Tres forajidos y un pistolero

Film rodado en Almería y no en USA aunque se trate de una producción americana, no tiene ningún misterio ni creo que nadie se pregunte el por qué; estaba claro, paisajes naturales adecuados, escenarios acordes y una oferta económica mucho más favorable que si se hubiera hecho en casa. Todos sabemos que muchas películas se rodaron allí por ese motivo y no creo que eso sea un hándicap. A otro le da por decir que la película no vale mucho porque empieza como comedia y luego se convierte en un drama. Jeje, cómo si hablara de su propia vida...

La película es una obra plena del ansia de vivir de la juventud dentro del cruel marco del Western que nos lleva muy fidedignamente a la realidad de entonces: un panorama de escasísimas oportunidades. La violencia imperante arrastra al bandidaje y así nos muestran cómo en la pubertad, aún con la inocencia sin desgastar, hay que vérselas con la peor ralea de gente. Es un drama real a costa de la figura del viejo Spikes, un pletórico Lee Marvin inolvidable, perfectamente secundado por los 3 jóvenes forajidos que irán recibiendo las enseñanzas a base de consejos que son sentencias definitivas. Otra cosa es que ese experimentado director, al principio, haya querido reflejar la diversión por medio del humor en alguna actuación para situarnos con una juventud sin responsabilidades, curiosa, alegre, y deseosa de aprender, para después mostrar el cambio drástico a la realidad de la vida y el drama de las malas influencias.

No hay que perdérsela.

241/31(27/07/11) Extraño y fallido western de serie b realizado en Almeria y que sin embargo no es un spagueti, es una producción americana, con director americano y con actores americanos, mi pregunta es, porque no la rodaron en USA? Al parecer el realizador Richard Fleischer le cogió cariño a España después de rodar su anterior trabajo aquí, ‘Fuga sin fin’. Este es un film con un aire pesimista y lánguido, nos habla del despertar de la inocencia, la historia me recuerda bastante a ‘Grandes esperanzas’ de Dickens, tres muchachos granjeros encuentran por casualidad malherido a un forajido, Harry Spikes (buen Lee Marvin), lo esconden en un granero, lo curan y dan de comer, cuando está bien le dan un caballo para huir, mientras los tres muchachos ante el negro y ordinario futuro que les depara deciden huir y hacerse ellos forajidos como Spikes, después de un penoso atraco a un banco se encuentran huidos en un pueblo mexicano sin dinero y hambrientos, al robar un reloj son apresados y llevados al calabozo, desde la celda ven fuera a Spikes paga la fianza y los saca de allí, tras prestarle toda la ayuda decide hacer una banda con ellos para atracar bancos. Con este argumento se desarrolla una irregular cinta, de una puesta en escena que de austera y frugal que es podría ser una obra de teatro, comienza dando la impresión que será una comedia para tornarse en un seco y desencantado drama donde no hay lugar para la esperanza, es una desolada desmitificicación del oeste, esto es desarrollado de modo frío, el ritmo va a trompicones, el guión carece de la fuerza suficiente para emocionar, donde las actuaciones de los muchachos no pasan de correctas, y donde lo único reseñable es la carismática actuación de Lee Marvin, un coloso que con su sola presencia dominaba la pantalla, una personalidad impetuosa que desentona para bueno en esta pobre cinta. Fuerza y honor!!!

Western más que digno dirigido por el artesano Richard Fleischer de forma eficiente y interpretada con brío por Gary Grimes al que acompañan con menos protagonismo Ron Howard y Charles Martin Smith. Destacar el gran carisma de Lee Marvin que hace una interpretación memorable como el veterano forajido Spikes, una trama bien llevada a cabo y un final triste pero acertado y francamente convincente. También hace una buena intervención Arthur Hunnicutt (El Dorado) en el poco metraje en el que aparece.
Un western más que digno rodado en Almería al que conviene rescatar del olvido ya que no esperas nada en su visionado y te llevas una grata sorpresa con su visionado.

