Virus: 32

Pues que queréis que os diga, pensaba que iba a ser otro truño como tantos otros, pero no, al final me he llevado una grata sorpresa.
No solemos estar acostumbrados a films de éste género por tierras latinas y debo decir que amén de que no descubre nada nuevo, se agradece que la calidad sea realmente sorprendente.
Empezando por sus primeros 15 minutos, con una sola toma de cámara recorriendo todo tipo de interiores y exteriores que rezuma brillantez y trabajo bien hecho.
Y es que lo que más destacaría es su gran montaje y dirección de cámara, con planos muy sobresalientes y cuidadosamente estudiados que hacen que se vea perfectamente cuanto cariño y esmero se han tenido que pasar para que el resultado sea diferencial a otras producciones. Alguien que entienda de cine sabrá de lo que hablo.
Otra faceta reseñable es la música, muy bien puesta en su sitio y gratamente acertada, aunque también es cierto que es muy similar a la gran "28 días después" y secuelas, no digo que sea una copia, pero casi, porque es extremadamente parecida.
Los actores correctos, es más, mucho mejor que correctos, no he visto sobreactuaciones ni faltas de tablas en ningún momento.
El punto negativo quizás sea el argumento, digamos que es súper genérico, no sale nada que no hayamos visto ya, y tampoco es que sea negativo del todo, porque si entretiene igualmente ya es condición. También me faltó algo más de "chicha", más mala baba en lo referente al apartado técnico, el maquillaje y los efectos están bien, pero eché de menos más sangre o escenas truculentas. Aún así aprueba con creces.
Vamos, que cualquiera que la vea, si no fuera por su característico acento, podría pensar que es una película de terror norteamericana de nivel medio, es más, de hecho, incluso mejor y sin tanto presupuesto por todos lados.
Iba a ponerle un 6, pero que coño, a mí me resultó buena además de interesante, así que un 7 como hay dios. Me gusta cuando se nota el trabajo y las ganas y encima sale bien.

Coproducción entre Uruguay y Argentina de zombis que está dirigida por el mismo responsable de títulos como No Dormirás (2018), y que está protagonizada por Paula Silva (En el Pozo, 2019), y Daniel Hendler (El Fondo del Mar, 2003).

Se desata un virus y una escalofriante masacre recorre las calles de Montevideo. Los enfermos se convierten en cazadores y solo calman su fiebre matando sin escrúpulos a todos los que aún no están infectados. Sin darse cuenta de esto, Iris y su hija pasan el día en el club deportivo donde Iris trabaja como guardia de seguridad. Cuando llega la noche, está por comenzar una pelea sin piedad. Su única esperanza de salvación llega cuando descubren que después de cada ataque los infectados parecen tener 32 segundos de paz antes de volver a cargar.(FilmAffinity)

Aunque la sobreexplotación del subgénero de zombis provoca que sea prácticamente imposible encontrarnos con algún producto mínimamente refrescante o novedoso, esto no impide que propuestas como la que nos ocupa resulten en un grato entretenimiento para aquel que disfrute con el subgénero pese a ser más de lo mismo. Las actuaciones resultan notables, con un claro protagonismo de una Paula Silva que lleva sobre sí gran parte del peso de la película, y el guión, aunque peca de conservador y carece de cualquier sorpresa más allá de la pequeña particularidad que han introducido con los muertos vivientes en este caso, es resultón.

Virus 32 es una película más en un subgénero superpoblado de propuestas mejores y peores, pero no por ello deja de ser una cinta disfrutable que entretiene en su asequible metraje de 90 minutos.

Nota personal 6/10

Curioso. Puede que Virus: 32 se gestase antes de la pandemia, tal como pasó con The Sadness de Rob Jabazz, pero ambas comparten varios puntos comunes: El estallido tiene lugar por la mutación de la pandemia, se desarrollan casi en tiempo real y sus zombis/infectados/loquésea tienen una fascinación por la violencia que les acerca a los infectados del comic Crossed de Garth Ennis.

Atrapadas en el laberíntico edificio de un club deportivo, Iris y su hija Tata deben enfrentarse a las hordas de infectados que han tomado el edificio. A su favor solo cuentan con un hecho: Tras un exceso de hiperactividad, los infectados se quedan paralizados durante 32 segundos, el tiempo que necesitan para “recargar pilas”.

Pero a veces 32 segundos no son suficientes.

La Casa Muda, película del 2010 que puso a Gustavo Hernández en el mapa, me resultó una película interesante aunque su forma – el famoso plano secuencia que ocupa todo el metraje – terminaba por devorar el contenido. Virus: 32 empieza como un virtuosismo técnico, en el que un plano secuencia nos presenta el tiempo/espacio, los protagonistas y el lugar donde se desarrollará la historia. Al director le gustan los planos largos, esto está claro, y uno se teme que, de nuevo, lo técnico devore a lo narrativo. Pero en defensa de Hernández, reconocer lo bien que funcionan esos planos largos, esas profundidades de campo que muestran siluetas amenazadoras, los despachos solitarios o pasillos repletos de sombras.

Al igual que la película mencionada antes, The Sadness, este Virus: 32 resulta un soplo de aire fresco a este tema de los infectados que corren como gamos, porque así como Rob Jabazz jugaba con una huida hacia delante repleta de violencia y diversión, Gustavo Hernández apuesta por la supervivencia en un espacio cerrado y laberíntico, y consigue una secuencia, la de la piscina, que debería entrar por méritos propios en la historia del cine infectado ya que no solo resulta terrorífica y novedosa, sino que visualmente es impresionante.

