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Pequeño país

Drama Gabriel tiene 10 años y vive en un cómodo vecindario de expatriados en Burundi, su "pequeño país". Gabriel es un niño normal, feliz y despreocupado, que vive aventuras cotidianas con sus amigos y su hermana pequeña. De repente, en 1993, las tensiones en el país vecino, Ruanda, estallaron, poniendo en peligro tanto a su familia como a su inocencia.
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
30 de mayo de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer mismo el presidente francés Emmanuel Macron reconocía en su visita a Kigali la responsabilidad de Francia durante el genocidio ruandés que acabó con la vida de más de ochocientas mil personas; hombres, mujeres y niños, la mayoría de etnia Tutsi, en 1994. Aunque si echamos la mirada un poco más atrás podremos ver otras muchas aberraciones cometidas por belgas, franceses y alemanes en lo que se conocía como Congo belga y posteriormente Ruanda-Burundi.

Tampoco se puede ignorar que el país estaba cimentado por el sistema de clases indígena, donde los Tutsis, apoyados por las potencias coloniales, copaban todas las instancias superiores del poder y los Hutus eran ninguneados y considerados fundamentalmente como mano de obra aún siendo el grupo mayoritario de toda la región ya que más del 85% de ruandeses y burundeses pertenecen a esta etnia.

El director francés Eric Barbier adapta al cine el libro semiautobiográfico del artista y rapero Gaël Faye que huyó exiliado a Francia a los trece años, durante los hechos acaecidos en su localidad natal Buyumbura que tiñeron de rojo el suelo africano. Él mismo era un extraño en el país al ser mestizo e hijo de un constructor francés y una mujer de etnia Tutsi, así como por llevar una vida acomodada al alcance solo de occidentales o personas de esa etnia.

Gabriel y su hermana pequeña ven como primero se derrumba su familia por la separación de sus padres y luego asisten impotentes a la destrucción de sus amigos y el mundo que han conocido. Son maravillosas y sensibles ambas criaturas y a pesar de la tragedia que se desencadena a su alrededor, son las circunstancias mas cercanas y que tienen que ver con su vida personal las que mas les afectan, espléndida recreación de la inocencia de un niño.
kawenzotz
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27 de mayo de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sexto largometraje dirigido por el cineasta y guionista Eric Barbier, el responsable entre otras de la notable "Promesa al amanecer (2017)", es una historia dramática cuyo protagonista es un niño llamado Gabriel, que vive su infancia en un periodo bélico en Burundi y Ruanda de finales del siglo XX. La película está basada en la novela autobiográfica homónima de gran éxito escrita por el cantante, rapero y escritor Gaël Faye, publicada en 2016, y sitúa su acción en 1992 con la llegada de una familia al aeropuerto internacional de Buyumbura, la que era en ese momento era la ciudad más poblada de Burundi. A partir de ese momento la película va presentando a los diferentes miembros de la familia Chappaz, es decir el protagonista Gabriel y su hermana pequeña Ana, así como de sus padres Michel e Yvonne, y a los amigos de ese joven inquieto, pero con mucho corazón que forman los llamados 5 mosqueteros, que son un quebradero de cabeza para sus maestros o maestras de la escuela.

La película logró la nominación a los Premios César 2021 en la categoría de guion adaptado, y tuvo su presentación en nuestro país en la pasada edición del BCN Film Fest, en donde fue premiada con los galardones de mejor película y actriz. La propuesta es bastante irregular y tiene una parte central bastante aburrida y que no cumple las expectativas, después de una buena presentación de personajes y unas escenas interesantes en donde los niños son los protagonistas, pero vuelve a recuperar el interés en los minutos finales en donde tienen lugar las escenas de mayor dureza originadas por el sinsentido de una guerra, con algunas situaciones violentas muy bien filmadas por Barbier, aunque le sobra ese epílogo innecesario. La familia de Gaby está a medio camino entre Burundi y Ruanda, y sus padres tienen muchos conflictos y discusiones. Michel es un hombre belga que lleva mucho tiempo viviendo en África y que se casó con Yvonne, una mujer de ese continente, y que luchan por sobrevivir en ese periodo de conflicto en donde los hutus estaban exterminando a los tutsis.

La propuesta desaprovecha la ocasión de alejarse de la gran parte del cine francés actual, y vuelve a tirar de los tópicos habituales de este cine, que tanto gustan al público por evitar hasta los minutos finales abordar de manera más directa la violencia y tener algunos toques emotivos que se podían haber evitado.
Hay que reconocer que la película no está mal a nivel estético, sobre por la fotografía de Antoine Sanier y porque no está mal dirigida por Eric Barbier. A nivel interpretativo me quedo con el trabajo del joven Djibril Vancoppenolle, que está magnífico y creíble en el papel del joven Gabriel, y por su simple presencia merece la pena acercarse a una sala de cine para ver esta película. Junto a él también destaca el trabajo de Isabelle Kabano, en el papel de la madre del protagonista, premiada en BCN Film Fest, aunque a veces está excesiva en algunas situaciones dramáticas. Por contra, no me convence el trabajo de Jean-Paul Rouve, que interpreta a Michel.
Una película que puede tener su público, en especial los que disfrutan con el cine francés actual.

