Star Trek VI. Aquel país desconocido

Kirk, Spock, McCoy, Chekov, Sulu, Scottie y Uhuru se jubilan pero no sin antes cumplir con una misión diplomática; firmar la paz con los Klingon. Una delegación encabezada por el canciller Gorkon (David Warner) y el general Chang (Christopher Plummer) serán los encargados, desde el lado enemigo, de llevar a cabo la negociación definitiva. Pero un complot pondrá en entredicho las intenciones de los Klingon por un lado, y una antigua sed de venganza del capitán Kirk, por el otro.

Como última entrega de la primera etapa cinematográfica de la série, es la más correcta y política. Se aleja del tono crepuscular de la anterior "La Última Frontera" y nos lanza un mensaje pacífico y dialogante, como si la Federación de Planetas Unidos fuera la ONU, estableciendo un reflejo sobre la situación en nuestro mundo actualmente.

Nicholas Meyer cierra con mayúsculas este sexto capítulo. Un punto y final anecdótico en 1991 si tenemos en cuenta que la Nueva Generación liderada por Patrick Stewart llevaban ya dos años en antena y a tres vista de su salto al cine. Dando por hecho que el relevo ya era inminente.

1. Si has llegado hasta Star Trek VI, Aquel país desconocido, y has visto las anteriores... indudablemente eres un proyecto claro de Treki.

2. Si tuviste en tu ordenador el salvapantallas en el que se ve la negrura del espacio lleno de estrellas que a toda velocidad van quedando atrás, y piensas que vas en el Enterprise y la pantalla es el monitor del Enterprise y sigues atento al avance de la nave y… sigues, y sigues… y sabes que ese viaje es siempre igual hasta al infinito y sigues… y no ves nada más PERO, sospechas que al final algo... atisbarás…
Eres un presunto treki.

3. Si estás convencido que Paz Padilla es un francotirador klingon preparado para impedir con atentados terroristas que España llegue a un acuerdo con la Federación, nadie te cree y debes impedirlo…
Desde luego, pronto caminarás al lado del almirante Kirk.

4. Si te gustan las peleas del almirante Kirk revolcándose por el suelo de un extraño planeta, pegándose con un klingon, rodando por encima de McCoy que se está haciendo el desmayado, y NO te ríes NI piensas que para lo viejos que son, parecen niños jugando...
estás en la órbita treki.

5. Te pones en la cola de una discoteca. Como está llena, el segurata no deja pasar a nadie. Te sales de la cola y le haces una seña con la palma de la mano, separando los dedos. (Por supuesto, ni llevas puestas las orejas de Spock ni el uniforme de la flota Intergaláctica), entonces el segurata te llama, abre el cordón fronterizo y te deja pasar a ti y a tus acompañantes...
¡Enhorabuena! ¡Sí eres un treki!

6. Si ha llegado el caso que te has planteado si una nave de combate puede o no disparar estando en estado de camuflaje, y has pensado que hay que buscar un remedio a eso…
Eres un doctor en Trekis con máster.

7. Si has escuchado todas las explicaciones del oficial científico Scott sobre ciertos funcionamientos del Enterprise y has tomado apuntes, poniendo llaves y notas al margen...
eres un treki aplicado pero ten cuidado, no te pases, eso no es de tu competencia.

8. Si a algún compañero de Instituto o de trabajo que te tiene hasta los cojones has intentado someterle apretándole en el cuello al estilo Spock…

a) Si lo has logrado, eres capitán general treki.

b) Si no lo has logrado, eres un pimiento de treki.

9. Si te has fijado lo que ha engordado Uhura desde sus apariciones en La conquista del Espacio, en Televisión, y has exclamado: ¡Fascinante!

a) Si aún así te la quieres tirar, eres Maestro Treki.

b) Si pasas de tirártela, eres un treki grandísimo.

