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Las zapatillas rojas

Drama. Romance Victoria Page (Moira Shearer) es una joven bailarina aficionada que, en la fiesta de estreno de un ballet de la compañía Lermontov, dirigida por el implacable Boris Lermontov (Anton Walbrook), es introducida por su influyente tía y obtiene una oportunidad para demostrar su valía, empezando por los teatros más modestos de Londres. Al mismo tiempo Julian Craster (Marius Goring) es un joven estudiante de composición, a quien su profesor ha ... [+]
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2014
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo sé. Su desarrollo es previsible. Las reacciones de sus personajes, muchas veces caprichosas. Y la actuación de Anton Walbrook roza en ocasiones el ridículo. Pero hay algo lúcido, casi visionario, en esta película. Una escena inigualable en la que, casi sin quererlo, se resume qué es esto del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paralepopido
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5 de diciembre de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sencillamente maravillosa. Nunca había visto una explosión tal de luz, color, fantasía, decorados, arte en definitiva, como la que se produce durante los minutos que dura la representación de "Las zapatillas rojas", Sublime. Ello solo es motivo suficiente para ver esta película. Pero hay más. Ese technicolor de la época, que ya ha resaltado algún otro en su crítica, que embelesa. y que hace como si estuviéramos contemplando una sucesión de cuadros pintados. En resumen, todo arte.
Jesus
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6 de agosto de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Musical ambicioso construido con la sencillez de quien conoce bien su trabajo.
La moneda se echa al aire durante el primer cuarto de hora y siembra en el patio de butacas la semilla de la curiosidad. Es más de lo que consiguen muchos films a lo largo de todo su metraje.
Y mantiene ese punto de perenne incertidumbre.

Para melómanos y para diletantes pero, sobre todo, para aficionados al buen cine.
Porque es elegante en su propuesta, acertada en su ambientación, ágil en su desarrollo, posee encuadres magistrales y su cámara traviesa capta lo físico y lo psicológico con igual cuidado.

Musical de altos vuelos.
ABSENTA
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19 de septiembre de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra más popular del binomio formado por Michael Powell y Emeric Pressburger. Esta es una cinta sobre el mundo del ballet y el esfuerzo de una joven talentosa por ser alguien en esa disciplina.

Como núcleo de la historia está la representación del ballet "Las zapatillas rojas", que forma paralelismo con la vivencia de la protagonista, estimulada tenazmente por el empresario y jefe de la compañía. Surge el amor con un joven compositor y cambia el desarrollo, hasta ese momento exitoso, de los acontecimientos. Asoman los celos y se rompe el hechizo profesional.

El aspecto visual de la película es fascinante en su concepción, tan sólo el ballet representado del título ofrece un montaje onírico mediante imágenes superpuestas y efectos especiales realmente hechizante para la época, pero la labor fotográfica y artística de todo el filme es digno de alabanza. Produce sensaciones mágicas la visión de cada fotograma con el acompañamiento de la música.

El apartado interpretativo es correcto, quedando difuminado por el esplendor y plasticidad del envolvente diseño artístico. Destacar sobre los demás a Anton Walbrook, como el empresario firme, obsesivo y celoso de su propia obra, como un Pigmalion que ha perdido su musa en manos del amor terrenal y la ingenua belleza de una debutante Moira Shearer que nos apabulla con su actuación en los números musicales. En definitiva, un regalo para la vista y los oídos.
Wellesford
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11 de abril de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto “Las zapatillas rojas” con la curiosidad de quien se enfrenta a un clásico alabado por muchos críticos. Y, la verdad, al principio no me estaba entusiasmando. El tratamiento de la historia me ha parecido artificioso y el argumento es muy plano. Además, el luminoso technicolor de los años 40 le da a la película un aire impostado, como de opereta, que no ayuda nada.

Sin embargo, poco a poco la película me ha ido cautivando por su simbolismo, su romanticismo y su fino sentido del humor. Y al llegar al número central de ballet, me ha ganado sin remedio. La verdad, he tenido esa mágica y única sensación de estar viendo algo muy grande. No quería que acabase. Vista ahora, uno entiende que “Las zapatillas rojas” tuvo que significar toda una revolución en el género del musical. Es una película hecha fuera de Hollywood, que sin embargo debió de influir decisivamente en el cine americano de los 50. Supongo que obras como “Un americano en París”, “Un día en Nueva York” o “Cantando bajo la lluvia” no habrían sido lo mismo sin el precedente de este film. Powell y Pressburger aportan una manera nueva de integrar los números en la propia trama, enriqueciéndola y dándole un sentido más onírico. El número central de “Las zapatillas rojas” no se limita a mostrar las dotes de la protagonista, ni la actuación que significa su triunfo artístico, sino que también es la plasmación de sus propios sueños. Con ello, la película gana en riqueza, es como si los números musicales aportasen una nueva dimensión a la historia. La tópica historia del triángulo amoroso y de los sacrificios de la fama gana en matices gracias a unas meras zapatillas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rober
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