterías, sin ninguna gracia.

No le pongo un 1 porque ciertamente hay filmes aún peores, y porque en alguna en escena muy aislada, como cuando tratan de salvarse en el río, parece que los actores se han ganado mínimamente los garbanzos.

En fin, una cosa muy mala, ni siquiera apta ni para niños ni sobremesas en TV o parecido.
esteve
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6
14 de diciembre de 2023
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Allá por 1970, muy poquito después de “Hasta que llegó su hora” (1968) y “Grupo Salvaje” (1969), llegó a las pantallas esta peli de Sergio Corbucci, repleta de guiños y ‘homenajes’ a los dos filmes mencionados… y a algunos otros Westerns también recientes de la época.

Francamente, no acabo de entender los dieces que veo por parte de algunos críticos aquí de fa. ¿Obra maestra “Los compañeros”? Que tenga una canción pegadiza de Morricone, y esté ambientada en un entrañable Oeste, y rodada en una aún más entrañable Almería de 1970, no creo que permitan sostener que sea una película excelente.

Así, el guion va de aquí para allá: no lo digo sólo por el flash-back que se supone que es todo el filme, sino también porque hay varias cosas insostenibles: la fuga con el tren del sueco y del vasco; el pretendido carácter de buddy-movie (peli de colegas) por la relación de los personajes de Nero y Milián que, es mi opinión también, no destila química; etc. Añádase a eso escenas poco creíbles (“¡ese es el río Grande!”, y queda claro que es un embalse), cuando no desperdiciadas (por ejemplo, la explosión del puente: homenaje clarísimo a “Grupo Salvaje”, bastante mal rodada, y donde algún especialista —y caballo— debió de hacerse bastante daño).

Menos mal que, en los protagonistas, Fernando Rey y Jack Palance salvan los (sus) muebles frente a unas actuaciones, que tienden más a regulares que otra cosa, de Franco Nero, Tomás Milián y José Bódalo [quien está excesivamente histriónico, y que, por otra parte, figura en el reparto como “Francisco Bódalo” (¿?)]; si bien otros miembros del elenco como la guapísima actriz alemana Iris Berben, el eficaz Álvaro de Luna y (aquí) el breve Eduardo Fajardo [en el reparto “Edoardo (sic) Fajardo”] están más que solventes.

Permítaseme una mención especial de los homenajes que un servidor ha podido captar: la secuencia del ahorcamiento, de “El bueno, el feo y el malo” (1966); tiroteo en la estación y toma de un tren, de “Hasta que llegó su hora”; y la ubicación de la trama en la guerra civil mejicana, la secuencia antedicha de la voladura del puente, el “¿por qué no?” que dice Milián casi al final de la película, y la escabechina con la ametralladora, de “Grupo Salvaje”.

Como curiosidad quería indicar que los fusilamientos indiscriminados de la guerra civil mexicana, la liberación de Xantos (sic) en el instante mismo que iba a ser fusilado, la presencia de un intelectual/profesor, y cómo un limpiabotas pasa a ser directamente un “brigadier” me parecían homenajes a “¡Agáchate, maldito”, pero este último filme es de 1971, y “Los compañeros” recordemos que es de 1970. Así que la conclusión a que llego es que fue Leone quien homenajeó a Corbucci, al incluir las mismas o parecidísimas en “¡Agáchate, maldito!”, y no al revés.

Y todo ello sin dejar la muy violenta estampa del spaguetti-western italiano, en escenas como la del castor en la barriga del vasco o los tiroteos en que muere hasta el apuntador.

En fin, una peli no cabe duda que interesante, pero en mi opinión, ni notable, ni mucho menos sobresaliente.
esteve
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4
13 de noviembre de 2023
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Comenta la reseña del canal en que vi la peli (ese que empieza por efe y acaba por ene, y en el que disfruto como un enano del cine setentero y ochentero; y doy mi palabra de que no trabajo en esa empresa ni tengo ningún vínculo con ella) que esta película llevó a la ruina a la productora AIP en la cual trabajó tanto Roger Corman.

Y no me extraña. Si bien la idea es buena (meteoro que se estampa contra la Tierra y los problemas —y las soluciones— que surgen) y el elenco, de lo mejor (Connery, Malden, Wood, Fonda —Henry—) y hay aspectos muy interesantes (cómo Natalie Wood hace de intérprete de ruso —ella misma, en la vida real, era de origen ruso-ucraniano— hablándolo estupendamente; determinados pasajes de la banda sonora que no están mal; y alguna otra cosa); la dirección es francamente deficiente (parece mentira que el director sea el mismo que el de “La aventura del Poseidón” y de varias películas estupendas con Alec Guinness) y el producto final padece, sobre todo, de unos efectos realmente lamentables.

Podría pensarse que, claro, la peli es del año 1979 y dichos efectos especiales no estaban tan desarrollados. Buen intento, pero filmes como “2001”, “Naves misteriosas”, “La guerra de las galaxias”, “Encuentros en la tercera fase”, y más de producciones no necesariamente de EEUU, todas anteriores a 1979, demuestran que sí que existía otra forma, realmente mejor, de rodar con maquetas, fondo de espacio, explosiones, tsunamis…

En definitiva, falta de dinero, supongo. Porque, concretamente, son más que lamentables las maquetas de las naves que salen (en verdad que cantan ópera), las tomas de los cohetitos en formación hacia el meteoro, cómo se separan estos de la nave poco antes, y esa gran explosión final, que no es sino la presencia de una gran masa de fuego que ocupa la pantalla durante unos 10 segundos, totalmente intercambiable, como si fuera un impreso de Hacienda, con un estallido de una fábrica de hidrocarburos, una imagen que ve alguien que se ha metido un tripi o una secuencia del magma terrestre en la boca de un cráter de un volcán [y mejor no hablo de la secuencia de los trozos de meteoritos cayendo en Italia, la gente corriendo en Hong Kong con algunos extras hasta riéndose, o el momento esquimal (mucha tela)].