10. Si en alguna misión del Enterprise, estás punto de meterte en la cama con la oficial más buena de la flota Intergaláctica y llega Sulu, el piloto, entra en tu cabina y te dice: -Venga, vámonos corriendo, que nos llama el almirante; y rápido obedeces...
eres un treki en grado SUMO.


Llegado a ese grado, podrás teletransportarte y Spock en persona te entregará el carné TREKI.
Felicidades.

El pobre resultado artístico y económico de Star Trek 5: La Última Frontera (1989) no hizo que desfalleciese el ritmo de producción de la saga trekkie, y solo dos años más tarde llega a las salas Star Trek 6: Aquel País Desconocido (1991), esta vez incluso en España, donde no se estrenó el anterior capítulo. Repite como director Nicholas Meyer después de Star Trek 2: La Ira de Khan (1982), relevando a Leonard Nimoy -que dirigió dos insulsas partes- y William Shatner -que realizó una quinta que no estaba tan mal como se quiso hacer ver-.

El reparto una vez más lo forma William Shatner (James T. Kirk), DeForest Kelley (1920-1999, McCoy), James Doohan (1920-1985, Scotty), George Takei (Sulu), Walter Koenig (Chekov) y Nichelle Nichols (Uhura). Novedades, Kim Catrall (Teniente Valeris) como una nueva miembro del USS Enterprise, y los enemigos Christopher Plummer (el Klingon Chang) y David Warner (el canciller Gorkon).

Curiosidades de la producción: David Warner ya salió en La Última Frontera pero en un rol diferente, un cameo de Christian Slater, y que esta nueva aventura está dedicada a Gene Roddenberry, el creador del universo trekkie, que pasó a mejor vida en el mismo 1991.

A la raza Klingon le quedan cincuenta años de vida después de que su luna es destruida por un recalentamiento. La Federación de Planetas Unidos -una ONU pero en el espacio- convoca una asamblea para conseguir un tratado de paz que permita a la raza Klingon unir lazos con la Flota Estelar, para así vivir en la zona neutra. Para asegurarse de que se lleve a buen puerto, James T. Kirk es elegido como guardaespaldas del canciller Gorkon, el jefe de los Klingon. El asesinato de este último en un descuido de la USS Enterprise pone en el punto de mira a Kirk, juzgado y condenado a picar piedra en un planeta helado.

Vuelve a predominar la aventura en la serie, lo mismo que Meyer ya la había hecho en La Ira de Khan. Aquel País Desconocido puede presumir de ser una de las entregas de Star Trek más divertidas e innovadoras, encontrando en ella recursos procedentes de otro tipo de cine que nada tiene que ver con batallas estelares -que las hay-. Hay cabida en Star Trek 6 para momentos que parecen sacados de algún thriller político -el leitmotiv de los malos-, el suspense -el asesinato del canciller Klingon-, el cine de juicios, incluso del subgénero carcelario -el escape de prisión-. Para muestra, un botón: el clímax, más similar a producciones como Chacal o En la Línea de Fuego, que al rollo filosófico y zen de estas pelis.

A destacar, la primera vez que los Klingons lucen en pantalla grande como debieran, después de ser testimoniales en un par de partes y parecer estúpidos en Star Trek 3: En Busca de Spock (1984). En esta ocasión son buena némesis de la Flota Estelar bajo la figura de un buen actor como Christopher Plummer.

Baja el nivel solo en un par de apartados, poco peso en la trama de Nimoy/Spock -el mejor personaje- y una banda sonora que al contrario que las cinco precedentes pasa desapercibida, su autor, Cliff Eidelman.

Este sexto episodio de la saga cinematográfica tiene mucho de crepuscular y, a la misma vez, deja la puerta abierta a una necesaria renovación.

La jubilación de los tripulantes de la Enterprise clamaba al cielo, y quién mejor que un buen conocedor de la saga como Nicholas Meyer para poner ese punto y aparte en la franquicia. El director ya probó lo que es dirigir a la Enterprise en “Star Trek II: La ira de Khan” (1982) y también elaboró el guion de esa divertida e incomprendida vuelta de tuerca que fue “Star Trek IV: Misión salvar la Tierra” (1986).

