El rapto de Bunny Lake

Una joven madre soltera acaba de mudarse a Londres desde América con su hija Bunny, una niña de pocos años. Cuando va a recogerla al colegio después de su primer día de clase descubre que no hay rastro de ella por ninguna parte. Nadie sabe nada de Bunny y nadie la ha visto en toda la mañana. Después de la denuncia del caso, el inspector de policía que dirige la investigación llega a sospechar que la niña no existe y que todo es una invención de una mente enferma.

El realizador de origen vienés Otto Preminger aportó al cine negro varios de los títulos más prestigiosos del género en la época dorada del cine americano, los años 40 y 50. Basta recordar « Laura », « Al borde del peligro » o « Anatomía de un asesinato », entre otros. A finales de los 60 y durante los 70 cayó, en cambio, en un lamentable declive con películas poco o nada interesantes. « El rapto de Bunny Lake », rodada a mediados de los 60, fue su último título interesante. Buen ejemplo de cine de intriga y suspense, cuenta con una puesta en escena muy elegante y cuidada para generar la tensión que la película requiere. Buena interpretación de la entonces joven Carol Lynley, que ya había trabajado anteriormente con el director, y del veterano Laurence Olivier, como el detective que investiga el caso.

Lo mejor.- Toda la primera parte; ejemplo de cine de intriga y misterio bien llevado, durante la cual el espectador anda como descolocado, ya que no sabe qué punto de vista adoptar: si el de la chica, angustiada como cualquier madre que no encuentra a su hija, o el del policía que, aplicando las leyes de la lógica, piensa que todo es un montaje.
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El momento.- Tras los simbólicos e imaginativos títulos de Saul Bass, que trabajó con realizadores como Preminger, Hitchcock y Kubrick, la película pasa en breve tiempo, y sin que nos demos cuenta, de lo realista y cotidiano a lo inquietante y anómalo.

Mi pregunta.- ¿Quién sería el listillo a quien se le ocurrió poner el título que tiene en castellano, cuando el original inglés (“Bunny Lake” is missing”) es mucho más misterioso y sugerente?

Comienza de forma caótica y errática, como si trataran de complicar forzosamente una trama la mar de sencilla, se ha perdido una niña, todos actúan manga por hombro, las profesoras, la loca del piso de arriba, la pareja protagonista de marras y hasta el policía dale que dale con el dulce de leche, vale, todo es absurdo, raruno, tienen un as en la maga, no hay duda, de acuerdo, cierto, era eso, no tiene el más mínimo sentido ese delirante planteamiento, agujeros a miles, pero bueno, peores cosas se han visto, a ver si tienen los huevos (y la inteligencia sobre todo) de hasta el mismo final mantenerlo y explicarlo y que eso sea mínimamente creíble, imposible, pero somos buenos y les damos el beneficio de la duda, el voto de confianza, ancha es castilla, que no se diga, hasta nuevo aviso u orden y... nada..., el desastre, de repente, se rajan o cagan, la pifian, se desdicen, donde dije digo, digo Diego, esto es un infierno, ahora ya no me gusta el juego, cambio el tablero, el ridículo más grosero se ha hecho de la película el único dueño, amo, sumo sacerdotiso, giro al averno, de cabeza al desbarrancadero para un remate charcutero patatero psicológico verbenero churrigueresco psicótico de risa y de sonrojo.

Tras haber cosechado éxitos en Hollywood que lo reafirmaban como uno de los mejores directores del momento, Otto Preminger (Bonjour Tristesse, Exodus) rodó en Londres ésta inquietante película con una intencionada y grotesca trama cuya importancia radica en la absurda situación en la que se ve involucrada una madre americana (interpretada por Carol Lynley) tras la desaparición de su hija a plena luz del día. Ni qué decir que la investigación acaba siendo un oscuro rompecabezas.

La película no se deja detalle alguno en lo referente a su acertada fotografía en blanco y negro. Como thriller psicológico cada uno de los personajes desarrollan una faceta de vital importancia y clave para comprender la situación en la que vives su sufrida protagonista, víctima constante de un calvario y tormento de la que no se desquita. Tal argumento e intenciones no pasaría hoy en dia ni por el filtro de un telefilme de sábado por la tarde pero lo que convierte ésta pieza de Preminger en especial es la elección de un elenco de actores, a (excepción de Laurence Olivier) no muy conocido: Keir Dullea no se había vestido aún de astronauta en “2001, una Odisea del Espacio” (1968) de Stanley Kubrick, Carol Lynley apenas se paseaba por películas de serie B aunque ya había trabajado con Preminger en “El Cardenal” (The Cardinal, 1963) y Anna Massey había aparecido en el fugaz pero ahora considerado todo un film de culto como es “El Fotógrafo del Pánico” (Peeping Tom, 1060) y que sería reclutada más tarde en “Frenesí” (Frenzy, 1972) de Alfred Hitchcock.

Curioso thriller, en el que Preminger nos sumerge en una atmósfera de pesadilla e inquietud, con un magnífico uso del suspense que no nos abandonará hasta el final.
Lo cierto es que si nos ponemos tiquismiquis, a la película se le pueden sacar bastantes fallos.
El guion es bastante artificioso y tramposo y se le ven los trucos, aparte de que la historia, que no se puede revelar, vista hoy, con un espectador bastante más resabiado que el de ayer, le puede resultar incluso ingenuo.
Pero la atmósfera creada por Preminger es tan extraordinaria, que yo gustoso entro en el juego y obvio las pequeñas inverosimilitudes y psicología anticuada que posee.
Una madre, pierde a su hija en el colegio.
Los mecanismos de búsqueda se ponen en marcha pero es que, parece que a nadie le importa la niña. El profesorado parece más interesado en salvar su reputación. La policía, más que buscar a la niña, parece más preocupada por investigar a la propia madre.
Lo cierto es que no te crees la peli y, sin embargo, la inquietud se va apoderando del espectador en su ansia de descubrir el misterio donde nada es lo que parece.
Al final te la comes entera y reconoces haber pasado un rato estupendo.
Para mi gusto, objetivo cumplido. La recomiendo.

Interesante policiaco-thriller psicológico, aunque quizá un tanto desaprovechado, o con algunos defectillos que no lo dejan ser una gran peli. "El rapto de Bunny Lake" es una película con hechuras, con una puesta en escena muy elegante y un planteamiento inicial bastante inteligente. Ahora bien, el argumento empieza a hacerse más rebuscado según avanza la película, aunque la intriga está más o menos dosificada pero, cuando esa intriga se descubre, creo que la película baja bastantes enteros. Además, creo que se regodea demasiado en ese final, alargando un poco innecesariamente la cosa cuando el pescado está vendido. Entiendo que lo hace por añadirle tensión dramática, pero yo no lo veo. Esa resolución creo que le resta bastante a la película. Y, por otro lado, a mí el personaje de Noel Coward también me sobra, aunque quizá contribuya a crear esa atmósfera insana y esquizofrénica (junto con el de Martita Hunt, que veo mucho más adecuado) de la peli. No obstante, tiene sus virtudes y me parece una película que merece una revisión y no haber quedado tan olvidada.