El mayor y la menor

Primera película americana de Billy Wilder como director consiguiendo el apoyo de los mandamases de la Paramount y que se basa en la obra de “Connie Goes Home” de Edward Childs Carpenter. El guión de por sí ya sugiere la cochambrosa posibilidad, con los enredos entremezclados en que se ve comprometida una mujer (Ginger Rogers) que ha intentado ganarse la vida en la gran ciudad como peluquera a domicilio y que de regreso a la lejana y recóndita Iowa, se encuentra con varios personajes la mar de variopintos, empezando por ella primero haciendo pasar por una chica preadolescente al no poder pagarse el billete de tren para adultos.

Todos estos apuntes le iban a Billy Wilder como anillo al dedo. No como un intento e revolucionar la comedia sino porque la película intencionadamente escondía algunos matices tabúes que sugerían la falta de frivolidad o incluso se insinuaba algún apunte a la pedofilia, que después se recogerían después en obras tan escandalosamente universales como la Lolita de Vladimir Nabokov.

Billy Wilder, poco antes de realizar magistrales obras no relacionadas precisamente con la comedia que tantos puntos a su favor le ha galardonado ya entregó su sello de humorista de cámara en una película que, como su título reza, es menor pero goza de mayor madurez cuando se recurre a otras películas de su director como si fuera un esbozo; y cíto “Con Faldas y a lo Loco” (Some Like it Hot, 1959) pese a que ya se insinúa a lo lejos.

Pero aquí prevalece la química de la pareja protagonista que dan honor al título del film: Ginger Rogers y Ray Milland. Éste último trabajaría de nuevo para Wilder poco después en la celebrada "Días sin Huella" (The Lost Weekend, 1945).

Primera película de Wilder, en el que quería algo "fácil" que le sirviera dejar la máquina de escribir para dirigir, y le fue muy bien.

Ginger Rogers, estaba en su mejor momento después de ganar su primer Oscar, y dejar ya atrás los musicales con su compañero (aunque no tan amigo) Fred Astaire.

Es una comedia sencilla, pero efectiva, toca de refilón y muy superficialmente la Segunda Guerra Mundial. Quizás demasiado frío... como si fuera un juego...

El resto es correcta y está bastante bien. Aunque Ginger Rogers a sus 30 años, cuesta (por mucha caracterización) verla con 12 años....

Hay que ser indulgentes con el planteo de la farsa: que una mujer de 30 años se haga pasar por una nena de 12 y el resto se lo crean o no según convenga a la historia.
Funciona, tiene situaciones que no han perdido gracias a pesar de los años, los Susu y Philip resulta muy agradables, tienen química.
Lo peor: el planteo es imposible.
Philip por momentos llega a irritar de lo estúpido que es para no darse cuenta de nada.
Lo mejor: todos las bromas con doble intención, lo inteligente que eran los guionistas de la época de oro de Hollywood para engañar a la censura, acá está lleno de referencias sexual pero como en ningún momento se menciona la palabra, todo queda implícito. La verdad hay que reconocer que la censura ayudaba a estimular tanto la creatividad de los escritores como la astucia del público.

Es quizás una de las comedias que menos me han gustado del gran maestro Wilder, está dirigida con entusiasmo, con ganas, con mucha frescura, incluso funciona hasta hoy, se ve muy bien, pero el tema queda muy anticuado para los tiempos actuales.

Resulta un planteamiento un poco absurdo, pero está tan bien dirigido y actuado, que después de cinco minutos te olvidas de lo absurdo del tema y te metes en la película.

Cuando ya pasas del tema, ves la gracia de un cine de una época ya pasada, donde los actores lo hacían muy bien, las escenas son de otra época, pero se miran con añoranza y nostalgia, de un cine ya pasado, incluso un poco caducado, pero no importa, es un cine muy bueno, que nos muestra como era la sociedad en aquella época, que entretenía a la gente y de que cosas se reían.

Es una película muy alegre, divertida y graciosa, hoy en día no se haría algo así, tan solo el planteamiento resulta absurdo y poco creíble, pero los tiempos han cambiado.

Billy Wilder director del que normalmente espero la excelencia es el autor de esta película en la que Ginger Rogers se hace pasar por una niña para no pagar la tarifa de adulto en un tren y luego tiene que seguir con la farsa para no estropear el futuro matrimonio de Ray Milland.

Lo que menos me gusta es que no me parece nada creíble ver a Ginger Rogers en el papel de una chiquilla; y lo que más sus dotes cómicas, así cómo las escenas con los estudiantes de la escuela militar y la curiosa pareja que forma junto a Ray Milland.