La invocación

Alexandra Daddario (o Alex como le gusta que se refieran a ella), es una actriz y modelo que emergió del anonimato gracias a la saga "Percy Jackson", al insulso remake de "La Matanza de Texas 3D" y la primera temporada de "True Detective". Huelga decir que, la Daddario, experimentó un meteórico ascenso en su carrera al coprotagonizar la tórrida escena de sexo con Woody Harrelson.

Desde ese momento, lo que se atisbaba como la oportunidad de su vida para afianzar el estrellato, no fue rentabilizado: empezó a concatenar fracaso tras fracaso: "San Andreas", "Enterrando a la Ex" y "Baywatch", etc, etc... Fracasos que ha sabido ocultar al estar co-protagonizadas con otros modelos de su generación como Zack Efron o el hijo de Clint Eastwood: tod@s ellos tiene el mismo denominador común: el rictus interpretativo, plano y sin talento.

Seamos sinceros: el principal reclamo de ésta actriz son sus "saggy boobs" y, honestamente, no conozco a nadie que esté dispuesto a tragarse un bodrio como éste: "We Summon the Darkness", si no fuera con la esperanza de poder amortizar los 83 min. que dura el filme, sin ver al menos algo de sexo. Lamentablemente, nuestra entrañable Alex no enseña nada que ayude a sobrellevar una historia sórdida y aburrida: un grupo de chicas "rebeldes" conoce a un grupo de pánfilos durante un concierto de rock. Éstos son invitados por el trío calavera a una casa y ahí se desata el drama, sí, el drama porque nuestra entrañable Alex intenta liderar el ritmo de la cinta con aspavientos y artríticas gesticulaciones: ni su mirada ni sus curvas consiguen transmitir terror o tensión. La sobreacutación y la falta de rigor interpretativo son tan flagrantes que parece que estemos ante un corto amateur.

En resumen: ni rock, ni terror, ni desnudos gratuitos, ni gore ni tensión. La cinta es sólo un nuevo y fallido vehículo de lucimiento más de una actriz que no consigue destacar en nada y que el tiempo de descuento para que Woody Allen la llame, ya pasó hace mucho. Además, para los amantes del terror: duele ver que el género de bastante asco y pena por la falta de cintas de calidad que justifiquen darle un click al banner de turno para ver un bodrio como éste.

No perdáis el tiempo.

Mi crítica es sencilla.., si te gusta el rock, metal, heavy..., te gustan y/o te divierten películas con algo de sangre y algún desmembramiento y todo en tono desenfadado, pues te gustará o al menos no te parecerá demasiado floja.
Sobre la ambientación, normal, lo que estamos tan acostumbrados últimamente, los 80, alrededor esta vez de conciertos de heavy metal, incluyendo referencias (Mustaine, Dio, Randy Rhoads...).
No voy a decir que es una crítica feroz ni mordaz al poder eclesiástico, beatitudes varias y el, lamentablemente, rentable negocio de la fe y la religión, pero ahí está, desmitificando que los melenudos con camiseta negra cagan napalm y hacen rituales con los gatos del vecindario, pero sí hay quienes los hacen (y quienes creen que tiene algún significado real).
No me alargo.., entretenida, rockera, algunos momentos divertidos pero sin abusar hasta la payasada, buen ritmo sin aburrimiento, una siempre guapa Daddario, unas cejas como las de Groucho y un resultado más que aceptable para los que pasamos un buen rato con este tipo de productos.

Wolf.

*Heavy Metal

La cinta comienza con un grupo de adolescentes camino de un concierto de rock, mientras son bombardeadas con noticias sobre los asesinatos de un grupo satánico relacionado con esa disciplina artística. Por lo tanto, el heavy metal que promete La invocación (We Summon the Darkness) queda relegado a una excusa para agrupar a los personajes y comenzar la película. Los primeros veinte minutos están plagados de referencias sobre cantantes y grupos, introducidas en conversaciones efímeras sin ningún tipo de funcionalidad para la trama. Esta vertiente del rock se convierte en el pretexto perfecto para hacer creer al espectador que todo el mal está provocado por este estilo de vida, algo que cambiará de forma súbita para advertirnos del peligro de la religión cristiana.

Un mensaje simple pero efectivo, siempre se ha cuestionado la bondad de la iglesia católica. En este caso, el mensaje sirve de contexto para justificar acciones de manera sencilla. Los actos se limitan a la elección del blanco o negro, privando de la profundidad que aportaría una paleta de grises a un guion de mínimo desarrollo. Todo está justificado de la forma más simple, evitando que el espectador realice esfuerzos mentales más allá de entender un chiste o reírse de situaciones surrealistas. El entretenimiento sencillo y dispar es el verdadero objetivo de Marc Meyers. Por este motivo, atracciones tan importantes como el heavy metal quedan relegadas a un plano casi inexistente, para dar prioridad a las cualidades de un slasher común.

