El hotel a orillas del río

Si tuviese que medir mis palabras para decir solo cosas bonitas, quizás no diría nada. Creo que de intentar reproducir lo que diría yo en una situación así solo albergaría sinsentidos y banalidades. Hay quien tiene ese don, el de encerrar en pequeñas palabras situaciones infinitas.

Si mirase al fondo, tras la ventana, quisiera ver los parajes nevados y poder decir que me recuerdan a algo que solo he visto en imágenes. Cada vez me cuesta más. Me cuesta distinguir donde empieza y acaba su cine.

Lo siento pero no me declaro fan de Hong Sang-soo, un director coreano muy premiado en Festivales pero que pienso que esta muy sobrevalorado, he visto de el "En la playa sola de noche", "La cámara de Claire", "Lo tuyo y tu", "Ahora si, antes no" y "Otro país" y ninguna de sus películas me ha calado lo mas mínimo. El aburrimiento es constante en toda su obra.

En esta nueva película pasa poco o nada, una historia sencilla de un padre que abandono a sus dos hijos y los reúne en un hotel para hablar mientras toman café o cenan. En el mismo hotel hay una mujer joven que lamenta una relación amorosa fallida.

Pero el tedio se apodera de todo el metraje, ya que las conversaciones no son brillantes, causándote poco interés en lo que te esta contando. Ademas esta rodada de forma muy "amateur" en blanco y negro con zooms molestos y algunos planos desenfocados.

Da la impresión también que la improvisación de los actores es una baza fundamental, dejando un poco los diálogos en manos de los interpretes que no lo hacen del todo mal. 

El hotel a orillas del río gano en el pasado Festival de Gijón: Mejor película, guion (?) y actor (Joo-Bong Ki)
Destino Arrakis.com

Young-Hwan es un poeta a punto de entrar en la vejez que se reencuentra con sus dos hijos después de mucho tiempo mientras se hospeda en un hotel con la intención de actualizar y normalizar su relación. Al mismo hotel llega una chica entristecida por su reciente separación que recibe la visita de una amiga. Mientras todo esto ocurre una nevada irrumpe de forma súbita y las conversaciones van acelerando la trama.
Si cuando vaya al cine busca conductas ejemplares o casi heroicas es mejor que no elija esta película. El prolífico director Hong Sang-soo, al que recuerdo gratamente por "En la playa sola de noche" y "La cámara de Claire", es un espíritu libre en el fondo y en las formas que hace literalmente lo que le apetece y trata temáticas que le interesan en relación muchas veces con su propia vida privada.
En esta nueva entrega se trata de una de esas propuestas con las que puedes conectar más o menos. De las dos películas que menciono tengo que reconocer que me costó entrar en la narrativa de "En la playa sola de noche". En esta ocasión creo que me he adentrado plenamente en este drama que nos transmite poesía y emoción vital a partir de temáticas tan trascendentes como pueden ser el arrepentimiento, la necesidad de perdón, la resignación, las dificultades en las relaciones familiares o el inexorable paso del tiempo. Las escenas van fluyendo en una primera parte de una estética contemplativa con un blanco y negro de una belleza incontestable precediendo una segunda parte más dialogada y necesaria para acabar con un desenlace poderoso y contundente.
Todos los personajes y especialmente el poeta protagonista presentan trayectorias vitales o conductas nada ejemplares lo que los hace creíbles a partir de una sinceridad descarnada que necesita consuelo, perdón o una mínima aceptación mientras el tiempo se desvanece, el placer se esfuma y la nieve con su belleza es capaz de cubrir todo de una majestuosa y efímera sábana blanca. (7)
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!Uff! que pereza me da escribir sobre esta película. Probablemente antes de que lean estas líneas, Hong Sang-soo puede haber rodado una o dos películas más a poco que se ponga. ¿Virtud o defecto?. Pues probablemente las dos cosas a tenor de unos resultados que según el color con que miren van de obra maestra a bostezo maestro, que es en definitiva lo que me ha provocado este haiku existencial nevado y que me ha recordado a ese cuadro en blanco que la dramaturga Yasmina Reza ponía como punto de referencia en su maravillosa obra "Arte". Claro que el humor surcoreano de Sang-soo habita en otra galaxia a años luz. En fin que sinceramente me alegro por todos aquellos que la han disfrutado y premiado. Permitanme que me retire a meditar o reponerme  de tanta belleza (fotografía excelente) y trascendencia con algo de Buster Keaton por ejemplo y mientras tanto y por pura desidia pido perdón por citarme a mí mismo con relación a otra de las películas ("La cámara de Claire" / 2017) de Sang-Soo: "Es innegable que posee un universo propio indisoluble de su propia experiencia como cineasta que incorpora a sus cintas con un lenguaje de metaficción y es capaz de extraer de lo cotidiano un puñado de reflexiones sobre aquello que desee plantear en cada momento. Su narrativa aparentemente simple funciona como síntesis o destilación de lo superfluo y no necesita prolongar el metraje (69 m. en esta ocasión).  Sus películas son carne de festival y sus vitrinas rebosan de variopintos premios." 

"En cada historia / el perdón y la inquina / son estaciones." (Haiku de Mario Benedetti)

cineziete.wordpress.com

En general me gusta el cine introspectivo.
En general me gusta el cine oriental.
Però más me gusta que me cuenten alguna historia que valga la pena, por mínima que sea.

El hotel a orillas del río, lo siento mucho, pero no la cuenta.

No es original en sus planteamientos, ni en su puesta en escena, ni en sus diálogos, ni en su argumento subliminal. Padres e hijos y la búsqueda del amor. Un tema de rabiosa actualidad.
De acuerdo con el minimalismo, però al menos exigiria cierta profundidad. Alguna sorpresa. Alguna nota que acentuara algun mensaje de interés. Y menos zooms intempestivos aunque aparezcan inesperados felinos por medio.

La película es fría como las orillas del río. En algunos momentos parece desencajada. Y cabe suponer que en Corea no resulta estraño que un anciano aborde dos jóvenes desconocidas y se esté diez minutos diciéndoles a cara descubierta lo bonitas que son y lo preciosas que se ven y lanzándoles piropos un tanto a la ligera con poesías intercaladas. Però por estos lares, de viejo verde para arriba no se escapa, si no acaba denunciado.

Frío me ha quedado esperando a que llegará el quid de la cuestión. Unos se mueren, otros se quedan dormidos. Vale. OK.