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Las cruzadas

Aventuras. Drama Ricardo Corazón de León marcha a las Cruzadas para eludir su boda con la princesa Alicia de Francia, y por el camino contrae matrimonio con Berengaria para proporcionar comida a sus hombres. Todo se complica cuando Berengaria es raptada por Saladino. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
25 de diciembre de 2010
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi crítica será breve: ¡esta película merece la pena!, espectacular, elegante y con todo el glamour de los años 30, hoy perdido sin remedio.

Cecil es un maestro poco valorado, debería estar junto a John Ford en el Olimpo fílmico.

Recomendable para todo el mundo, pero sobre todo para un personajillo llamado Ridley Scott, a ver si aprende algo.
elespia
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4 de mayo de 2010
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular film sonoro de Cecil B. DeMille (1881-1959). El guión, de Harold Lamb, Waldemar Young y Dudley Nichols (acreditados) y de Jeanie MacPherson, Howard Higgins y Charles Brackett (no acreditados), adapta libremente la novela histórica “The Crusades” (1931), de Harold A. Lamb (1892-1962). Se rueda entre febrero y abril de 1935 en platós de interior y en decorados exteriores de Paramount Studios (Hollywood). Es nominado a un Oscar (fotografía). Producido por Cecil B. DeMille para Paramount, se proyecta por primera vez en público, en doble sesión de preestreno, el 21-VIII-1935 (Londres y NYC).

La acción dramática tiene lugar en Jerusalén, Reims, Londres, Marsella y San Juan de Acre (hoy, Haifa). El sultán de Egipto y Siria, Saladino (Keith) toma al asalto la ciudad de Jerusalén en 1187. El ermitaño Pedro (Smith) deja Jerusalén para movilizar a los reyes cristianos de Europa en una nueva cruzada (la tercera) destinada a recuperar la soberanía sobre Tierra Santa. El primero en responder es Ricardo I de Inglaterra (Wilcoxson). Le siguen Felipe II de Francia (Gordon) y Federico Barbarroja del Sacro Imperio Germánico (Bosworth). Les acompañan Hugo de Borgoña (Farnum), Sverre de Escandinavia (Borg), el duque Leopoldo V de Austria (Conti), Guillermo de Sicilia (Malatesta), Nicolás de Hungría (Twardowski) y Conrado de Montferrat (Schildkraut). Los líderes son Ricardo, recién casado con Berenguela (Young), hija de Sancho de Navarra (Barbier), y Saladino. Ricardo y Felipe, que embarcan en Marsella, llegan a Acre por mar, mientras Federico y otros llegan por tierra. Ricardo, de 33 años, es fuerte, rudo, basto y aguerrido. Saladino, de 52 años, es refinado, elocuente, elegante y culto. Berenguela, de unos 20 años, es hermosa, atractiva y de carácter fuerte.

El film suma aventuras, épica, historia, romance, guerra y cine de época (s. XII). Con numerosas licencias y abundantes inexactitudes, enmarca la acción en antecedentes y en el desarrollo de la tercera Cruzada (1190-1192). Introduce en el relato una historia de amor, que aporta elementos intimistas y románticos destinados a aliviar las escenas de guerra y ampliar el interés popular del film. Algunas inexactitudes se deben a errores (la incorporación a la expedición del príncipe Misha de Rusia) y otras responden a conveniencias del relato. No se entiende que a Federico de Alemania (Sacro Imperio Romano Germánico) se le dedique una atención marginal, cuando en realidad ocupa uno de los tres puestos dirigentes de la operación, al mismo nivel que Inglaterra y Francia. Rusia no participa en la ofensiva porque ésta no reúne a todos los reinos cristianos, sino sólo a los cristianos romanos (que aceptan la autoridad del Papa). Por esta razón quedan fuera de la acción los reinos cristianos ortodoxos (Rusia, Grecia, Turquía...). Portugal, Castilla y Aragón no son convocados por estar ocupados en la Reconquista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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22 de mayo de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cecil B. de Mille tenía un ojo clínico para los negocios. Muchas de sus películas de hecho, nos muestran la concepción que tenía de Mille de cómo mezclar los negocios con el arte. De tanto en tanto, de Mille destapaba su vena épica y nos presentaba películas vendidas como grandes superproducciones, donde la Historia, la revisión mítica y el sentido comercial en su vertiente plástica se mezclaban. El ejemplo más sonado de esta fórmula típica de Cecil B. de Mille fue la exitosa The Ten Commandments (Los Diez Mandamientos, 1956), aunque también se pueden destacar otras películas, entre ellas, The Crusades (Las Cruzadas, 1935).

Las Cruzadas es una mezcla entre Historia real (Poca) y fantasía religiosa (Mucha). Producida por la productora Paramount, el filme emplea de hecho, los mismos decorados que el filme The Lives of a Bengal Lancer (Tres Lanceros Bengalíes, 1935), evidentemente también producido por la Paramount[1]. La película se ubica en el marco histórico de la Tercera cruzada (1189-1192), seguramente la más famosa de todas las cruzadas. Nuestro protagonista es Ricardo, el rey de Inglaterra, conocido con el sobrenombre de Corazón de León, quien interpreta el actor más que convincente Henry Wilcoxon. No es extraño que sea este el personaje principal del filme, y no el Rey de Francia Felipe Augusto, o Federico Barbaroja (quien por otra parte tiene un tratamiento muy menor en el filme). La Leyenda de Ricardo Corazón de León siempre ha estado dos o tres pasos por delante de la realidad histórica, y se obvia el hecho de que fue un sanguinario y furioso (en el peor sentido del término), seguramente por ser el estandarte de la cristiandad más firme, en contraposición de Saladino. Además, al ser el Rey de Inglaterra, el personaje tiene un tirón más que lógico en el público de Estados Unidos.