*El entorno

La invocación (We Summon the Darkness) demuestra tener añoranza por los años ochenta. En esta época, el subgénero slasher penetraba con fuerza dentro del sector. La superficialidad de los personajes y su poco tratamiento invita a compararlos con los jóvenes imprudentes que ocupaban Lago Cristal (Crystal lake) en Viernes 13. Sin duda, el parecido de sus individuos es tan similar como su entorno.

Una vez agrupados los personajes, la película continua en una mansión aislada de todo contacto. Su ubicación y dimensiones nos afirman que algo peliagudo sucederá entre sus puertas. Es en este lugar donde concluye el planteamiento expuesto la primera media hora. A partir de aquí, la historia se sumerge en la rueda de la locura con situaciones totalmente incomprensibles pero entretenidas. A diferencia de los slasher, “los monstruos” de esta película evitan que la sensación de peligro se sienta en nuestros huesos. La incompetencia del enemigo provoca que este producto se sitúe más cerca de la comedia que del horror.

Quizás el verdadero problema de la película sea promocionarse como un producto diferente. La invocación (We Summon the Darkness) es una película de terror tapada completamente por un velo cómico, algo que el espectador desconoce antes de sumergirse en su contenido. De manera muy obvia, la comedia se puede ver reflejada en la gestualidad estridente de Alexandra Daddario y en el running gag del personaje de Maddie Hasson pidiendo ir al baño.

*Conclusión

Si somos conscientes de como Marc Meyers construye la película, se convierte en una pieza completamente disfrutable para un público que busca evadirse y pensar lo menos posible. Es muy placentero lidiar con la incompetencia de los personajes y entrar en el juego de lo absurdo. Desde esta perspectiva, aun siendo volátil, La invocación (We Summon the Darkness) demuestra tener cierto encanto en un conglomerado de películas comerciales muy similares a su estilo.

Escrito por Ismael Arias

Película que combina los géneros de terror satánico, con sangre y toques de comedia negra, que está dirigido por el responsable de My Friend Dahmer (2017), y protagonizado por Alexandra Daddario (La Matanza de Texas 3D, 2013), y Johnny Knoxville (Jackass, la Película, 2002).

Año 1988. Los habitantes de los Estados Unidos están aterrorizados por una serie de asesinatos satánicos que se han cometido a lo largo del país, y cuyos responsables parecen ser asistentes a conciertos de heavy metal. Tres chicas en su veintena, Alexis, Val y Beverly, conocen a otros tres chicos, Mark, Kovacs e Ivan, durante un concierto y deciden acudir juntos a la casa de veraneo de Alexis. Allí, los chicos descubrirán que, lejos de ser las amantes del rock que habían dicho ser, al grupo de chicas le apasiona algo mucho más sórdido y terrorífico que la música.

La película tiene un tono desenfadado que inunda la trama desde su primer momento, conteniendo ciertos momentos de comedia negra bastante frescos a causa de unos personajes protagónicos disparatados y estrambóticos en algunos momentos. La trama es simple a priori, y contiene, por desgracia, giros que se pueden predecir desde poco después de empezar, aunque esto no quite que la historia sea dinámica y entretenida a la par que simple. Las actuaciones cumplen sin destacar, con algunas escenas forzadas que provocan que se desvele antes de tiempo el rumbo que tomará la trama, y, por otro lado, algunos momentos gamberros que resultan de lo mejor de la película.

La Invocación, es una decente propuesta festivalera que pasa volando aunque en ningún momento consigue ofrecer nada nuevo ni excepcionalmente bueno como para que la película pase de ser un rato divertido.

Nota personal 6/10

Puede que a los críticos y a los espectadores les haya gustado esta película, por lo que me veo obligado a comenzar esta crítica diciendo que a mí, "We summon the darkness" me parece mala. No mediocre, no: he dicho mala. Todo en esta película ya lo hemos visto antes en cientos de películas, los actores no están especialmente inspirados (¿a quién se le ocurre meter a Johnny Knoxville aquí?). La realización es plana, limitándose a rodar lo que hay en un guion hecho de trozos de otros guiones.

Si hacemos balance, a excepción de una primera media hora más o menos funcional, el resto es un auténtico desastre sin el menor interés.

Si vas a rodar una película de terror sobre una especie de "home invasion" donde unos persigue a otros en una casa, entonces o te lo curras un poco o lo que vas a ofrecer es difícil que no lo hayamos visto antes.

Quizás lo que más me ha molestado y lo que me mueve a catalogarla como una mala película es que el comienzo del relato me ha interesado y el giro que sucede en la historia, a pesar de no ser demasiado original, funciona bien, pero a partir de ese momento (pasado un tercio de la película) todo se convierte en un despropósito hasta su penoso desenlace.

Esto es terror de serie B que no da miedo ni interesa.

He dicho.