Blue Jasmine

La actuación de Cate Blanchett es tres veces destacable: hasta donde he visto, es la mejor de su carrera, la mejor del año (2013) y la mejor en una película de Woody Allen, quien suele desperdiciar, con imperdonable torpeza, el talento femenino (Chloë Sevigny en 'Melinda y Melinda' es el ejemplo más triste). Por su aspecto físico, la actriz australiana parecía propicia para papeles como los que mejor le sientan a Judi Dench, pero 'Elizabeth: la edad de oro', de Shekhar Kapur, demostró que no es así, y la cinta de Allen lo confirma: su patológica-patética protagonista es interpretada con sorprendente fuerza dramática, de modo que una compleja personalidad resulta convincente a pesar de múltiples incongruencias en su perfil sicológico.

Entre la farsa y la tragedia, con un sentido del humor demasiado sardónico para ser comedia, la narración del drama es discontinua, pues alterna la ruina presente de Jeanette con el pasado esplendor de Jazmín en forma de analepsis desangeladas. Abundan juicios de valor y obsesiones que saturan la mente del prolífico guionista y director, quien jamás desaprovecha la ocasión de hacer caer a sus personajes en la farmacodependencia y crisis existenciales. La principal diferencia con el desencanto misántropo de las anteriores películas es que su crítica, generalmente a representantes específicos de la burguesía, abarca en este caso a los "perdedores", seres mediocres con vocación de jodidos.

Por lo demás, es curiosa la coincidencia de personajes profesionalmente dedicados a la estafa en películas nominadas al Óscar el mismo año: 'Escándalo americano', de Russell, 'El lobo de Wall Street', de Scorsese, y, en segundo plano, 'Jazmín azul', de Allen. ¿Hay alguna otra?

Wody Allen tiene varios estilos, la comedia burda y ligera, de sus primeros tiempos, Bananas, Coge el dinero y corre... Comedia costumbrista de pijos neoyorkinos, en plan Misterioso asesinato en Manhattan, comedia esperpento, como genial Balas sobre Brodway, y de vez encuando tragicomedias oscuras y decadentes como Blue Jasmine. Cuando Woody Allen se pone así, me recuerda un poco a ese tono descaranado de Milan Kundera, la vida misma, emociones primarias, descarnadas. Nada de lloros histrionicos, gritos y frases grandilocuentes, solo la cruel realidad vulgar y cotidiana sin ropa, a veces sin piel.
Lo principal que se puede decir en cuanto a la película y a Woody Allen es que suele sacar a los actores con los que trabaja verdadero talento. En ésta, para mi destaca Cate Blanchett. No le recuerdo una película en la que maneje tantos registros. tan intensos. Es cierto que su personaje es excesivo, una persona al límite, y eso suele ser muy agradecido para los actores, que no necesitan sutileza, sin embargo creo que Cate es muy sutil. Fantástico trabajo.
Por otra parte, el guión, en lo que se refiere a su personaje, es muy potente, amargo, en la linea de Woody Allen en otras películas como Desmontando a Harry. Parece que no pasa nada pero ante tus ojos ves como el personaje se deshace de manera creible.
Sin embargo, no todos los personajes se comportan así. El detalle que tiene el personaje de Cate, queda en la mínima expresión en el resto, paródicos, con actuaciones poco creibles en general.
Por otra parte, los flashbacks no me parecieron bien integrados, y cada vez que ocurren es como si te sacasen de la película. Tampoco el desarrollo de la linea argumental principal me parece tan bien planificado como suele, los nudos son forzados, metidos con calzador para provocar el conflicto, y todo te resulta familiar, si has visto suficientes películas del guionista-director.
Hay muchas cosas que me gustan pero desde luego es una pelicula, dentro de la filmografía de W.Allen, de mitad de la tabla.

Woody Allen es uno de esos directores que no dejan indiferente: o lo amas o juras odiarlo. Afortunadamente, desde el comienzo de los 2000s y, sobretodo, de la magnífica Match Point, sus fobias, comeduras de coco y paranoias no entorpecen el ejercicio de presentar un cine algo más convencional pero magnífico igualmente. Blue Jasmine es de esas películas que decepcionará a quien busca un cine de autor pero alegrará al espectador sin prejuicios, al mostrarnos una historia relativamente convencional sólo con una profundidad a nivel de personajes que el neoyorkino sabe diseccionar. Con una premisa interesante y el gran peso dramático de Cate Blanchett (aquí se sale en su papel de Jasmine), más algún relleno bien elegido (Alec Baldwin en su papel da bien, pero creo que está más por razones de atractivo comercial que de verdadero acomodamiento al personaje) y muy buenos secundarios (Sally Hawkins también magnífica lo borda, Bobby Cannavale entrañable y divertido) además de un ritmo que, sin ser la trepidante velocidad del drama moderno, tampoco se atasca e hilvana la historia de manera fluida mediante un recurso muy eficaz (ver spoiler). Se trata, sin duda, de una de las películas más digeribles además de las mejores que ha firmado en los últimos años (nada que ver con pedantes ejercicios de autocomplacencia como "Si la cosa funciona"). Recomendable al 100% y muy entretenida además de un buen retrato psicológico de la sociedad actual y ciertos componentes.