El filme de Meyer parece recuperar de cierta manera el espíritu de gran aventura espacial que se iba perdiendo paulatinamente con respecto a la serie ya incluso en el flamante estreno de “Star Trek, la película” (1979). El “leit motiv” se centra en la investigación de una conspiración para sabotear las negociaciones de paz entre el imperio Klingon y la Federación, conspiración en la que se ve envuelto directamente el capitán Kirk (William Shatner, cada vez más mayor y visiblemente más cansado del personaje) y la tripulación de la Enterprise. Condenado al exilio por un juicio Klingon, Kirk tendrá que intentar averiguar la verdad para evitar un nuevo conflicto entre los dos eternos enemigos.

“Star Trek VI” es de las más entretenidas de las películas de la tripulación original, con un guion que la hace más interesante y madura que sus predecesoras, concretamente las tercera, cuarta y quinta, más infantiles en este aspecto. Además, tiene un final emotivo, de gran calado, que supone el mejor puente tendido a una renovación de franquicia que se ha hecho en mucho tiempo.

Nicholas Meyer consigue, con este final de etapa, mantener la dignidad de una serie cinematográfica que se tambaleaba peligrosamente y que no merecía acabar con simples fuegos de artificio. “Star Trek VI” logra que la Enterprise llegue, una vez más, hasta donde ningún hombre ha llegado antes… y con la cabeza bien alta.

En plena década de los 60's, con la 2ª Guerra Mundial y los conflictos con Japón frescos, con Luther King luchando por los derechos y libertades de la población de color, en plena guerra fría con la U.R.S.S.
En medio de semejantes condiciones el señor Gene Roddenberry crea Star Trek, una serie de ciencia ficción ambientada en un futuro tan visionario como idílico.

Tripulación del USS Enterprise (NCC-1701):
James T. Kirk (Estadounidense caucasico), Uhura (Africana), Hikaru Sulu (Japones), Pavel Chekov (Ruso), Montgomery Scott (Escoces) y Spock (Vulcano).

Pero llego 1991 y a poco de ver la disolución de la U.R.S.S., o lo que es lo mismo el fin de años de xenofobia, odio y pánico nuclear, Star Trek nos da de nuevo una leccion socio-politica e ideológica, relatando el fin de otra era en ese futuro Trek.

Debido a causas impredecibles el Imperio Klingon tiene los días contados, su existencia depende de dejar atrás el pasado hostil y llegar a un acuerdo de paz galáctica con la Federación de Planetas Unidos por el bien de su legado, por su existencia como raza.

En este panorama Kirk y su tripulación son enviados como embajadores y protección del Canciller klingon en el trayecto hacia la asamblea de planetas.
Kirk (W.Shatner) representa el odio más intenso hacia los klingon, acentuado aun más por la muerte de su único hijo David a manos de Kruge un comandante klingon. Pero es también Kirk quien nos demuestra que se pueden dejar a un lado los sentimientos negativos para dar paso a una perspectiva más panorámica y objetiva de la realidad.

Por otro lado, tanto el general Chang (C. Plummer) como la teniente Valeris (Kim Cattrall) representan esa “misteriosa” fuerza que trata siempre de mantener e incitar el estado de guerra y tensión violenta entre países, culturas y sociedades.

El resto de la tripulación se despide de sus años de servicio con ese toque de humor sano, trabajo en equipo y valores "humanos" que siempre les caracterizo a lo largo de los años.
Junto a un buen reparto de secundarios, efectos punteros para la época y una bso más que notable, que redondean la experiencia de manera ejemplar.
Sin duda un film fiel al espíritu Star Trek, ese que nos invita a "Ir donde nadie llego jamás".

Porque nunca hay que perder la esperanza de que el "País Desconocido" puede ser mejor de lo que imaginamos, o por lo menos de como lo concibió el genio y visionario creador de Star Trek.

Gene Roddenberry

19/08/1921 - 24/10/1991.