Padres por desigual

Fue hace casi 20 años, en Boogie Nights, cuando nos enteramos de que Mark Wahlberg tiene un talento muy muy grande y, por si ya lo habíamos olvidado o no lo habíamos visto anunciando Calvin Klein, Sean Anders nos lo recuerda. No obstante Linda Candelabro prefiere la barriga fofisana de Ferrel al talento y el torso espartano de Mark. No es esto algo que preocupe a nuestro talentoso amigo teniendo en cuenta que habiéndosele puesto una rubia despampanante y medio desnuda a tiro prefirió arrimar los morros a un simio.

En cualquier caso, y para ser justos, debemos tener en cuenta una cosa; Padres por desigual tiene 5 segundos brillantes, magníficos, inolvidables, que constituyen sin lugar a dudas lo mejor de la película.

¿Cual es el problema de una comedia que no hace gracia? La respuesta es tan evidente como preguntarse que sucede con un drama que no carezca de profundidad dramática o que sucede cuando en una película de ciencia ficción adivinamos los hilos de los que cuelgan las maquetas. La comedia familiar "Padres por desigual" intenta aprovechar la química de Will Ferrell y Mark Wahlberg (que había funcionado razonablemente bien en "Los otros dos") para arrojarnos a la cara una pobre comedia familiar con apenas unos pocos gags divertidos pero que acaba oliendo a costumbrismo rancio. Tiene momentos puntuales de buen humor pero están demasiado aislados y se apoyan en algunos gags sobre los que parecen estar construida la película. No os engañéis, esto es una comedia familiar que pretende ser gamberra y se queda en algo cursi y demasiado superficial en todos los sentidos. Puede que os proporcione un rato entretenido pero del entretenimiento al arte hay un gran camino que "Padres por desigual" ni quiere (ni puede) tomar.

Ferrell y Wahlberg no pueden ser más diferentes: El primero como un padre de familia con su traje, su corbata, sus obligaciones de empresa y su utilitario familiar. Un hombre pragmático y monótono casado con su nueva mujer e intentando que los niños de ésta le quieran; el segundo no tiene nada que ver, es un alocado padre que casi no ve a sus hijos aunque éstos de idolatren. Tiene una moto molona y su trabajo es inconsistente. Es un tipo despreocupado y duro.

Y explotando estos antagonistas personajes, Anders crea una película al uso, en la que ambos luchan por encontrar su lugar y en hacer hueco a sus egos mediante situaciones ridículas en las que quedar bien o mal delante de los demás. El director, con amplia experiencia en comedias alocadas, dirige una serie de situaciones en los que los protagonistas compiten por ser el padre del año mientras el público sonríe de vez en cuando, a veces más por compromiso que por convicción. Y para una película de este género, esta es la peor de las situaciones. Solo Ferrell, cómico consistente y convincente, es capaz de protagonizar una par de gags diseñados para su uso y disfrute.

"Padres por desigual" no logra conectar con sus espectadores más de un puñado de ocasiones por la sencillez de un guión muy básico que incluye un par de chistes medios mientras sostiene su discurso. Poco contenido para una comedia cuyo bienintencionado final demuestra que nunca fue concebida como comedia gamberra sino como película para todos los públicos. Y ni aún así será capaz de divertir a un público convencido más allá de momentos puntuales.

Película entretenida hecha a medida de Will Ferrell, para pasar 90 minutos con algunas risas Y sin ninguna pretensión, buena química para los actores y como las comedias americanas con mensaje sobre la familia, película de las de que se convertirán de sobremesa, para echarte alguna siesta. Un placer.

“Padres por desigual” se gana el aprobado en su recta final, siendo la escena del partido de basket el perfecto ejemplo de ese slapstick gamberro y con mala baba que debería haber practicado más la cinta de Sean Anders. Pero por desgracia el tarro de las esencias se abre poco y tarde.
Brad está intentando ganarse por todos los medios a sus dos hijastros. Tarea que se le pone aún más cuesta arriba cuando entra en escena Dusty, el ex de su pareja y padre biológico de las criaturas. Prototipo de hombre ideal, al menos en lo que a fachada se refiere, ante el que este poco puede hacer. La querencia de Brad por quedar por encima de Dusty ante los muchachos le llevará a situaciones rocambolescas e inesperadas que pondrán en peligro su seguridad física y mental.
Así desarrolla Sean Anders “Padres por desigual”, una comedia pura y dura que te pone en la boca el caramelo del slapstick, la escena de la moto tampoco desmerece, para luego quitártelo. En su lugar te deja el de la cháchara intrascendente e inefectiva. Pecado en el que caen no pocas comedias. Will Ferrell y Mark Wahlberg se entregan a lo anterior, pero al final acaban diluidos por esa extraña querencia del film por el parloteo.
En fin, no negaré que con “Padres por desigual” echas el rato de manera potable, pero Sean Anders podría haber transitado sendas mejores.