Outlander

No es una obra de arte, ni lo pretende. No engaña, que no es poco. Es una aventura increíble pero consistente. Está bien realizada y aunque el guión no es una maravilla la historia se sostiene. La película mantiene el interés del espectador porque resulta entretenida y tiene el ritmo justo. Acción, aventura, fantasía y, como no, el correspondiente toque romántico. Los actores están ajustados a sus papeles. Sin grandes interpretaciones, tal vez, pero coherentes con la historia que se pretende contar. James Cazievel tan hierático como es habitual en él. Jack Huston, ya que no admirable sí muy creíble. John Hurt, aceptable. Sophia Myles, guapa aunque algo salvaje. Y el monstruo, requetemalo y requetefeo. Dentro de su simplicidad, es una aventura llena de acción, no exenta de violencia, pero que entretiene de principio a fin. Lo que es bastante más de lo que ofrecen otras películas del género fantástico con pretensiones.

Pobre Caviezel, en qué embolaos te meten. Este actor tan prometedor me cautivó en Frequency, y me sorprendió gratamente en El Conde de Montecristo, haciendo sombra al mismísimo Guy Pearce. Pero me da la impresión de que, desde que hizo de Jesucristo, le dan los papeles más malos y comprometidos que hay. O eso, o tiene el peor agente del mundo. Si no lo vemos de secundario (terciario más bien) en Deja vu, lo vemos de protagonista en bodrios como Outlander.
En esta ocasión interpreta a un hombre que aterriza con su nave en un planeta con vikingos (o era la tierra en la era de los vikingos?) El caso es que viaja con él un bicharraco que aspira a ser el monstruo peor diseñado y realizado desde que ví Gargantúa. Hasta King Kong ( 1933 ) está mejor hecho. El caso es que, nada más llegar al planeta pierde el arma de la forma más tonta posible (solo tenía una, por lo visto) y desde ese momento la película me pareció una bazofia de la peor especie. El caso es que tenía que luchar con espada fuese como fuese, entonces para qué tanto rollo del futuro, si no va a poder demostrar lo que vale?
En fin, una peli que no vale ni para dormirse...no te deja el bicho, que hace un ruido espantoso.

Bueno, leo muchas críticas a esta película sobre los actores, del tipo que si no interpretan bien..(no creo que a un actor que haga una peli así le diesen el Oscar, cuando no se lo dieron a ninguno de los de El Señor de Los Anillos con toda su parafernalia)... también que no es creíble..... (¿De verdad alguien se cree que un alienígena con toda su tecnología se meterá en un grupo vikingo contra una bestia del espacio, o depende de cuantos p*rros se haya fumado?).. Pero la verdad es que la mezcla está bien, muy entretenida. No es fácil mezclar argumentos de pelis tan distantes como Depredador, Pathfinder, The Relic o Beowulf, peliculas con un aire similar a ésta, y salir bien parado de la mezcla explosiva. La verdad es que Outlander lo consigue en un grado para mi aceptable, o suficiente como para entretener al espectador, tanto por la acción, por algunas escenas bastante heavys y sangrientas, así como por el factor sorpresa que contienen algunas partes de la historia, que no me esperaba que terminasen así. Lo más fácil siempre es que el bueno acabe con la bestia y punto, pero en este caso la peli nos guarda algunos ratos más de entretenimiento como para que a la hora y poco de película no estemos deseando salir de la sala. Si vais a verla esperando 300, o El Retorno del Rey, cambiad el chip, y haceos a la idea de que esta peli no cuenta con superactores ni superpresupuestos, pero os entretendrá lo suficiente como para no pensar que habeis tirado la entrada a la basura. A mi personalmente me entretuvo más que Quantum of Solace, quizá porque no esperaba tanto de ella, como me pasó con Pathfinder o Beowulf.

Quien quiera ver en “Outlander” un refrito de “Depredador”, “Beowulf”, “Pitch Black”, “Pathfinder” y “El Guerrero número 13” está en su perfecto derecho. Quien quiera ponerla verde por no pretender otra cosa que hacernos pasar un buen rato, no. “Outlander” es cine comercial cien por cien, sí, pero del honesto, del profesional, del que tiene una historia fantástica que contar (en los dos sentidos: fantástica, de ciencia-ficción, y fantástica, de fabulosa) y la cuenta sin complejos pero sin artificios.

Hace falta tener mucho valor para mezclar aliens, viajeros del espacio y vikingos sin caer en el ridículo ni en el esperpento… pero se nota que el, hasta ahora para mí, desconocido Howard McCain cree en una historia que, si nos atenemos exclusiva a las sinopsis, se pasea por la difusa frontera que separa la ciencia-ficción del tomar por tontos a los espectadores. Supongo que el hecho de que él mismo haya co-escrito el guión influye en haber hecho algo respetuoso con la inteligencia. Se nota que McCain ha puesto todo su interés en la trama que ha escrito y contagia de esa seguridad a su reparto, especialmente al siempre solvente Caveziel, que se mete en la piel del alienígena Kainan como si le fuera la vida en ello y está bien secundado por unos Sophia Myles y John Hurt igual de convencidos de que la película es ciencia-ficción de la buena y no una más de Uwe Boll.

Uniendo a la coherencia de la trama y al entusiasmo de los actores unos efectos especiales sencillos pero eficaces, nada recargados, de los que combinan espectacularidad con credibilidad, el resultado es una obra de las que dejan un gran sabor de boca. Violenta y gore cuando hace falta, sorprendentemente profunda en algún momento y espectacular siempre. Entretenimiento cien por cien con clase e inteligencia.

Outlander es más una peli fanática de las obras de caballerías que un film sustentable desde sus propios medios. Busca cierta renovación en las tramas tópicas del género, pero en vez de generar nuevas fuentes combina las ya conocidas con la ciencia ficción. El resultado es un híbrido extraño encarrilado curiosamente entre Alien y el poema anónimo Beowulf.

Percibo en la obra de McCain un deseo caprichoso, un fervor por construir algo propio pero demasiado apegado a ciertas historias que revoloteaban por su cabeza al generar su peli. Esa mezcla entre vikingos y soldados futuristas puede resultar singular, que no necesariamente funcional, pero flaquea a la hora de mostrar cohesión puesto que Outlander parece un collage de guiños pasados. Es tan evidente como la cantidad de subhistorias laterales a la trama principal (los bichos: la cría y el mayor, como en Beowulf). Mientras intentamos descubrir la naturaleza de esa criatura nos tratan de explicar la situación de esa tribu; mientras lo hacen aparece otra tribu con su propia historia y por si esto no fuera poco el protagonista arrastra su propio pasado a contar. Demasiado para desarrollar en muy poco tiempo, algo que la peli termina por sufrir, cada historia termina con un brusco corte elíptico para que la siguiente también sea atropellada.

Finalmente, así como la trama presenta problemas estructurales el montaje presenta, significativamente, rollos similares: los segmentos de acción son demasiado torpes, la cámara no se sitúa, más bien busca en pleno proceso la mejor toma para mostrar. El resultado es una sucesión de eventos asincopados que dañan el fluir narrativo de una película amena, porque logra cierta simpatía, pero decididamente muy desprolija.