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Las aventuras de Jeremiah Johnson

Aventuras. Western Después de desertar de la guerra entre Estados Unidos y México y hastiado de la civilización, el soldado Jeremías Johnson decide dejarlo todo y establecerse en las inhóspitas Montañas Rocosas. Se establece en un territorio dominado por los violentos indios Crow, donde, con la ayuda de un viejo trampero, aprenderá a sobrevivir en durísimas condiciones. (FILMAFFINITY)
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Críticas 79
Críticas ordenadas por utilidad
8 de abril de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
115/39(31/03/10) Es la entrañable épica historia de una leyenda de las Montañas Rocosas, ‘La Médula del Mundo’, Sidney Pollack y Robert Redford colaboran por segunda vez después de ‘Propiedad condenada’, lo harían en cinco ocasiones más. Esta ‘Jeremiah Jonhson’ es un trabajo deudor de una época en la que empezaba a florecer una conciencia ecológica de amor a la naturaleza y de revisión entre el choque entre civilizaciones en el cine, fruto de ello es esta bella humanista película en la que se nos presenta a un tipo enigmático, Jeremiah (soberbio Robert Redford), que apenas sabemos nada de su pasado, por sus pantalones debe haber estado en el ejército y por su gorra debe haber sido marino, nada más, a mediados del Siglo XIX decide abandonar la civilización y sumergirse en las Rocosas de Colorado para dedicarse a ser trampero, cazar toda clase de animales, parte de cero y con la ayuda de gente de las montañas que conocerá irá aprendiendo, por azar se encontrará parte de una atípica familia, una india que le regalan y un niño que su madre enloquecida le da, Jeremiah después de mil y un aventuras se convertirá en una leyenda de las Salvajes Rocosas. La historia es un canto a la libertad de espíritu, una oda a la naturaleza, un homenaje a los hombres que ensancharon Estados Unidos. Redford compone un personaje maravilloso, uno de sus mejores trabajos, traspasa la pantalla con su carisma, llega a flotar, su mirada llega a ser el espejo de lo que piensa, haciendo creíble su evolución personal de la nada hasta convertirse casi en un ser místico. Hay dos secundarios que destacan sobremanera, uno es Will Geer dando vida a un cazador de osos, Bear Claw, un viejo rebosante de vitalidad que lo borda, así como Stefan Gierasch crea a un brillante cínico sarcástico Del Guey, un cazador de cabelleras sin escrúpulos. Los paisajes de las Rocosas son en realidad el verdadero protagonista de la cinta, es lo que hace que Jeremiah sea lo que es, es lo que enmarca sus aventuras, su epopeya requiere de un escenario como este para elevar a cotas mágicas lo que vemos y aquí la portentosa fotografía de Duke Callaghan se adueña del film, nos sumerge más en un mundo donde somos plumas empujadas por el viento helado de este paraíso inexplorado. El relato posee escenas magníficas, como la de la pelea contra los lobos, cuando Bear Claw le lleva un oso a la cabaña para que lo despelleje vivo o el divertido encuentro con Del Guey, hasta las escenas dramáticas de las que te conmueven, para pasar al tramo de las refriegas que están muy logradas, aunque estas con un punto de licencia casi Terminator por parte de Pollack, pues llega a parecer un antecedente de Rambo, y esto llega a chirriar con el resto, todo con un broche final en forma de saludo sublime.
Continua en Spoiler sin Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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19 de noviembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El veterano de la guerra de USA-México [1846-48) Jeremias Johnson [Robert Redford], harto del mundanal ruido decide un día retirarse a las Montañas Rocosas para vivir solitario en un ambiente salvaje. Allí se encontrará con otros locos de atar, como el viejo trampero Garra de oso [Will Geer] que le enseña a sobrevivir. Pronto y a su pesar topará con una pobre mujer que ha perdido el juicio por la muerte de su marido a manos de los indios y deja un niño mudo que entrega a Jeremías para que lo cuide. También se encuentra con el trampero Del Gue [Stefan Gierasch] al que los indios Crow han enterrado vivo por no poder arrancarle la cabellera. Éste será el que conduzca a Jeremías al campamento indios, donde se va a concertar el casamiento con la india Swan [Delle Bolton], que morirá con el chico adoptado a manos de los rabiosos Crow. Después de esto, Jeremías busca incansablemente la venganza que consigue matando a los que asesinos de su familia.

