A sangre fría

La novela homónima de Truman Capote de la que se adapta la película es de 1965, una de las más influyentes novelas inspiradas en un caso real, el asesinato de una familia del pueblo de Holcomb en Kansas, cometido por dos ex-convictos el 15 de noviembre de 1959. No he leído la novela, pero despierta mucha curiosidad, tanto por la críticas favorables que la avalan, como los hechos que acontecen a su desarrollo. Lo cual llevó a la realización de la película Capote en el 2005, Truman Capote fue interpretado por Philip Seymour Hoffman quien recibió el Oscar al mejor actor; la película se centra en el periodo de la vida del escritor en el que estuvo inmerso en la investigación sobre los hechos para la escritura de su novela A sangre fría.

Hechos que a parte de obsesionar, llegaron a resultar perjudiciales al mismo Capote. En compañía de Harper Lee, la autora de Matar a un Ruiseñor, pasó de entrevistar a la policía hasta los conocidos de la familia Clutter, una vez se descubrieron los nombres de los sospechosos avanzaba la investigación, cuando fueron detenidos y condenados Capote tuvo que ganarse su confianza para poder entrevistarlos, así como la de todos los testigos y habitantes del pueblo de Holcomb. La actitud estrafalaria de Capote, así como su comportamiento extrovertido dificultó todo el proceso, hasta el punto de llegar a confrontarlo con problemas de alcoholismo y drogadicción. El resultado final es el de una novela que parece impactar a quien la lea por muchos motivos y por lo que parece, la adaptación cinematográfica consigue trasladar esos temas de un modo audaz y pragmático.

Sin leer la novela y con tan solo ver la película, el efecto de conocer a las víctimas tanto como a sus verdugos, consigue llevarte a la reflexión sobre la pena de muerte, te hace valorar el distinto punto de vista de quien de algún modo u otro estuvo relacionado con el caso. También se conocerá con todo detalle qué ocurrió la noche del 14 de noviembre de 1959 en Holcomb, Kansas. De ese modo te puedes posicionar sobre muchos factores emocionales que se desarrollan a lo largo de la película, así como valorar hasta que punto hay diferencias en el modo de actuar de algunas personas respecto a los de la justicia. Lo mejor es que quienes han leído la novela antes de ver la película quedan con gran satisfacción y admiración por el resultado. La película está llena de detalles muy cuidados, se trabaja con delicadeza los sentimientos internos de los dos protagonistas, al igual que la investigación policial hasta llegar a la condena. Es mejor no desvelar detalles e ir descubriendo todo lo que concierne a la historia. La película se estrenó hace casi 45 años y sigue siendo de actualidad, su tratamiento cinematográfico es digno de ser contemplado por todos esos detalles que construyen una adaptación que consigue dejarte la sangre fría.

Richard Brooks filma con frialdad una adaptación de la novela A Sangre Fría de Truman Capote, la cual se basa en unos desoladores asesinatos acaecidos en EEUU.

El film se centra en la relación psicológica entre ambos asesinos desde que planifican el golpe, hasta que lo cometen y emprenden la huída. La filmación del crimen en sí mismo es puro cine y Brooks lo presenta con una maestría encomiable.

La película tiene ritmo y, en ese sentido, es muy de los sesenta: su estética también la delata. En algunas cosas recuerda a Sed de Mal.

Puede que la parte final se haga un poco cuesta arriba, en el sentido de que ya todo es predecible y se alarga un poco todo sin que el film gane en intensidad o en interés.

He leído el libro en español y he de indicar que la adaptación al cine, en este caso, no desmerece para nada la narración de Capote.