La película se centra en dos ejes concretos. Por una parte, la relación amorosa que existe (o existirá a medida que avance el film) entre Ricardo y la esposa con la que efectivamente se casó, Berenguela de Navarra, que interpreta la actriz Loretta Youg. El filme nos muestra como en un primer momento Ricardo sólo acepta el matrimonio con Berenguela por puro interés económico, pero el filme se centrará en la evolución del personaje (en general y en particular con su esposa) que cada vez más le irá cogiendo cariño a la dama, a pesar de las dificultades que les coloca el destino (o más correctamente, el guión) y que son las pruebas que en definitiva dan tensión a la película. Hay que destacar que el guión de Las Cruzadas pretende desarrollar la evolución del personaje de Ricardo Corazón de León, enalteciendo hasta convertirlo en el príncipe ideal de los cristianos. Empezamos en Inglaterra, donde el rey campea a sus anchas, distrayéndose en torneos donde exhibe su violencia y riéndose de sus criados. Cuando es llamado a las cruzadas ve la oportunidad perfecta para embarcarse en una aventura que le puede reportar mucho éxito, pero en realidad el no está confiado de la cruz, y prácticamente la película nos lo muestra como un descreído. Pero gracias al amor de su amada, nuestro personaje se irá convirtiendo en un Personaje de principios, que incluso finalmente acabará abrazando la causa del cristianismo. Por su parte, el personaje de Loretta Young sería bastante interesante, sino fuera por el tono ultra cursi con el que afronta la actriz el papel, convirtiéndola en una pesadilla cada vez que la vemos irritarse exageradamente.

La película, como es habitual en las producciones de Cecil B.De Mille, busca el consentimiento ideológico del espectador norteamericano medio. Se puede decir claramente, que Las Cruzadas es una película que busca reflejarse en ese mismo espectador. Los ideales del cristianismo, el romance y la lucha épica, se mezclan buscando el consentimiento y la evasión de un público que pretende maravillarse en una historia que le es cercana y lejana al mismo tiempo.

Como en muchas otras producciones del cineasta, se trata de hacer lo máximo posible con lo mínimo. Sin embargo, también es cierto que en ciertos momentos se le ve el plumero a la producción. Para empezar, sólo nos encontramos con una secuencia de batalla (hay que ver cómo cambian los gustos, ahora sería prácticamente imposible que una película que quiere arrasar en taquilla ofreciendo un espectáculo épico sólo incluyera una única secuencia de batalla) y además es ciertamente risible. El asalto al castillo es en realidad el asalto a una simple muralla, y además con un despliegue de medios bastante paupérrimo.

En definitiva, Las Cruzadas es una película entretenidísima, pero tan vacía como lo podría ser un Blockbuster convencional de hoy en día.

[1] ALBERICH, Enric, Películas clave del cine Histórico, Ed. Ma Non troppo, Madrid 2009, p. 51

https://neokunst.wordpress.com/2015/05/21/las-cruzadas-1935/
Kyrios
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24 de febrero de 2021
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película "semi" histórica, donde el bueno de Cecil B. de Mille de toma a la torera los hechos verdaderos que acontecieron durante los años de las Cruzadas, para narrar una historia épica llena de emoción, acción, humor y religión.
De Mille dirige con mano firme un film espectacular pero también íntimo, con un perfecto ritmo y gracias a su dúctil y dinámica dirección logra un entretenimiento que hace que, a pesar de durar algo más de dos horas, ni te enteres.
Es muy entretenida y vistosa, con un empaque técnico muy estimable, como por ejemplo su excelente fotografía, que fue nominada al Óscar.
Está llena de soberbios intérpretes, con una bellísima Loretta Young y gente como el gran Alan Hale, Henry Wilcoxon, C. Aubrey Smith...
Un film muy agradable de ver, muy ameno durante todo el metraje, que deja un inmejorable sabor de boca.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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22 de octubre de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queda clara en la presentación del personaje principal que "Las cruzadas" tira recto cuando hace falta por el bien del espectáculo. Sólo un rey tan campechano, capaz de sortear sus obligaciones en Inglaterra con tanta simpatía, era el que tenía que dirigir la combinación de ejércitos cristianos que se van a territorio infiel (para ellos) a recuperar lo que consideran es suyo. Las licencias históricas son tantas que no queda otra que elogiar la mayoría de decisiones que se tomaron por el bien del largometraje.

Puede que la boda sin novio suponga un uso del humor no del todo acertado, lo mismo que las apariciones del trovador o el mismo Sancho de Navarra, pero una y otra vez la película recurre a esa toma de decisiones que la acaban perfilando como lo que es, puro espectáculo cinéfilo alejado de cualquier tipo de concesión histórica realista. Así pues, el que esté dispuesto a pasar por alto todo tendrá opciones de disfrutarla, mientras que quien busque certezas quedará decepcionado.

Sin embargo, tal y como yo lo veo, puede que no tenga la altura que precisa para ser considerada como cine épico con todas las letras. Personalmente del asalto a Acre esperaba mucho más. No puede afirmarse que sea una película de grandes batallas y espectaculares movimientos de extras. Ese asalto a la ciudad amurallada queda en poca cosa, y es que a DeMille le pareció mucho mejor centrarse en cuestiones religiosas (cristianas más bien) y enseñarnos a un Ricardo que finalmente ve esa luz que no veía al principio. Y amor, amor verdadero, que también vende.

No quiero desmerecerla, porque pese a ser más de dos horas lo he pasado genial, con un Henry Wilcoxon maravilloso y unas apariciones de Saladino sencillamente estelares.
Luisito
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