El enigma de otro mundo

Lo importante en una película es sentir lo que nos quieren hacer sentir los personajes, para eso El enigma de otro mundo tiene a favor un escenario cerrado, aislado del mundo, con un ser extraterrestre fuera queriendo entrar, luego el argumento se posiciona con acierto. Argumentos en contra los tendrás, el marciano va más de otra cosa que de marciano con una actitud belicosa que no cuadra mucho; es más siniestro y creíble una llegada a lo expuesto en La invasión de los ladrones de cuerpo (1956), con la que guarda algún matiz.

Hay tensión y la puedes vivir. Se le nota perfectamente al hiperactivo capitán de las Fuerzas Aéreas USA que está muy tenso y le falta tiempo para todo, a pesar de ello tendrá sus momentos de flirteo con la chica secretaria, que estando Howard Hawks no puede faltar un romance por medio. "Vigilad el cielo", mensaje profético, no quiere decir que haya ninguna referencia religiosa ni política ni de leches. Vigilad el cielo por lo que pueda venir. Como polémica están las posiciones encontradas sobre salvar la vida del intruso aunque sea a costa de la vida de los allí presentes, propuesta en aras del avance científico.

Película entretenida, curiosa, hoy día choca ese marciano, más monstruo criatura abisal que otra cosa, y que el mismo Carpenter hizo un remake, que por algo sería. El objetivo de la película propone expectación y divertimento al espectador, y creo que lo consigue.

Lejos de ser la arquetípica película de extraterrestres, "El Engima de Otro Mundo" utiliza una ambientación atípica (una base en el Polo Norte) y un ser antropomorfo alienígena para presentar un interesante enfrentamiento entre ciencia y religión, encarnados cada uno de ellos en los personajes del Dr. Arthur Carrington y el capitán Patrick Hendry.

Producida y supervisada por Howard Hawks, su mano se deja ver en la cuidada atmósfera y la tensión en todo momento existente. Algunos rumores, no demasiado fundamentados afirman que el propio Orson Wells también colaboró en la escritura del guión.

Aunque el aspecto de la criatura ha quedado más anticuada que el cerebro Charlon Heston, los efectos especiales están más que conseguidos, con el uso, entre otras cosas, de cámaras frigoríficas para conseguir el efecto del frío extremo, poniendo de manifiesto el detallismo con el que se recreó la ambientación.

"El Enigma de Otro Mundo" es una obra de referencia dentro del género, con los temas que trata intactos más de 50 años después. No se puede pretender encontrar aquí algo que deslumbre y conmocione como lo hizo en su momento, pero la esencia sigue intacta y su encanto es atemporal. Y para algo más moderno y en color, está el remake de John Carpenter de 1982 "La Cosa", que mantiene más vivo el espíritu del original.

La primera aparición del extraño ser de otro planeta, que con el tiempo se llamaría La Cosa, en los témpanos del Artico tiene lugar en esta entrega, la única, de un director que acabaría desarrollando toda su carrera en series de televisión.
El visitante, que tras un accidente de la nave que tripula cae en manos de científicos y militares americanos, y que aunque de gigantesca planta humanoide, es lo más parecido a un vegetal con aficiones carnívoras, no hace buenas migas con los valientes y super curiosos representantes yanquis que no desaprovechan ocasión alguna para hacer un buen chiste o reiniciar una antigua relación amorosa, cargándose así bajo mi punto de vista cualquier posibilidad de suspense o tensión.

Aunque la historia no carece de interés, la versión cinematográfica pierde cierto empaque al no trasladar de manera más explícita la facultad original del alienígena (en la obra escrita) de mutar en ser humano, trasladando de esta forma un mayor desconcierto y pavor a la colonia aislada en el Polo Norte.
Los años tampoco le han sentado demasiado bien a esta obra producida por Howard Hawks, que seguro que en su tiempo obtuvo buenas recaudaciones. El engendro, supuestamente verde, da más pena que miedo.

Nyby se encargó del montaje de obras de Hawks como "Tener y no tener", "Río rojo"...motivo por el cual dicen que "dejó" que apareciera como director de esta obra "fantástica" con el sello hawksiano (él mismo fue el productor).

Aparte de tener un remake por parte de Carpenter, "La cosa", sirvió de inspiración para "Alien" de Ridley Scott lo cual queda patente en muchas situaciones, personajes y en el planteamiento en sí.

Es un referente del cine de ciencia ficción que merece la pena revisar pues se deja ver y tiene un toque también ácido propio de Hawks y de las películas de los '50 como "Ultimatum a la tierra" o "La invasión de los ladrones de cuerpos" aún más recomendables si cabe.

Narrada con vigorosa maestría, nos muestra una historia de terror en un ambiente cerrado: Una base en el polo norte de la que no hay escape posible.
Pocas películas de terror de ésta época, logran mantener hoy día, un nivel de tensión como el que de ésta cinta emana, y esto se debe, sin duda, a que el terror de éste film, es un terror sugerido y muy pocas ocasiones explícitamente mostrado, de una forma semejante a lo que haría Ridley Scot con su "Alien, el octavo pasajero" (1979), película que indudablemente bebe de ésta fuente.
Asimismo, John Carpenter realizó un excelente remake en 1982: "La Cosa" (The Thing) en la que logró conservar toda el horror del film original, pero ya en color y y con innovadores efectos especiales..