La pantera rosa ataca de nuevo

Cuarta entrega de las aventuras del inspector Clouseau que demuestra que aún se le podía sacar jugo a la saga y mantener fiel al espectador. La gran novedad que se aporta es el de ofrecer a un Dreyfus "malo malísimo" que amenaza al mundo con un desintegrador y que se oculta en un castillo (muy bien ambientado, por cierto). Sin duda en el presente film se aprovecha al máximo las posibilidades de este personaje y hay que agradecérselo a la excelente interpretación de Herbert Lom.

Nos volvemos a encontrar con escenas que recuerdan gags muy acertados empleados en anteriores secuelas, como el descacharrante enfrentamiento entre el inspector y Kato potenciando la cámara lenta. Destaco otros momentos en el apartado de spoiler.

Es considerada por algunos críticos como la mejor de la saga. Yo no opinaría así, pero sí está a un buen nivel y ningún fan del actor, director, saga y, por qué no decirlo, del cine de comedia debería de perdérsela. Asegura risas y entretenimiento de principio a fin y el hecho de que se llevasen cuatro películas y no aprecie síntomas claros de desgaste es una clara muestra del cuidado trabajo de Edwards en su joya personal.

Creo que esta es la cúspide de la saga. Aquí se nota más presupuesto, y las cosas van a más, a mucho más, pasando de casos de robos o asesinatos a tener un genio del mal que quiere poner en jaque al mundo.

Blake Edwards echó toda la carne en el asador en tu película más inspirada, donde tanto el inspector Clouseau como Dreyfus están geniales, y donde durante toda la película se nos ofrecen sketches hilarantes uno tras otro.

Es la parte de la saga donde más me he reído, que más he disfrutado, y la que, para mi gusto al menos, tiene una mejor trama. Recomendadísima.

Sin duda, esta es la mejor y la más divertida de todas las películas que rodó Blake Edwards sobre la «Pantera Rosa» y el inefable inspector Clouseau, con momentos inolvidables y delirantes interpretados magistralmente por Peter Seller y Herbert Lom (no voy a describir aquí ninguno de ellos, por si acaso), y con muchos guiños a otras películas que los buenos cinéfilos sabrán descubrir. Un film desternillante con el que disfruté muchísimo.

Bueno, bueno, después de criticar "El regreso de la pantera rosa" (1975), es decir, la predecesora de la presente, va la siguiente y me gusta. Lo cierto es que me ha hecho pensar en todo esto. ¿Por qué? A primera vista, son dos trabajos prácticamente idénticos. El mismo protagonista, Peter Sellers; personaje, el inspector Clouseau; director, Blake Edwards; guionistas, el propio Edwards junto a Frank Waldman; o compositor, Henry Mancini, pero también que sólo hay un año de diferencia entre una y otra, lo que marca una obvia continuidad entre ambas. Sin embargo lo que no cuaja en la de 1975 sí lo hace en la de 1976, ¿Por qué?

En un primer momento pensé que eran cosas mías. Más adelante creí que podía deberse a una experiencia de visionado completamente diferente, doblada al castellano y por la compañía, mi madre, que le hacía bastante gracia la película, al menos tres o cuatro secuencias, aunque curiosamente no tanto la que me resultó más divertida con diferencia: el interrogatorio en la casa de campo inglesa. Quiero decir que a lo mejor cuando ves algo con otra u otras personas se puede generar una corriente favorable o no, especialmente en el género del humor. Tanto es así que pienso darle una nueva oportunidad a la de 1975.

Ahora bien, mi opinión definitiva es que "La pantera rosa ataca de nuevo" está mejor hecha que "El regreso de la pantera rosa". Por ejemplo, en muy pocas escenas el protagonista se comporta como un verdadero idiota. Como muestra, la secuencia inicial en el manicomio, ¿A quién no le podría pasar lo mismo? ¿Por qué no se iba a salir la cabeza de un rastrillo o desequilibrar un banco? En este sentido me congratulo de que a muchos amigos de esta página esta entrega les parezca la mejor de la saga. Pues posiblemente, aunque tampoco es que sea una joya del cine cómico aunque al menos tiene cuatro o cinco escenas graciosas.

Recuperar el magnífico diamante "La Pantera Rosa" fue una gran hazaña, pero por suerte pudo volver a su palacio y descansar en paz...
¿pero qué fue del jefe Dreyfus?, eso es lo realmente importante, y las cosas tan terribles que iba a planear contra el pobre Clouseau. ¡El momento ha llegado!

