Acoso

Anda que tiene guasa que un hombre que sea adicto al sexo, como Douglas mismo reconoció, ruede este tipo de películas. De alguna manera, es hasta admirable.

Demi Moore es la acosadora, la leona de ojos azules y piernas esculturales que, seamos sinceros, a más de uno le encantaría que le acosara y se le pusiera de rodillas, literalmente hablando. Cuánta lascivia. Michael Douglas es, por llamarlo de alguna manera, la víctima, pero, claro, esto del acoso de la jefa al empleado hay que cogerlo por los pelos porque cuando un hombre dice «no» lo tiene muy fácil para que sea «no». Otra de las diferencias entre nosotras y vosotros. Imaginemos una escena igual, pero al revés. Para que la chica salga viva de ahí le cuesta sangre, sudor y lágrimas, si es que sale. Sin embargo, Tom Sanders se hace el remolón y hasta tiene sus dudas, pero, ¡ay amigo!, cuando dice «no» en serio, no hay quien lo pare. En fin, que él se calla el acoso, pero Meredith Jonson, que es leona desmelenada, le quiere hacer las puñetas y es ahí cuando empieza todo.

La verdad es que «Acoso» tiene más argumento del que parece, así que no comprendo esa nota tan baja. Yo creo que la gente ha votado sin verla, así de claro. Sea como sea, nos encontramos con unas interpretaciones convincentes, una intriga planteada a distintos niveles y un mensaje contra el acoso de toda índole y contra el bullying laboral, que también va de eso según se mire. Por cierto, esas oficinas de la empresa son espectaculares, me encantan.

Entretiene de principio a fin. Interesante.

Me refiero obviamente a Demi Moore, no a la película, que podría ser también. Es curioso que el recuerdo que tenía de "Acoso", cuando la vi hace unos cuantos años, incluyese varios encuentros sexuales de lo más fogosos y hasta algún asesinato. Por eso mi preocupación es que Meredith (Demi Moore) fuera una villana más traviesa que mala. ¿Será así o no? (SPOILER). Pues esto es uno más de los misterios con los que se teje la absorbente intriga de este trabajo de Barry Levinson, tan injustamente atacado como ensalzada la belleza de Demi Moore. Por su parte, después de "Atracción Fatal" (1987) y "Instinto Básico" (1992), volvemos a ver a Michael Douglas enfrentándose con una nueva mujer fatal. Traiciones, deseo, engaños, manipulación, cortinas de humo están puestas al servicio de una turbia historia, muy bien contada e hilvanada, en la que todos los detalles son importantes. Prestad atención porque si os despistáis se os escaparán detalles fundamentales.

Evidentemente, existe además el tema del acoso sexual al que algunos critican su trato frívolo. Sin embargo Barry Levingson no pretende hacer pedagogía sino aumentar la intriga jugando con una situación tan peliaguda como sorprendente. De hecho la escena es notablemente ambigua pues aunque se produce un evidente acoso, la otra parte se resiste con la boca pequeña y hasta colabora de buen grado. Eso sí, cuidado con esos gestos amistosos con los que nuestras subordinadas y compañeras puedan sentirse incómodas. Aún así el tema del acoso está perfectamente plasmado resaltando por encima del género, el poder, por más que sea un poco tramposo pues el hombre acusador suele ser feo y viejo y ésta Meredith es un bombón. Vamos que más de uno, yo, estaría encantado. Al final, excelente thriller, que fue además un gran éxito de taquilla, la número 11 a nivel mundial en 1994, que sólo un odio ciego a Demi Moore puede explicar críticas tan negativas.

Basada en la novela de Michael Crichton, "Acoso" es una historia sobre el "acoso sexual/laboral" poco creíble, en el que una mujer inteligente y atractiva (Demi Moore) es jefa de un ejecutivo informático (Michael Douglas) de una importante empresa y los cuales tiempo atrás fueron amantes... La jefa (Demi Moore) acosa sexualmente en el trabajo al empleado (Michael Douglas) pero este, en un "quiero pero no puedo" acaba rechazándola... entonces ella se intenta vengar de la peor forma. ¿Un thriller? de 2 horas de duración que se hacen pesadas y lentas entre tanto trabajo y mamoneo laboral el cual no importa a nadie, un film aburrido que pretende crear suspense y tensión cuando lo único que consigue es verla de una forma ridícula, sino fuese por la escena tan caliente erótica/sexual que tienen ambos protagonistas sería un telefilm de sobremesa barato en toda regla, del que sin duda más de una vez verías por la tarde en la tele.

Un tema que siempre tendrá la misma vigencia, porque cuando una mujer te acusa de acoso sexual o de malos tratos, tienes presunción de culpabilidad. Si a eso le añades una empresa tecnológica, corporativismo, etc., el resultado es convinvente.

Douglas trabaja en una empresa tecnológica, que para su gestión interna tiene un programa de ayuda y acceso a datos de realidad virtual (ahí es nada, esto ni google). El ayudante virtual es un angel, y esa es la parte más desagradable de toda la película, porque es como si a mi primo Manolo le pones un pañal y le pegas dos alas de pollo.

Los 90 fueron una década muy dura para Michael Douglas. No contento con el poco grato trabajo de retozar con con una jovencita llamada Sharon Stone, en esta película de 1994, es la gratísima madurez de Demi Moore la que ronda a nuestro pobre hombre, qué mala vida para el bueno de Michael, no se merecía aquellos sinsabores el hombre.

Barry Levinson crea una propuesta que podría ser interesante, cambiar los roles para denunciar la realidad de los acosos laborales. Este juego de poner a un hombre maduro bajo la merced de una mujer inteligente y calculadora, deseosa de vengarse de su antiguo affaire, da como improbable resultado, una tibia cinta que pasa sin pena ni gloria ante los ojos del espectador.

El nivel actoral es bueno, Donald Sutherland y los otros secundarios están eficaces, Douglas se maneja bien con su rol, mientras que Demi Moore encaja con el perfil de mala-buenísima, pero nada termina de arrancar, nos e empatiza con nadie y el resultado fue un fracaso justificado ante la crítica.

Este thriller laboral de tensión sexual no resuelta, no da una imagen de una cinta movida y atractiva, sino personajes propios de un retablo, inmóviles y estáticos, ante unos minutos de metraje correctos y sin sabor.