Haz click aquí para copiar la URL

Chantaje en Broadway

Drama. Cine negro Burt Lancaster encarna a un famoso y ambicioso columnista que domina todo Nueva York a través de la información que habitualmente consumen sus más de 60 millones de lectores. Pero como todo el mundo tiene un punto débil: su hermana pequeña. Todo cambiará cuando ésta se enamora apasionadamente de un guitarrista de jazz y los instintos más básicos del periodista salgan a relucir. (FILMAFFINITY)
<< 1 4 5 6 7 10 >>
Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
28 de mayo de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chantaje en Broadway es una de esas películas pocos conocidas del cine hollywoodense. Nos hace desconfiar de una profesión que pretende ser loable. La prensa es responsable de informar a la sociedad y cumple una función importante dentro de ella. Sin embargo, numerosos intereses que no están expuestos a la escrutinio del público hacen que está tome una dirección poco ética. Este filme muestra como el poder obtenido gracias a la prensa permite cometer toda clase de actos, incluso llegando a perjudicar a terceros. Chantaje en Broadway es una gran buena película. No hay miedo a la hora de mostrar su crítica. La narración está muy bien llevada y los diálogos engrandecen la película. Las actuaciones de Burt Lancaster y Tony Curtis son excelentes. Una película que hace al espectador reflexionar sobre un hecho que no se debe ignorar.
Señor Cara de Papa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de abril de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de sobria urdimbre y de armazón sólido que alumbra un mundo oscuro donde las sombras son peligrosas porque siempre están al acecho.
Un argumento coriáceo, espinoso y difícil de abordar permite a A. MacKendrick desarrollar un tratamiento original y eficaz que cubre la pantalla con el velo satinado de la intriga, del chantaje y del juego sucio.
T. Curtis y B. Lancaster se ajustan magistralmente a las hechuras de sus personajes y por eso sus interpretaciones parecen sacadas de la vida real.
Y hasta el último momento el espectador se encuentra absorto por una historia que tiene forma de daga deliberadamente calentada al rojo vivo.
ABSENTA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de mayo de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Nocturnidad y alevosía

Chantaje en Broadway es una película que transpira vida, que recoge el ajetreo de la vida en Nueva York (sobre todo la nocturna) de una forma naturalista y bulliciosa. Capta bien el espíritu de la ciudad, como Jules Dassin había empezado a hacer en La ciudad desnuda (1948). También recoge de manera espléndida el ambiente de los locales neoyorquinos nocturnos. Todos humeantes, atestados y a ritmo de jazz. En este entorno se desenvuelven muy bien el columnista J.J Hunsacker (Burt Lancasrter) y su agente de prensa Sidney Falco (Tony Curtis).

La misión de Sidney es, por así decirlo, «encontrar» noticias. Es decir, todo tipo de chismorreos, pecados privados, o sucesos importantes. Luego la pluma de J.J convertirá este material en una jugosa columna que siguen unos 60 millones de estadounidenses. Sidney también es un tipo lacayuno que hace de chico de los recados de J.J y se ocupa de todo tipo de menesteres. Uno de ellos será crucial en el devenir de Chantaje en Broadway.

Sidney tiene que conseguir que su Susie (Susan Harrison), la hermana de J.J, rompa su relación romántica con Steve Dallas (Martin Milner), un músico de jazz que trabajó en un club nocturno. Como no es tarea fácil, Sidney tendrá licencia para conseguirlo usando métodos poco ortodoxos. En este Nueva York, fascinante pero despiadado, tenemos nuestro punto de partida.

*Un mundo sórdido

En Chantaje en Broadway no hay armas de fuego, rudos detectives o tramas policíacas. Y sin embargo comparte muchos aspectos con el cine negro. Uno de los más importantes es la fotografía. En algunos interiores abundan las sombras expresionistas, las figuras silueteadas y un ambiente asfixiante. En los exteriores los ambientes son lúgubres, amenazantes, dignos de una ciudad peligrosa y agobiante. O lo que es lo mismo, formalmente está bastante emparentada con el noir.

Otro elemento de cine negro que se repite en Chantaje en Broadway es la enorme cantidad de cinismo que destila. No hay héroes en esta historia, y los que están cerca de serlo sufren invariablemente. J.J Hunsecker, y los columnistas en general, se nos dibujan como un gremio arrogante y maledicente que aprovecha su poder para hundir vidas, destrozar carreras y difamar en general. Por lo tanto los plumillas periodísticos son pintados recurriendo a su faceta destructiva y sensacionalista.