La película es un recorrido por la montaña en una época en la que había pocos locos sueltos y unos cuantos de indios. La cinta está falta de guión pero no lo necesita con las estupendas fotografías de las Montañas Rocosas y la vida ácrata de los tramperos. Es un canto a la libertad, la no dependencia de la civilización y de sus conveniencias, el encanto de respirar aire fresco y de pasar más frío que un perrito chico, de sobrevivir con lo que buenamente encuentras sabiendo que la comida no la tienes puesta en la mesa ni dispone de servicios higiénicos ni sanitarios. Es un western muy peculiar, en el que el director va agregando lo que va saliendo. Jeremías es un elemento más del espléndido paisaje. La cinta se parece más a un docudrama que a un western convencional.
montipito
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19 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he podido evitarlo. He visto varias veces esta película y no he tenido más remedio que subirle mi voto. Es la historia de un aventurero, hastiado del mundo, que un buen día, vende sus pertenencias, se hace con un rifle y se retira del mundanal ruido, nada menos que a las montañas Rocosas. Olé, sus narices. Vaya por delante que no es una película realista. Si lo fuera, me temo que ese mundo tendría que reflejar una sordidez, una crudeza y un verdadero infierno, pero, aquí y esto es lo bueno, está narrado desde un punto de vista romántico, idealizado, con unas imágenes, una música y una lucha por la superación, tanto del entorno como de uno mismo, que , durante su visionado, produjo en mí las mismas ganas de mandarlo todo al carajo y retirarme también de este estresante mundo. Cine que te produce verdadero placer contemplar, aventuras que sientes ganas de vivir. Luchas que observas durante todo el metraje, por la supervivencia, con el enemigo, con uno mismo y sin embargo, esta película a mí me aportó paz, una increíble y deliciosa paz. IMPRESCINDIBLE.
Izeta
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12 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de un segundo visionado, sigue sin convencerme esta hermosa pero decepcionante película de aventuras. Narra la historia de un pionero llamado Jeremías Johnson que abandona la civilización para adentrarse a la aventura en las montañas del norte de Estados Unidos. Allí conocerá a una serie de pintorescos personajes que le irán enseñando a sobrevivir en las condiciones extremas de la montaña. También conocerá a los indios de las diferentes tribus, algunas más violentas que otras, así como a los colonos blancos y al ejército, todos ellos tratando de dominar un ambiente salvaje, hermoso y hostil.

Robert Redford realiza una convincente interpretación con esa poblada barba que luce durante casi toda la película. El espectacular paisaje montañoso está especialmente bien retratado con una espléndida fotografía y el guión de John Millius es ameno incluyendo unos personajes atractivos y divertidos. Recuerdo la escena en la que Redford y el anciano con el que se encuentra al principio se esconden detrás de los caballos para cazar al arce. Redford cree que les va a ver las piernas y el anciano le responde que no se preocupe que el arce no sabe cuantas patas tiene un caballo.

Pero en general, la pega que le encuentro es que es un pelín lenta y se me hizo algo aburrida. En especial, los tramos en los que los personajes se pasan gran parte del tiempo sin decirse nada. El argumento es interesante, me recuerda un poco al Dersu Uzala y al de Bailando con lobos, sobre todo en las relaciones que Jeremías establece con los indios y su idea de adentrarse en un mundo desconocido y salvaje en la búsqueda de la última frontera. Un tema muy americano.
Harold Angel
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11 de diciembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
También Robert Redford, de la mano de Sydney Pollack, tiene su película de un hombre en íntimo contacto de la naturaleza, del trampero solitario sobreviviendo a los elementos naturales y a los animales y a los indios de las praderas inexploradas cuando aquéllo era posible, sobreviviendo y nutriéndose de lo que le ofrecía la misma naturaleza con un rifle como única arma.

Pollack, uno de los cineastas notables, nos mantiene en tensión amparado en una excelente banda sonora, una preciosa fotografía y unos cuidados escenarios, presentándonos tenuemente a otros inadaptados de la sociedad que prefieren la soledad de los bosques y las montañas al ajetreo y los olores de la civilización en las ciudades, así como a las últimas tribus indias libres, unas más belicosas que otras.

Este western no se queda atrás con el oscarizado "El renacido" de Leonardo Di Caprio, ni con las excelentes interpretaciones del inglés Richard Harris en las estimables "El hombre de una tierra salvaje", o "Un hombre llamado Caballo" y sus secuelas, incluso el "Bailando con Lobos" de Kevin Costner, simplemente quizás sea menos conocido, pero con una calidad más que patente.

Notable, 8.
andeltor
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