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Yojimbo (El mercenario)

Acción. Drama En el siglo XIX, en un Japón todavía feudal, un samurái llega a un poblado, donde dos bandas de mercenarios luchan entre sí por el control del territorio. Muy pronto el recién llegado da muestras de ser un guerrero invencible, por lo que los jefes de las dos bandas intentan contratar sus servicios. (FILMAFFINITY)
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Críticas 73
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de la historia del cine se habían visto muy buenas películas de aventuras, de héroes y de villanos, westerns de indios y vaqueros, películas de caballeros, de guerreros... y entonces llegó el Maestro y reinventó el género en 1961 con la creación de Yojimbo, el mercenario. A partir de este momento, hubo una corriente de películas en las que el héroe ya no era perfecto e impoluto, sino un hombre solitario, andrajoso y vagabundo con una habilidad para la batalla sin igual.

Yojimbo es un western samurai, juntando lo mejor de ambos géneros, dirigida impecablemente por el Maestro. ¿Algo podía ir mal? Pues lo de siempre, ya que incomprensiblemente Akira Kurosawa siempre fue repudiado por los suyos. Haciendo un film como este, ¿cómo se explica que no tenga premios o que no fuese un bombazo en taquilla? Independientemente de si te gusta o no el género, es una película en la que el Maestro alcanzó la perfección técnica y visual. En una época en la que todo el cine era prácticamente en color, Kurosawa nos deleita con un blanco y negro perfecto, con un control de luces y sombras que quita el hipo. Actualmente con el digital, es mucho más fácil el control de luces y sombras, pero en 1961 con película ... hacer este film es una barbaridad. Ya nos tenía acostumbrados a una fotografía increíble, pero con Yojimbo lo bordó en cada plano. En esta película todo encuadre es una maravilla, sencillamente para quitarse el sombrero. La historia muy buena, Mifune, enorme, como siempre, Es una película que nunca aburre, que mantiene un punto de tensión constante y que a la vez analiza al ser humano, la especialidad del Maestro.

Como anécdota, Sergio Leone, considerado uno de los mejores directores de westerns, hizo un plagio indiscriminado de Yojimbo llamado Por un puñado de dólares, en la que Clint Eastwood encarnaba el mismo papel que Mifune. Este western no le llega ni a la suela a Yojimbo, a pesar de ser plagiado y de tener ya todo el trabajo hecho, no consigue ni la calidad técnica ni el gancho de su predecesora. Pero a pesar de todo, tuvo mucho más éxito que Yojimbo, algo que me parece incomprensible. Kurosawa llevó el plagio a los tribunales y en el juicio por plagio contra Leona ganó. Pero seguramente viendo el film de Sergio Leone, Kurosawa pensaría...¿qué le hice yo al mundo para que me repudie de esta manera?. No fue valorado hasta después de su muerte, tristemente, pero dejó un legado inigualable con películas como Yojimbo.

Toshiro Mifune encarna todo lo contrario del arquetípico samurái perfecto, recordando al gran Miyamoto Musashi. Musashi era un ronin (samurái sin amo) que odiaba la palabra samurái (el que sirve), pues él prefería la palabra bushi (guerrero, hombre de profesión militar). Musashi era un vagabundo que perfeccionó su habilidad con la espada viajando y retando a otros samuráis, hasta que llegó el punto en el que nadie podía vencerlo y dejó de matar, luchando incluso con katanas sin filo (tal era su destreza y confianza en sí mismo). Musashi se especializó en la lucha con varias armas, pero especialmente luchaba con ambas manos, con su katana y su wakizashi y se especializó en peleas con varios adversarios. Aunque su mayor virtud era la de minar a sus rivales, perfectos samuráis de costumbres rígidas que entregaban su vida al Código Bushido y a todo lo que éste significaba. La máxima de Musashi era vivir, derrotar al enemigo significaba vivir y ser derrotado morir, por eso mismo doblegaba a sus rivales desde antes del comienzo del duelo, rompiendo su mentalidad y concentración con argucias como la de llegar tarde a un duelo. Sanjuro es muy parecido, su principal baza a parte de su gran habilidad con la espada es la de vencer a los enemigos desde la psicología y esto le hace un personaje tremendamente diferente y atractivo.

Kurosawa se ríe un poco del honor en batalla de los samuráis, que refleja bien la época en la que vivían, pues ya no eran fieros guerreros que servían a un Daimyo, sino que se vendían a esta especie de yakuzas cobardes y tienen más miedo que vergüenza de morir. Tal vez por esto no cae en gracia Kurosawa en su país, pero es que es estúpido pensar que todos los samuráis eran perfectos y honorables, cuando en la sombra contrataban a los ninja para quemar castillos y ganar batallas sin perder hombres.

Sanjuro al final es un hombre que cree en la justicia y no pelea por el dinero, encarnando el bien de una manera bien anárquica y dando lecciones a todos los que le prejuzgan por ser un ronin vagabundo y andrajoso. Al final nos deja una moraleja tremenda cuando le perdona la vida a ese joven que se enrola en uno de los bandos porque le dice a su padre que mejor ser jugador que campesino y comer gachas toda la vida. "Mejor comer gachas" le dice, y el joven se va corriendo a su casa. Mejor ganarse la vida de manera honrada, que buscar el dinero fácil abusando de los débiles.