Un gran acierto de Virus: 32 es la fotografía de Fermín Torres quien, a pesar de su corta carrera, genera unos ambientes claustrofóbicos y decadentes que recuerdan a ese infierno en la tierra del Climax de Gaspar Noé.

Gustavo Hernández y su guionista Juma Fodde prefieren que conozcas a los personajes y te pongas en su piel antes que intentar hacértelos cercanos, por ello resulta acertado el casting de Paula Silva y Daniel Hendler, son “normales” y uno puede ponerse en su piel.

Tal vez le ocurra a esta película lo mismo que a La Casa Muda: A pesar de ser casi “en tiempo real” da la sensación de capitular, de que pasamos de un set piece a otra, pero eso no impide que agradezca que Gustavo Hernández demuestre como aún se puede hacer algo fresco con un nicho tan agotado como el de los muertos vivientes.

https://www.terrorweekend.com/2022/05/virus-32-review.html

Virus 32 (2022) es la última película de Gustavo Hernández, un director uruguayo cuya carrera se ha asentado sobre el cine de terror, y que llamó la atención con La casa muda (2010). Con su úlitima película, se nota que el director cuenta con mucha más financiación, al tener una plataforma más seria detrás, como es Shudder. Quizá eso en parte haya ido en su contra, como veremos más adelante.

La película está distribuida por Shudder, una de las plataformas más célebres de Streaming es Estados Unidos, especializada en el cine de terror. (que todavía no ha desembarcado en España). La plataforma, además de distribuir, también se ha encargado de producir películas en sus últimos años de existencia. En este caso Shudder no produce directamente, pero lo cierto es que la película cuenta con una factura muy parecida a la de otras películas de la plataforma Streaming que parecen hechas por encargo y que cuentan con una producción casi clónica.

La película nos cuenta una historia de zombies bastante corriente. En Montevideo, nuestra protagonista interpretada por Paula Silvia se dirige a su trabajo con su hija, cuando de repente empieza un contagio zombi. La película no cuestiona ni se pregunta por el origen de la pandemia, sino que va directa al grano. Quizá la única particularidad temática que nos encontramos con otras películas de zombies es el hecho de que en esta ocasión los Zombis tarden 32 segundos en atacar, lo que utilizará el guion para jugar con este elemento en su narrativa y que dará efectivamente una escena bastante conseguida.

La película desde el primer momento quiere dejar muestras de la gran factura que la acompaña. Para ello, nada más empezar nos encontramos con un plano secuencia que se realiza mediante una grúa que atraviesa edificios y nos muestra como nuestra protagonista avanza por la ciudad, en un claro gesto de mostrar el buen hacer. Sin embargo, más allá de esta correcta factura, no parece haber una clara personalidad detrás. A diferencia de otras películas de Gustavo Hernández que si demuestran esa originalidad, en Virus 32, sino fuera por el idioma en el que está rodada la película, podría colar perfectamente como una película norteamericana más del subgénero.

La película consigue intrigar al espectador en un primer momento después de haber presentado a sus singulares personajes y el exotismo propio del lugar donde transcurre la película. Sin embargo, a medida que transcurre el metraje, el filme va perdiendo interés y recorriendo todos los lugares comunes que tantas veces hemos visto en tantas y tantas películas. El problema pues, es que la película es tremendamente rutinaria. No hay nada en Virus 32 que no hayamos visto antes en otras cintas del subgénero. Incluso más allá de algún guiño directo (la BSO tiene momentos calcados a la de 28 días después).

No sirve tampoco la ubicación en la que transcurre el filme. Después de las primeras grúas, la película se traslada a un almacén (seguramente para abaratar gastos), y ahí lo que vemos es un simple laberinto de hormigón en el que además la fotografía oscura no ayuda a la comprensión de la película. El espectador se pierde ante la poca información que dispone para entrever que sucede.

Conclusión

Virus 32 es un paso más allá en la trayectoria de Gustavo Hernández. Quizá la película no sea la obra definitiva del cineasta uruguayo, pero seguramente tendrá una mayor distribución que le ayudará a despegar y pasar del ámbito uruguayo a uno de recepción internacional. Una película impass, por así decirlo.

La encargada de inaugurar el Festival de cine Fantástico de Bilbao (Fant) fue esta producción uruguaya bajo el sello de Shudder que brinda un buen espectáculo terrorífico de supervivencia ante el colapso de una ciudad por culpa de una extraña infección que desata la locura caníbal entre las personas.

Iris lleva una vida algo desordenada con alcohol y drogas. Cuando su marido en trámites de separación le deja a su hija Tata. No le queda más remedio que llevársela al trabajo como vigilante en un polideportivo algo abandonado. Con lo que no contaban es que un extraño virus se está propagando por la ciudad infectando a todo el mundo. El caos se desata y comienza una lucha por la supervivencia, ya que muchos de los infectados han logrado entrar en el recinto.

A pesar de estar bastante trillado este género de zombis-infectados, siempre hay espacio para una interesante película y se agradece que nacionalidades que son poco habituales en este género se incorporen a poner su granito de arena.

Aquí, el director y coguionista Gustavo Hernández, tomando como punto de partida "28 días después" con grupos de infectados super rápidos consigue bastante emoción y con un manejo de la cámara bastante brillante consiguiendo una hora y media de puro terror bien llevado.

Una buena ambientación, atmosfera y sensación visual para un director a seguir en sus futuros trabajos.
Destino Arrakis.com