Nueve reinas

Fabulosa charada (que no chorrada), realizada con poca plata y un guión de oro, cargado de todas esas cosas que, por norma general, estropean las películas, tales como giros de guión sorpresa y enredos varios.

Aguanta más de un visionado, por dos motivos:
-Aunque ya conozcas el final, el enredo es muy entretenido. De hecho, apetece ponértela otra vez para verle los trucos narrativos... pero no se ven. (Bueno, miento... el personaje de Gastón Pauls tiene un momento bastante tramposillo). La segunda vez en mi vida que puedo afirmar de una peli de éstas que el guión es sólido y consistente. (La primera vez fue con El golpe -sin ánimo de compararlas-)
-DARÍN. A éste nunca me canso de verle.

Advertencia para los no argentinos/chilenos/uruguayos...: hasta que tu oído se hace al acento (y tarda en hacerse) no te enteras de un carajo, pero supongo que a ellos (argentinos/chilenos/uruguayos...) les pasará lo mismo con el cine español. Seguro que les pasa, porque a los del cine español, mayormente, aquí tampoco les entendemos...

“Nueve reinas” tiene casi todos los elementos que se le pueden pedir al cine de hoy en día: Entretiene, engancha, divierte y crea tensión.

El problema es que también tiene uno de las debilidades de nuestros días: La falta de verdadera inteligencia a la hora de querer desarrollar un guión sorpresivo.

La película es muy tramposa, y eso es un handicap para poder valorarla con mejor nota. Y ya no sólo de guión, sino de dirección (esos primeros planos de Gastón Pauls mirando el culo de Leticia Brédice o la cámara lenta) y montaje (como rellena las elipsis de mal). Y eso es lo peor.

El caso es que hay gente que le gusta que le engañen, igual que hay gente que va a que les lean la mano y aunque les digan mentira tras mentira muchas personas lo seguirán consumiendo. En el cine pasa lo mismo. El público siempre ha sido en general bastante complaciente con las películas tramposas, más que nada porque la racionalidad no está de moda.

Además copia literalmente muchos planos de “El golpe” y de “Casa de juegos” –que esta a su vez también copiaba a la anterior- y en cierta forma no deja de ser un “remake” a la argentina de ambas películas. A mí me gusta más como drama que como intriga, ya que cuando la película toma un rumbo exagerado pierde fuelle y gracia y termina cayendo en la hipérbole.

Pero que conste que me gusta, por supuesto las actuaciones son lo mejor –grande Ricardo Darín- y la dirección de Fabián Bielinsky muy bien, canónica y clásica sin necesidad de moderneces, algo impagable. Lástima su prematura muerte porque seguro que podría haber hecho mucho y mejor cine.

Por cierto la película también tiene un punto un poco antiespañol, que hay que cuidar. Los “gallegos” no vamos allí a robar, lucrarnos, comprar lo que nos guste con nuestro dinero e irnos putas. Aunque es normal viniendo de un judío de origen polaco como Bielinsky que tiene de hispano sólo un idioma que no conocía ni su abuelo. A la metrópoli más respeto.

Se lo pasarán bastante bien, aunque les aconsejo que no le den muchas vueltas, el castillo de naipes se vendría abajo.

Que mas se puede agregar a lo que ya han puesto los demás. 9 Reinas es una lección para el cine argentino. Cuando ya se cansaron de tratar de producir films al estilo Hollywood y comienzan a pensar, salen cosas impresionantes como estas. Primero Darin que cada vez madura más, convirtiendose en uno de los actores argentinos de referencia para hablar. Por otro lado Pauls no se queda atras despegandose de su vieja estela de ser solo un sex simbol Argentino. La película es inquietante, atrapante, desconcertante a ratos. Con un ritmo que roza la perfección. Simplemente una joyita que no debe dejarse de ver y tener en su colección.

Así se les llama en la argentina y poseen los mismos objetivos que este par de notables actores. La diferencia radica en el como establecen sus fechorías, que lejos de ser gamberreadas desesperadas parecen más bien obras de relojería. La obra de Bielynsky nos encierra en su mundo peligroso y enmascarado, nada es lo que parece, nada tiene que ser tenido en cuenta salvo tu propio bolsillo a la hora de cruzarte de brazos frente a esta, insisto, notable película.

Uno es descarado, repugnante, amoral. El otro es angelical, un diablillo sutil, un par de ojos claros que invitan al descuido. Ellos se juntan y cada cual se funde con las manías del otro, y no hay nada más rebuscado que la vida de un ladrón. Por eso la trama se desarrolla cual espiral caótico de persecutas mentales, persecuciones concretas y hechos delictivos que lejos de servir como apología, solo apuntan a enriquecer el guión mediante atracos que parecen salidos de una partida de ajedrez. La trama va y viene, nadie es inocente, pero no se sabe quien tiene la culpa tampoco: por suerte los enredos no enredan la peli, si se entiende, puesto que poseen la duración necesaria para no caer en el tedio.

Nueve reinas es una llamada de atención para un mundo que llegó al colmo del trapicheo, al techo de su propia miseria. Que el mundo es verde y busca seguir siéndolo, nadie lo duda pero... ¿Y si establecemos límites? ¿Y si retornamos a la inocencia original de jugar frente al espejo a que somos eso tan claro, tan honesto?

Nadie podrá negar que se trata de una película entretenida y cargada de tensión, que se sigue por ende con mucho, mucho interés. Las actuaciones son muy correctas, el guión trabajado (sea original o no) y ágil, además de tener giros sorprendentes.

Ahora bien, una película no puede considerarse fabulosa si el conjunto es total y absolutamente inverosímil, y encima va de "película realista de autor", porque entonces no es honesta.