Y bueno, el montaje es tan bueno que da la sensación de que estamos mascando polvo y viendo los ridículos combates entre bandos desde la torre del pueblo. El resultado final es una película perfecta técnicamente, visualmente igual de perfecta y además, con profundidad y moraleja. El día en que se terminó de hacer la película, Kurosawa alcanzó la perfección y yo le doy las gracias al Maestro por haber compartido su don con el resto de la humanidad.
Jab
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23 de agosto de 2014
22 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi camino en la cinefilia es tan corto y hay tanto cine por delante, que admito que «Yojimbo» es la primera película que veo de Akira Kurosawa. Creo que como esto siga así va a entrar directo a mi personal infierno cinematográfico donde se alojan inflados y regordetes esos llamados «maestros» que no van dejando más que mediocridades tras su paso. Como no quiero precipitarme, deberé indagar más en la filmografía y el estilo de este hombre para poder hablar con mucha más propiedad y no juzgarle por una sola de sus obras, por muy mala que sea. A ella me remito en exclusiva. Un 8,2. Toma castaña.

Acepto como mérito de «Yojimbo» que inspirase a Leone, del mismo modo que Kurosawa se ve inspirando por los estadounidenses. A bote pronto se me viene a la cabeza «Solo ante el peligro» pero, bueno, esto pueden ser percepciones sutiles y equivocadas por mi parte. En lo que no me equivoco es en lo aburridísima que es esta película. Unos cuantos planos no convierten una cinta en una obra maestra, máxime cuando se demuestra una narración limitada, incoherente, plomiza y sin ritmo. Qué suplicio, madre. Un tostón, hablando en plata. El guión es una payasada y durante una hora lo único que ocurre es que miran mucho por una ventana y los personajes se cuentan entre ellos lo que no debería contarse y sí mostrarse. En la segunda hora se anima un poco para caer de nuevo en lo soporífero. La mezcla de humor y drama es un despropósito, y las dos bandas tan malas y peligrosas lo que hacen es el ridículo. ¿Reflejo del Japón pre Meiji? Por favor, no os creeréis ese disparate, ¿verdad? Hasta la acción con catana en mano tiene una fase final poco creíble, lo que junto al muerto que no muere, que parece parodia encima, te deja una pésima sensación. Eso sí: das gracias porque haya terminado. Gracias, Kurosawa por solo rodar ciento diez minutos, que se hacen una eternidad.

Cosas que me han gustado: la fotografía, la interpretación de Mifune, que es inevitable que sobresalga entre tanta sobreactuación, para nada justificada por la expresividad japonesa; y el elemento siempre interesante del egoísta reformado, en este caso el samurái que viene a liarlo todo.

Por lo demás, pesada y prescindible. Ni aunque me paguen vuelvo a verla.
Kaori
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18 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film de acción de Kurosawa, o por lo menos el primero destacado, resulta una obra maestra justo por eso. Sin rechazar la reflexión social y el contenido, Kurosawa se apoya en un guión muy efectivo y lleno de giros pero de objetivo claro: encumbrar a su protagonista.

Es Yojimbo un gran film, y Kurosawa tiene de éstos en abundancia, y la mayoría lo son gracias a su genio, pero el que realmente destaca aquí es Mifune, que tiende a cobijarse a la sombra del maestro pero que en este caso absorbe toda la luz.
El personaje, así, de Mifune, resulta de un atractivo brutal y su característica sobreexpresividad, en este caso apoya el desarrollo de su personalidad.

Un film que, además de cuidar nuestra mente, cuida nuestra salud mental, porque tiene la decencia de ser muy entretenido.

Puede que no sea una de las tres mejores obras de Akira Kurosawa, pero si es una de las tres más imprescindibles, por la frescura que aporta.
Follawski
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13 de enero de 2006
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vez Mifune y Kurosawa pergreñando una película de samurais y otra vez consigues rizar el rizo y realizar una película gloriosa. Es la única ocasión en la que he visto a Mifune combatir como si no tuviese miedo a la muerte manejando la katana de una manera perfecta y eliminando a todos sus enemigos con golpes perfectos además de resultar un personaje extremadamente cínico pero no porque si tiene sus razones y están bastante bien explicadas. Además, y como en tantos otros casos, los americanos tuvieron que adaptarla a su propia cultura para hacer una película pésima que simplemente engrandece a esta película, a ver cuando nos enteramos que mayor presupuesto no supone una mejor película, lo que cuenta es la historia y como se cuenta e interpreta.
kaliyuga
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11 de septiembre de 2006
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Efectivamente, una obra maestra. La prueba es que, de ella, Sergio Leone hizo otra obra maestra, cambiando personajes y épocas, pero no las ideas principales.
Yojimbo es un western, sí, pero de Samuráis. Algunas partes se entienden mejor con Leone, al menos para los espectadores occidentales, y por eso en mi modesto entender, ambas son equivalentes. La ventaja de Yojimbo, sobre los remakes, es su originalidad. Pero los remakes, (el de Leone, al menos), traducen a valores occidentales los valores orientales. Y hacer eso sin perder nada en el camino... bueno yo a eso lo llamo maestría.
Toni
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