La leyenda de la ciudad sin nombre

Atrevido, peculiar, extraño, ingenioso, pasajero, desenfadado, gracioso y entrañable musical en formato de western en el que dos desconocidos, comienzan a compartir tiempo y pasiones por la búsqueda del oro en un terreno en el que no parecía haber nada de lo que sacar provecho.
La leyenda de la ciudad sin nombre, es una apuesta fuerte y arriesgada por parte de unos colosales, Lee Marvin y Clint Eastwood, dejando a un lado apariencias y apostando por un formato complicado, como el musical.
Se hacen grandes y con su carisma, consiguen llamar la atención del espectador a lo largo de una larga travesía, en la que hay espacio para retos, conflictos, humor, amor, diversión, amistad, amor y camaradería de tres grandes socios.
No esperaba mucho de La leyenda de la ciudad sin nombre, pero tengo que decir que lo pasé bien y que me dejó buenas sensaciones.

Dirigida por Joshua Logan en 1969 "La leyenda de la ciudad sin nombre" sigue la estela de la multitud de musicales que proliferaron en la década de los 60, en este caso ambientado en plena fiebre del oro. Los dos protagonistas de la película son un Clint Eastwood muy alejado del pistolero de la trilogía del dolar, aquí le salvan la vida y se convierte en el galán que se lleva a la chica y Lee Marvin, que lejos también del papel de duro, encarna a un buscador de oro borracho, los dos sostienen este musical que parodia la fiebre del oro mostrando el desarrollo de una civilización de manera exagerada, desmitificando el western y convirtiéndose en una ácida crítica sobre la sociedad materialista. A parte de los numerosos y divertidos gags y alguna que otra controversia (el triángulo amoroso entre los protagonistas provocaría debate incluso en la actualidad), "La leyenda de la ciudad sin nombre" es recordada sobretodo por sus múltiples canciones, algunas interpretadas dignamente por Clint Eastwood y Lee Marvin, de hecho, la canción "Wandering ´star" cantada por Marvin fue un gran éxito en Europa contra todo pronóstico.
El único pero de esta vistosa y espectacular película quizás sea su excesiva duración y un guión a ratos disperso, pero merece ser vista, por ver a dos grandes actores muy lejos de sus papeles habituales, y sobretodo, por ser un western diferente.

Es lo que tiene tratar de juntar en una cinta géneros tan dispares como los arriba citados que, efectivamente, se pueden combinar dando un resultado que satisfaga a los partidarios de los dos primeros sumandos, pero difícilmente podrán lograrlo con los del tercero. No se puede contentar a todos y no pasa nada por eso.
Quien esto escribe es de los últimos y no puede evitar el bostezo ante el abuso de números musicales que, en su opinión, alargan pesadamente la película. Aunque reconocemos que alguna de las canciones está muy bien. Solo alguna.
Como a lo largo de las reseñas que nos preceden harto se ha hablado de las cuestiones técnicas y argumentales y no tenemos nada nuevo que decir, tal como hacemos en otras ocasiones nos centraremos en la zona spoilers en unos pocos aspectos sanitarios que de refilón se tocan.
En resumen, entendemos que es una obra que gustará mucho a los aficionados a las comedias musicales, pero mucho menos a los del western. De todas formas hay piezas musicales muy bellas, como ya hemos dicho, y algunas frases felices como esta que se pronuncia en la despedida entre los dos amigos: "Tú eres el único socio que he tenido. -Eso me convierte en el mejor". Pues eso.

Como dice Luisito, esta película es un poema a la libertad.

Supongo que es una pelicula fruto de su época, 1969. Cuando, dicen, más libertad de expresión hubo en EE.UU.

Es una de mis películas favoritas no sólo porque sea entretenida, con unos golpes cómicos buenísimos o que Lee Marvin esté genial (como casi siempre). También suma que las canciones sean excelentes y no detengan la narración (pocos musicales me gustan y por comparar con otro western musical, 7 Novias para 7 Hermanos me aburre hasta no haber podido nunca terminar de verla).

Pues eso, que además de lo dicho, es de mis favoritas porque es un poema a la libertad.

Da fe de una época en la lo políticamente correcto no nos aplastaba, y se podía defender, como hace la película, ideas feministas, ecologistas, anarquistas. Porque la pelicula transmite ese espiritu idealista de su época en la que el mantra pretendía ser "vive y deja vivir".

Una época en la que se podía hacer y estrenar una película "mainstream" dónde la protagonista tiene dos maridos (¿hay una propuesta más feminista?), el protagonista es un ateo irredento, las putas son bienvenidas y, en fin, una comunidad vive feliz sin orden político o religioso establecido,...

Lo acertado de la propuesta de la película es que encaja como un guante con la idea de libertad que el "salvaje oeste" prometía.

Por eso me parece un acierto genial lo que a otros espectadores les parecen defectos: que los cantantes no sean profesionales o que las coreografías no sean sofisticadas: estamos en el oeste libre y aquí cada cual hace lo que le viene en gana (y puede).

Hace años me habló el sargento Matellanes de esta película y me dijo textualmente: " que no has visto La leyenda de la ciudad sin nombre, ¡que suerte tienes!.
El otro día me decidí a ver este western musical, una rareza del cine que resulta ser una comedia fantástica, es sin duda una obra de culto a la altura de los Monty Python. Es un poco larga pero la historia es genial, la música es pura comedia y tiene golpes buenísimos. Me reí yo solo, como un tonto, cuando los chinos empezaron a cantar el himno de Francia.

Lee Marvin es el protagonista absoluto de esta historia, con un secundario de lujo cuya actuación es mas plana y mas pobre, el mismísimo Clint Eastwood. Marvin interpreta un papel genial de un hombre tan anárquico como noble. Cuatro años antes le dieron un Oscar por otra comedia del Oeste y cuando salió a recoger la estatuilla dijo que el Oscar en realidad era para el caballo.
Jean Seberg esta fabulosa, fue una actriz muy bella y el carácter que imprime a su personaje es fundamental en esta historia. Una mujer con dos maridos. Es sorprendente que a finales de los sesenta el cine y la sociedad fuera mas moderna que la actual.

Una gran película, absurda y critica a la vez.