Dersu Uzala (El cazador)

Me prometí que mi estreno con Kurosawa no sería con una película de samurais y artes marciales, y lo he cumplido.
Cuando supe que este director, uno de los más famosos y aclamados del Japón, había dado a luz este drama-documental filmado en la Siberia rusa, me interesé vivamente por un proyecto que se desviaba radicalmente de los senderos a los que se solía dedicar el cine nipón. Nada de artes marciales, nada de guerreros samurais, nada de la sociedad japonesa en torno a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, nada de leyendas del teatro kabuki, nada de dramas familiares... Casi todo lo cual me viene fascinando desde hace tiempo. Pero me llamó la atención este cambio de registro de Kurosawa.
Kurosawa rompió con todos esos moldes y se desplazó hasta algunas de las zonas más frías e inhóspitas del planeta. La taiga siberiana, los bosques boreales de coníferas que pueblan los continentes a unas latitudes casi árticas, bastante al norte.
A principios del siglo XX, expediciones militares de reconocimiento topográfico del terreno se adentran en la taiga. Una de ellas se cruza un día con un hombrecillo anciano, un cazador nómada que vaga en solitario. El capitán, Vladimir Arseniev, inmediatamente experimenta un gran respeto y afinidad hacia el sabio cazador que tanto ama, venera y conoce el territorio en el que vive y que le da su sustento. Una amistad irrompible y enriquecedora se establecerá entre ambos hombres, los cuales se ayudarán mutuamente en su duro periplo cotidiano por una Naturaleza salvaje y extrema.
"Dersu Uzala" es un canto de amor a la Tierra. Un alegato al cuidado del medio ambiente. Al respeto a este entorno natural del que procedemos y del cual no deberíamos renegar.
También es un canto de amor a la vida, a la sencillez, a la humildad. Una invitación a apreciar las pequeñas cosas de cada día y los sentimientos más nobles.
Una advertencia acerca de las consecuencias de la arrogancia humana y de su frecuente menosprecio del entorno natural.
Y un aprendizaje acerca de lo insignificantes que somos frente a tanta inmensidad.

Sin duda una de las películas más reconocidas de Akira Kurosawa y personalmente la que más me gusta. Esta es una historia de amistad, confianza y valor. Todo con sus dosis exactas y se forma un peliculón como es Dersu Uzala que no aburre en sus 140 minutos de metraje.

Hace bastante que ví esta película pero todavía me acuerdo de algunas escenas y de algunas partes que me conmovieron o simplemente me encantaron, como: (Quizá alguien que no haya visto la película no debería ver la siguiente parte de la crítica.)
a) Cuando Dersu hace una caseta de pajas o de hierbas en medio de la ventisca mientras que su compañero las pasa putas.
b) Cuando Dersu deja a todos los soldados con cara paletos cuando en vez de dar a la botella de cristal (ya que había pocas por esa zona) da a la cuerda de la que pende. Una escena genial.
c)El reencuentro de Dersu y el capitán.
d) Y, como no, el final.

Hay más escenas que están muy bien, pero estas son las que yo destacaría. Además yo destacarí la fotografía que hace unos planos realmente preciosos. Una de las obras maestras que nunca se hayan hecho en pantalla. No se la pierdan.

9.4

Una película bella, natural y muy bien dirigida. Esta es la impresión que me dio cuando la acabé de ver.

Es una película que aporta un significado muy importante.
Nos enseña qué es la amistad de una forma natural y profunda, consiguiendo transmitir ese sentimiento verdadero, sin intereses sobrepuestos en la relación, donde el corazón es quién une a dos personas, Dersu, el hombre salvaje y puro, y el capitán, educado por la sociedad.

Hace una reflexión muy importante sobre dos maneras muy distintas de pensar según el “triste” determinismo y los valores intrínsecos de cada persona. Pausadamente muestra la gran importancia de elementos simples, tales como bosques, ríos o animales, y rechaza, de una forma incomprensible para todos aquellos quiénes comparten esa cultura y manera de vivir, la vida en la ciudad (“la prisión del hombre”).

Realzo la escena del río, el recuentro de los dos amigos y la escena final, que son partes memorables
Pienso que con una historia sencilla, unos personajes y un guión sencillo, junto con una maravillosa fotografía y una espléndida dirección, se ha podido realizar una película difícil de olvidar.
También debo decir que el final se me hizo corto, repentino, y que alguna escena la he encontrado escasa de dinamismo

¿No lo creen? Pues no, al parecer no, vistas las pasiones que despierta esta mi segunda aproximación al cine de Kurosawa. Que no digo yo que la cinta sea mala, válgame Dios, pero que no consigo entender tantos halagos, vaya, no de forma tan unánime pareciéndome, como me parece, una cinta tan centrada en dejar huella (de manual, que se dice). Que sí, que el viejo es entrañable; que sí, que el mensaje de amor a la Naturaleza queda claro; que sí, que la amistad entre estos dos hombres tiene un algo de pureza; que sí, que los paisajes son la hostia y la dirección del maestro nipón mano de santo; que sí, que entiendo que el ritmo ha de ser el que es, contemplativo, para que las sales aromáticas surtan su efecto; pero que no, que no seré yo el que se arrodille, que esta peli, por desgracia, la he visto ya unas cuantas veces. Y sí, obviamente entiendo que eso no es culpa de nadie salvo del devenir de la Historia y la historia propia del cine, siempre retroalimentándose, haciendo nuevas viejas ideas (o intentándolo), normalmente sin suerte.

Pero una cosa es ser consciente de esto mismo, y otra muy distinta hacer de ello un axioma por el que barnizar un resultado correcto hasta convertirlo en diferente, único, haciendo de él un referente. Que no es que 'Dersu Uzala' carezca de madera para serlo, es sólo que la pira en que arden sus costuras la encuentro demasiado sazonada, siendo claros, que el proceso de encendido fue automático, dadas las argucias empleadas... Todo tan ostentoso y a la vez fingido, como si buscar la sencillez fuera disfrazar al personaje (no me llegan ni su halo ni su aliento, tan sólo veo trozos de carne recitando). Si además su discurso hará un tiempo largo que lo oí, el resultado viene a ser un déjà vu constante. Cosa que me importaría un poco menos de no ser porque en varias ocasiones la cinta roza peligrosamente el tedio y la desgana, sobre todo al final, tal es la acumulación de tópicos y la lentitud para plasmarlos en pantalla.

Lo siento de veras, pero no puedo evaluar algo desde una burbuja inexpugnable, dejando a un lado mis propios referentes, sean o no más o menos acertados, a mí me valen. No cuando semejante "obra maestra" me ha dejado tan jodidamente frío. Hay veces en que no bastan ni las buenas intenciones ni, como ya diría Tomine, los buenos sentimientos. Se necesita que éstos te traspasen y yo sigo en mi sitio, ajeno al drama, el encanto y la hermosura de esta historia, en efecto, redundante.

Puede que no tenga yo ni idea de cine, pero después de ver las altísimas puntuaciones que se le dan a esta película no me queda otra más que discrepar. Es el primer trabajo que veo de Kurosawa y no es que me haya resultado una decepción, pero la lentitud y monotonía de la película en ocasiones llega a aburrir.
Si lo vemos como una oda al respeto por la naturaleza (incluyendo la difícil suprvivencia en ella) y a la amistad se merecería un 10, sin duda. Sin embargo no me gusta que desde el principio de la película ya me tengan que obligar a sentir simpatía por el anciano cazador, por muy encantadora que resulte la persona.