Monsters

Puede que al principio este film parezca el típico de extraterrestres que invaden nuestro mundo ocasionando una matanza y el terror en plan guerra de los mundos, pero conforme la cinta avanza nos damos cuenta de que la imagen preconcebida que teníamos sobre ella estaba equivocada.
Lejos de asemejarse al metraje de Spielberg de 2005 esta producción hace visionar como un fotógrafo periodista junto a su atractiva acompañante pasan una aventura en un país mexicano medio invadido por alienígenas gigantes.
Durante el transcurso de la trama se percibe como ambos personajes van congeniando conforme van conociéndose. Los dos entienden que no le encuentran sentido ninguno a su vida y que lo mejor que les ha pasado es vivir la experiencia que han compartido y les ha unido indefinidamente.
Destaco el gran manejo de la intriga en los momentos que esta se percibe con sonidos apabullantes y alguna que otra escena que sirve para aumentar la tensión del espectador. Los silencios que nos envuelven en varios minutos sirven como medición de una atmósfera pesimista. Esto último está ayudado por la inmejorable ambientación de unos lugares desiertos y destruidos.
Las actuaciones sin ser de Oscar son curradas por todas las emociones que reflejan los 2 personajes principales.
Los Aliens que se nos aparecen aquí no salen mucho, pero sus apariciones son bastante idóneas y transmiten una sensación distinta al terror.
El film recoge ciertos elementos de un país que se halla en una situación delicada con la escasez de recursos y sitios desolados además de personas con necesidades de irse para cambiar de hogar.

Una película algo diferente en la temática de extraterrestres. No diré que esa diferencia sea sinónimo de una buena película como parece ser que la crítica opina, no comparto dicha opinión.

La película plantea sin demasiados detalles una invasión alienígena. Nos pone a dos protagonistas en dicho contexto y en el recorrido de estos pues veremos un paisaje abandonado y desolado. De lo mejorcito la verdad, la ambientación y fotografía consiguen destacar.

Ni actuaciones, ni diálogos para recordar, tampoco sorpresas... Pienso que la película es monótona, aunque al no ser demasiado larga no llega a resultar pesada.

Y que su verdadero punto de interés es el final, que según cómo lo plantees podrá dejarte un significado u otro.
Pero pienso que por un decente final, pero desarrollo bastante flojo, la película no merece un aprobado.

Peliculilla que utiliza el pretexto de una invasión alienígena para contarnos como se enrollan los dos protagonistas, que a mi entender carecen de toda química y se enrollan porque sí, porque son o ellos o nadie más y de eso tiene que ir la cosa. A ratos parece denunciar la xenofobia usamericana pero no se corta en mostrar la consabida corrupción mexicana. Creo que pretende más de lo que consigue pero tampoco andaban sobrados de fondos.

Opera prima de Gareth Edwards. Por H o por B esta película me ha sido esquiva y el hecho de no haberme comido spoilers pero si detalles de la trama he ido demorándola años y años. Finalmente puedo decir que "Monsters" era mas o menos lo que imaginaba.

Los extraterrestres son una mera excusa. Y no es porque haya acción desmesurada, al contrario. Son mas difíciles de ver que los unicornios arcoiris.
El viaje se centra en las aventuras de nuestros 2 protagonistas y en una historia de amor semi-forzada. Hay evolución, hay cambio, pero definitivamente yo no he venido a ver un film amoroso con tintes de ciencia-ficción de fondo. Tampoco buscaba una "Independence Day", pero el equilibrio si no se sabe a lo que se va de antemano pilla en pelotas al espectador y lo deja descolocado.

La ambientación de "la zona cero" con carteles, señales de advertencia y un mundo que ya no es el mismo tras el desembarco alienígena es buena para el casi inexistente presupuesto con el que contó y los personajes caen bien. Hay alguna toma oscura, aunque llegando al desenlace hay escenas de bella factura.

Pasable y curioso film. Pero nada más. Da al espectador 90 minutos entretenidos y alguna escena a destacar.

Resulta curioso cómo el título de una película puede llegar a engañar sobre su contenido. Estrategia comercial, sin duda, aunque este caso no tiene connotaciones negativas.

En “Monsters” se añade además saber que su director, Gareth Edwards, es el responsable de películas tan vistosas y trepidantes como “Godzilla” (2014) o la estupenda “Rogue One” (2016), en las que los efectos especiales tienen mucho peso. Esta propuesta, con la que debutó, no está carente de los mismos (de hecho ganó el premio a los mejores FX en el festival de Sitges 2010), pero su planteamiento no es ni por asomo parecido a sus obras posteriores.

“Monsters” es una película de ciencia-ficción de bajo presupuesto, en la que vemos a dos desconocidos que se encuentran y comparten las adversidades de un viaje en el que tienen que cruzar un país en estado de cuarentena permanente: la que han provocado unas criaturas monstruosas al invadir el territorio de Centroamérica, por culpa de una sonda de la NASA que se estrelló en México trayendo muestras alienígenas. Esto suena a película de acción, en la que los protagonistas huyen a través de un territorio infestado de bichos mientras se abren paso a tiros, dentelladas y patadas en cataplines extraterrestres, pero nada más lejos de la realidad: la invasión es sólo una excusa para dar trasfondo a una especie de road-movie apocalíptica, en la que lo que importa es la calidad humana más que la visual.

La relación entre los protagonistas, un fotógrafo (Scoot McNairy) y la hija de su jefe (Whitney Able) se va construyendo desde cero y va creciendo conforme suman kilómetros y atraviesan zonas devastadas. Edwards, además, nos lo muestra con un estilo intimista que enriquece el relato y saca el máximo partido a un presupuesto cuyo mayor porcentaje se ha destinado en crear a las criaturas de marras.

Al finalizar la película, es inevitable quedarse con la sensación de que Edwards se ha quedado algo corto, pero se compensa con el buen sabor de boca que deja el clímax, permaneciendo agradablemente en el paladar durante un tiempo.