La invocación

No comenzó mal, pero el despropósito se apoderó de ella a medida que los minutos avanzaban. Sobreactuada, parecía haber sido inspirada en otras mil cintas de terror serie B, cuyas escenas hemos visto multitud de veces.

Supongo que la programación de las plataformas streaming ha de rellenarse con todo tipo de productos, y no siempre la calidad puede estar presente.

No la recomiendo. El final te indigna porque albergabas la esperanza de tropezar con algo que compensase mínimamente la pérdida de tiempo.

Si eres de los que se asustan con las pelis de miedo, y de los que aprieta la espalda contra el sofá con los slashers, quizás esta sea tu película. Una historia sangrienta, sí, pero light. Con chicas jóvenes y atractivas, y ritos satánicos. Eso sí, no esperes nada paranormal: ni entes, ni demonios, ni fantasmas. Quizás eso sea lo mejor de toda la película, que no necesitan recurrir a personajes ficticios para montar una trama decente.

Realmente no está tan mal. Casi podría darle el aprobado. Pero han pasado tantas películas por mis ojos, que tampoco le veo nada relevante como para subirle un poco la nota.

Sería muy osado por mi parte, decir que "La Invocación" es una buena película, porque no lo es. Dicho esto, de lo que sí estoy convencido, es que la película cuenta con elementos que sí pueden hacerla atractiva.

Le sienta muy bien la traslación temporal a la década de los ochenta. Máxime si la ambientamos en el universo rocker, más concretamente en el Heavy Metal de aquellos tiempos. Tuve el privilegio de vivir aquella época y fue apasionante. Escuchar hablar a los protagonistas de Dio, Metallica, etcétera, me ha hecho sentir muy vivo. Personalmente, jamás me he bajado del barco del Rock y, sigo escuchando Metal, de la misma forma que lo hacía entonces.

Un encuentro casual (quizás, no tan casual) en un concierto de Heavy Metal, será el detonante de una historia realmente siniestra y cruenta.

La película estructurada en forma thriller, adopta poco a poco, registros de terror sarcástico, aunque jamás se muestra a modo de comedia.

No es una buena película en concepto general, pero puede que su visionado haga que pases un buen rato. Recuperando imágenes, no sin cierta nostalgia, de aquellos tiempos maravillosos del Rock de los ochenta.

Puede verse como una película de serie B que alquilábamos en los videoclubs en los años 80, utiliza el genero satánico para contarnos una historia de asesinatos rituales, el guion de Alan Trezza (Enterrando a la Ex) es bastante sencillo y no asombra en absoluto, pero no deja de cumplir como un entretenimiento simplón, al que no pedimos demasiado.

Tres chicas jóvenes emprenden un viaje por carretera a un espectáculo de heavy metal. Durante el concierto conocerán a tres chicos con los que regresaran a la casa de una de ellas para continuar la fiesta. En la radio se escucha continuamente que en la zona están ocurriendo muchos asesinatos rituales. Al llegar todo comienza a ponerse bastante turbio...

Algunos giros típicos de este género que se ven venir a la legua, pero que logran alguna sonrisa por parte del espectador, la religión y la intolerancia son tratados de una forma cómica y divertida sin esforzarse demasiado en ser incisivo.

En el centro de esta historia está Alexis (Alexandra Daddario) y sus dos mejores amigas, Val (Maddie Hasson) y Bev (Amy Forsyth), vestidas con trajes de cuero provocativas pero un tanto ingenuas. Por parte de los chavales están Mark (Keean Johnson), Kovacs (Logan Miller) e Ivan (Austin Swift) que no saben lo que les espera.  Hay una aparición especial de Johnny Knoxville como un pastor de una iglesia.

La sorpresa la conoceremos en el minuto 30, algo que hará que decaiga un poco el interés en la última parte. Pero mantiene una narrativa bastante loca consiguiendo no aburrir.
Destino Arrakis.com

El terror recreativo está en auge, entendamos este concepto como el cine de género directo a divertir sin dar demasiadas vueltas a la historia y sin buscar profundizar en reflexiones en verso a lo que estamos viendo. We Summon the Darkness es justamente esto, un film que no pretende inventar nada, y no lo hace, pero que cumple con creces con su objetivo, entretiene y lo hace muy bien.

Corren los ochenta y el satanismo está de moda entre los jóvenes, a su vez, se están protagonizando rituales satánicos en los que están matando a gente. La investigación apunta a que la oleada de asesinatos parece estar relacionada con la gira de un grupo satánico. Un trío de chicas conocerá a un trío de chicos en uno de estos conciertos, juntos acudirán a la casa de una de estas chicas donde lo más inesperado está por ocurrir.

La película arranca con una introducción a modo de presentación de personajes de manera suficientemente dinámica donde media hora después y tras algunos diálogos divertidos entre medio ya estamos metidos en plena acción, así es, en apenas treinta minutos ya vamos cuesta abajo con los sesenta mejores minutos del film. Un salto en la historia muy marcado, en forma de giro de la trama, sorpresivo especialmente por la transferencia de lo realista o creíble a lo absurdo o más peliculero con gran beneficio para la trama.

El éxito de este cambio de rumbo y del resultado positivo global de la película es gracias a tres factores muy diferenciales, por un lado la dirección vivaz de Marc Meyers (responsable de la adaptación del cómic My friend Dahmer), por otro lado el dinámico montaje de Jamie Kirkpatrick y Joe Murphy que hacen de las secuencias de acción puro entretenimiento y finalmente del acierto en el cast que paso a detallar a continuación.

Nadie ha roto la caja de los modelos para componer el elenco y esto se nota, un perfil de actores altamente fidedigno que se ajusta perfectamente a la línea de la historia es un punto a favor. El trío principal de actrices resulta una mina de oro para el desarrollo de la película, pues sin dejar de lado a Amy Forsyth, tanto Alexandra Daddario como Maddie Hasson aciertan en sus roles, donde parece que se debieron divertir bastante en el rodaje y eso se nota en los resultados. Para que en una historia tan surrealista como esta, llena de momentos bipolares, todo lo que ocurra sea válido, hay que creerse muy bien a los actores así como a las situaciones que dan vida éstos, y en este caso es un dicho y hecho. Magnífica por lo tanto la dirección de actores por la parte que le toca, pues además del cartel principal, la manera en que los secundarios más presentes como Keean Johnson y Logan Miller o los más casuales como Austin Swift, Johnny Knoxville o Allison McAtee brillan cuando toman el protagonismo principal, relevando a las caras más visibles es simplemente de aplauso.

Por otro lado, el tratamiento del terror en medio de una actitud por parte de las protagonistas, como si de un club social se tratase, resulta bastante mofo y es algo con lo que divertirse.

Como anécdota y teniendo en cuenta que por supuesto no es el objetivo de la película, resulta igualmente curioso los diferentes puntos de vista que se muestran del satanismo o de la manera en que se puede entender éste según sea el observador.

Como podréis comprobar por vosotros mismos en caso de que confiéis en mi criterio, en We Summon the Darkness encontraréis 91 minutos de puro entretenimiento con una buena dirección técnica y artística además de un guion sin pretensiones pero con los detalles bien contrastados que va cada vez a más. Es una película para divertirse y aplaudir.

https://www.terrorweekend.com/2020/04/we-summon-darkness-review.html