Star Trek VI. Aquel país desconocido

Históricamente el imperio Klingon y la Federación de Planetas Unidos lleva casi 70 años viviendo en conflictos bélicos, uno tras otro.

Un rayo de luz se asoma en el firmamento cuando el imperio Klingon, que ha perdido la carrera armamentista, decide solicitar la paz con la Federación, pero el almirante James Kirk (William Shatner) duda de las buenas intenciones de sus eternos rivales.

El almirante Kirk es designado para escoltar en el U.S.S. Enterprise al canciller Gorkon (David Warner) hasta la Tierra para la firma del tratado de paz, pero en el camino el canciller Gorkon es asesinado, Kirk y el Dr. McCoy (DeForest Kelley) son acusados del crimen y enviados a la prisión.

Mr. Spock (Leonard Nimoy), ahora capitán del U.S.S. Enterprise, deciden junto con la tripulación descubrir a los verdaderos asesinos, las sospechas recaen en miembros del alto mando de los Klingon y de la Federación.

Con este film la tripulación original de la serie de televisión "Star Trek" (1966-1969), da por terminado su participación en la saga. La nueva tripulación será la de la serie de televisión "Star Trek: The Next Generation" (1987-1998), la cual llegara hasta el film número diez "Star Trek: Nemesis" (2002).

Hasta ahora la saga de "Star Trek" ha sabido manejar de forma magistral y elegante la situación social, política y cultural de la época, pero en un mundo futurista en donde a través de la ciencia ficción se retoman los temas del diario vivir, es ahí en donde estriba el éxito de la saga y por ende la fidelidad de sus seguidores.

La película tuvo un presupuesto de $27 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $97 millones, más $60 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió ocho nominaciones a diferentes premios en festivales de cine, de los cuales ganó uno de ellos.

Después del bajón de la última entrega, la saga volvió a ponerse las pilas y nos dejaron la entrega final de las aventuras de la clásica tripulación del Enterprise, más de veinte años después del final de la Serie Original. Aquí el nivel vuelve a subir, recordando de nuevo a lo mejor que tiene la franquicia.

La idea es simple: La caída del telón de acero que acababa de suceder con el final de Guerra Fría en la realidad, pero trasladado al escenario de Star Trek, siendo el Imperio Klingon (ejem, ejem...) la URSS. Y claro, la democrática y pacífica Federación eran los Estados Unidos.
Con esto, la película consigue hacerse interesante. Estamos ante un evento importante en el universo Star Trek. Después de tanto años, tantos enfrentamiento y peleas, parece ser que el Imperio Klingon va a abrirse a la galaxia y confraternizar con el resto de especies, en lugar de guerrear contra ellas (cosa que hace aún más ofensiva la comparación con la ex-Unión Soviética, ya que de haber un país que usa la guerra como instrumento, esos son los Estados Unidos), algo a lo que no todos están dispuestos por su arraigada desconfianza en los klingon.

Los efectos especiales vuelven a destacar (incluso más) en esta cinta de la saga, que al igual que el resto de sus aspectos artísticos, están sumamente cuidados (maquillaje de los personajes, vestuario, música...) y en las interpretaciones, la tónica de siempre: unas mejores que otras. A William Shatner se le bajan un poquito los humos y vuelve a parecer de nuevo el clásico capitán Kirk, no un rudo y simple cowboy espacial.

El desarrollo de la cinta, dentro de este escenario que hemos relatado de conspiraciones, intrigas, asesinatos y por supuesto la aventura de los protagonistas por sacar a relucir la verdad, dejan una cinta de Star Trek más que digna con la que disfrutar y ponerle el broche a la saga clásica, pasando el testigo a "La Nueva Generación" y su historia. Además, lo mediocre de la cinta anterior, hace sea mucho más fácil apreciar esta como punto y final a las aventuras clásicas de Kirk y su tripulación.

Después de la debacale en taquilla y en menor medida, en calidad, que supuso Star Trek V: The Final Frontier, llegó esta nueva y última entrega del reparto de la serie original. Esta entrega constituye un auténtico thriller político repleto de acción, suspense e intriga sin alejarse de los valores de la saga, que acaban por darle un tono nostálgico. Cualquiera que le guste la ciencia ficción debería verla y para los fans es una de las mejores de la saga, y en mi opinión, solo superada por Star Trek:La Película.

Con el fin de solucionar el desaguisado que supuso la incursión de William Shatner como director en la desastrosa quinta parte de Star Trek, los productores recurrieron de nuevo a Nicholas Meyer, responsable de la famosa segunda entrega, para asumir el control de la sexta parte que supone además la transición a una nueva generación de actores en las nuevas aventuras de Star Trek. Una vez más todo el reparto original vuelve a reunirse y con motivo del veinticinco aniversario del estreno de la serie televisiva, Aquel país desconocido se convierte en uno de los mejores episodios.

La influencia de los acontecimientos políticos en el mundo con la desintegración de la Unión Soviética es evidente en el argumento de la cinta cuando el imperio Klingon está a punto de desaparecer debido sus problemas energéticos imposibles de subsanar debido a su descomunal presupuesto bélico. Una mayor preocupación en su desarrollo armamentístico lleva a los Klingon a una situación límite y a negociar la paz con la Federación de Planetas Unidos. Sin embargo no todo el mundo desea la paz e intentarán sabotear cualquier acercamiento entre ambas partes.

Star Trek VI es para mi gusto la mejor de las protagonizadas por el reparto original. Estaba entre la dos y ésta pero después de revisarlas con perspectiva me quedo con ésta. La trama incluye altas dosis de suspense e intriga con traiciones varias, sabotajes, intentos de asesinato y unos efectos visuales de primera en los que destaca la técnica del morphing, muy de moda a comienzos de los noventa después de su utilización en el vídeo de Michael Jackson "Black or white" o en Terminator II, así como un maquillaje muy logrado. Otro de los atractivos del film es su interesante reparto compuesto por un villano de lujo encarnado por el prestigioso Christopher Plummer o la presencia de la atractiva Kim Cattrall, David Warner, Kurtwood Smith o la fugaz aparición de Christian Slater. Sin olvidarme de la exótica mujer de David Bowie la modelo Iman. El veterano reparto de la serie original se despide pues con una nueva aventura que además es una de las mejores.

Parece increíble que cuando todo apuntaba a que la saga iría a menos (una sexta entrega, la quinta era la peor...) nos ofrezcan una de las más entretenidas.

Esta parte recuerda un poco a la Ira de Khan, no en historia, sino en el ritmo frenético, la continua acción y una mezcla equilibrada de seriedad y humor. Además tiene un tono nostálgico y de despedida, muy acertado para el que sería al adiós de la tripulación original.

La trama en esta ocasión puede ser descrita como un thriller político ambientado en el universo Star Trek, mediante una historia que tenía que llegar antes o después, ya que desde la tercera parte, si no me equivoco, se venía arrastrando la tensión existente entre humanos y Klingons. Traiciones, juicios, corrupción en el poder... todo está ahí. Incluso tenemos una parte que podría calificarse de film carcelario, con su huida y todo.

El tema tratado es el de la tolerancia, los prejuicios existentes entre las distintas razas que impiden la paz. Al mismo tiempo los dos lados quieren la paz, y los dos lados no la quieren. Son muchos años de desconfianza que no desaparecen de forma sencilla. Citando a Einstein, ¨Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio¨.

Cada miembro de la nave Enterprise tiene su momento, por lo que los fans quedarán satisfechos con este final. Y a los seguidores de la ciencia ficción les parecerá entretenida como mínimo.