Hace unos días retransmitieron en televisión aquel "remake" dirigido por Shawn Levy que apareció a mediados del 2.000 en el panorama cinematográfico como una cucaracha en una paella, y que yo mismo junto a mi padre fui testigo en una sala de cine de la inexistente gracia que poseía el film, cuyo mítico Clouseau venía interpretado por el a veces simpático aunque aquí rematadamente nefasto Steve Martin. La experiencia, lejos de ser agradable, fue una tortura difícil de explicar, y para mi sorpresa la película terminó con una recaudación generosa (los extraños gustos del populacho actual...).
Y es que aquello que presencié no guardaba ninguna relación con los míticos títulos realizados por Blake Edwards y que tanto disfruté en el VHS en mi niñez, y éste que nos ocupa fue quizás el más divertido, una nueva aventura en la que el director y su recurrente colaborador Frank Waldman pensaban usar uno de sus guiones con el objetivo de hacer una serie de televisión tras el enorme éxito de la anterior "El Regreso de la Pantera Rosa". Esto no sucedió, claro, pero sí dio la suficiente fuerza a Edwards para preparar otra entrega junto a Peter Sellers, con quien cada vez resultaba más difícil trabajar debido a su condiciones físicas y mentales.

La intención original del cineasta era realizar una peripecia épica en la línea de grandes comedias americanas clásicas como "La Carrera del Siglo" o "El Mundo está Loco, Loco, Loco", pero esta idea chocó directamente con la opinión de los pazguatos mandamases de United Artists, que recortaron impasiblemente el extenso metraje, de nada menos que tres horas de duración, para su aceptación comercial en cines. Esta tercera entrega de la saga de "La Pantera" (ciñámonos a ella) sigue los acontecimientos de la anterior, cuando Clouseau era ascendido y Dreyfus, junto a su locura, encerrado en un manicomio.
Waldman y Edwards se proponen entonces dejar a un lado el diamante que desencadenaba la aventura y centrarse en aquel gracioso personaje, que parece haber recobrado la cordura tras una larga reclusión, pero es bien sabido que pronto la volverá a perder nada más personarse Clouseau, a quien la catástrofe no deja de perseguir, y viceversa. Los primeros minutos ya nos ponen en aviso sobre las barrabasadas que el inspector irá cometiendo para desgracia de su otrora jefe, y sobre todo de la magnitud de éstas; y es que ahora, y más que nunca, Edwards apuesta por desviar la atención de cualquier lógica y preparar un divertido guiñol donde Clouseau y Dreyfus serán los títeres y el disparate el maestro de ceremonias.

Porque un argumento donde Dreyfus se fuga del manicomio, crea un grupo de asesinos especializados y se refugia en un castillo medieval transformándose en un extravagante villano que nada desentonaría en algunas de las entregas de James Bond protagonizadas por Roger Moore, invita, desde luego, al disparate, y así será desde el principio hasta el final, sirviéndonos el director con exageradas dosis de humor absurdo (que presagia la comedia norteamericana de los '80 capitaneada por "Aterriza como Puedas") una colección de "gags" descacharrantes, seguidos uno detrás de otro sin oportunidad al respiro.
¿La trama? Poco importa. Una fantasía con villano grotesco, toques de humor negro y guiños a "El Fantasma de la Ópera" que se asemeja más a una parodia de las películas de espías, olvidándose la esencia aventuresca y a los ladrones de guante blanco de la anterior entrega para acercarse a aquel "Casino Royale" donde el mismo Sellers aparecía casi una década antes. Clouseau será el centro de atención (antes era un secundario) al estar en el punto de mira de varios asesinos a sueldo, que como es lógico fracasarán estrepitosamente, reforzando por medio de la risa el concepto que Hitchcock dio en "Cortina Rasgada": lo difícil que resulta matar a un hombre.

El esfuerzo de Edwards es mayúsculo para levantar la polvareda de caos y sinsentido con el avanzar de la historia (quedando elevado a la 10.ª potencia al introducirnos en la Casa Blanca y comprobar lo que Dreyfus puede hacer al Mundo con un arma tan imposible como un rayo desintegrador). Esto es humor de tebeo, pura bufonería sin mayor pretensión que la de lograr la carcajada, con torpezas, golpes, frases tontas y destrucción masiva de escenarios, aunque es inevitable el que puedan preveerse muchos "gags" 40 minutos antes de que sucedan (la aparición de Cato, la caída de Clouseau por las escaleras o por el puente, las muertes de los asesinos...).
Todo ello coronándolo un clímax espectacular (con el inspector montado sobre el láser como hacía T.J. Kong en la bomba de "Dr. Strangelove") y precedido por uno de los momentos más desternillantes no sólo del film sino de la saga (Clouseau, disfrazado de dentista, se propone extirpar a Dreyfus una muela bajo el efecto del óxido nitroso, escena inspirada en la comedia de Norman McLeod "Rostro Pálido"). Sellers nunca estuvo tan gracioso como en esta ocasión y Herbert Lom revela una vez más al monumental cómico que lleva dentro, ambos seguidos del entrañable Burt Kwouk, la preciosa Lesley-Ann Down y un simpático Omar Sharif en una breve aparición no acreditada.

La negrísima, delirante y frenética "Pantera Rosa ataca de Nuevo" fue un éxito de taquilla al igual que su predecesora, sin embargo no logró igualar sus cifras (difícil teniendo en cuenta que aquélla es, de lejos, la mejor de la saga).
Siguiendo la estela de popularidad, Edwards reuniría a todo el equipo una vez más y a Sellers por última en "La Venganza de la Pantera Rosa", algo menor que la que nos ocupa y de nuevo sin el conocido diamante en la historia.