Western algo desconcertante, no en vano pasa de la pura comedia a la dura violencia salvaje del oeste.
Siempre es entretenida e interesante, lo que le hace atractiva.
A ello ayudan las estimables composiciones de los intérpretes jóvenes, el entonces muy en boga Gary Grimes, Ron Howard, hoy reputado realizador autor de muy exitosas obras, y de Charles Martin Smith, siempre buen actor. Pero sobre todo destaca, sobre manera, el gran Lee Marvin, aquí excelente y alma de la historia.
Yo creo que se trata de un notable ejercicio fílmico, bien dirigido por el maestro Fleischer (Richard de nombre), siempre muy estimable realizador, aunque guste mucho más la primera vez que se. Yo la vi una segunda y debo reconocer que ya entonces no me pareció tan disfrutable. Y es que el paso de la comedia al puro western quizás resulte más ameno la primera vez que la segunda, donde ya la sorpresa del giro que toma el argumento se conoce de antemano.
Pero, en líneas generales creo que gusta, repito, sobre todo si no se ha visto con anterioridad.
Buena fotografía de Brian West y bonita música de Fred Karlin.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es

En el cementerio de Fort Somner, Nuevo México, se encuentran tres tumbas sucesivas identificadas con una sola lápida. En la rústica piedra, puede leerse: Pals (Compañeros): Tom O’Folliard (muerto en diciembre de 1880); William H. Bonney alias Billy the Kid (muerto en julio de 1881); Charlie Bowdre (Muerto en diciembre de 1880). Cómo recién estuve leyendo la biografía de Billy the Kid (tras ver la película, “Chisum”), al ver a los tres chicos convertidos en pistoleros y al asaltante de bancos que luego hace lo que hace, recordé la imagen de la tumba, volví a mirarla… y vi que no solo era fácil asociar el nombre de Billy the Kid con el de Wilson Young (Kid=Chico, Young=Joven), incluso en la película alguien también lo asocia y al ver que le dicen Will, lo llama William.

Luego, otras coincidencias salen a la luz: Billy fue enterrado con dos de sus grandes amigos, ¿Podrían asociarse a los tres chicos de <<TRES FORAJIDOS Y UN PISTOLERO>>? Siendo aún un adolescente, Henry McCarty (este era su nombre de pila), robó en varias ocasiones y por una de ellas fue a parar a la cárcel de donde salió para volverse, desde entonces, un forajido. En uno de sus últimos asaltos tuvo como compinches a O’Folliard y a Bowdre, entre otros, y los hombres del sheriff, Pat Garrett, matan en este hecho a su amigo, O’Folliard; pocos días después, le dan lo suyo al joven Bowdre; y Billy sería baleado por el propio Garrett, el 14 de julio de 1881, en el lugar donde se hospedaba su amigo, Pete Maxwell.

<<TRES FORAJIDOS Y UN PISTOLERO>>, toma como punto de arranque la novela, “The Bank Robber” que, Giles Tippette, publicara en 1970, pero, queriendo hacer algo muy original, los guionistas, Irving Ravetch y Harriet Frank Jr. (ampliamente conocidos por sus magníficos guiones para el director, Martin Ritt), convirtieron la trama en una historia abiertamente moral que, en definitiva apunta a demostrar que, el delito no es el camino que hombre alguno debería seguir. Los hechos lucen bien sustentados… y del tono alegre y las ilusiones que adquiere la vida cuando comienza la experiencia de la “libertad”, se va pasando a un drama donde se cosecha lo que se ha sembrado y cada vez es menos satisfactorio.

La película se sostiene con un afortunado manejo de las acciones; las relaciones entre Will, Les y Tod, los tres jóvenes aventureros que huyen de una insatisfactoria vida dentro de una granja, hace eco de una profunda y muy sincera amistad… y su relación con ese maestro del delito que es Harry Spikes, es la dulce tentación (dinero, buena comida, trajes elegantes… y portar una pistola o un rifle), a la que, en su condición, no es fácil resistirse.

Siento que, vista por los jóvenes, esta película los pone a reflexionar, pues, muy pocos discuten que la vida de un forajido no es, por ningún motivo, algo digno de envidiar. Recuerdo que, de muy chico, el tímido hermanito de un vecino que andaba en muy malos pasos, se venía acercando al grupo de amigos con los que yo jugaba. Lo acogimos sin reparo alguno, y cierto día, su hermano se acercó a conversar con nosotros. Estuvo muy afable y habló con nosotros de manera muy amena y aleccionadora, pues, en cierto momento se dispuso a hablarnos de sus estadías en la cárcel y de lo mal que se sentía con la vida que llevaba. Al terminar, tomó a su hermanito por el brazo y mirándolo a los ojos, dijo con suma firmeza: “¡Si este ‘pelao’ se vuelve como yo… lo mato!” Luego, nos miró uno a uno y añadió: “Ustedes son muchachos decentes y tienen que seguir siéndolo toda la vida… ¡de eso nadie se arrepiente!”

Título para Latinoamérica: “LOS TRES DISCÍPULOS DE LA MUERTE”