LO MEJOR: Las actuaciones de Isabelle Kabano, Djibril Vancoppenolle e Isabelle Kabano.
LO PEOR: La parte central es aburrida y el epílogo es innecesario. Tira de los tópicos de la mayoría de películas francesas actuales.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net, http://habladecine.com y https://www.estrenosdecine.online/
WILLY74
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21 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Burundi es un pequeño país africano que limita con Ruanda, Tanzania y el Congo. En ese reducto viven felizmente muchos niños, como Gabriel, el personaje principal del libro homónimo del rapero Gaël Faye –quien asegura que no narra su historia, aunque tiene mucho parecido–. En esta poética novela se inspira el largometraje para mostrar un conflicto conocido, desde otro punto de vista y en la gran pantalla.

Del mismo modo que Caroline Link expuso lo acontecido en la Segunda Guerra Mundial desde los ojos de una niña de nueve años en El año que dejamos de jugar, Eric Barbier hace algo similar con el genocidio de Ruanda. No obstante, esta vez la ambientación no es tan bucólica y sí aparecen momentos violentos y dolorosos. Aún así, el propósito no es buscar la lágrima fácil ni explotar lo escabroso, sino aproximar el suceso a todos los públicos, por lo que no abunda la sangre.

Al contrario, al dominar la visión de los niños, el film gana un tono optimista gracias a la ignorancia de sus protagonistas, que no entienden en profundidad el contexto de lo que está pasando. Esa mirada despreocupada, que se llena de alborozo cuando una madre duerme en casa olvidando la guerra que hay detrás de la puerta del jardín, logra que la cinta sea luminosa a pesar de todo.

Sin embargo, la perspectiva no impide angustiar al espectador. Aunque predomina lo característico del universo infantil, como la familia, la amistad o los juegos, no se oculta la vulneración de la inocencia que supuso el enfrentamiento étnico. La pugna no solo acabó con la vida de muchas personas sino que también, en cierta manera, adoctrinó a muchos menores, que se vieron violentados a tomar parte en decisiones que no les tocaban –una desdicha que Barbier retrata en escenas abrumadoras y sugerentes–.

Pequeño país es un buen producto pedagógico, que relata un periodo histórico sin caer en fatalidades. Los pequeños actores realizan un gran trabajo que arroja alegría y esperanza a una situación nefasta y desgarradora, pero que conviene conocer.

www.contraste.info
Revista Contraste
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3 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La Guerra Civil de Ruanda

La familia feliz vive en Burundi, lo que el protagonista denomina su pequeño país. Sin embargo, se empieza a plantear el conflicto interno entre hutus y tutsis, cuyo pensamiento ideológico es totalmente distinto. Cuando la situación se agrava en las elecciones de junio de 1993, los más perjudicados serán los dos niños, ya que no logran entender qué es exactamente lo que está sucediendo.

*El sabor que nos deja

Amargo. El dolor de la guerra se aventura a llegar a todos los espectadores cuando vemos las secuencias más crueles y todo el sufrimiento que trae a los protagonistas.

Pequeño país es una crítica dura a los conflictos bélicos y cómo afecta a los ciudadanos. En el caso específico de nuestro protagonista, encontramos que le arrebatan su infancia. Cada escena va inundando de dolor a Gabriel hasta d que llega a ser partícipe de la propia guerra y mata con crueldad a un niño que se declara inocente.

La película ensalza los valores de la familia. Los padres de Gabriel, Michel e Yvonne, se encuentran enfrentados cuando la situación política empieza a empeorar en la zona en la que viven, aunque cuando estalla la contienda, no dudan en protegerse entre ellos. Ana también muestra la hermandad y la confianza, ya que Gabriel y ella se protegerán en los peores momentos de la guerra. Además, destaca la amistad, no solo con sus amigos del colegio, en específico con Gino, sino también con la profesora, quien le enseñará al protagonista a leer y a conocer para cuando la guerra acabe.

Toda la guerra trae consigo el dolor de todos los niños de Burundi, quienes tienen que crecer demasiado proto ante la situación que se les plantea. Esta crítica del director y guionista Eric Barbier, intenta abrirnos los ojos de la crueldad de la guerra para los menores africanos.

*Conclusión

Pequeño país (Petit pays) tramite las vivencias reales que le ocurrieron a Gäel Faye con la Guerra de Ruanda. De este modo, se quiere reflejar la crueldad de la guerra y todas las consecuencias que esta trae consigo, mostrando la pérdida de inocencia del protagonista Gabriel. Cuando la guerra acaba, se puede ver desde la mirada de Yvonne que las heridas nunca se cierran del todo.

Escrito por Ismael Arias
Cinemagavia
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12 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que las etnias de los Hutus y los Tutsis de Ruanda y Burundi se llevaran bien que digamos pero por si acaso el hombre blanco básicamente alemán y belga con la aquiescencia de la ONU ya se encargaron a conciencia mientras explotaban el país de exacerbar sus diferencias que una vez conseguidas sus "independencias" acabaron con las correspondientes guerras civiles en los 70 y genocidio en los 90.
La sobresaliente y escalofriante "El día que Dios se fue de viaje" (Philippe Van Leeuw / 2009) y "Hotel Ruanda" (Terry George / 2004) forman parte significativa de la filmografía sobre los citados genocidios. Ahora se suma la visión de lo que vivió en aquellos días el rápero Gaël Faye de padre francés y madre ruandesa en su infancia y que cuenta en su libro homónimo semibiográfico publicado en 2016. 

Es una historia básicamente de pérdida de la inocencia, de paso forzado de la infancia a la madurez bien narrada por el director Eric Barbier donde el horror va llegando  de forma dosificada y siempre visualmente de soslayo en una segunda parte donde quizás hay un subrayado melodramático excesivo. Notables interpretaciones para una cinta algo irregular. 

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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