Pues eso, una producción para pasar el rato, en la que lo mejor son esas vacas sagradas cuyo trabajo, de por sí, permiten aguantar la película hasta el final. No es poca cosa, pero no consigue que se le pueda dar un aprobado.
esteve
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7
28 de marzo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente uno no sabe cómo abordar la crítica a esta película, ya que:

... por un lado, asistimos a uno de los filmes peor montados que, literalmente, he visto en mi vida; el abruptísimo final es realmente desconcertante; la música es un desvarío total, una mezcolanza que demasiadas veces se pasa de rosca; hay secuencias rayanas en la vergüenza ajena (la del oso, por ejemplo); la aparición de las huellas de los neumáticos de los vehículos que portan las cámaras es constante; lo que se dice de cómo fue la batalla de las Lomas de San Juan, en la Guerra de Cuba entre EEUU y España, es directamente mentira…

... pero por otro Gene Hackman está que se sale, las reflexiones sobre el buen trato a los animales llegan a ser incluso entrañables; la cinta mantiene el interés (aunque quizá más en un plan de “¿cómo diantres va a acabar esto?”); Candice Bergen está guapísima; las caídas de los especialistas son francamente arriesgadas (sin ser un ejemplo de esto, cabe mencionar aquí el tortazo superlativo que se dan, en la moto con sidecar, los personajes de James Coburn y Gene Hackman… ¡Dios mío, qué batacazo); las reflexiones sobre lo que supone la cultura de la competición, ser el número uno y la victoria en EEUU son muy interesantes; Ben Johnson lo hace francamente bien…

…y luego consideraciones mediopensionistas: curioso comprobar como la plana mayor del doblaje español de los años 70 y 80 está en esta peli: desde Felipe Puig (Hackman) a Dionisio Macías (Coburn), pasando por María Luisa Solá (Bergen), Pepe Mediavilla (Johnson); Arsenio Corsellas (la voz por excelencia de Sean Connery, aquí doblando al actor Dabney Coleman)… e incluso los archiconocidos Constantino Romero (Bannen), Rogelio Hernández (la voz de Marlon Brando y Paul Newman, aquí encarnando al actor que hace de novio de la Bergen) y un Salvador Vidal (voz de Luke Skywalker, por mencionar uno de sus más conocidos trabajos, de nuevo aquí asignado a doblar a un chico joven rubio aventurero y un tanto temerario, en este caso el protagonizado por Jan-Michel Vicent).

Ante todo esto, ¿qué hacer? Un 5 sería, con todo, una puntuación injusta; un 6, quizá se quede corto. Pongámosle un 7, venga, que actuaciones como las de Gene Hackman, actualmente en el cine de hoy en día, brillan, pero por su ausencia, y eclipsan mucho los defectos (que ya lo creo que los tiene) de este filme.
esteve
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3
18 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Años de plomo en el País Vasco hubo dos en especial: 1978 y 1980. Es en este último donde se ambienta, fallidamente a mi juicio, esta historia que hace aguas por muchos lados.

En primer lugar el guión, verdadera clave del asunto. Una serie de idas y venidas, mezclas de situaciones, secuencias brevísimas unidas unas a otras —algunas verdaderamente metidas con calzador— que al final acaban terminando en un enredo importante.

Luego las actuaciones: con la excepción de Joseba Apaolaza, Joaquim de Almeida y de Ana Otero, en general los actores y actrices no están bien (¿cuestión del guión o de la dirección? pues al 50 %, creo): así, mi admirado por otros filmes Eduard Fernández literalmente a veces no sabe por dónde tirar; Silvia Abascal actúa aquí mal; Imanol Arias con su ridícula pose llegando a los sitios fumándose un puro —imagen que le queda como a un Cristo dos pistolas—; algunos de los actores que interpretan a policías o bien a etarras tampoco son precisamente modelos de actuación; etc etc

Por otro lado, no acabo de entender cómo se elogia por algunos la ambientación ochentera: así, por ejemplo, para los coches zetas de la Policía Nacional se percibe que el equipo se limitó a coger Seat-131 familiares, los pintó de blanco, y anotó en las puertas en mayúsculas la palabra "Policía"... aunque con un estilo de letra distinto del que tenían en realidad (francamente, no creo que fuera tan difícil acertar); luego, aparece una y otra vez la misma pareja de guardias civiles (!) entrando y saliendo en escenas y momentos diferentes con fusil al hombro (!!) e incluso con capa (!!!) que no era la imagen que gastaba el instituto armado ya en los 80 sino algunos años antes; los vehículos de DYA (asociación de ayuda en carretera, que acudía a los lugares de atentados) están con la rotulación en lengua vasca cuando en esa época en concreto aún no la lucían...

Cierto que hay en este filme cosas salvables: los títulos de crédito iniciales, las actuaciones de los personajes muy secundarios... Pero son más los defectos de todo tipo: desde el saludo que gasta uno de los dos policías nacionales que custodian la casa donde vive Silvia Abascal [con una mano saluda, y la otra en los testículos (¿?)], hasta el papel del etarra barbudo casi de caricatura que aparece (el del coche blanco); pasando por asuntos como lo que acontece con el contenido de la maleta.

Por cierto, que en los títulos de crédito finales se agradece la colaboración de la periodista Sol Alameda y de Agustín Díaz Yanes en la producción . Y yo cuando leo eso no dejo de pensar cómo habría quedado esta película al final sin los consejos de Tano... si es que los llegaron a aplicar.

Floja película, en definitiva.
esteve
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