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Voto de TerrorWeekend:
6
Terror Se desata un virus y una escalofriante masacre recorre las calles de Montevideo. Los enfermos se convierten en cazadores y solo calman su fiebre matando sin escrúpulos a todos los que aún no están infectados. Sin darse cuenta de esto, Iris y su hija pasan el día en el club deportivo donde Iris trabaja como guardia de seguridad. Cuando llega la noche, está por comenzar una pelea sin piedad. Su única esperanza de salvación llega cuando ... [+]
7 de mayo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso. Puede que Virus: 32 se gestase antes de la pandemia, tal como pasó con The Sadness de Rob Jabazz, pero ambas comparten varios puntos comunes: El estallido tiene lugar por la mutación de la pandemia, se desarrollan casi en tiempo real y sus zombis/infectados/loquésea tienen una fascinación por la violencia que les acerca a los infectados del comic Crossed de Garth Ennis.

Atrapadas en el laberíntico edificio de un club deportivo, Iris y su hija Tata deben enfrentarse a las hordas de infectados que han tomado el edificio. A su favor solo cuentan con un hecho: Tras un exceso de hiperactividad, los infectados se quedan paralizados durante 32 segundos, el tiempo que necesitan para “recargar pilas”.

Pero a veces 32 segundos no son suficientes.

La Casa Muda, película del 2010 que puso a Gustavo Hernández en el mapa, me resultó una película interesante aunque su forma – el famoso plano secuencia que ocupa todo el metraje – terminaba por devorar el contenido. Virus: 32 empieza como un virtuosismo técnico, en el que un plano secuencia nos presenta el tiempo/espacio, los protagonistas y el lugar donde se desarrollará la historia. Al director le gustan los planos largos, esto está claro, y uno se teme que, de nuevo, lo técnico devore a lo narrativo. Pero en defensa de Hernández, reconocer lo bien que funcionan esos planos largos, esas profundidades de campo que muestran siluetas amenazadoras, los despachos solitarios o pasillos repletos de sombras.

Al igual que la película mencionada antes, The Sadness, este Virus: 32 resulta un soplo de aire fresco a este tema de los infectados que corren como gamos, porque así como Rob Jabazz jugaba con una huida hacia delante repleta de violencia y diversión, Gustavo Hernández apuesta por la supervivencia en un espacio cerrado y laberíntico, y consigue una secuencia, la de la piscina, que debería entrar por méritos propios en la historia del cine infectado ya que no solo resulta terrorífica y novedosa, sino que visualmente es impresionante.

Un gran acierto de Virus: 32 es la fotografía de Fermín Torres quien, a pesar de su corta carrera, genera unos ambientes claustrofóbicos y decadentes que recuerdan a ese infierno en la tierra del Climax de Gaspar Noé.

Gustavo Hernández y su guionista Juma Fodde prefieren que conozcas a los personajes y te pongas en su piel antes que intentar hacértelos cercanos, por ello resulta acertado el casting de Paula Silva y Daniel Hendler, son “normales” y uno puede ponerse en su piel.

Tal vez le ocurra a esta película lo mismo que a La Casa Muda: A pesar de ser casi “en tiempo real” da la sensación de capitular, de que pasamos de un set piece a otra, pero eso no impide que agradezca que Gustavo Hernández demuestre como aún se puede hacer algo fresco con un nicho tan agotado como el de los muertos vivientes.

https://www.terrorweekend.com/2022/05/virus-32-review.html
TerrorWeekend
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