Tiene un don, tiene un don, tiene un don...y lo sabe. Woody tiene un talento innato para contarnos historias absurdas, naturales, sin grandezas y que nos parezcan no solo muy entretenidas, sino que se nos hace imposible alejarnos de la pantalla mientras las imágenes se suceden.

No hay nada más soñado por la sociedad que el ser un día rico, independiente, permitirte todos los caprichos del mundo y no tener jamás que mirar tu cuenta corriente y es en esa situación donde nos encontramos a una de nuestras protagonistas, Jasmine, nombre nuevo desde su aparición en el mundo VIP. Y de repente por unas circunstancias ajenas a su voluntad o no, se ve despojada por todo aquellas riquezas que la rodean, dejándola con una mano delante y otra detrás como se suele decir. En esto tendrá que tirar de su hermanastra, aquella que siempre ha ido de la parte trasera de un coche a otra entre revolcón y revolcón esperando como agua de mayo que aparezca un príncipe azul y la retire a Bervely Hills a imitar a su hermana entre tiendas de ropa y muebles. Pero la realidad es muy cruel.

Allen nos trae una historia que podría pasar por real, donde el drama, la tristeza, la resignación y el odio se entremezclan con muchas dosis de humor para movernos por estos acontecimientos familiares. Vale, la película es para echarte unas risas y para pensar seriamente la dirección que toma la vida de algunas personas cuando no se toman las decisiones oportunas. Es muy entretenida como casi todas las de Woody, pero ésta tiene algo especial que hace que te llegue. No sé si es el sueño imposible de alcanzar la riqueza o el darte de bruces con la cruda realidad de este mundo.

Woody Allen abandona en cierto modo su amada ciudad de Nueva York para adentrarse en la carismática ciudad de San Francisco; donde nos expone a una mujer adinerada de la costa este que ha perdido todo por un problema legal, y tiene que acostumbrarse a vivir como una ciudadana normal.
La película aunque no cuente con la actuación de Woody Allen, hay que reconocer que el personaje de Cate Blanchet es un reflejo de él mismo pero en mujer. Una mujer con problemas mentales al no poder asumir la realidad que se le ha venido encima, y que se acrecentan con la medicación y el alcohol que toma constantemente para poder sobrellevar su día a día.
El guion resulta realmente divertido, ya que cuenta con frases realmente desternillantes y muy bien creadas. Escenas fantásticas nos llevan en dos espacios temporales separados por dos ciudades. Por un lado el envidiable pasado lleno de lujo en la ciudad de Nueva York, y por otro lado la cruda realidad en un piso minúsculo de San Francisco en el que pasan personajes curiosos que hacen que su día a día sea toda más complejo y el agujero del que salir más profundo.
La historia es pura del estilo del director, y uno disfruta desde el principio hasta el fin; haciendo que su metraje habitual de su filmografía de hora y media; pase en un suspiro.
Aunque debo decir que mucho merito se lo lleva sobre todo el personaje protagonista y la impresionante actuación de la gran Cate Blanchett; la cual le valió el Oscar a la mejor actriz. Su trabajo es brillante y regala un personaje que parece que nació para interpretarlo. Fantástico la cantidad de matices que le da para que la dimensión que obtenga sea única.
Pero el resto de actores también están increíbles dando vida a esos personajes extraños pero a la vez cargados de un gran realismo, lo que hace que no parezcan surrealistas.
En fin, "Blue Jasmine" es una película que tiene toda la esencia de Woody Allen que perdió en otras películas anteriores, y que siempre es símbolo de éxito. Una comedia divertida que se disfruta desde el principio al fin, y que cuenta con una de esas interpretaciones que enamoran y que se te quedan clavadas en la retina y en la memoria; y que hacen que quieras verla otra vez para poder disfrutar nuevamente de Cate Blanchett.