Vista en uno de aquellos entrañables cine-fórums de la dura y evocadora época de hacia finales del franquismo, me supuso una imperecedera impresión, con una extraña mezcla de sentimientos positivos y negativos. Positivos porque la película es un compendio de buen cine, entretenido y profundo a la vez, que hace reflexionar al espectador, sometiéndole a un sinfín de preguntas acerca del alma del ser humano, a veces maravilloso, otras un monstruo para el prójimo.
Impresionante filme, basado en hechos reales magníficamente relatados por el gran Truman Capote, dotado de una descomunal fuerza, sin duda debida al buen hacer de Richard Brooks, uno de mis directores preferidos precisamente por eso, por la fuerza e intensidad que imprime a sus películas.
Excelentes interpretaciones (soberbios los dos protagonistas), soberbia fotografía en blanco y negro...
Una joya, aunque muy dura en verdad (sus minutos finales son estremecedores).
Brooks ganó el premio al mejor director en el año 1967, concedido por la National Board of Review.
Como curiosidad, parece que este filme o el personaje que encarna, tuvo gran influencia en la vida privada de uno de los co-protagonistas: Robert Blake.
Muchos años después de protagonizar este excelente filme, fue arrestado por ser el supuesto asesino de su esposa. Según comentó él, le dejó a su esposa dentro del coche y fue a un supermercado a realizar la compra. Al volver al coche se encontró a su mujer asesinada. Parece que no coló su confesión y fue encarcelado.
Sin embargo, tiempo después salió de la cárcel.
No sé cómo está el tema ahora mismo, pero a veces la realidad supera a la ficción (aunque en este caso estuviera basada en la realidad).

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2007/01/sangre-fra-in-cold-blood-usa-1967-negro.html

Me ha dejado completamente desconcertado. Esta película ha hurgado en mi conciencia muy profundamente.

La vi por primera vez hará unos 20 años y la pareja protagonista me pareció gente despreciable, ahora solo me lo ha parecido uno de ellos, el otro es una víctima de su pasado que está solo y perdido en el mundo y se deja llevar por el mal (su compañero ) para sacar a caminar su parte más oscura que lleva escondida en lo profundo de su alma.

La religión y la crítica al sistema penitenciario; en cuanto a la nula capacidad para rehabilitar delincuentes, como la salvajada que es la pena de muerte, forman parte del film. No es justificable la atrocidad cometida, más bien es un por qué. Fue un acierto rodarla en este espectacular B/N.

Película basada en un libro homónimo escrito por Truman Capote que a su vez se basa en un suceso real. Dick (Scott Wilson) y Perry (Robert Blake) son dos ex convictos que se juntan para realizar un robo a un granjero y su familia en Kansas, los cuales suponen tienen mucho dinero, realizándolo sin dejar testigo alguno.

Tras cometer el crimen ambos inician un periplo que los lleva por diversos lugares, confiados en que no han dejado pruebas que los delaten como los causantes del robo. Paralelamente vemos como la policía comienzan a seguirles la pista, intentando darle sentido a un crimen que pareciera tener poco sentido.

In Cold Blood es un film narrado con un pulso sumamente calculado y frío, como su título reza. Richard Brooks realiza una labor de dirección espectacular, jugando con los cambios de tomas y los sonidos, apoyado mucho en la fotografía en blanco y negro a cargo de Conrad Hall, el poder de la imagen es brutal.

Es tan buena la dirección que en varios tramos no vemos escenas que uno pensaría son vitales para la película, como es en un inicio el crimen o cuando los apresan. Además que como presenta los aspectos de la psicología de Perry -tan importantes en el film- son precisos y significativos.

Las actuaciones de Wilson y Blake son magistrales, dándoles vida a dos personajes muy diferentes entre ellos, pero que se complementan a la perfección incluso argumentalmente dentro de la obra (en el film en cierto momento se hace una referencia a una tercera personalidad que nace en el par).

La película dura poco más de dos horas, pero está tan bien realizada que no es cansado verlo, primero conociendo a los personajes involucrados en el robo, luego el accionar de la policía y por último irrumpe una voz en off haciendo diversas reflexiones, mientras vamos viendo cómo se realiza el juicio y demás.

Sin duda una gran adaptación, una gran obra.