Sidney, por su parte, es un arribista de escasos escrúpulos capaz de las mayores vilezas para medrar. Ya sea utilizando a amigos o a amantes. Estos dos tipos serán capaces de urdir las trampas más sibilinas y complejas a su favor. Dignas de la más brillante mente criminal. Chantaje en Broadway no se corta a la hora de hacer que la corrupción aflore.

*Un actor frente a otro

Chantaje en Broadway tiene dos importantes bastiones en su afilado guion y en el impresionante duelo actoral entre Burt Lancaster y Tony Curtis. El primero, ya hemos dicho, da vida a J.J Hunsecker. De él un personaje cuenta «todo lo que dice usted suena a amenaza» Y esto es una definición perfecta. Burt Lancaster, que peleó mucho para conseguir el papel, realizó una interpretación muy alejada de lo que en él solía ser usual. Su mirada fría, su imponente presencia y su afiladísima lengua componen a un personaje poderoso y temible.

Tony Curtis da vida a un personaje canallesco y amoral que se sirve de sus dobleces para engatusar, engañar, o simple y puramente humillar. Otro signo de bajeza moral es cómo transmite su enfadada frustración a los que él considera sus inferiores. Véase para ello su relación con su secretaria o su amante, cigarrera en un club nocturno. Sin embargo Sidney no tiene problemas en humillarse ante J.J y sus crueles designios. Es decir, en Chantaje en Broadway hay una jerarquía de sumisión y humillación. La actuación de Tony Curtis es compleja, tiene un perfil más encantador y zalamero que ha de mezclarse con una notable frialdad calculadora.

*Una producción sin suerte

Chantaje en Broadway no tuvo demasiada suerte comercial. De hecho, desde los primeros pases se vio que la respuesta del público no era la esperada. Una de las causas que se adujeron fue que el público no estaba acostumbrado a que Burt Lancaster y Tony Curtis encarnaran a papeles tan mezquinos. Sin embargo la crítica fue, en general, benévola. No obstante, fue una película que fue ganado su merecido crédito con las reivindicaciomes de grandes cineastas como Martin Scorsese, Paul Thomas Anderson o los Hermanos Coen.

El británico Alexander Mackendrick venía de trabajar para los Estudios Ealing, donde dirigió una obra básica del humor negro como El quinteto de la muerte (1955). Su labor en Chantaje en Broadway fue más que notable, dotando de una inquietante naturalidad a Nueva York con su puesta en escena. Lástima que la fortuna comercial le fuese esquiva en este proyecto. También destacar la labor de los guionistas Ernest Lehman y Clifford Odets, ingeniosos y mordaces.

La estupenda banda sonora se beneficia de las excelentes dotes del compositor Elmer Bernstein y de la participación, incluso como personaje, del batería de jazz Chico Hamilton (luego autor de la bso de Repulsión -1965- de Roman Polanski). Todo suena elegante y coherente con el conseguido ambiente neoyorquino.

*Conclusión

Chantaje en Broadway pasa por ser una de las más destacadas y despiadadas aproximaciones al mundo del periodismo. Las actuaciones de Burt Lancaster y Tony Curtis son particularmente brillantes y están puestas al servicio de un brillantísimo guion repleto de vitriolo y mala uva. El resultado final es una joya que ha ido ganando reconocimiento con el paso del tiempo.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
" Al final, me di cuenta de que era mucho más feliz dando clases que haciendo películas. En Hollywood descubrí que para hacer películas tienes que ser un gran negociador. Y yo no sirvo para esto.»" declaraba a finales de los 60 el director Alexander Mackendrick (1912-93). En su haber una filmografía excelsa de apenas 9 títulos en solitario. Tachado de excesivamente perfeccionista, su película más famosa "El quinteto de la muerte" (1955) es solo una de las joyas inglesas y norteamericanas que nos dejó como legado.

Esta primera incursión en el cine de Hollywood por parte de Mckendrick vino de la mano de la productora Lancaster-Hecht-Hill que dejó un puñado de brillantes obras en la década de los 50. La cinta partía de la novela homónima "El dulce olor del éxito" (título original) de Ernest Lehman publicada en el 50 que pasó a encargarse del guión hasta que abandonó por enfermedad y tuvieron que contratar a Clifford Odets para que rematara el asunto con su sello personal. El resultado es un noir sociologico vitriolico y apasionante donde la noche de Manhattan preñada de neones, coches y todo tipo de fauna y pelaje deambulan antes de que el siguiente amanecer pueda cambiar su futuro de la mano o la pluma que esgrime omnipotente y dictatorial un J.J. Hunsecker como gran hacedor de chismes y cotilleos, cuando no "fake news" hoy tan de moda, desde el púlpito de su columna en el diario de tirada nacional "The Globe" ejerciendo el cuarto poder de forma inmisericorde. Un mundo oscuro entre luces brillantes de salas de fiesta y restaurantes, de sumisiones, chantajes y favores donde el agente de prensa Sidney Falco interpretado por Curtis intenta sobrevivir a toda costa como pez piloto del gran tiburón que interpreta Lancaster. Ambos están espléndidos en sus roles. Pero no podrían estarlo si no fuera en función de un reparto de personajes secundarios extraordinariamente perfilados e interpretados que les dan a Falco y a Hunsecker toda su razón de ser. 

Una historia basada en la obsesión enfermiza con la vida sentimental de su hija de Walter Winchell (1897-1972) el auténtico "inventor" de las "gossip collum, columnas sociedad o cotilleos que llegó a utilizar sus contactos con Hoover, el director del FBI para expulsar al amante de esta del país. Pero la película va mucho más allá  y cada una de las escenas y de los personajes implicados en ellas ya sean columnista, agentes de prensa, camareras, secretarias, policías..., bañados por los acordes jazzísticos del quinteto de Chico Hamilton, abren un sin fin de posibilidades y de historias por contar, donde los estratos sociales son alambradas casi imposibles de atravesar y donde cada uno de ellos guarda un secreto por el que vendería su alma y su cuerpo. Imprescindible.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de enero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, porque el chantaje, la extorsión, la difamación o la mentira sigue siendo moneda de uso común hoy en el periodismo ... y en la política.
Una de las críticas de FA señala con acierto la conveniencia de ofrecer la visión de esta cinta a los alumnos de primer curso de todas las facultades de Periodismo. Nosotros extenderíamos la obligación también a los de Ciencias políticas. Como formación, para entrar en materia.
De hecho el primer acierto de la película es explicarnos a los profanos la función del agente de prensa: ofrecer noticias frescas e interesantes a los grandes columnistas que los contratan. Para ello tienen que frecuentar los antros donde se cuecen los cotilleos y donde se crean las noticias sensacionales, cuanto más escandalosas mejor, así como mantener a su vez sus propios informadores a sueldo.
Un alcahuete, eso es el agente de prensa, como lo es también el periodista que lo mantiene. Un alcahuete que no duda en forzar o inventar el escándalo que le rinda buenos beneficios. El prototipo en este caso es Sidney Falco (Curtis), un auténtico reptil de alcantarilla.
Pero el saurio mayor es quien lo contrata, aquí J.J. Hunsecker (Lancaster), quien con sus millones de lectores diarios y el apoyo de las mafias policiales levanta o hunde prestigios, matrimonios, músicos, empresas o incluso senadores.
La ética profesional, la búsqueda de la verdad, el respeto a la vida privada o a las ideas de cada uno, importa poco frente a la ambición o el poder. ¿"Ciudadano Kane"?
La cinta es todo un ejemplo de cine negro sin apenas pistolas. Negro no solo por el tema, también por la propia negritud de las escenas casi siempre nocturnas, magníficamente fotografiadas y encuadradas. Destaca asimismo el uso de la cámara con tomas atrevidas y con un planteamiento de las escenas que busca mostrar el dominio y la superioridad, la sumisión y la servidumbre de cada uno y en cada caso.
Personajes rotundos y firmes, de esos que pueden constituirse en prototipos dentro de la historia del cine. Es el caso de J.J. y de Sidney, muy bien interpretados.
Sin embargo, como ocurre con las grandes obras, lo que confiere a esta la excelencia es la actualidad de los hechos que denuncia. Y no nos quejamos de la manipulación informativa de los medios de comunicación, que nunca ha dejado de existir. Lo que verdaderamente indigna aquí mismo hoy, ni siquiera es que se incumplan promesas electorales o que los gobernantes mientan con todo el aplomo tomándonos por imbéciles. Lo que cabrea es que, encima, con toda hipocresía creen "Comités de la verdad" o "Consejos audiovisuales" para perseguir las mentiras de los demás sin preocuparse de las propias.
¿En qué se diferencian los periodistas que ejercen en esos comités y consejos, de reptiles de la calaña de J.J. y de Sidney? En nada.
En fin, una grandísima película. No se la pierdan.
Lafuente Estefanía
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 7 10 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow